Adiós a Benedicto XVI/Fred Alvarez Palafox
“Todo tiene su tiempo...”Eclesiastés.
Publicado en la revista Código Topo de Excélsior, 4 de marzo de 2013 (este texto es un poco más extenso que el publicado)
La mañana de lunes 11 de febrero de 2013 nos despertamos en México con una noticia de primera magnitud, Joseph Aloisius Ratzinger (1927-), papa número 265, más conocido como Benedicto XVI se atrevió a romper una tradición de siglos: retirarse en vida, lo que soñaron varios de sus predecesores y no pudieron concretar.
Nadie en La Stampa- la sala de prensa del Vaticano-, esperaba la noticia; había en ese momento apenas cuatro periodistas. El papa leyó su renuncia en latín, lo que resultaba difícil de entender. Y Giovanna Cirelli de la agencia de noticias ANSA, gracias a que sabía el idioma entendió lo que estaba pasando en el consistorio convocado. Y con sabia decisión periodística y sabiendo que si se equivocaba se jugaba el cargo, escribió pocas líneas que partieron a las 11,47 horas Urbi et orbi- a la Ciudad de Roma y todo el Mundo-, como un flash: "Il Papa lascia il pontificato dal 28 febbraio”.
Y como era de esperarse la noticia se viralizó de inmediato por todo los rincones del mundo. Andrés Beltramo corresponsal de la agencia Notimex, no teniendo el acceso directo, pasó la noticia a la redacción pero perdió la nota aunque él fue el primero en enviar el twitter. Los otros periodistas se “colgaron” de la nota y ampliaron su informe. En algunos minutos, la sala de prensa se fue llenando de periodistas de todo el mundo, incrédulos ante la impresionante noticia.
En México, por los cambios de horario nos despertamos con la gran noticia. Muy temprano el periodista Mario Campos del Instituto Mexicano de la Radio, me pidió a botepronto mi opinión al respecto. Le dije tranquilo que la renuncia anunciada esa mañana no era para mi una sorpresa sino que era algo esperado, y que muchos analistas veíamos esa posibilidad.
Le comenté a Mario al aire que eso lo había expresado un año antes en la revista Código Topo del 5 de marzo de 2012. Además que no había mucho que adivinar, ya el propio papa Benedicto XVI había declarado meses antes al periodista alemán Peter Seewald que entendía como derecho –y a veces deber- que el papa dimitiera cuando piense que no se encuentra capaz física, mental o espiritualmente para desarrollar sus obligaciones.
La renuncia fue una novedad de facto pero no de iure, históricamente los casos de renuncia al pontificado han sido escasos: cuando mucho tres en toda la historia: Benedicto IX (1032), Celestino V (1294) y Gregorio XII (en 1415). Pero es el segundo en hacerlo libremente.
El primero fue el austero monje eremita Pedro Angelari da Morrone, más conocido Celestino V, quien fue elegido papa en julio de 1294 y seis meses después renunció al darse cuenta de que el cargo superaba a sus cualidades. En diciembre de 1294 leyó una bula de renuncia y murió dos años más tarde. Fue canonizado en 1313. Su renuncia fue acompañada de polémica acerca de la facultad de un Papa para dimitir. El debate fue resuelto por su sucesor Bonifacio VIII que justificó la renuncia de su predecesor siempre que lo hubiera hecho libremente.
Esta decisión históricamente fue aceptada como precedente legal, de modo que el Canon 332, 2º dice: “Si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no se requiere que sea aceptada por nadie”. Es decir, la renuncia deber ser libre tal y como lo señala el canon 188, debidamente manifestada y no aceptada por alguien.
Punto.
Estos sencillos enunciados tiene un alto significado. Debemos precisar que la del papa no fue una abdicación propiamente dicha sino una renuncia. Ese es el término técnico en el derecho canónico, e indica que la misión canónica sin vencimiento recibida por una persona se pone en manos de la autoridad que se la ha confiado. Por ello, libremente, Benedicto XVI expresó ante el Colegio de los cardenales que el jueves 28 de febrero entrará la Sede Vacante.
