Excelsior, 1 de febrero de 2016…'
¿Héroes o villanos los policías que capturaron a El
Chapo?
Rock sugiere que los policías en realidad estaban
pactando con El Chapo el precio del soborno para liberarlo, cuando las Fuerzas
Armadas los interceptaron en el motel mencionado.
Uno, de verdad, ya no sabe qué pensar. De acuerdo con la
información oficial, dos policías federales habrían capturado a Joaquín El
Chapo Guzmán y, en un acto heroico para los estándares de honestidad policiaca
en México, no se habrían dejado corromperse por el narcotraficante. Ahora surge
la versión de que los policías en realidad estaban negociando una mordida
con El Chapo cuando los marinos llegaron al motel donde lo tenían retenido. En
una versión tendríamos héroes honestos, en la otra, villanos corruptos.
Recordemos que el narcotraficante se escapó, a través de
un túnel, de la casa en Los Mochis donde los marinos lo habían encontrado.
Junto con Orso Iván Gastélum, El Cholo, gateó por el drenaje. Salieron
por una coladera, se robaron un primer coche y luego otro. Una patrulla de la
Policía Federal los detuvo. Aquí comienza la discrepancia.
La primera versión, la heroica, la cuenta con todo
detalle Héctor de Mauleón en su columna del 25 de enero en El Universal:
“Los federales obligaron a los prófugos a descender del
auto. Se percataron de que Gastélum traía un arma en la mano. El Cholo
es conocido como uno de los hombres más sanguinarios del Cártel del Pacífico.
Sin embargo, no tuvo oportunidad de disparar. El Chapo les preguntó si sabían
quién era. —Sí sabemos —respondió uno de los federales. El Cholo les
dijo que venía un grupo armado a rescatar a su patrón y que iban a matarlos si
no los dejaban irse […] Vía telefónica, los agentes solicitaron refuerzos a sus
superiores. Sabían que si empleaban la comunicación por radio, la gente de El
Chapo iba a escucharlos. Todo era confuso. El narcotraficante y su jefe de
seguridad estaban mojados y llenos de lodo. El Chapo repetía: —Ayúdenme a
llegar a Chemoris (Che Rios). Les arreglo la vida para siempre—. Los agentes confesaron
luego a sus superiores que se morían de miedo. Pero uno de ellos había estado
dos semanas antes en el homenaje que se rindió al único sobreviviente del
ataque que en mayo de 2015 derribó un helicóptero en el que viajaban 18
policías federales —y en el que diez mil policías ovacionaron de pie al
sobreviviente. Ese agente dijo que al ver a El Chapo en la patrulla recordó
aquel momento, y supo que no iban a dejarlos solos […] Calcularon que no les
daría tiempo de llegar a su cuartel, al otro lado de Los Mochis. Así que decidieron
esperar refuerzos en el motel Doux […] El Chapo, sentado al borde de la cama,
los medía, los estudiaba. Les ofreció empresas, casas, negocios, dinero.
Llegaron entonces al motel seis agentes más. —Me van a venir a rescatar, va a
haber un regadero de sangre, mejor déjenme ir, ayúdenme a llegar a Chemoris
—les dijo El Chapo. —Cállese— ordenó uno de los agentes, y luego dijo a sus
compañeros: —no hablen con él. Pasaron todavía unos 20 minutos. Llegaron los
marinos y el Ejército. —Se te acabaron tus vacaciones de seis meses— le dijo el
comandante de la Marina que lo detuvo en 2014”.
La segunda versión la ofrece Roberto Rock en su columna
del 29 de enero también en El Universal:
“Contra lo informado, no está claro por qué los policías
federales que los detuvieron —al sur de Los Mochis— lograron hacerlo sin
violencia y los resguardaron en el motel Doux, a ocho kilómetros de distancia,
hacia el norte. Pasaron frente a la ciudad, donde hubieran estado mejor
protegidos, pero siguieron de largo. Si ya estaban en la salida norte, pudieron
ir de frente unos kilómetros más, hasta la base militar en el vecino poblado de
Zapotitlán, pero tampoco lo hicieron. Hay múltiples indicios de una posible
negociación en curso. Los policías no reportaron a la Marina la detención ni el
resguardo en el motel Doux. Reportes disponibles y versiones difundidas
localmente permiten suponer que sus comunicaciones fueron interceptadas por el
Ejército, lo que atrajo a la Marina a la zona. Y que una vez ubicados, hubo un
largo regateo entre policías y marinos, hasta que desde la capital del país se
ordenó entregar a los capos a estos últimos”.
Subrayo la frase central de esta versión: “Hay múltiples
indicios de una posible negociación en curso”. Si entiendo bien, Rock sugiere
que los policías en realidad estaban pactando con El Chapo el precio del
soborno para liberarlo, cuando las Fuerzas Armadas los interceptaron en el
motel mencionado.
Dos versiones muy diferentes de dos periodistas serios y
con buenas fuentes de información. En una aparecen comohéroes y en la otra como
villanos. ¿A quién le creemos?
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