Mensaje al Pueblo de Dios CXI Asamblea Plenaria de la CEM,
En el mensaje final de la Asamblea Plenaria del episcopado mexicano pide al Pueblo de Dios no dejarse arrastrar por el individualismo, la codicia y el egoísmo, más bien abrirse a un diálogo sincero y enriquecedor y a establecer lazos de amistad social.
Cuautitlán Izcalli, Edo. de México, 10 Noviembre 2021“Habitaré en medio de ellos y caminaré entre ellos” (2Cor 6,16)
1. Con afecto, los obispos reunidos en la CXI Asamblea de la Conferencia del Episcopado Mexicano, saludamos a los fieles católicos y a todas las personas de buena voluntad. Queremos expresar nuestra cercanía de pastores, con el pueblo de México, especialmente, por las afectaciones padecidas a causa de la pandemia, de los desastres naturales, de los lamentables accidentes, de los efectos de la violencia y de la inseguridad. Deseamos caminar con las familias y sus historias de vida, para aprender a ser una Iglesia abierta, sinodal, samaritana y en salida.
2. La finalidad de esta reunión es asumir, como obispos y como Iglesia, los servicios que queremos prestar a todas las regiones del País, para ofrecer respuestas pastorales, reales y eficaces, a tanta necesidad y a tan repetidos sufrimientos. Particularmente, pensamos en los que han experimentado los estragos de la muerte de amigos y familiares; los que siguen cayendo en la pobreza, los que han perdido su seguridad social, laboral y alimenticia, los migrantes forzados, los desaparecidos y los seducidos y atrapados por el crimen.
3. Restaurar esta situación, no es posible sin un cambio de mentalidad. Se ocupa un modo distinto de vivir. ¡México puede cambiar para bien! ¡México es un pueblo creyente y de grandes valores! La tarea nos empuja a ponernos en camino, responsabilizándonos unos de otros en ese caminar unidos. No debemos dejarnos arrastrar por el individualismo, la codicia y el egoísmo. La respuesta a situaciones comunes es caminar juntos; involucrarnos todos, aportando cada quién su propia visión y su propio esfuerzo. Ese caminar juntos es entrar en ambientes de comunión y unidad,parasuperarlafragmentación,ladivisiónylapolarizaciónpolítica. También, por eso, a nivel regional tendremos la Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe, y a nivel mundial, el Sínodo Eclesial.
4. Para lograr este anhelo, necesitamos, primero encontrarnos. Si caminamos juntos alimentaremos el entusiasmo, haremos germinar sueños, suscitaremos profecías y haremos florecer esperanzas. Unidos podemos aprender unos de otros, calentar corazones, inspirar nuestras mentes y dar nueva fuerza a nuestras manos. Todos nos necesitamos en esta aventura común. Todos somos importantes, con la riqueza de la variedad: Los obreros, campesinos, intelectuales, estudiantes, empresarios, políticos, artistas, médicos, deportistas, jóvenes, migrantes, consagrados. Hay que recorrer un camino sinodal. Para, luego, abrirnos a un diálogo sincero y enriquecedor cargado de verdad y de atenta escucha, acogiendo la riqueza del otro, para llegar a vernos como hermanos y establecer lazos de amistad social. Para finalmente, discernir y elegir los caminos adecuados, haciendo a un lado la indiferencia, la exclusión y el rechazo del otro.
5. Ante esta situación crítica, avivemos la esperanza. Cristo nos asegura su presencia y su victoria. Él nos acompaña hasta el fin de los tiempos. Él camina con nosotros, como lo hizo con los desalentados discípulos de Emaús. Invitamos al pueblo de Dios a reavivar los valores cristianos del Evangelio, que transforman la cultura: el amor y el respeto a la vida, la dignidad de la persona, la justicia, la paz y la libertad religiosa y de conciencia.
6. Santa María de Guadalupe ha caminado con México durante Cinco Siglos. Ella nos ha acompañado en todos los momentos importantes de nuestra historia, como pueblo mexicano. Ella nos enseña a enraizar la cultura del encuentro y de la unidad, y nos reafirma su amor y presencia maternal: “No estoy Yo, aquí, que soy tu Madre”.
Obispos de México
Nueva Directiva del CEM
La Conferencia episcopal mexicana, en el segundo día de su Asamblea Plenaria renovó el mandato monseñor Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey, como presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) para el trienio 2021-2024. Mientras que en el cargo de vicepresidente quedó monseñor Gustavo Rodríguez Vega, arzobispo de Yucatán, y el nuevo secretario general es monseñor Ramón Castro, Obispo de la Diócesis de Cuernavaca.
Además de la elección los obispos reflexionaron sobre las “emergencias pastorales” del trienio 2018 – 2021 y las prioridades del próximo trienio 2021 – 2024; las perspectivas ante I Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, a celebrarse en México del 21 al 28 de noviembre; los preparativos del Encuentro Eclesial de México, a celebrarse en abril del 2022; y el camino del Sínodo de los Obispos, inaugurado recientemente por el Papa Francisco.
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