La muerte del
'curriculum vitae'/ BORJA VILASECA
· Las reglas del
juego laboral se han modificado. Hay que cambiar de mentalidad
· Ahora la
seguridad laboral reside en nuestra habilidad para aportar valor de forma
constante
El
País Semanal, 25 de octubre de 2013
Este
artículo está escrito para quienes ahora mismo se encuentran en el desempleo.
Para quienes padecen de frustración e impotencia por comprobar que no
encuentran un puesto de trabajo. Para quienes llevan tiempo sintiendo que
enviar currículos se ha convertido en una pérdida de tiempo. Y en definitiva,
para quienes han dejado de tener miedo a reinventarse profesionalmente porque
ya no tienen nada que perder. Para todos ellos, a continuación se describe un
recorrido compuesto por nueve etapas. Cada una de ellas representa un camino
que el lector deberá transitar por sí mismo. Buen viaje.
1. Tomar las
riendas de nuestra vida profesional. La crisis ha puesto de manifiesto la
necesidad de transformación del modelo productivo que rige nuestro sistema
económico. Nos ha tocado vivir el fin de la era industrial y el inicio de la
era del conocimiento. Las reglas del juego laboral han cambiado y seguirán
cambiando, cada vez más deprisa. Las instituciones establecidas ya no tienen la
capacidad de procurar seguridad económica para los ciudadanos. Los puestos de
trabajo con contrato indefinido están disminuyendo. Y para muchos ha llegado la
hora de hacerse cargo de ellos mismos laboralmente. Y de realizar una función
profesional útil, creativa y con sentido, que preferiblemente no pueda
automatizarse y digitalizarse por medio de las nuevas tecnologías, ni tampoco
externalizarse a un país en vías de desarrollo.
“No podemos resolver un problema desde el
mismo nivel de comprensión en el que lo creamos”
Albert Einstein
2. Cultivar
nuestra inteligencia emocional. Estar en el desempleo es una
situación laboral muy complicada de lidiar. Sin embargo, para poder iniciar un
proceso de cambio es importante no
dejarnos llevar por la queja, el victimismo o la culpa, pues con ello tan
solo conseguimos consumir la energía vital que necesitamos para buscar nuevas
soluciones y alternativas. Es
fundamental invertir tiempo en conocernos en profundidad, aprendiendo a sanar
nuestra autoestima y a cultivar la confianza en nosotros mismos. En la
medida en que desarrollamos nuestras fortalezas internas, empezamos a afrontar
la adversidad de una forma más responsable, optimista y eficiente. Y a base de
entrenamiento, verificamos que nuestro grado de satisfacción no tiene tanto que
ver con nuestras circunstancias, sino con la actitud que tomamos frente a
ellas.
3. Entrenar la
inteligencia financiera. En general, las creencias sobre el dinero se pasan
de generación en generación por inercia, sin darnos cuenta. Del mismo modo que
no elegimos nuestro equipo de fútbol, nuestra visión laboral y financiera del
mundo ha sido prefabricada; viene de serie. No nos han enseñado a resolver por
nosotros mismos nuestros propios problemas económicos. Cultivar nuestra
inteligencia financiera nos capacita para presupuestar nuestro dinero, dándonos
la oportunidad de generar excedentes con los que ahorrar, invertir y no
depender de préstamos o deudas. También nos muestra cómo ganar más y gastar
menos, emancipándonos de las instituciones establecidas.
4. Descubrir el
propósito profesional. En vez de hacer lo que se supone que tenemos que
hacer (buscar salidas profesionales), es hora de encontrar nuestro verdadero
propósito. Y para lograrlo es esencial que escojamos un camino laboral que
tenga sentido para nosotros. Más allá de los motivos típicos que nos mueven a
trabajar (dinero, poder, seguridad, comodidad o reconocimiento), hemos de
conectar con una motivación intrínseca que nos permita concebir nuestra
profesión de forma más vocacional. Para ello, hemos de redefinir nuestro
concepto de éxito, así como los valores que queremos que guíen nuestras
decisiones y acciones. ¿Qué haríamos profesionalmente si no tuviéramos que
ganar dinero? ¿A qué nos dedicaríamos si supiéramos que todo va a salir bien?
¿Qué haríamos si no tuviéramos miedo? Saber la respuesta de estas preguntas no
tiene precio.
