6 oct 2008

Reportaje de Zeta

Imperio de la muerte
Publicado en la revista Proceso (www.proceso.com.mx) No. 1666, 5 de octubre de de 2008;
En una explosión de horror, en sólo cinco días hubo en Tijuana 55 ejecuciones. Agentes de la procuraduría de Baja California sólo atinan a explicar que se trata de una guerra entre el heredero del cártel de los Arellano Félix, conocido como El Ingeniero, y Teodoro García Simental, quien se escindió de ese grupo y ahora lo enfrenta, apoyado por una célula del cártel de Sinaloa. Ante una guerra sin el menor signo de compasión, las autoridades municipales, estatales y federales exhiben su falta de coordinación. La crueldad de la delincuencia organizada y la inoperancia de las policías se ven reflejadas en este reportaje que reproducimos con autorización del semanario Zeta de Tijuana.
TIJUANA, B.C.- Los gobiernos municipal, estatal y federal son testigos de la encarnizada guerra que protagonizan el cártel de los hermanos Arellano Félix y Teodoro García Simental El Teo, quien hasta hace poco era uno de los más prominentes miembros de esa organización criminal.
En esta lucha, que tiene como escenario esta ciudad fronteriza, Fernando Sánchez Arellano, El Ingeniero, quien heredó de sus tíos Benjamín, Ramón y Francisco Javier Arellano Félix la estructura del cártel, se lanzó contra El Teo, quien a su vez cuenta con el respaldo de una célula del cártel de Sinaloa.
Y a pesar de que en sólo cinco días fueron ejecutadas 55 personas, incluidos los ocho cuerpos localizados el viernes 3, ni el presidente Felipe Calderón ni el gobernador José Guadalupe Osuna Millán ni el alcalde de Tijuana, Jorge Ramos Hernández, han desplegado ningún plan de acción para garantizar la seguridad de los tijuanenses y capturar a los sicarios de uno y otro bando; la PGR y la Procuraduría de Justicia del estado tampoco saben cómo actuar en este escenario que, a decir de los lugareños, "cada día se pone más feo".
Y esta descoordinación es aprovechada por los sicarios de El Ingeniero y de sus rivales del cártel de Sinaloa que han sembrado el terror en las calles de Tijuana, convertidas ahora en tiradero de cadáveres.
El procurador de Justicia del estado, Rommel Moreno Manjarrez, admitió que "el esquema de Sinaloa" está presente en algunos de los ejecutados.
Investigadores de Tijuana y de San Diego, California, consultados por el semanario Zeta, cuyos nombres se mantienen en reserva por seguridad, sostienen que, por la crudeza de algunas ejecuciones, todo indica que llegaron a Baja California sicarios de otros estados de la República. Varios de los consultados por Zeta afirman incluso que es posible que detrás de las huestes de García Simental esté Édgar Valdez Villarreal La Barbie, uno de los ejecutores más sanguinarios del cártel de Sinaloa.
Según la ficha de la PGR, La Barbie sirvió primero a los hermanos Beltrán Leyva, quienes lo introdujeron en el cártel de Sinaloa, donde pronto se convirtió en socio de Joaquín El Chapo Guzmán.
Familiares de uno de los ejecutados la semana pasada consultados por Zeta aseguran que "vendía crystal y no quiso entender que sus jefes se estaban peleando en serio, por eso murió".
La cacería
De acuerdo con el semanario Zeta, el 26 de septiembre por la noche algunos agentes que tienen "amigos" en las organizaciones criminales con presencia en Tijuana recibieron llamadas por celular y nextel en las que sus informantes les advirtieron que no salieran a la calle porque el pleito apenas empezaba.
Para el 28 de septiembre, cuatro fuentes consultadas por el semanario tijuanense coincidieron: la guerra comenzó. Un investigador declaró a Zeta: "El Inge y El Tres (García Simental) hablaron ayer (27 de septiembre) y terminaron mentándosela". Y otros tres funcionarios, quienes pidieron expresamente omitir sus nombres, afirmaron que el asunto entre los dos bandos "se va a poner feo".
