19 jul 2015

Los presuntos cómplices, gente de García Luna

Revista Proceso # 2010, 18 de julio de 2015
Los presuntos cómplices, gente de García Luna/
JORGE CARRASCO ARAIZAGA

Monte Alejandro Rubido, comisionado nacional de Seguridad; Ramón Eduardo Pequeño, extitular de la División de Inteligencia de la Policía Federal; Celina Oseguera Parra, excoordinadora nacional de ceferesos, y Valentín Cárdenas Lerma, exdirector del penal del Altiplano, tienen dos cosas en común: una, permitieron la fuga del Chapo Guzmán de la cárcel mexiquense de máxima seguridad. La segunda: todos ellos se formaron a la sombra de Genaro García Luna, secretario federal de Seguridad Pública durante el calderonato.
 Colaboradores muy cercanos a Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública, se integraron al primer círculo del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, para tener el control del aparato de seguridad e inteligencia del gobierno federal. Muchos de ellos son ahora corresponsables de la segunda fuga de Joaquín El Chapo Guzmán.
 El más destacado de ellos es el titular de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), Monte Alejandro Rubido García, quien todo el sexenio pasado estuvo al lado de García Luna, viejo aliado desde sus tiempos en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).
 Como le sucedió ahora al actual titular del Cisen, Eugenio Ímaz, Rubido quedó rebasado en 2001, cuando El Chapo se escapó por primera vez de un penal de alta seguridad, el de Puente Grande, Jalisco.

