Día de muertos, patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad /Fred Alvarez
@fredalvarez
"Me hubiese gustado ser únicamente un canto; mi vida así habría podido durar...” Edmond Jabés.
La muerte es la realidad más dolorosa, más misteriosa y a la vez, más inevitable de la condición humana, y es que "el hombre es un ser para la muerte",...
¡Y al que teme a la muerte la llevará sobre sus hombros!, dice el poeta español Federico García Lorca.
Estos días son de tradición por el día de muertos.
Pero no debemos confundirnos con el Jalouín o Noche de Brujas que se celebra, de acuerdo a los mitos y tradiciones celtas la noche del 31 de octubre, ¡eso no es nuestro!
Lo celebran otras sociedades principalmente en los Estados Unidos, Canadá, Irlanda y el Reino Unido.
En México es distinto.
Celebramos el día de muertos o de los fieles difuntos..
Se trata de una popular fiesta cristiana que tiene un origen prehispánico -tiene por lo menos 3 mil años de existencia-, que honra a los difuntos este día..
Por eso la Unesco declaró hace años a la festividad como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad..
¿Y como festejarlo?
Hay muchas formas.
Dicen que el lugar donde se coloca se convierte en un espacio sagrado.
¿Y cómo instalarla?
Para los que saben es cosa de niños, pero para los que no, se necesita un guía, un especialista, si queremos cumplir con lo que establece la tradición.
Debemos tener presente que ¡el lugar donde se pone la ofrenda se convierte en un lugar sagrado!
Recomiendo los consejos que nos enseña la maestra arqueóloga Alicia Luján Delgadillo de la universidad Veracruzana, a saber:
i) Sobre él altar se depositara la ofrenda, el arco engalanado será la entrada por donde las almas de los muertos pasarán a morar por breve tiempo y disfrutará de las viandas preparadas en su honor;
ii) Sobre la mesa – dice la profesora- se confeccionarán dos a tres escalones a manera de pedestal, se cubrirá todo con un mantel blanco y encima se pondrá papel china de colores picado;
iii) En los escalones se colocará enseguida una lámpara de aceite, veladoras, un vaso con agua; se distribuyen en la mesa panes de ajonjolí y de huevo con manteca, tamales rancheros en hoja de plátano o de Papantla, tamalitos de pollo, de pipían con fríjol gordo y de dulce con pasitas en hojas de totomoxtle, atole de guayaba o de piña, champurrado, chocolate, y alguna bebida predilecta –cerveza o aguardiente-, cigarros y fósforos.
Además, no se debe olvidar las calaveras de azúcar y el llamado “pan de muerto”;
iv) Con carrizos se forman dos arcos, uno atrás y otro al frente con sus travesaños correspondientes, va recargado sobre la pared donde penderán en su mayoría las imágenes que son de devoción familiar;
v) 5 Los arcos pueden ser en forma de media campana o rectangulares, se forran con rama tinaja, tepejilote y palmilla, se alterna alrededor flores amarillas (cempoalxoxhitl), manitas de plátanos“campechanitos”, berenjenas silvestres, nísperos, canastitas, banderitas, jaras y cortinas confeccionadas con papel china con rehiletes, y;
vi) Por último, justo a las doce del día y por la noche del día primero de noviembre – día de Todos Santos- debe haber rezos. Sólo así las almas o ánimas de los muertos se deleitarán con lo ofrendado.
¡Ah! y no olvidar que al día siguiente; el dos de noviembre, deberán ir al camposanto llevando agua bendita, flores naturales y coronas de flores de papel encerado.
Y por cierto, ´nunca deben faltar los retratos de los familiares y amigos de los difuntos, como lo rescata muy bien Holywood con la película “Coco”.
La muerte en la poesía
Dice el poeta argentino Juan Gelmán que "La muerte lo enseñó que no se muere de amor. Que Se vive de amor…“
José Hierro nos dice que “Aquel que ha sentido una vez en sus manos temblar la alegría
no podrá morir nunca….“
José Marti dice que “hemos de morir para que el olvido perfecto
nos haga nacer, de nuevo, sabiéndonos... "
El poeta español Pedro Gandia señala que no debemos temer nuestra muerte..
: No he de temer mi muerte
pues en ti viviré…
Y además de que
“Después de tanta muerte, aprendí la verdad
del amor…“
El poeta oaxaqueño Andrés Henestrosa musicalizó un poema de su autoría que dice…
“Niña cuando yo muera,
no llores sobre mi tumba,
cántame un lindo son (…)
cántame la zandunga...
Toca el bejuco de oro,
el rey de todos los sones,
canta la Martiniana (…) que alegra los corazones...
"¡No me llores, no!
No me llores, no,
Porque si lloras yo peno,
En cambio si tú me cantas
Yo siempre vivo,
y nunca muero…" .
Por eso vale la pena vivir aunque sea soñando...
PD. Dice el poeta español Alfonso Costafreda:
“Ha muerto mi padre.
Se repite su ausencia cada día
en el hogar vacío.
Yo pregunto,
y además de la ausencia y además
de perder los caminos de esta tierra,
¿qué es la muerte?
Yo te pregunto, padre, ¿qué es la muerte?
¿Has hallado la paz que merecías?
¿Encontraste cobijo en nueva casa
o vas errante, y sufres bajo el frío
del invierno más grande, del total
desamor?..."
Mi padre nació en Baymena, Choix, Sinaloa, el 16 de febrero de 1919, y murió en Los Mochis, Sinaloa el mediodía del 7 de marzo de 2004; hijo de padres yoremes; Fermina Gámez y Bartolo Alvarez; habitó por esos lugares 85 años y por ello tuvo la posibilidad de disfrutarlos intensamente...
(En la imagen de arriba, Balbaneda Barraza Burgos (1906-2004?), madre de mi madre..
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