1 feb 2023

Quién es quién en el juicio a Genaro García Luna: una guía en tiempo real

Quién es quién en el juicio a Genaro García Luna: una guía en tiempo real

El fiscal Philip Pilmar señala a García Luna conel juez Brian Cogan en segundo plano, en el juzgado de Brooklyn, el pasado 23 de enero.

Foto: REUTERS | Vídeo: EPV

Elías Camhaji


El País, Nueva York - 01 FEB 2023 

Genaro García Luna, secretario de Seguridad del Gobierno de Felipe Calderón, se sienta en el banquillo de los acusados en Nueva York. Es el juicio de más alto perfil contra un exfuncionario mexicano en Estados Unidos. Las autoridades acusan al antiguo jefe de la Policía Federal de tres cargos por tráfico de cocaína, uno por delincuencia organizada y otro por dar declaraciones falsas. Todos son delitos graves y el acusado se enfrenta a un mínimo de 10 años de cárcel y a una pena máxima de cadena perpetua, salvo que llegue a un acuerdo de culpabilidad. La Fiscalía tiene una lista de más de 70 testigos listos para declarar en un proceso que se espera que dure alrededor de dos meses. Esta es una guía actualizada de quiénes son los actores principales del caso y de quiénes ya han declarado en la corte de Brooklyn, una lista que incluye a jefes criminales, narcotraficantes y agentes estadounidenses, entre otros.

El acusado: Genaro García Luna

García Luna, de 54 años, fue detenido en Dallas (Texas) el 9 de diciembre de 2019, apenas cinco meses después de que fuera sentenciado Joaquín El Chapo Guzmán. El exfuncionario fue director de la Agencia Federal de Investigación (AFI), un organismo que investigaba delitos federales durante el Gobierno de Vicente Fox (2000-2006). En la Administración de Calderón (2006-2012) fue secretario de Seguridad Pública, una cartera creada por el expresidente y que fue crucial para lanzar la guerra contra el narcotráfico en México. Después de salir del servicio público, se mudó a Estados Unidos y se convirtió en contratista del Gobierno en la Presidencia de Enrique Peña Nieto (2012-2018). La Fiscalía afirma que ha colaborado durante más de 20 años con el Cartel de Sinaloa y que utilizó su poder para facilitar el tráfico de drogas de la organización criminal a Estados Unidos. Lo señala también de recibir sobornos millonarios, amenazar a periodistas y amedrentar desde la cárcel a testigos potenciales. Sus abogados niegan todas las acusaciones y dicen que se trata de una venganza política. Calderón sostiene que nunca tuvo conocimiento de nexos de miembros de su Gabinete con el narcotráfico.

La Fiscalía

La fiscal adjunta Saritha Komatireddy encabeza el equipo que pretende comprobar las acusaciones. Ella se encarga de dirigir la estrategia. Erin Reid, Philip Pilmar y Marithe Diouf son otros abogados que representan al Gobierno de Estados Unidos y que se han encargado de interrogar a los testigos. La Fiscalía esperó tres años antes de llevar a García Luna a juicio.

La Defensa

César de Castro es el abogado principal de García Luna. Al principio asumió la defensa de su cliente solo, pero de a poco ha conformado un equipo de litigantes que le ayudan a asumir una inmensa carga de trabajo. Se habla de más de un millón de documentos en el expediente judicial. Valerie Gotlib se sienta entre De Castro y García Luna en las audiencias, y tiene más de una década de experiencia en casos criminales. En la mesa de atrás están Shannon McManus, el más joven de los representantes legales, y Florian Miedel, el más veterano del equipo, con una trayectoria de más de 20 años.

El juez

Brian Cogan es el encargado de conducir el juicio. Fue el mismo juez que condenó a Joaquín El Chapo Guzmán en 2019. Cogan es un hombre estricto y con amplia experiencia en casos que involucran a la delincuencia organizada. Egresado de Cornell y la Universidad de Illinois, fue nombrado en el cargo en junio de 2006, propuesto por el expresidente George W. Bush. En Estados Unidos, el juez no es quien decide si el acusado es culpable o inocente, esa es una tarea del jurado. Después de que se alcanza un veredicto, su deber es establecer la condena a partir de las pautas legales que existen en el sistema estadounidense.