¿Qué dijo textualmente Benedicto XVI?
Sus palabras en su carta fechada el 10 de febrero son breves y concisas, dijo en latín:
“Los he convocado a este Consistorio (:..) para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino.
Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado. Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.”
La respuesta vino de inmediato, el cardenal Ángelo Sodano, decano del colegio cardenalicio, respondió:
“Le hemos escuchado con sentimiento de perdida, casi incrédulos. En sus palabras hemos notado el gran afecto que siempre ha tenido por la Santa Iglesia de Dios, por esta Iglesia que tanto ha amado. Ahora permítame decirle, en nombre de este cenáculo apostólico –el Colegio Cardenalicio– en nombre de estos sus queridos colaboradores, permita que le diga que le estamos más que nunca cercanos, como lo hemos estado en estos ocho iluminados años de su pontificado.
El 19 de abril de 2005, si bien recuerdo, al terminar el Cónclave yo le pregunté, con voz también azorada, por mi parte: '¿Aceptas tu elección canónica a Sumo Pontífice?' Y usted no tardó –también con azoramiento– en contestar diciendo que aceptaba, confiando en la gracia del Señor y en la materna intercesión de María, Madre de la Iglesia. Como María, ese día dio su “sí”, e inició su luminoso pontificado en el surco de la continuidad, de esa continuidad de la que tanto nos ha hablado en la historia de la Iglesia, en el surco de la continuidad con sus 265 predecesores en la Cátedra de Pedro, en el curso de dos mil años de historia, desde el apóstol Pedro, el humilde pescador de Galilea, hasta los grandes papas del siglo pasado, desde san Pío X al beato Juan Pablo II… santo padre, antes del 28 de febrero, como usted ha dicho, día en que desea poner la palabra “fin” a este su servicio pontifical, hecho con tanto amor, con tanta humildad, antes del 28 de febrero, tendremos forma de expresarle mejor nuestros sentimientos; así harán tantos pastores y fieles dispersos por el mundo, así harán tantos hombres de buena voluntad junto a las autoridades de muchos países… Su misión, sin embargo, continuará: ha dicho que estará siempre cerca con su testimonio y con su oración. Cierto, las estrellas en el cielo continuarán siempre brillando y así brillará siempre en medio de nosotros la estrella de su pontificado. Estamos cerca de usted, Padre Santo y bendíganos.”
No hay sorpresas en el breve texto de Ángelo Sodano, él sabía de la renuncia al igual que varios de sus colaboradores, incluyendo su hermano, Georg Ratzinger.
Insisto, teológicamente todo está muy claro y canónicamente previsto.
“Un pastor rodeado por lobos”.
¿Fue una salida fácil, o una huida ante los problemas de la Curia, como muchos dicen?
Considero en lo personal que no, aunque tampoco debemos decir que no le afectaron el haber convivido entre lobos y los casos de los denominados vatileaks, de paidofalia, o la crisis crisis del denominado banco vaticano, entre muchos otras.
Peter Seewal, firmó un artículo el 9 de febrero en el diario italiano Il Corriere della Sera, y reitera que Benedicto XVI lo hizo a tiempo, y que las crisis en la curia no fueron motivo de la renuncia.
Señala que la última entrevista que mantuvo con el Pontífice, fue hace diez semanas en el Palacio Apostólico, con el propósito de proseguir la reconstrucción de su biografía. En esa ocasión hablaron, entre otras cosas, sobre la relación de Benedicto XVI con sus padres; de cuando disertó del ejército hitleriano; y de los discos que solía escuchar para aprender idiomas. Y precisa que durante el encuentro, notó al papa más cansado de lo habitual, “el oído había disminuido, ya no veía del ojo izquierdo, y el cuerpo se estaba adelgazando”, y “se volvió muy delicado, todavía más amable y humilde, totalmente reservado. No parecía enfermo, pero el cansancio que se había apoderado de su persona, cuerpo y alma, no podía ignorarse por más tiempo”, añade.
