"...En el caso de salud, porque tenemos que ir cerrándole el paso a la calumnia y no permitir la máxima del hampa del periodismo, de que la calumnia cuando no mancha, tizna y que palo dado ni Dios lo quita. No, no. Tampoco es Maquiavelo, que el fin justifica los medios. No, tiene que haber ética, la política como imperativo ético, y lo mismo el periodismo.
Ayer hablábamos de un articulista del El Universal que escribió que se habían ido del país, se habían refugiado en Suiza, creo, los padres de un niño con cáncer por culpa mía, un niño de tres años.
Como lo dijimos aquí, la doctora que atendió este caso del Hospital 20 de Noviembre me mandó una nota que quiero compartir con ustedes, aunque nos lleve un poco de tiempo. Esto es muy interesante. No sé si está la nota, la puedes leer, Jesús, por favor. Para que actuemos todos con apego a la verdad.
JESÚS RAMÍREZ CUEVAS, COORDINADOR GENERAL DE COMUNICACIÓN SOCIAL Y VOCERO DEL GOBIERNO DE LA REPÚBLICA: ‘Con relación a la nota del periodista Héctor de Mauleón, que presentó ayer el presidente en la conferencia mañanera, te comento que la doctora que atendió a la niña que se llevaron a Suiza mandó una aclaración con mi asistente y te reenvío el mensaje’.
‘Derivado de la información vertida por el señor presidente el día de ayer por la mañana, quisiera pedirle de favor que haga extensa la información a la maestra Raquel Buenrostro que el artículo publicado por El Universal donde se dice que la paciente Ana Lucía Ruprech se tuvo que ir del país a Suiza para recibir atención porque aquí se le abandonó es falso’.
‘La niña era tratada con nosotros en el Centro Médico 20 de Noviembre en Hematología Pediátrica y fue diagnosticada a su llegada a nuestro servicio de manera correcta y rápida, y recibió el tratamiento de quimioterapia disponible, logrando la remisión de la enfermedad’.
‘Presentó una reacción alérgica a la L-Asparaginasa, la cual está descrita en la literatura internacional como posible y los padres, quienes tenían contacto con los médicos suizos, nos preguntaron de las posibilidades de adquirir los fármacos que los sustituyera, dada la importancia que implica en el tratamiento. Y ellos por su cuenta lo adquirieron, ya que no cuentan con clave del sector salud para poder realizar las compras por paciente específico’.
‘Posteriormente, fue atendida ante cada una de las complicaciones presentadas y brindamos información a los médicos del hospital suizo, dada la transparencia de la información que tenemos del estado de salud y a solicitud de los padres, ya que buscaban desde el principio ser atendidos, o en Estados Unidos o en Suiza’.
‘Después de varios meses, el gobierno suizo autorizó su atención y la niña viajó a Suiza el 22 de enero de este año junto con su padre’.
‘La paciente recibió el resto de su quimioterapia y se trasladó en óptimas condiciones de salud, verificada por su médico tratante y por mí como jefe de servicio. La madre de la menor agradeció la óptima atención que recibió de nuestro nosocomio’.
‘Esta información la expreso para que tenga claridad de que nuestro trabajo con cada niño’.
Firma… Bueno: ‘Y sí es de utilidad, continuo a sus órdenes’. Firma la doctora Luz Victoria Flores de Villegas, jefa de Hematología Pediátrica del Hospital 20 de Noviembre del Issste’.
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Y me autoriza a…
JESÚS RAMÍREZ CUEVAS: Y autoriza que se utilice esta información en caso de que sea necesario para que cualquier periodista o medio de comunicación interesado ella pueda brindar su testimonio para ratificar esta declaración.
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¿De que se trata este asunto?
Héctor lo publicó con mucho profesionalismo...
El gobierno de AMLO la abandonó | Héctor De Mauleón
El Universal
En Tercera Persona
“El gobierno de Andrés Manuel López Obrador abandonó a mi hija”, dice el profesor de inglés Walter Rupprecht.
El 25 de enero de 2019, la pequeña Ana Lucía, de tres años de edad, sufrió una convulsión cuando se dirigía a su recámara. Sus padres la trasladaron de inmediato al hospital Emiliano Zapata, en Cuautla, Morelos. La niña permaneció tres días en terapia intensiva. El diagnóstico fue: neumonía.
Ana Lucía no mejoró. Los estudios mostraban que el nivel de sus plaquetas era ínfimo. Sus padres la llevaron al Hospital 20 de Noviembre, del ISSSTE, en la Ciudad de México. La condición hemática de la pequeña obligó a que se le practicara un raspado de médula.
“Aquel fue sin duda uno de los días más tristes y dolorosos de nuestra vida”, dice el profesor Rupprecht. El diagnóstico del Emiliano Zapata estaba completamente equivocado. “Actuaron con negligencia total”, relata el maestro.
Los nuevos estudios diagnosticaron una hemopatía maligna: la niña padecía leucemia linfoblástica aguda de estirpe B. Era el 2 de mayo y para los padres de Ana Lucía había comenzado la peor pesadilla de sus vidas.