Sergio Villarreal Barragán, El Grande

El Grande fue el primer testigo en declarar contra García Luna. Fue un policía corrupto en corporaciones estatales y federales, antes de formar parte de grupos criminales como el Cartel de los Beltrán Leyva. Villarreal Barragán, que mide más de dos metros, fue un capo importante cuando los hermanos Beltrán Leyva eran aliados del Cartel de Sinaloa y uno de los altos mandos tras la ruptura entre ambas organizaciones. Su testimonio fue muy explosivo: dijo que García Luna colaboró con el cartel de Sinaloa desde que era director de la AFI y que recibía sobornos mensuales de más de un millón de dólares. El Grande habló de cómo el narco tenía compradas a las autoridades en México: policías, militares, fiscales, agentes, funcionarios públicos federales, estatales y municipales. Fue detenido en 2010 y extraditado en 2012, durante el sexenio de Calderón. El capo ya cumplió su condena en Estados Unidos y fue liberado hace más de un año. “Con ayuda del Gobierno, el cartel creció en cuanto a territorio, en la cantidad de drogas que movíamos y eliminó a sus enemigos”, afirmó.

Tirso Martínez, El Futbolista o El Mecánico

Entre 2002 y 2003, El Futbolista fue el principal encargado del Cartel de Sinaloa para traficar drogas en tren desde México a Estados Unidos. Tenía múltiples alias, pero era llamado así porque era dueño de cuatro equipos profesionales de fútbol. Martínez nunca conoció ni habló con García Luna. La Fiscalía lo llamó para explicar al jurado cómo se da el tráfico de cocaína a Nueva York, las prácticas corruptas y la violencia con la que operan los grupos criminales. Ya había declarado en el juicio contra El Chapo y fue específico sobre los acuerdos de protección entre el narco y las autoridades. “Compadre, El Corajudo [refiriéndose a Ismael El Mayo Zambada] tiene arreglos con todos: los federales, los militares, los judiciales del Estado, los tránsitos...”, contaba El Mecánico. Fue extraditado en 2015 y tras llegar a un acuerdo con las autoridades, sentenciado a siete años de cárcel por el juez Cogan. Está libre desde diciembre de 2021.

Agentes estadounidenses

En la primera semana de interrogatorios, la Fiscalía llamó a cinco agentes estadounidenses para que confirmaran algunos detalles del testimonio de Tirso Martínez. El primero fue Ernest Cain, un policía jubilado de Chicago. Los siguientes dos fueron Jamal Hormedo y Matthew Coleman, dos agentes especiales de la DEA. Noel Malony, un agente aduanal, y Steven Tamayo, un oficial de control de fronteras, también se subieron al estrado. Hablaron de incautaciones y operativos que se hicieron contra el Cartel de Sinaloa en Estados Unidos hace más de 20 años. No tenían relación directa con el caso contra García Luna, pero los fiscales los llamaron para explicar a los jurados por qué se estaba juzgando a un exfuncionario mexicano en Nueva York.

En la segunda semana de interrogatorios estuvo Adrián Ibáñez, un agente de Inteligencia de la DEA. Como en el caso del testimonio de Tirso Martínez, Ibáñez fue llamado al estrado para redondear los dichos de Óscar Nava Valencia, alias El Lobo. El capo habló de un alijo de 23,5 toneladas de cocaína a finales de 2007. Ibáñez señaló que fue el mayor decomiso de la historia, no solo de México, sino del mundo.

Héctor Tolentino

Tolentino entró y salió varias veces de la cárcel en Estados Unidos por tráfico de drogas. Fue jefe de Los Trinitarios, una pandilla con miembros de origen dominicano, y vendió drogas del Cartel de Sinaloa por varios meses en 2019, hasta que fue detenido a finales de año. Traficó con cocaína, marihuana y fentanilo. El país norteamericano sufre una epidemia de salud pública por sobredosis de fentanilo y otros opioides, que ha provocado la muerte de decenas de miles de personas cada año. Su testimonio tampoco está relacionado directamente con el caso contra el exsecretario. Al igual que en el caso de Tirso Martínez y los agentes estadounidenses, los fiscales lo llamaron a declarar para poner cara a los cargos que se imputan a García Luna por compra, venta y distribución de cocaína en Estados Unidos.

Óscar Nava Valencia, El Lobo

Óscar Nava Valencia, también conocido como El Lobo, fue líder del antiguo Cartel del Milenio, una organización que se alió con el Cartel de Sinaloa en los primeros años de la guerra contra el narcotráfico. Por ese grupo criminal pasó Nemesio Oseguera El Mencho y el brazo armado de Los Cuinis. Fue la semilla de lo que después se convirtió en el Cartel Jalisco Nueva Generación, uno de los grupos criminales más poderosos en la actualidad. Nava Valencia aseguró que pagó más de 10 millones de dólares en sobornos a García Luna a cambio de protección, información clasificada y facilidades para su red de narcotráfico.

