El pasado jueves, Enrique Alfaro Ramírez, gobernador electo de Jalisco, en un mensaje a medios pidió al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador se respete el pacto federal, se dote de recursos necesarios a Jalisco y no se dé la atribución a los superdelegados en materia de seguridad.....
No estamos dispuestos a permanecer callados ante los intentos por vulnerar el pacto federal y el orden constitucional”
https://www.facebook.com/fred.alvarez1/videos/10156230193668369/
“Le expresamos nuestra profunda preocupación por disposiciones legales que lastiman los principios básicos del Pacto Federal. No podemos permitir que en el nuevo modelo de organización del gobierno federal se planteen figuras paralelas a las autoridades constitucionales y electas”, aseguró.
Si algo debimos haber aprendido del pasado reciente los mexicanos es que con la seguridad no se juega a la política. Y con esa misma claridad le decimos que en Jalisco no vamos a permitir que se vulnere nuestra soberanía ni mucho menos que se traicione el pacto federal.
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Ser o no ser/Eduardo Caccia
Reforma, 25 Nov. 2018
Lo saben los criptógrafos y los políticos: el fondo es forma. Y el fondo fue La Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, flanqueada por las calles Miguel Hidalgo e Independencia -y, por si faltaran señales- a unos metros de la Plaza de la Liberación y la Plaza de Armas, muy cerca de donde despachará el próximo gobernador del estado, Enrique Alfaro, quien se plantó en el monumento emblemático del Centro Histórico de Guadalajara, acompañado de liderazgos políticos, empresariales y sociales, para reclamar a López Obrador respeto a la autonomía y soberanía del estado.
Lo saben los lectores de buena literatura e historia y los escritores y grandes narradores: el hilo de tensión se sostiene -entre otros recursos- con los antagónicos. Qué sería de Los Miserables sin Jean Valjean huyendo del implacable Javert, qué sería de Hamlet sin el lance definitivo de Laertes para desencadenar los hechos, qué poco recordaríamos la hazaña de David sin un formidable Goliat enfrente, qué habría sido de Don Quijote sin la rivalidad de Sansón Carrasco; todos ellos hacen que la narrativa tenga sentido y sea memorable. Lo saben también quienes estudian aeronáutica: los aviones (que por cierto, no se repelen) despegan con el viento en contra.
"No estamos dispuestos a permanecer callados ante los intentos por vulnerar el pacto federal y el orden constitucional", le dijo el futuro gobernador de Jalisco al Presidente electo de México y le pidió tres cosas: que se incluyan los proyectos prioritarios que ha planteado la próxima administración estatal en la propuesta de presupuesto federal, omisión que es considerada "una falta de respeto para Jalisco, en tanto estado soberano y firmante del pacto federal".
En segundo lugar, Alfaro argumentó, con lógica implacable, en contra de la figura de los superdelegados: "...es imposible construir un modelo de cooperación y entendimiento entre la Federación, el estado y los municipios, sustentado en la falta de respeto a las autoridades que, al igual que usted, fueron electas democráticamente por el pueblo de Jalisco. Las autoridades estatal y municipales electas no somos 'invitados' a la mesa de seguridad; somos los responsables de la seguridad en nuestro estado, por mandato constitucional. El gobierno de la República puede plantear un nuevo modelo en materia de seguridad, sí. Pero ni el gobierno de la República, ni la Cámara de Diputados pueden pisotear la Constitución Política del Estado de Jalisco. Así de claro".
Los argumentos del gobernador electo son contundentes, su reclamo debería tener eco en otras entidades; cuando lo que está en juego es la esencia misma del federalismo ante un intento de control excesivo y (hasta hoy) ilegal por parte del futuro presidente de la República. El tercer punto no es menos relevante: "nosotros no estamos de acuerdo con su política de perdón y olvido a los corruptos de este país". El combate a la corrupción, bandera y eje de la campaña lopezobradorista, está en entredicho con la declaración del Presidente electo de que habrá perdón y olvido para los actos de corrupción anteriores a su gobierno. Es, además, una franca invitación al latrocinio en los días restantes de la presente administración. AMLO ha creado un oxímoron nacional: quiere combatir la corrupción perdonando a los corruptos.
No puedo estar más de acuerdo con las palabras de Alfaro: "En Jalisco vamos a castigar a los corruptos con o sin el aval del gobierno federal. En Jalisco los corruptos irán a la cárcel, no de vacaciones". Una verdadera batalla contra la corrupción requiere las señales adecuadas, el día en que en este país veamos al cargo público de mayor rango tras las rejas (luego de comprobarse su culpabilidad), ese día iniciará la verdadera campaña anticorrupción.
En medio de una batalla decisiva por su vida, Hamlet habla para la posteridad literaria en un monólogo épico, definitivo para la condición humana: "Ser o no ser, ése es el punto. ¿Cuál es más digna acción del ánimo, sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta, u oponer los brazos a este torrente de calamidades, y darlas fin con atrevida resistencia?". Cuando está de por medio el pacto federal de la nación, el respeto a la soberanía de los estados, la batalla no es menor.
El futuro gobernador de Jalisco ha escogido ser.
@eduardo_caccia
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