A partir de entonces la zona costera de Baja California se llenó de cadáveres: 55 en sólo cinco días. En ese lapso cayeron sicarios de las dos células. Las primeras víctimas fueron los hermanos Fernando, Efrén y Eduardo Arroyo Duarte, quienes fueron ejecutados alrededor de la medianoche del 28 de septiembre en la zona conocida como Los Arenales.
Vecinos y familiares de los ejecutados explicaron a las autoridades y peritos de Tijuana que los tres hermanos vivían en Estados Unidos y se dedicaban a la compra-venta de droga. Así mismo, testigos de los homicidios aseguraron a Zeta que los asesinos llegaron en un solo auto y sin titubear se dirigieron al grupo en el que estaban los hermanos Arroyo Duarte y los acribillaron.
Otra versión recogida por el semanario local destaca que la balacera en la que fallecieron los tres hermanos fue una disputa entre éstos y Raydel López Uriarte El Muletas, quien murió en la refriega. Su cuerpo fue recuperado por Ángel Jácome Gamboa El Kaibil, un expolicía municipal que lo acompañó aquel día.
Según un agente de la procuraduría estatal, los dos bandos han tenido bajas, pero sobre todo el de El Teo. Incluso esbozó la hipótesis que éste no sólo tiene en la mira a los sicarios de la célula de El Ingeniero, sino también a sus antiguos compañeros que "lo traicionaron", dice, para aliarse con "el hijo de Alicia Arellano Félix": Fernando Sánchez Arellano.
Al día siguiente, el 29 de septiembre, la violencia se acrecentó. Se encontraron 16 cuerpos, 12 de los cuales estaban en la colonia Las Delicias. Los peritos aseguraron al reportero de Zeta que a cinco de los ejecutados les cortaron la lengua, lo que, según ellos, indica que eran "infiltrados". Se desconoce aún a que bando pertenecieron.
Zeta entrevistó a familiares de las víctimas, quienes contaron que algunos eran narcomenudistas; otros fungían como "antenas" y los sicarios los utilizaban para revisar el territorio cuando sospechaban que había peligro.
La tarde de ese mismo 29 de septiembre cayó Víctor Librado Bustamante Leyva, el primer traficante reconocido del grupo de El Tres. Iba a bordo de su camioneta con su mujer, quien salió ilesa. Las autoridades encontraron dos bultos de droga y un paquete de dinero en el vehículo.
Según el expediente abierto a raíz de la muerte de Bustamante Leyva, éste rendía cuentas a un hombre al que apodan El Güero. Las autoridades municipales presumen que se trata del expolicía municipal Luis Sánchez Guerrero, quien hace un año ayudó a El Muletas a escapar de Mariscos Godoy. Bustamante tenía también una orden de aprehensión por el asesinato de una mujer que distribuía crystal.
En el caso de los dos hombres asesinados en el Aguaje de la Tuna con el narcomensaje: "Ahí está tu gente Duarte, ven a recogerlos", las autoridades aseguran que hay una línea de investigación que lleva a un policía municipal ligado también a El Tres.
A este grupo pertenecía también el hombre acribillado en Rosarito afuera de una casa de seguridad. El día anterior había llegado procedente de Tijuana a esa playa. Y el miércoles 1 aparecieron dos cadáveres más colgados del puente Simón Bolívar. Sus familiares declararon que estaban ligados a El Muletas.
El jueves 2, los investigadores detectaron que los ocho ejecutados, la madrugada de ese día en el parque industrial Pacífico, estaban ligados a El Ingeniero. Al revisar las ropas, los peritos encontraron una credencial en la que indicaba que el adolescente vivía en la zona norte de Tijuana. Según uno de los investigadores consultados por Zeta, las delegaciones Centro y Playas son controladas por "el sobrino de los Arellano".
