- “El Chapo” reestructura y expande su imperio/ANABEL HERNÁNDEZ
Revista Proceso No. , 24 de febrero de 2013
Lejos
de las versiones que lo dan por muerto, El Chapo Guzmán parece más fuerte que
nunca. Su organización, el Cártel de Sinaloa, está afianzándose en México y
expandiéndose por todo el continente, de acuerdo con un análisis de la
Procuraduría General de la República. El área de inteligencia de la dependencia
advierte que en su disputa con organizaciones rivales por el control del
territorio nacional, la mafia de Guzmán derramará en el país mucha más sangre
de la que ya ha corrido en los últimos años. Entretanto, los enviados del
sinaloense tejen alianzas directas con los narcos centroamericanos y de
Colombia para prescindir de los intermediarios en sus adquisiciones y traslados
de cocaína.
A
un cuando ya tiene el control en 20 de las 32 entidades federativas y cada vez
extiende su poder más allá de México, el líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín
Guzmán Loera –designado como enemigo público número uno en Chicago, al parejo
del legendario Al Capone, según la administración federal antidrogas de Estados
Unidos (DEA)–, pretende expandir su imperio aún más.
Catalogado
por la revista Forbes como uno de los multimillonarios más destacados del
mundo, en los últimos meses El Chapo comenzó a reestructurar su organización
criminal e incluso reclutó a menores de edad a los que habilita como
“informantes”; ahora, además de dedicarse al tráfico de mariguana, heroína y
cocaína, cuenta con personal que le ayuda en la elaboración, distribución y
venta de drogas sintéticas.
El
Chapo no sólo busca mantener su hegemonía sino también hacer crecer sus
dominios y acabar con sus rivales en los próximos meses, de acuerdo con un
documento elaborado por investigadores del Centro de Planeación, Análisis e
Información para el Combate a la Delincuencia (Cenapi) de la PGR a finales de
la administración calderonista, según el cual el capo sinaloense modificó su
organización y redefinió su estrategia para mantener su poder, ampliar sus
territorios y obtener la protección del nuevo gobierno priista.
Y
mientras para Enrique Peña Nieto y sus colaboradores El Chapo es innombrable y
la palabra cártel ha sido borrada de los discursos oficiales –como si las
organizaciones criminales ya no existieran–, el Cártel de Sinaloa se reposiciona
para enfrentar a sus rivales.
Según
la información obtenida, el grupo delictivo que lidera El Chapo “tiene las
raíces más profundas, lo que le proporciona flexibilidad y habilidades
considerables de penetración social e institucional y le confiere proyección
internacional. Es la más compleja de las organizaciones del narcotráfico en
México, agrupa varias estructuras y grupos delictivos”.
A
diferencia de otros grupos criminales, la mayoría de las veces El Chapo y sus
seguidores han podido mantener la cohesión de sus estructuras y, según admite
la PGR por primera vez de manera explícita, hoy son los más poderosos.
“Sus
redes de protección institucional están más desarrolladas, por eso pueden
desplegar mayores capacidades logísticas”; el Cártel de Sinaloa es omnipotente
y omnipresente, pues hoy tiene presencia también en Centro y Sudamérica. Y
advierte:
“Reforzará
sus posiciones en Centroamérica y Sudamérica. Las funciones de protección
institucional están más desarrolladas que las de su competidor (el Cártel de)
Los Zetas. En la zona cuentan con rutas de tráfico terrestres y costeras, así
como con áreas de almacenamiento.”
El
Cártel de Sinaloa tiene presencia en por lo menos 20 de las 32 entidades
federativas de México. Según se desprende del análisis, se avizora un
incremento de la violencia en por lo menos 16 estados de la República.
Nuevo
“modus operandi”
Desde
enero de 2001, cuando se escapó del penal de máxima seguridad de Puente Grande,
Jalisco, se han tejido innumerables mitos sobre El Chapo: que fue capturado y
lo dejaron escapar, que fue ejecutado –esta versión ha circulado por lo menos
una decena de veces–, como ocurrió el jueves 21 en el departamento de Petén en
Guatemala, lo que resultó falso.
Lo
cierto es que en los últimos 12 años el capo sinaloense se convirtió en un
narcotraficante todopoderoso. El análisis del Cenapi afirma por primera vez que
el Cártel de Sinaloa –rebautizado por la dependencia como Cártel del Pacífico–
es la organización más poderosa porque tiene mayor protección de las
instituciones responsables de combatir el crimen y el narcotráfico.
“Sus
redes de protección institucional están más desarrolladas, por eso pueden
desplegar mayores capacidades logísticas”, indica el documento; señala como
presuntos cómplices de la organización a empresas, empresarios, presidentes y
expresidentes municipales, jueces y hasta procuradores regionales en diferentes
estados.
