Angelus dominical del Papa en Matera, Italia
Este domingo 25 de septiembre, el papa Francisco se dirigió a la Virgen María e invocó su “materna intercesión” por las necesidades más urgentes del mundo; pidió por Italia, por la maternidad, y por poner punto final a la ola de violencia desatada en Camerún, Myanmar y Ucrania.
En su discurso del Ángelus al final de una Misa en la ciudad de Matera, en el sur de Italia, Francisco se unió al “llamado de los obispos de Camerún por la liberación de algunas personas secuestradas en la Diócesis de Mamfe, incluidos cinco sacerdotes y una religiosa”; dijo:
"Al final de esta celebración, quisiera agradecer a todos los que han participado en ella, en representación del pueblo santo de Dios que está en Italia. Y agradezco al cardenal Zuppi que lo haya convertido en su portavoz. felicito a la comunidad diocesana de Matera-Irsina por el esfuerzo organizativo y de acogida; y agradezco a todos los que han colaborado para este Congreso Eucarístico.
Ahora, antes de concluir, volvamos a la Virgen María, la Mujer Eucarística. A ella le encomendamos el camino de la Iglesia en Italia, para que en cada comunidad se sienta el perfume de Cristo, Pan vivo bajado del Cielo. Hoy me atrevería a pedir por Italia: más nacimientos, más niños. E invocamos su maternal intercesión por las necesidades más urgentes del mundo.
Estoy pensando e varios problemas del mundo, en particular, en Myanmar. Desde hace más de dos años ese noble país se ha visto azotado por graves enfrentamientos armados y violencia, que han causado numerosas víctimas y desplazados. Esta semana escuché el grito de dolor por la muerte de niños en una escuela bombardeada. ¡Vemos que es moda, bombardear escuelas, hoy, en el mundo! ¡Que el clamor de estos pequeños no pase desapercibido! ¡Estas tragedias no tienen que suceder!
(Desde el golpe de estado del 1 de febrero de 2021, más de 14,500 personas han sido arrestadas y más de 2,000 asesinadas; los militares también han atacado deliberadamente a iglesias, a otras instituciones y a civiles.)
Me uno al llamamiento de los obispos de Camerún por la liberación de algunas personas secuestradas en la diócesis de Mamfe, incluidos cinco sacerdotes y una monja. Ruego por ellos y por los pueblos de la provincia eclesiástica de Bamenda: que el Señor conceda la paz a los corazones ya la vida social de ese querido país. (La noche del 16 de septiembre hombres armados incendiaron la iglesia católica de Santa María en Nchang, Camerún, y secuestraron a cinco sacerdotes, una religiosa, una cocinera, un catequista y una niña de 15 años que vivía en el convento.).
Hoy, este domingo, la Iglesia celebra la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, sobre el tema "Construir el futuro con los migrantes y refugiados". Renovamos nuestro compromiso de construir el futuro según el proyecto de Dios: un futuro en el que cada uno encuentre su lugar y sea respetado; donde los migrantes, refugiados, desplazados y víctimas de la trata puedan vivir en paz y con dignidad. Porque el Reino de Dios se realiza con ellos, sin ser excluidos. Es también gracias a estos hermanos y hermanas que las comunidades pueden crecer a nivel social, económico, cultural y espiritual; y el compartir las diferentes tradiciones enriquece al Pueblo de Dios ¡Comprometámonos todos a construir un futuro más inclusivo y fraterno! Los migrantes deben ser acogidos, acompañados, promovidos e integrados.
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