Esa versión se corroboró horas después, cuando los matones difundieron un narcomensaje: "Esta es la gente de El Albañil", en alusión a los ocho cadáveres. El Albañil es un primo de Arturo Villarreal El Nalgón, uno de los principales operadores de Sánchez Arellano.
Mucho trabajo
En la última semana, la Procuraduría de Justicia del estado se ha dedicado a la identificación e integración de expedientes de los 55 muertos; a su vez, el Ministerio Público ha realizado cuatro decomisos de armas e investiga si existen vínculos con los ataques cometidos por las células criminales.
El miércoles 1, en conferencia de prensa, la procuraduría informó que continúan realizando los análisis de balística a los casquillos localizados en las zonas de las ejecuciones, así como de la grafología de los narcomensajes.
Según el reporte, la cartulina localizada en los cuatro cuerpos localizados en El Sepanal el 27 de septiembre es similar a la que se localizó el pasado 26 de agosto en el fraccionamiento García, donde hubo tres decapitaciones.
Así mismo, la dependencia sostuvo que varios casquillos localizados en Los Arenales coincidieron con un arma utilizada en el primer enfrentamiento entre los sicarios de El Ingeniero y El Teo el pasado 26 de abril, a un costado de El Cañaveral en el bulevar Insurgentes; el arma también es similar a la utilizada en el asesinato del subjefe de Reglamentos Municipales en la delegación Centenario, Ricardo Legorreta, el 19 de marzo pasado.
Por lo que atañe a la identificación de los restos encontrados en tres botes que contenían una sustancia corrosiva similar a la sosa cáustica, frente al restaurante Mariscos del Pacífico, propiedad de José Manuel Núñez López El Balas, los peritos informaron que los recursos de la procuraduría estatal se agotaron sin que lograran determinar si los restos eran humanos. Así mismo, declararon que solicitarán apoyo a la PGR y a las agencias de investigación de Estados Unidos para tener acceso a estudios genéticos más avanzados.
Los investigadores de la procuraduría del estado informaron también que en los vehículos decomisados y en el puente Simón Bolívar tomaron impresiones dactilares y en los próximos días darán a conocer los resultados; de las armas, explicaron que en todos los casos se utilizaron las de calibre 7.62 y aseguraron que quienes las dispararon son una o dos personas. También afirmaron que algunos de los homicidios se cometieron en lugares públicos, o los cuerpos fueron abandonados en zonas donde hay cámaras de video de vigilancia.
Por último, el viernes 3 aparecieron otros ocho cadáveres. Cinco de ellos fueron localizados a las 3:30 de la madrugada sobre avenida Juan Ojeda Robles, colonia Buena Vista, en Tijuana. Semidesnudos y con huellas de tortura, los cuerpos tenían la cara cubierta con cinta adhesiva gris, y las manos y pies atados. Hasta el cierre de edición, se desconocían las edades y los nombres de las víctimas.
Tres horas después, en la calle Venustiano Carranza, en la colonia Guadalupe Victoria, fueron localizados dos cuerpos más del sexo masculino; ambos estaban decapitados. En este caso eran adultos: uno tenía entre 35 y 40 años y el otro entre 45 y 50. Una de las cabezas fue dejada en medio de las piernas del sujeto y la otra a un lado del cuerpo.
Los homicidas dejaron en el lugar una foto en la que escribieron: "Julio César Salas o M4, ahí está tu gente, Ingeniero. Sigues tú, M4".
El octavo cuerpo fue localizado de manera incidental a las 11:00 horas en un automóvil Jetta negro mal estacionado. Lo descubrieron elementos del grupo Antirrobo de la procuraduría. Antes de que la grúa se lo llevara abrieron la cajuela y localizaron el cuerpo. (Con información del semanario Zeta.)

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