El
Chapo controla ya el tráfico de mariguana, cocaína y heroína dentro y fuera del
país, y ahora incursiona de manera más agresiva en la producción de
metanfetaminas. Lo mismo en Jalisco, donde proliferan los narcolaboratorios,
que en el llamado Triángulo Dorado, el cual abarca los estados de Sinaloa,
Durango y Chihuahua.
La
investigación de la PGR indica que en el Triángulo Dorado se encuentran
laboratorios de “diferentes grados de sofisticación y capacidad instalada”.
Cita incluso el de Tamazula, Durango, “que llamó la atención por las grandes
dimensiones del inmueble que permitía, de manera simultánea, contar con una
gran capacidad de almacenaje de precursores químicos y enervantes y para alojar
al personal que laboraba en sus instalaciones”. El laboratorio fue desmantelado
el 6 de agosto de 2009.
Además
del negocio de la droga, la información oficial reconoce que existen “ilícitos
conexos” en los que participan integrantes del Cártel de Sinaloa, como la
“extorsión, la privación ilegal de la libertad en la modalidad de secuestro
(contra empresarios de bajo y mediano perfil)”, así como levantones de los
grupos rivales.
Para
incrementar el control del territorio donde mantiene presencia, agrega, El
Chapo recluta a menores de edad para evitar que su estructura se vea afectada
por las bajas durante las confrontaciones con sicarios de otras organizaciones
o con las policías y las tropas del Ejército y la Marina; ellos “no son sujetos
a sanciones jurídicas equiparables con las de los adultos, lo que les permite
evadir la cárcel y reintegrarse en el corto plazo a las actividades
criminales”.
En
su “seguimiento de información” la PGR indica que los integrantes de grupos
como Los Ántrax y Sanguinarios del M1 son los encargados de enganchar a menores
en las escuelas, sobre todo en las secundarias.
“Se
observa que ese sector constituye el grueso de las bases de la organización, en
tanto les son asignadas tareas específicas a partir del comportamiento y
lealtad que demuestren, dado que son fácilmente manipulables y sustituibles en
caso de ser detenidos o asesinados por sus contrarios o por autoridades”, dice
el documento.
La
mayoría de ellos son utilizados como informantes, “ya sea en las inmediaciones
de los barrios y colonias donde viven, o a través de internet y en las redes
sociales”. Además suelen integrarse a las pandillas y grupos afines a la
organización en las entidades donde ésta tiene presencia.
A
uno de esos grupos se le conoce como Los Chapitos y sus integrantes son
considerados “el ala juvenil de la organización”. Según el documento, tienen
presencia en Nuevo Laredo y Ciudad Juárez.
Liderazgos
emergentes
De
acuerdo con el documento de la PGR son tres los líderes del Cártel del Pacífico:
Joaquín Guzmán Loera, quien es considerado el ícono de la organización; Ismael
El Mayo Zambada, el estratega, y Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, el
negociador.
La
organización es considerada la más sólida y poderosa dentro y fuera del país y también
como la que “mayor número de desafíos” tiene, no tanto por los ataques de las
corporaciones policiacas, sino por los embates de los pistoleros de los
cárteles enemigos.
En
los reacomodos de las organizaciones criminales como resultado de la llamada
“guerra contra el narcotráfico” –que durante el sexenio de Felipe Calderón
provocó más de 80 mil muertes– se define también a los tres principales rivales
del Chapo y su clan: Los Zetas, el Cártel de los Beltrán Leyva y el Cártel de
Juárez –que decidieron aliarse para disputarle la hegemonía a los capos de
Sinaloa–, además de organizaciones
menores, como el Cártel Independiente de Acapulco (CIDA).
Como
parte de la reestructuración de los grupos de narcotráfico, el “seguimiento de
información” de la PGR señala que el Cártel de Sinaloa también ha hecho
“alianzas circunstanciales” con La Familia Michoacana, Los Valencia y el Cártel
del Golfo.
La
dependencia prevé un recrudecimiento de la violencia en Ciudad Juárez, pese a
que pareciera que disminuye. Y aun cuando la guerra entre los cárteles ha
absorbido “cuantiosos recursos”, subraya el análisis, los cárteles de Juárez y
de Sinaloa no ceden.
El
documento identifica a tres “hombres clave” de la organización del Chapo en
Chihuahua: Paulino Guerrero Estrada, su lugarteniente; Félix Valderrama
Esparza, líder de Los Sinaloas, y los hermanos Ángel, Francisco, Juan Ramón,
Guillermo y Valentín Olivas Olivas, integrantes de la célula Los Huarachudos.
