Violaciones a derechos humanos en estaciones migratorias
En
el seminario "La satisfacción de los derechos humanos de colectivos en
situación de vulnerabilidad", organizado por el Instituto Belisario
Domínguez, que preside el senador Miguel Barbosa Huerta (PRD), especialistas
señalaron las contradicciones legales que nulifican los derechos humanos de los
migrantes.
Al
contextualizar el tema, Fray Tomás González, director del refugio “La 72”,
refirió que por Tabasco entran al país alrededor de 45 mil migrantes al año,
además de que esta organización ha atendido en 2014 a más de 8 mil 500
personas, de las cuales 70 por ciento fueron víctimas del crimen organizado o
de alguna autoridad. Ha pasado de ser una casa de asistencia humanitaria a una
de cotidiana denuncia de lo que les sucede a los migrantes, subrayó.
Sin
embargo, dijo que la CNDH no ha admitido
todas las pruebas que se le han presentado para documentar las presuntas violaciones que las autoridades
comenten --en colusión con la delincuencia organizada-- a las garantías de los
migrantes.
Es
por ello que cuestionó que aún y cuando las autoridades correspondientes
anuncian “una y otra vez” la profesionalización y depuración del Instituto
Nacional de Migración la realidad es totalmente otra. Es una realidad
extremadamente peligrosa para las personas que entran por el sur del país,
apuntó.
En
su oportunidad, Diana Martínez Medrano, de la organización Sin Fronteras,
explicó que las modificaciones al artículo 33 de la Constitución deja abierta
la posibilidad de que las detenciones de extranjeros se lleven a cabo sin
establecer el lugar y el tiempo de duración de la misma, lo que es muy
preocupante.
Aunado
a ello, precisó, la ausencia de una ley reglamentaria podría ocasionar que la
reforma tenga un carácter regresivo, pues aunque en su espíritu tenga la
finalidad de garantizar el debido proceso en las expulsiones de extranjeros que
pretende llevar a cabo el Ejecutivo federal, sin un reglamento se lograría
tener el efecto contrario.
Patricia
Zamudio, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología
Social, destacó que los avances sobre el respeto y garantías reconocidas por la
Ley de Migración se pierden parcialmente, porque el Reglamento dificulta los
procedimientos relativos a la verificación migratoria y da mucho espacio a la
discrecionalidad que opera en contra de los indocumentados.
Sobre
la detención en estaciones migratorias, advirtió que genera un importante
impacto psicoemocional, agravado por el uso de cuartos de castigo y que es
común que las personas sufran una tortura psicológica derivada de la
incertidumbre y el desconocimiento del procedimiento administrativo migratorio.
La
desorientación y el lenguaje coercitivo de algunos custodios o del personal del
Instituto Nacional de Migración, señaló, parecen orientados a generar miedo y a
evitar nuevos intentos de migración, con los cual, en algunos casos, logran
debilitar su voluntad.
María
Auxiliadora Moreno, de la Universidad de Sonora, dijo que de acuerdo con la
Constitución, todas las autoridades tienen la obligación de promover, respetar,
proteger y garantizar los derechos humanos, sin espacio para la
discrecionalidad, pero el marco legal migratorio contradicen estos principios.
Agregó
que tanto en Ley de Migración como en su Reglamento se establece
limitantes para que niños y adolescentes
puedan acceder a visas humanitarias.
Fuente: Comunicado del Senado.
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