 Rubido era entonces director general adjunto del Cisen, organismo cuya tarea es anticiparse a cualquier crisis que pueda poner en riesgo la seguridad del Estado.
 Aunque el ahora titular de la CNS se deslindó de la segunda fuga de Guzmán, ocurrida a las 20:52 del sábado 11, varios de sus funcionarios más cercanos, también antiguos subordinados de García Luna, están en el centro de las indagatorias. Entre ellos, Ramón Eduardo Pequeño García, compañero de Rubido en el Cisen durante varios años y hasta el martes 14, titular de la División de Inteligencia de la Policía Federal (PF).
 Pequeño García fue destituido porque era responsable del monitoreo remoto de los penales federales. Su remoción fue anunciada el miércoles 15, aunque no queda claro si saldrá de la corporación o sólo será reubicado. Antes de que se anunciara su destitución, este semanario fue informado de que sería enviado a la División Científica de la PF, sin que al cierre de esta edición se haya anunciado algún cambio en el área de la policía cibernética, donde se tiene el control de todo el equipo de seguimiento a “objetivos” (Proceso 2019).
 También fue cesada Celina Oseguera Parra, quien el sexenio pasado trabajó en el área de prisiones para García Luna.
 Oseguera fue cesada por Osorio Chong como coordinadora nacional de los Centros Federales de Prevención y Readaptación Social (ceferesos). Era la primera responsable directa del control de las 25 cárceles federales del país, incluidos los 15 centros federales, entre ellos el del Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México, del cual se fugó El Chapo por segunda ocasión.
 El secretario de Gobernación cesó además al director del Altiplano, Valentín Cárdenas Lerma, quien con García Luna fue director del Cefereso 3, en Matamoros, Tamaulipas, y del cual la propia Oseguera era directora en febrero de 2001, cuando El Chapo escapó del penal federal de Puente Grande.
 Los planos
 Por sus atribuciones y funciones, Oseguera y Cárdenas Lerma eran responsables de la custodia de los planos del penal de Almoloya. En su primera conferencia de prensa después de la fuga, el secretario de Gobernación admitió, el lunes 13, que El Chapo “efectivamente requería de los planos” para construir el túnel por el cual huyó.
 Clasificados como información de seguridad nacional, los planos de construcción del penal de máxima seguridad del Altiplano también han estado en manos de la constructora ICA, la cual en 1991 edificó el centro penitenciario y ha realizado nuevas obras en él.
 No es la única empresa con acceso a esa información estratégica. Otras, como la constructora del Grupo Carso, de Carlos Slim, también han tenido acceso a los planos de los ceferesos, sobre todo desde 2009, cuando el entonces secretario de Seguridad Pública federal, García Luna, incentivó la presencia de empresas privadas en la construcción y en la gestión de cárceles en todo el país (Proceso 1906).
 Otro funcionario destituido es Juan Ignacio Hernández Mora, titular del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social. Es el único de los primeros funcionarios interrogados tras la fuga que no tuvo relación con García Luna. Se incorporó al área de seguridad federal a invitación de Rubido.
 El viernes 17, la Procuraduría General de la República (PGR) consignó ante la justicia a siete servidores públicos, presumiblemente custodios, por la fuga, aunque evitó precisar si entre ellos está Oseguera. Fuentes de la dependencia sólo dijeron a este semanario que ese día la mujer declaraba ante la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada.
 Los detenidos fueron llevados al Cefereso 12, en Guanajuato, bajo disposición del juez Cuarto de Distrito de Procesos Federales en el Estado de México, con sede en Toluca.
 Heredero de Tello Peón
 Rubido es heredero de García Luna y de Jorge Tello Peón, responsable de la seguridad en México cuando El Chapo huyó por primera vez, el 19 de enero de 2001 –a menos de dos meses de la llegada de Vicente Fox a Los Pinos–, cuando al capo aún le faltaban 12 años y medio de condena.
 La responsabilidad política del primer escape de Guzmán Loera recayó en Tello Peón, subsecretario de Seguridad, y en Miguel Ángel Yunes Linares, entonces subsecretario de Prevención y Readaptación Social, ambos en la Secretaría de Gobernación (Segob).
 En febrero del año pasado, cuando el sinaloense fue recapturado, el entonces procurador, Jesús Murillo Karam, anunció una investigación sobre todos los responsables de la fuga de 13 años antes. El informe nunca se conoció, al menos públicamente.
 En 2001, Fox le quitó a la Segob las funciones de seguridad pública y creó la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal. Felipe Calderón reforzó la dependencia con García Luna, dotando a la Policía Federal de más de 36 mil hombres, de los 5 mil que recibió de Fox.
 El gobierno de Enrique Peña Nieto decidió desaparecer a la SSP federal y reconcentró las funciones y recursos de seguridad en la Segob, pero ya no en una subsecretaría, sino en la CNS, cuyo primer titular fue Manuel Mondragón y Kalb, quien apenas duró año y medio en el cargo.
 Para llegar a la CNS, Rubido recorrió prácticamente el mismo camino que Tello Peón, su jefe en el Cisen desde el gobierno de Carlos Salinas y durante buena parte del de Ernesto Zedillo. Alejado del servicio público tras la primera fuga del Chapo, se refugió en el sector privado como asesor de seguridad de Cementos Mexicanos.
 Calderón lo rescató en 2008. Primero como asesor de seguridad nacional en la Presidencia de la República. Luego lo hizo secretario técnico del gabinete de seguridad y del Consejo de Seguridad Nacional, y finalmente secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).
 Rubido ingresó a los servicios de inteligencia en 1983 en la entonces Dirección de Investigaciones Políticas y Sociales de la Segob, la cual junto con la Dirección Federal de Seguridad (DFS) se dedicaba al seguimiento de los opositores al régimen del PRI.