Otros
territorios donde es posible que se recrudezca la violencia son: Veracruz,
Guerrero, Baja California, Tamaulipas, sobre todo en las ciudades de Nuevo
Laredo y Ciudad Victoria, así como en algunas zonas de Colima, Nayarit, Sinaloa
y Jalisco.
“En
Durango se observará una aparente calma, prevalecerán los enfrentamientos
posiblemente entre grupos locales bajo el mando de Joaquín Guzmán Loera, El
Chapo, y Los Zetas, específicamente en la región de la Comarca Lagunera y el
Triángulo Dorado”. Ahí, según el documento, “los posicionamientos son más
rígidos, y los comportamientos, más violentos”.
Y
agrega: “En Jalisco, el cártel persistirá para cohesionar a la vertiente de
Ignacio Coronel Villarreal, autodenominada Cártel de Jalisco Nueva Generación y
su brazo armado Los Matazetas. En esta zona, además, encara las incursiones de
Los Zetas procedentes de Zacatecas, para ello usa una célula disidente de La
Resistencia”.
A
la organización, concluye el documento, le es “útil” hacer ostensible la violencia,
y aunque este esquema le ha resultado efectivo, mantendrá un “bajo perfil”,
mientras que en entidades como Tamaulipas intentará “tener notoriedad”.
Los
presuntos cómplices
El
análisis de la Cenapi incluye una relación de personas y empresas que
presuntamente están involucradas con el cártel del Chapo y serían parte de su
estructura criminal.
La
lista incluye varios estados que, según el informe de la PGR, forman parte de
las redes de poder del clan del Chapo.
En
Baja California se menciona la empresa Grupo Ambiental del Noroeste y la
compañía Mina International Group Inc. Proceso detectó que la primera se dedica
a la prestación de servicio de reciclado de residuos peligrosos y tiene su sede
en San Diego, California.
En
Chihuahua, siempre según el documento de la Cenapi, aparece el nombre del
panista Francisco David Carrasco Carnero, presidente municipal de Julimes entre
2004-2007, quien “renta un rancho denominado Carrizo Viejo” supuestamente usado
para la siembra de mariguana.
En
Guerrero, los presuntos cómplices son Luis, Diógenes, Arquímedes y Lauro Justo
Herrera, de Azoyú, en la región de la Costa Chica. Se les acusa de la “compra y
venta de ganado”, así como de acopio y venta de armas de fuego; también se les
relaciona con Rogaciano Alba Álvarez, El Roga. Según el análisis, todos son
familiares de Omar Justo Vargas, alcalde de Azoyú, y hermanos del exprocurador
regional Héctor Justo Herrera.
Con
respecto a Jalisco, el presunto integrante del Cártel de Sinaloa es Octavio
Herrera Ávila, quien era juez municipal en el estado cuando se elaboró el
documento. Su hermano Francisco Herrera Ávila, de extracción panista, fue
alcalde de San Martín Bolaños en el periodo 2004-2006. El municipio se ubica
cerca de Zacatecas y se le conoce por haber en él mucha siembra de mariguana.
Asimismo,
se incluye en la lista al empresario Catarino Treviño Chávez, de Lagos de
Moreno, a quien se le adjudica el negocio El Potrero; al presunto líder del
Cártel de Jalisco Nueva Generación Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, quien
actúa bajo la fachada de empresario. Él vive con su esposa, Rita Parada, en
Zapotlán el Grande.
En
Michoacán los cómplices del Chapo son: Alberto Sosa, El Cali, quien “mantiene
el control de bares, cantinas, centros nocturnos y vacacionales”, y cuya zona
de influencia incluye los municipios de Jiquilpan, Sahuayo y Marcos
Castellanos, además de que opera en Quitupan, Valle de Juárez, Mazamitla,
Tamazula de Gordiano y Tuxpan”, en Jalisco; y Uriel Farías, El Paisa,
expresidente municipal de Tepalcatepec, quien fue encarcelado temporalmente en
2009 durante el michoacanazo. En 2012, un juez volvió a señalar los presuntos
nexos del Paisa con el Cártel del Milenio, una de las organizaciones aliadas al
Chapo.
En
cuanto a Sinaloa el documento de la PGR señala a Luis Guillermo Roiz Ruiz,
yerno del exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) Héctor Melesio
Cuén Ojeda, quien presuntamente tiene vínculos con Ismael El Mayo Zambada
García; también se señala como el “operador financiero” de la organización a
Juan José Esparragoza Monzón, El Negro, hijo de Juan José Esparragoza Moreno,
miembro de la tríada que encabeza la organización criminal del Chapo.
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