Columna Itinerario Político/Ricardo Alemán,
El Universal, 28 de octubre de 2009;
AMLO, el dinero lo delata
En las últimas horas, el alicaído aspirante presidencial más notable de la última década se ha involucrado en cinco escándalos mediáticos que cuestionan no sólo la llamada “honestidad valiente”, sino que obligan a repreguntar: ¿de dónde salen carretadas de dinero para un movimiento político nacional, si AMLO y sus leales no trabajan?
Dice la voz popular: “Todo se puede ocultar, menos el dinero y lo pendejo”. El diario La Razón documentó que el pasado lunes 26, durante el mitin de AMLO frente al Senado —en arenga contra mafias empresariales y políticas que saquean al pueblo—, su hijo Andrés Manuel López Beltrán calzaba zapatos deportivos de la marca Louis Vuitton, que cuestan 11 mil 900 pesos.
Ese mismo lunes, el diario Reforma exhibió despilfarro en la CNDH que incluía —según el diario— cheques para Pío Lorenzo López Obrador, hermano de Andrés. El mismo lunes, José Ramiro López Obrador renunció al cargo de jefe del PRD en Tabasco —luego del descalabro electoral del domingo previo—, en medio de severos señalamientos de ineficacia política y malos manejos de dinero.
También el lunes 26, el diario Milenio documentó que Claudia Sheinbaum —brazo derecho de AMLO, esposa de Carlos Ímaz, el de los millones en bolsas de súper, y la responsable de la construcción de los segundos pisos de Periférico, cuyo costo fue escondido por ley— ha inaugurado 46 casas “de la Cuarta República” de AMLO en todo el país, que son centros de promoción y propaganda rumbo a 2012. En total se instalarán 56 casas en todo el país.
El domingo 25, en el Zócalo capitalino, el aliado número uno de AMLO, el señor René Bajarano —de los millones y las ligas— prometió al SME regalar 80 mil despensas y la movilización de miles de personas en poyo a su movimiento. Acompañó a Bejarano el líder de la APPO, Flavio Sosa, a cuyo movimiento —según versiones oficiales— habría financiado AMLO.
La “honestidad valiente” no resiste la menor auditoría —no se diga congruencia y ética—, pues AMLO y sus leales no pueden comprobar el origen lícito de las carretadas de dinero que gastan. ¿Quién financia “el movimiento”, la manutención familiar de AMLO, decenas de colaboradores, viajes, automóviles, gasolina, comidas, hoteles, rentas, casas, trajes...?
Seguro sobra el dinero, para que el Junior de AMLO calce Louis Vuitton, la familia vista Hugo Boss, relojes Tiffany y viajen con frecuencia a Europa… abunda el dinero para hacer política en Tabasco, crear medio centenar de casas de apoyo al proyecto presidencial y, claro, regalar 80 mil despensas. ¿Quién paga… de dónde sale tanto dinero? El dinero los delata. Al tiempo.
En las últimas horas, el alicaído aspirante presidencial más notable de la última década se ha involucrado en cinco escándalos mediáticos que cuestionan no sólo la llamada “honestidad valiente”, sino que obligan a repreguntar: ¿de dónde salen carretadas de dinero para un movimiento político nacional, si AMLO y sus leales no trabajan?
Dice la voz popular: “Todo se puede ocultar, menos el dinero y lo pendejo”. El diario La Razón documentó que el pasado lunes 26, durante el mitin de AMLO frente al Senado —en arenga contra mafias empresariales y políticas que saquean al pueblo—, su hijo Andrés Manuel López Beltrán calzaba zapatos deportivos de la marca Louis Vuitton, que cuestan 11 mil 900 pesos.
Ese mismo lunes, el diario Reforma exhibió despilfarro en la CNDH que incluía —según el diario— cheques para Pío Lorenzo López Obrador, hermano de Andrés. El mismo lunes, José Ramiro López Obrador renunció al cargo de jefe del PRD en Tabasco —luego del descalabro electoral del domingo previo—, en medio de severos señalamientos de ineficacia política y malos manejos de dinero.
También el lunes 26, el diario Milenio documentó que Claudia Sheinbaum —brazo derecho de AMLO, esposa de Carlos Ímaz, el de los millones en bolsas de súper, y la responsable de la construcción de los segundos pisos de Periférico, cuyo costo fue escondido por ley— ha inaugurado 46 casas “de la Cuarta República” de AMLO en todo el país, que son centros de promoción y propaganda rumbo a 2012. En total se instalarán 56 casas en todo el país.
El domingo 25, en el Zócalo capitalino, el aliado número uno de AMLO, el señor René Bajarano —de los millones y las ligas— prometió al SME regalar 80 mil despensas y la movilización de miles de personas en poyo a su movimiento. Acompañó a Bejarano el líder de la APPO, Flavio Sosa, a cuyo movimiento —según versiones oficiales— habría financiado AMLO.
La “honestidad valiente” no resiste la menor auditoría —no se diga congruencia y ética—, pues AMLO y sus leales no pueden comprobar el origen lícito de las carretadas de dinero que gastan. ¿Quién financia “el movimiento”, la manutención familiar de AMLO, decenas de colaboradores, viajes, automóviles, gasolina, comidas, hoteles, rentas, casas, trajes...?
Seguro sobra el dinero, para que el Junior de AMLO calce Louis Vuitton, la familia vista Hugo Boss, relojes Tiffany y viajen con frecuencia a Europa… abunda el dinero para hacer política en Tabasco, crear medio centenar de casas de apoyo al proyecto presidencial y, claro, regalar 80 mil despensas. ¿Quién paga… de dónde sale tanto dinero? El dinero los delata. Al tiempo.
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