 La DFS fue desaparecida por el presidente Miguel de la Madrid por los escándalos de corrupción, asesinatos y relación con el narcotráfico.
 Rubido sobrevivió a la reestructuración del aparato de seguridad cuando en 1989 se creó el Cisen. Entonces coincidió por primera vez con García Luna. Ambos ascendieron ahí. Rubido llegó a director de Análisis e Investigación; García Luna, a jefe de investigación de la Dirección de Servicios Técnicos. Fue el inicio de su especialización en el seguimiento de personas.
 El ahora comisionado nacional de Seguridad se alejó brevemente del Cisen entre 1994 y 1995, pero sin dejar de hacer investigación política. Tras el asesinato del candidato priista a la Presidencia Luis Donaldo Colosio, fue al Estado de México con el entonces gobernador y ahora compañero de gabinete, Emilio Chuayffet. El actual secretario de Educación Pública lo tenía a cargo de la Unidad de Análisis e Información de la Secretaría de Gobierno.
 Terminado el gobierno de Chuayffet, Rubido regresó al Cisen, donde ocupó diversos cargos directivos entre 1995 y 2007, incluida la titularidad de la Secretaría General Adjunta del organismo, desde donde vio la primera fuga del Chapo.
 En el sexenio de Calderón, Rubido estrechó más su relación con García Luna.
 Primero fue subsecretario de Política Criminal de la SSP. Después de dos meses asumió como subsecretario de Prevención, Vinculación y Derechos Humanos. En 2008, a propuesta de García Luna, Calderón lo hizo secretario ejecutivo del SNSP.
 Al año siguiente volvió brevemente a la SSP federal y casi de inmediato regresó como secretario técnico del SNSP. Acabó el sexenio de Calderón de nueva cuenta como subsecretario de Prevención, Vinculación y Derechos Humanos.
 Al inicio del actual sexenio, Peña Nieto lo hizo secretario general del Cisen y en marzo de 2013 lo llevó de nuevo al cargo de secretario ejecutivo del SNSP. Un año después lo puso al frente de la CNS, en sustitución de Mondragón.
 Con el propio Calderón y ahora con Peña Nieto, Rubido no sólo ocupó los mismos cargos de Tello Peón, sino que asumió las funciones que tenía García Luna en la SSP. Pero Rubido heredó más que eso. Se quedó también con hombres que trabajaron para el exsecretario, ahora asesor internacional en seguridad.
 Pequeño y Valiente
 Rubido armó su equipo en la CNS con aliados de su exjefe. Ahora tiene a su cargo tres órganos desconcentrados: la Policía Federal (PF), el Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social y el Servicio de Protección Federal. En esas tres instancias está rodeado de gente de confianza de García Luna.
 Aunque el titular de la PF es Enrique Galindo Cevallos, varios de los cargos más importantes de la corporación siguen en manos de gente de confianza del exsecretario. Uno de ellos era Ramón Eduardo Pequeño, quien trabajaba con Rubido en el Cisen cuando El Chapo se fugó por primera vez.
 En el sexenio de Fox, Pequeño fue dos veces delegado estatal y en una ocasión jefe de estación del Cisen. Después, García Luna, como secretario de Seguridad Pública, lo promovió en la PF.
 Primero lo tuvo directamente en la oficina del comisionado, cuando García Luna prácticamente cumplía esa misión. Luego lo hizo titular de la División Antidrogas y jefe de la Sección Tercera de Estado Mayor.
 Rubido le dio la División de Inteligencia de la PF, donde una de sus funciones era la vigilancia remota, las 24 horas del día, de los penales federales.
 Su reemplazo será Damián Canales, hasta junio pasado encargado de la seguridad pública en el Estado de México, donde se ubica el penal del Altiplano. En realidad, Canales regresa a la misma división de la PF. A principios del actual sexenio, cuando Mondragón era el titular de la CNS, era el responsable de inteligencia de la corporación.
 Canales fue secretario de Seguridad Pública de Hidalgo cuando Osorio Chong gobernaba esa entidad. Su llegada al Estado de México fue propuesta por el propio Osorio al gobernador Eruviel Ávila. Canales fue además, director de la Policía Judicial en el Distrito Federal.
 Los movimientos y enroques entre los aparatos de seguridad e inteligencia del gobierno federal y el Estado de México con hombres de García Luna no terminan ahí.
 El reemplazo de Canales como comisionado estatal de Seguridad es Eduardo Valiente Hernández, quien el sexenio pasado fue representante del hombre fuerte de Calderón en estados con gran presencia del narcotráfico: Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila, hasta antes de llegar, este sexenio, al Estado de México como comisionado de la PF.
 Valiente dependía del jefe de seguridad regional, Luis Cárdenas Palomino, uno de los hombres más cercanos a García Luna y quien ahora se desempeña como jefe de seguridad del grupo empresarial de Ricardo Salinas Pliego.
 También Oseguera trabajó en el Estado de México durante el gobierno de Peña Nieto. Directora del Cefereso 1 –entonces conocido como La Palma– entre 1996 y 1999, estuvo los siguientes tres años al frente del penal federal de Matamoros. En el gobierno de Fox, en la SSP estuvo a cargo del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social y de la Dirección General de Política Penitenciaria y Tratamiento de Menores. De ahí se fue a trabajar al gobierno del Estado de México.
 En la administración de Peña Nieto, entre 2006 y 2007 fue directora técnica y de Servicios de Apoyo a la Dirección General de Prevención y Readaptación Social de la Agencia de Seguridad del Estado de México. En 2007 volvió al gobierno federal como comisionada del Órgano Administrativo Desconcentrado, con García Luna, y al año siguiente se hizo cargo del sistema penitenciario del Distrito Federal durante cuatro años.
 En 2013 Osorio Chong la hizo directora general de Política y Desarrollo Penitenciario del mismo Órgano Administrativo Desconcentrado y en julio del año pasado la nombró coordinadora nacional de los ceferesos. Hasta el viernes 17 sólo había declarado ante el Ministerio Público federal, sin que la PGR haya decidido si la consigna por la nueva fuga del Chapo Guzmán.

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