Oran en Catedral por un proceso electoral sereno, legal y equitativo
El Obispo de la Diócesis de Mazatlán, Mario Espinosa Contreras, y el vicario general de la Diócesis, Jaime Aguilar Martínez piden a Dios, además, la luz para votar con sabiduría
ANA KAREN GARCÍA |
Noroeste, 10/03/2024
El Obispo Mario Espinosa y el vicario Jaime Aguilar oran para que los resultados de las elecciones traigan una nación basada en la justicia y solidaridad. ( Foto: Noroeste/Carlos Zataráin )
Durante la misa dominical celebrada en la Catedral de la Inmaculada Concepción, el Obispo de la Diócesis de Mazatlán, Mario Espinosa Contreras, y el vicario general de la Diócesis, Jaime Aguilar Martínez, pidieron a los presentes orar por un proceso electoral sereno, legal y equitativo, como parte de una jornada que se instituyó a partir de diciembre.
“Oración en el proceso electoral. ¡Oh Dios!, que nos amaste hasta el extremo al enviarnos a tu hijo nacido de la Virgen María, quien en su maternal solicitud asumió en el Tepeyac nuestra identidad y desde entonces es parte fundamental de nuestra historia”, inició la oración el párroco Jaime Aguilar.
$!Oran en Catedral por un proceso electoral sereno, legal y equitativo
De cara a las elecciones del 2 de junio, el presbítero pidió a Dios que las condiciones para llevar a cabo el sufragio sean favorables y los resultados abonen a la construcción de una nación basada en la justicia y solidaridad.
“Concédenos por la poderosa intercesión de la madre del verdadero Dios, por quien se vive, la luz para elegir con prudencia y responsabilidad a nuestros gobernantes y legisladores, y que el proceso electoral sea sereno, legal y equitativo para que construyamos una nación más justa y solidaria”, mencionó.
“¡Santa María de Guadalupe, Reina y Madre de México, salva nuestra patria y conserva nuestra fe!”, concluyó el Obispo.
Exhortan a conducirse en el camino del bien
De igual manera. Monseñor Espinosa Contreras, en su mensaje del cuarto domingo del tiempo de Cuaresma, invitó a los feligreses a inspirarse en Dios para mantener sus relaciones humanas en su vida cotidiana, destacando la bondad y misericordia.
“Dios no condena al mundo, sino que quiere que nos salvemos, que el mundo se salve, no tiene Dios una actitud belicosa, una actitud rechazante, una actitud ominosa para nadie, cual sea su vida o su conducta o su proceder, sino siempre está rico en misericordia, en piedad y en clemencia”, dijo el Obispo.
“Esa es la grandeza de nuestro Dios, su grandeza no está en el poder para oprimirnos, sino en su poder infinito para amarnos, para reconstruirnos, para mentalizarnos, para darnos energía y para darnos salvación”, continuó.
De esta manera, exhortó a la comunidad eclesiástica a mantener la actitud que tienen el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que no quieren la condenación de nadie sino la salvación; además de obrar siempre con un caminar lo más rectamente posible.
“Eso mismo nos inspira Dios a nosotros, de no ser duros, de no ser cerrados, de no ser inmisericordes, sino por el contrario sensibles, humanistas, humanos, con la apertura del corazón y de la mente para todas las personas.
“El prójimo tiene el deber y la misión de caminar lo más rectamente posible en la vida y a nosotros nos corresponde pedir para que así sea en todos los hombres y mujeres, y sobre todo a los padres y madres de familia orientar a sus hijos y aconsejarlos para que obren de esa manera, y tengan también inspiración en nuestro Dios que es grande en misericordia, en bondad y en buscar el bien para todos”, recomendó.
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