La dieron de alta en el 20 de Noviembre tres meses más tarde. Pero la pequeña se quejaba de dolores en los huesos, y sus padres la veían “extremadamente pálida”.
Observo ahora una foto de ella. Sonríe a la cámara con esa luz que solo tienen en la mirada los chicos de su edad. Me duele que sea dolor casi todo lo que ella ha conocido. Me duele escribir lo que sigue.
Ana Lucía comenzó a sufrir fuertes dolores de estómago. Sus padres volvieron a trasladarse de Cuautla a Cuernavaca. Llevaban la nota médica de una hematóloga pediatra que ellos mismos habían pagado, así como los exámenes obtenidos en el 20 de Noviembre. “Solo fue otra pérdida de tiempo. No hicieron nada. Debían realizarle un aspirado de médula y no hicieron absolutamente nada”.
Desesperados, el profesor y su esposa, la también maestra Rosalba Contreras, denunciaron negligencia médica en redes y en medios locales. “El director del hospital llamó a mi esposa a una oficina y le exigió que bajáramos los tuits si queríamos que mi hija recibiera atención inmediata”, cuenta Rupprecht.
La niña fue trasladada nuevamente a la Ciudad de México. Llegó en condiciones de salud precarias. El 15 de mayo se le inició un tratamiento de quimioterapia en el Centro Médico Nacional, donde se le administró el fármaco llamado L Asparaginasa (Laboratorios Pisa). “Habían comprado un lote de mala calidad”, relata el maestro. Ana Lucía, y otras dos menores sufrieron un grave choque anafiláctico. “En el hospital, prácticamente no había con qué tratarla. La lista de carencias era infinita. Teníamos que comprar guantes, gasas, medicamentos que nos llegaron a costar 3 mil pesos. Descubrimos que no había bombas, mangueras: faltaba hasta lo más indispensable”.
Por esas fechas, familiares de pacientes con cáncer realizaron una protesta para denunciar la carencia de medicamentos. No había Mextrexato, no había Vincristina, no había Mercaptopurina. Fue el tiempo en el que el secretario de Salud del gobierno de AMLO dijo que los enfermos podían quedarse sin dosis unos días: “No hay ninguna urgencia médicamente”.
A resultas del shock, Ana Lucía se volvió alérgica al medicamento. En el hospital no tenían nada que darle. Recomendaron a los padres probar con otra sustancia: Oncaspar. La dosis cuesta 35 mil pesos. Los maestros vendieron un auto, pidieron prestado. A la cuarta aplicación, la niña tuvo otra reacción alérgica. El siguiente medicamento posible, Erwinase, no se vende en México: hay que importarlo y una caja con cinco dosis cuesta 190 mil pesos. La niña necesita 19 dosis: ¡casi 760 mil pesos!
Solo quedaba pedir ayuda. La familia solicitó audiencia al director del ISSSTE, al secretario de Salud. Ningún funcionario los escuchó, ninguno los recibió, “aunque ellos son responsables de lo que le pasó a mi hija”. Desde septiembre, Ana Lucía dejó de recibir tratamiento. Lleva cuatro meses en el abandono.
En unos días, la familia tendrá que separarse. El profesor Rupprecht, de padre suizo, viajará a Zurich con la niña. Intentará, con ayuda de familiares, obtener un seguro básico para que su hija sea tratada. La madre de la pequeña está imposibilitada para viajar, pues se halla en riesgo de perder su plaza como docente.
“No tenemos más dinero, no tenemos nada, y no puede pasar más tiempo —concluye Rupprecht—. Así que vamos a dejar el lugar donde nacimos. Nos vamos de México con dolor, llenos de tristeza. Nos vamos destrozados porque en estos meses hemos visto a otros niños en la mismas circunstancias, y porque, en lugar de cuidarla, este gobierno abandonó a mi hija”.
¿Tendrá algo qué decir el gobierno mexicano? Esperemos que sí.
@hdemauleon
@CiroGomezL
Decepcionados de la atención en el Centro Médico 20 de Noviembre, del
@ISSSTE_mx , los padres de Ana Lucía, una niña de 3 años con leucemia, han decidido llevársela a Suiza. Aseguran que la mala calidad de los medicamentos, le provocaron una alergia que complicó más su salud
Por falta de medicamentos, los papás de Ana Lucía se la llevarán a S
8:22 a. m. · 24 ene. 2020·
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¿De que se trata este asunto?
Héctor lo publicó con mucho profesionalismo...
El gobierno de AMLO la abandonó | Héctor De Mauleón
El Universal
En Tercera Persona
“El gobierno de Andrés Manuel López Obrador abandonó a mi hija”, dice el profesor de inglés Walter Rupprecht.
El 25 de enero de 2019, la pequeña Ana Lucía, de tres años de edad, sufrió una convulsión cuando se dirigía a su recámara. Sus padres la trasladaron de inmediato al hospital Emiliano Zapata, en Cuautla, Morelos. La niña permaneció tres días en terapia intensiva. El diagnóstico fue: neumonía.
