Por VICENTE MÁRQUEZ
Venezolanos residentes en Barcelona piden la salida del presidente Nicolás Maduro el miércoles 23 de enero del 2019, poco después de que el presidente de la Asamblea Nacional Juan Guaidó desconociese su gobierno y se declarase presidente interino. (AP Photo/Manu Fernández)
BARCELONA (AP) — Cuando María Eugenia Pirona se fue de Venezuela y se radicó en España hace seis meses, había perdido toda esperanza de que las cosas mejorasen en su patria. Abogada y ex funcionara pública, Pirona ya no llevaba una vida desahogada en medio de la creciente agitación política y económica.
Su pensión había sido reducida y, al igual que le pasó a todos los venezolanos, la hiperinflación hacía que sus ahorros no sirviesen de mucho. Cuando fue agredida por matones partidarios del oficialismo por su oposición a los gobiernos de Hugo Chávez primero y Nicolás Maduro después, decidió que había llegado la hora de irse. Vendió su auto y se compró un pasaje a España, dejando a su madre y su casa.
Ahora que el dirigente opositor Juan Guaidó se declaró presidente interino y fue reconocido por Estados Unidos y otros países, Pirona espera que pronto podrá regresar a Caracas.
“Qué alegría que llegó la libertad... que se sacó al usurpador”, dijo Pirona el miércoles pasado, mientras observaba una manifestación de miles de venezolanos en Barcelona que salieron a las calles poco después de que Guaidó se declarase presidente interino. “Vamos a regresar a ayudar a Venezuela a levantarse”.
Según la Organización Internacional para las Migraciones, la diáspora venezolana pasó de las 695.000 personas viviendo en el exterior en el 2015 a 2,3 millones el año pasado. En la vecina Colombia, la cantidad de venezolanos subió de 48.000 a 870.000 en ese lapso y miles más se fueron a otros países de América Latina y a Estados Unidos.
La cantidad de personas nacidas en Venezuela que viven en España subió de las 165.000 del 2015 a 255.000 el año pasado, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas de España.
Pirona dijo que vino a España por razones culturales y por el idioma común. También porque Venezuela recibió a muchos españoles que le escapaban a la dictadura de Francisco Franco (1939 a 1975). El traslado fue traumático.
Igual que tantos otros venezolanos que cruzaron el océano y vinieron a España, Pirona es una profesional que se ve obligada a hacer lo que sea para sobrevivir. Tiene 55 años y dice que a su edad es difícil empezar de nuevo. Por ahora limpia casas mientras espera que se procese su pedido de asilo.
“Prefiero esto mil veces al sufrimiento y la persecución, y a ver sufrir tanto a mi pueblo venezolano”, expresó.
Ricardo Caballero se vino desde San Cristóbal a Barcelona hace 17 años, poco después de que Chávez fuese reelegido. Tuvo varios trabajos e incluso durmió en las calles antes de asentarse. Hoy trabaja como instructor físico, está casado y tiene dos hijos. Ha ayudado a muchos parientes, amigos y extraños que se vienen de Venezuela, a menudo permitiéndoles dormir en un sillón de su casa.
Caballero y Pirona se conocieron en una iglesia. Ella estaba llorando. Él reconoció su acento venezolano y se ofreció a ayudarla. Al poco tiempo le había encontrado un trabajo en la limpieza de casas.
“Trato de ayudar a la gente para que no pase por lo que yo pasé, para que no los estafen”, dijo Caballero, quien tiene 42 años y que una vez fue timado al alquilar una habitación por la internet, que resultó no existir. No planea volver a Venezuela, pero las últimas novedades le hacen albergar esperanzas de que otros venezolanos que desean regresar puedan hacerlo.
Pirona y Caballero siguen de cerca las noticias de su país.
El sábado, el gobierno español y otras naciones de la Unión Europea --Alemania, Francia y Gran Bretaña-- dieron un ultimátum a Maduro.
“España da ocho días al gobierno de Nicolás Maduro para convocar elecciones libres, transparentes y democráticas, y si no ocurre, reitero, si no ocurre esto, España reconocerá a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela de convocar dichas elecciones”, manifestó el presidente del gobierno Pedro Sánchez en un discurso televisado.
Si bien España no reconoció de inmediato a Guaidó, como sí hicieron Estados Unidos, Canadá, Brasil y otras naciones, Pirona no tiene nada que reprocharle al país que la recibió.
“Nos dan apoyo, no están de acuerdo con lo que sucede en Venezuela”, manifestó. “Le estoy muy agradecida a España”.
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Los reporteros de la Associated Press Renata Brito y Joseph Wilson colaboraron en este despacho.
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