5. Decidir el
rol laboral. El
85% de los profesionales españoles trabajan como “empleados”, vendiendo su
tiempo a cambio de un salario a final de cada mes, formando parte de un sistema
productivo que enriquece a otras personas. Pero más allá de este rol
profesional existe el de “emprendedor”. Es decir, aquel que trabaja para sí
mismo como autónomo o freelance, o bien monta un proyecto contratando a otras
personas. Cada uno cuenta con una serie de ventajas y desventajas, requiere de
un tipo de mentalidad específico y va acompañado de un determinado estilo de
vida. De ahí que pasar de empleado a emprendedor implique un profundo cambio en
la manera de relacionarse con el mercado de trabajo. Y dado que la seguridad
laboral está en entredicho, es cuestión de elegir entre la incertidumbre del
empleado y la incertidumbre del emprendedor.
6. Hacer algo
que nos apasione y que potencie nuestro talento. A pesar de
haber recibido la consigna de que “no podemos ganarnos el pan haciendo lo que
nos gusta”, a la hora de reinventarse es
fundamental dedicarnos a una profesión que nos motive e interese de verdad.
Solo así encontraremos la fuerza y la dedicación para dar lo mejor de nosotros
mismos, potenciando nuestras virtudes y habilidades. Todos albergamos algún
tipo de talento por descubrir y desarrollar. En esencia, el talento es la forma
con la que expresamos nuestro valor. Eso sí, los dones que se necesitan para
llevar a cabo las nuevas funciones profesionales no tienen nada que ver con la
educación industrial o las aptitudes académicas convencionales. Más bien surgen
al comprometernos con nuestro proceso de autoconocimiento y desarrollo
personal. Cuanto más nos conocemos, más nos valoramos por ser quienes somos. Y
cuanto más nos valoramos, más sabemos para qué servimos y cómo podemos ser
útiles para la sociedad.
7. Encontrar un
problema social que nos motive resolver. La gente está dispuesta a pagar por
productos y servicios que cubran sus necesidades y satisfagan sus aspiraciones.
El reto consiste en saber qué problemas podemos resolver haciendo eso que nos
gusta a través de nuestros talentos. También es importante diseñar “propuestas
de valor” que mejoren la calidad de vida de otras personas. A su vez, es
fundamental conocer las últimas aplicaciones y herramientas digitales que
podemos emplear a través de Internet, concibiendo así nuevas formas de aportar
valor al mercado laboral.
8. Invertir en
formaciones específicas. En este punto del camino puede resultar decisivo
asistir a seminarios que nos enseñen a “saber cómo” y a “tener con qué”
expresar nuestro talento. En este sentido, la universidad convencional parece
estar dejando de ser la única opción.
¿Cuánto de lo que hemos estudiado nos ha sido de verdadera utilidad para
desempeñar nuestro actual trabajo? La nueva formación va a estar cada vez
más centrada en ofrecer cursos prácticos que nos enseñen a desarrollar
habilidades que nos permitan resolver problemas concretos. La inversión más
importante la hemos de hacer en nosotros mismos. Nuestra inteligencia, nuestra
creatividad y nuestro talento son nuestra principal fuente de riqueza.
“No permitas que nunca nadie te diga lo que
vales. Tú eres el único capaz de saber tu propio valor”
Muhammad Ali
9.
Desarrollar la marca personal. El marketing está democratizándose y
personalizándose. Y cada vez va a estar más protagonizado por la “marca
personal”. Una vez tenemos claro qué ofrecemos, el reto es descubrir cómo lo
ofrecemos. Es decir, la manera en la que nos comunicamos y conectamos con las
personas a las que pueden servir nuestros servicios. Es primordial montar una
web explicando los beneficios y soluciones que aportamos, utilizando las redes
sociales para darnos a conocer a nuestros potenciales clientes. Por medio de
nuestra marca personal conseguimos que nuestra profesión sea un reflejo de la
persona que somos, aprendiendo a ganar dinero como resultado de crear riqueza
para la sociedad.
Renovación
ILUSTRACIÓN
DE JOÃO FAZENDA
1.
LIBRO
‘El
elemento’, de Ken Robinson. Conecta.
Un
ensayo que cuestiona el sistema educativo industrial contemporáneo.
2.
PELÍCULA
‘En
busca de la felicidad’, de Gabriele Muccino
La
odisea de un padre con un hijo de cinco años que lucha por hacer realidad el
sueño de prosperar profesionalmente.
3.
CANCIÓN
‘Hopeless
emptyness’, de Thomas Newman
De
la banda sonora de la película ‘Revolutionary Road’, de Sam Mendes,
en
la que Leonardo DiCaprio interpreta a un hombre que no cree en su trabajo,
pero
cuyo miedo le impide iniciar un proceso de reinvención profesional.
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