Ana Lucía no mejoró. Los estudios mostraban que el nivel de sus plaquetas era ínfimo. Sus padres la llevaron al Hospital 20 de Noviembre, del ISSSTE, en la Ciudad de México. La condición hemática de la pequeña obligó a que se le practicara un raspado de médula.
“Aquel fue sin duda uno de los días más tristes y dolorosos de nuestra vida”, dice el profesor Rupprecht. El diagnóstico del Emiliano Zapata estaba completamente equivocado. “Actuaron con negligencia total”, relata el maestro.
Los nuevos estudios diagnosticaron una hemopatía maligna: la niña padecía leucemia linfoblástica aguda de estirpe B. Era el 2 de mayo y para los padres de Ana Lucía había comenzado la peor pesadilla de sus vidas.
La dieron de alta en el 20 de Noviembre tres meses más tarde. Pero la pequeña se quejaba de dolores en los huesos, y sus padres la veían “extremadamente pálida”.
Observo ahora una foto de ella. Sonríe a la cámara con esa luz que solo tienen en la mirada los chicos de su edad. Me duele que sea dolor casi todo lo que ella ha conocido. Me duele escribir lo que sigue.
Ana Lucía comenzó a sufrir fuertes dolores de estómago. Sus padres volvieron a trasladarse de Cuautla a Cuernavaca. Llevaban la nota médica de una hematóloga pediatra que ellos mismos habían pagado, así como los exámenes obtenidos en el 20 de Noviembre. “Solo fue otra pérdida de tiempo. No hicieron nada. Debían realizarle un aspirado de médula y no hicieron absolutamente nada”.
Desesperados, el profesor y su esposa, la también maestra Rosalba Contreras, denunciaron negligencia médica en redes y en medios locales. “El director del hospital llamó a mi esposa a una oficina y le exigió que bajáramos los tuits si queríamos que mi hija recibiera atención inmediata”, cuenta Rupprecht.
La niña fue trasladada nuevamente a la Ciudad de México. Llegó en condiciones de salud precarias. El 15 de mayo se le inició un tratamiento de quimioterapia en el Centro Médico Nacional, donde se le administró el fármaco llamado L Asparaginasa (Laboratorios Pisa). “Habían comprado un lote de mala calidad”, relata el maestro. Ana Lucía, y otras dos menores sufrieron un grave choque anafiláctico. “En el hospital, prácticamente no había con qué tratarla. La lista de carencias era infinita. Teníamos que comprar guantes, gasas, medicamentos que nos llegaron a costar 3 mil pesos. Descubrimos que no había bombas, mangueras: faltaba hasta lo más indispensable”.
Por esas fechas, familiares de pacientes con cáncer realizaron una protesta para denunciar la carencia de medicamentos. No había Mextrexato, no había Vincristina, no había Mercaptopurina. Fue el tiempo en el que el secretario de Salud del gobierno de AMLO dijo que los enfermos podían quedarse sin dosis unos días: “No hay ninguna urgencia médicamente”.
A resultas del shock, Ana Lucía se volvió alérgica al medicamento. En el hospital no tenían nada que darle. Recomendaron a los padres probar con otra sustancia: Oncaspar. La dosis cuesta 35 mil pesos. Los maestros vendieron un auto, pidieron prestado. A la cuarta aplicación, la niña tuvo otra reacción alérgica. El siguiente medicamento posible, Erwinase, no se vende en México: hay que importarlo y una caja con cinco dosis cuesta 190 mil pesos. La niña necesita 19 dosis: ¡casi 760 mil pesos!
Solo quedaba pedir ayuda. La familia solicitó audiencia al director del ISSSTE, al secretario de Salud. Ningún funcionario los escuchó, ninguno los recibió, “aunque ellos son responsables de lo que le pasó a mi hija”. Desde septiembre, Ana Lucía dejó de recibir tratamiento. Lleva cuatro meses en el abandono.
En unos días, la familia tendrá que separarse. El profesor Rupprecht, de padre suizo, viajará a Zurich con la niña. Intentará, con ayuda de familiares, obtener un seguro básico para que su hija sea tratada. La madre de la pequeña está imposibilitada para viajar, pues se halla en riesgo de perder su plaza como docente.
“No tenemos más dinero, no tenemos nada, y no puede pasar más tiempo —concluye Rupprecht—. Así que vamos a dejar el lugar donde nacimos. Nos vamos de México con dolor, llenos de tristeza. Nos vamos destrozados porque en estos meses hemos visto a otros niños en la mismas circunstancias, y porque, en lugar de cuidarla, este gobierno abandonó a mi hija”.
¿Tendrá algo qué decir el gobierno mexicano? Esperemos que sí.
@hdemauleon
@CiroGomezL
Decepcionados de la atención en el Centro Médico 20 de Noviembre, del
@ISSSTE_mx , los padres de Ana Lucía, una niña de 3 años con leucemia, han decidido llevársela a Suiza. Aseguran que la mala calidad de los medicamentos, le provocaron una alergia que complicó más su salud
Por falta de medicamentos, los papás de Ana Lucía se la llevarán a S
8:22 a. m. · 24 ene. 2020·
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