Siempre según su versión, El Lobo dijo que se reunió al menos dos veces con el exfuncionario. En un primer encuentro en Cuernavaca, el exsecretario le pidió cinco millones de dólares a cambio de un documento que comprobaba que la DEA había estado detrás de un decomiso de 20 toneladas de cocaína transportada desde Colombia en 2007. El informe permitió al capo reparar la relación con sus socios colombianos y ahorrarse el pago de más de 50 millones de dólares por las pérdidas. El segundo fue en Guadalajara y García Luna le pidió en esa ocasión alrededor de tres millones de dólares más. El Lobo dudó ante los cuestionamientos de Miedel, el número dos de la defensa, y admitió que habló por primera vez del pago de sobornos al exsecretario hasta 2020, pese a tener para entonces casi una década como colaborador de los fiscales estadounidenses. También tuvo que reconocer que en diciembre pasado cambió la versión de su testimonio y que, de pronto, dijo a las autoridades que no conocía a García Luna, aunque después rectificó. “Uno tiene temor de sentarse aquí”, justificó el convicto, que dijo que ha sufrido amenazas y atentados por cooperar con el Gobierno de Estados Unidos.

Raúl Arellano

Raúl Arellano ha sido el primer exagente de la Policía Federal llamado a declarar contra García Luna. Arellano, un elemento en el nivel más bajo en la jerarquía de la corporación, se dijo desencantado de la corrupción y el contubernio de las autoridades y el crimen organizado. Aseguró, en específico, que había un “grupo especial” de policías federales que facilitaba el tráfico de droga en el aeropuerto de Ciudad de México, donde él trabajó durante años. “Me sentí muy cansado y decepcionado, y decidí retirarme”, afirmó. El policía también decodificó las claves policiales en su supuesta colaboración con los carteles: 79 era el código para droga, 40 para el dinero. De eso hablaban los policías que colaboraban con el narcotráfico cuando lograban que entraran las “maletas”, como llamaban a los cargamentos de los grupos criminales. Su testimonio no pudo ser desmontado por los abogados de García Luna, que batallaron para hacerle titubear y encontrar contradicciones en su declaración.

Israel Ávila

Israel Ávila es un agente de bienes raíces reconvertido a lugarteniente del Cartel de Sinaloa. Empezó con contratos de alquiler a miembros de la organización que se hacían pasar por agentes de la AFI, cuando García Luna estaba al frente de la institución. Después de que los falsos policías cometieran varios asesinatos y una de las propiedades fuera incautada, los criminales revelaron sus identidades falsas. “Me preguntó si sabía para quién estaba trabajando”. Ávila se refería a Mario Pineda Villa, alias El MP, alto rango del grupo criminal, aunque hasta ese punto, para él, era un policía más. “Sí, para gente de la AFI y de Genaro García Luna”, contestó. “No, estás equivocado. Ni tú ni nosotros trabajamos para Genaro García Luna, Genaro García Luna trabaja para nosotros”, replicó el capo.

Ávila también habló de cómo empezó a llevar la contabilidad del MP y de su hermano, Alberto Pineda Villa El Borrado, en hojas de cálculo de Excel para administrar mejor las operaciones del grupo criminal. “Eran millones de dólares, en efectivo”, declaró. “La máxima cantidad que a mí me tocó ver fueron cinco millones de dólares”, aseguró sobre los sobornos de los narcos a García Luna. Los abogados de la defensa niega todas las acusaciones.

Harold Poveda, El Conejo

Harold Poveda, alias El Conejo, es una capo colombiano que trabajó para el Cartel de Sinaloa y colaboró estrechamente con Arturo Beltrán, entonces aliado de la organización criminal. Poveda fue el enlace entre los narcotraficantes de México y de Colombia, y confesó haber ayudado a traficar al menos 1.000 toneladas de cocaína a Estados Unidos. Poveda no conoció ni tuvo contacto directo con García Luna, pero su testimonio puso ante los ojos de los jurados los supuestos montajes que hacía el exfuncionario durante su paso por el Gobierno. Habló de que fue secuestrado, torturado y obligado a grabar una confesión falsa por agentes de la Policía Federal. “¿Eres El Conejo, hijo de tu puta madre? Porque ya te chingaste”, fue una de las frases que adjudicó a los elementos de la corporación. El Conejo también dio amplias referencias sobre los cientos de animales exóticos que tuvo durante su extravagante paso por el mundo criminal: jirafas, leones, tigres, hipopótamos y aves extrañas, entre muchos otros. El reto de la Fiscalía es vincular los dichos del testigo con los delitos de los que se acusa al exsecretario.


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