Hagamos un rápido recuento de las grandes crisis en el papado de Benedicto XVI
• El caso de Marcial Maciel Degollado
Mucho se ha escrito del tema. (Los pecados del padre Marcial Macie /Fred Alvarez, Código Topo, 1 de junio de 2009). Sólo decir que a poco más de un año de haber iniciado su pontificado el papa alemán los castigó severamente por sus actos de pederastia y lo condenó a una “vida reservada de oración y penitencia”, prohibiéndole “todo ministerio público”. De un golpe lo bajo de los altares. Claro que ese castigo no dejó satisfechas a las víctimas de Maciel, que venían pidiendo un juicio formal ante los tribunales vaticanos, cosa que no se hizo. De ahí en adelante el tema de la pederastia fue una constante en su pontificado. Salieron a relucir muchísimos abusos de este tipo, encubiertos por episcopados de varios países y por el propio Vaticano. Era un grave problema que ya se venía dando desde hacía años pero que le estalló a Benedicto XVI, quien se dedicó a pedir perdón y a reunirse con algunas de las víctimas. En el caso de los Legionarios puso al cardenal Cardenal Velasio De Paolis persona de su confianza en la administración de la congregación y del movimiento Regnum Christi. El delegado papal ha señalado que los últimos siete años fueron muy difíciles para la Legión de Cristo y estimó que el próximo Capítulo General tendrá lugar a finales de 2013 o inicios de 2014.
Hace unos meses De Paolis le concedió al P. Álvaro Corcuera un periodo de descanso por motivos de salud para recuperarse de cara al próximo Capítulo general. "No se trata de la dimisión de un oficio ni del nombramiento de un director general sustituto”, precisa la nota, sino de un “tiempo de descanso solicitado y concedido al director general, que permanece con su cargo pero cesa en sus funciones hasta que sea convocado el próximo Capítulo general.
El padre Corcuera se recupera de una intervención quirúrgica. No sabemos que vaya a suceder con la Congregación ahora que llegue el nuevo papa. Seguramente Benedicto XVI ha dejado todo en orden.
• Sobre el vatileaks
Fue un viernes 10 de febrero- un año antes de la renuncia papal-, cuando el periódico italiano Il Fatto Quotidiano publicó un documento escrito originalmente en alemán y dirigido al Papa, calificado como “estrictamente confidencial”, en el que un alto prelado - cardenal Paolo Romeo-, especula que existe una secreta conspiración para asesinar al Papa, suceso que se daría antes de que concluyera 2012. Este reporte, que parecía un buen guión hollywoodense, se percibe como grilla palaciega de sucesión, y donde supuestamente estaría ya decidida la tendencia a favor del cardenal Ángelo Scola; en ese caso, se incluiría la abdicación de Benedicto XVI. (como ya sucedió).
El documento está dividido en tres partes: una se titula “Viaje a Pekín”, refiriéndose al viaje que el arzobispo Romeo hizo a China; en la segunda, “El secretario de Estado Tarcisio Bertone”, el cardenal Romeo revela los frecuentes enfrentamientos entre Bertone y Joseph Ratzinger, y por último “La sucesión del papa Benedicto XVI”, donde augura que el sucesor será el actual arzobispo de Milán, Ángelo Scola, a quien el Papa tendría en mucha estima. La información sobre un posible complot para acabar con el Papa aparece al final del documento, donde Romeo asegura que Benedicto XVI morirá en los próximos 12 meses.
Es evidente que la difusión del documento al periódico italiano se inscribió en una disputa de poder de los miembros de la curia vaticana, que buscaban provocar la salida del cardenal Tarcisio Pietro Bertone y fortalecer al cardenal Ángelo Scola.
Ese mismo 10 de febrero, el portavoz papal, Federico Lombardi, aseguró que la información difundida se trata de “divagaciones que no deben tomarse en serio en ningún caso”. Empero, el escándalo de las filtraciones generó una fuerte crisis al interior de la curia vaticana, por lo que durante abril de 2012 Benedicto XVI creó una Comisión Cardenalicia para esclarecerlas, pues los documentos eran reservados.
Semanas después, el viernes 18 de mayo de 2012, salió a la venta en todas las librerías de Italia el libro titulado Su Santidad. Las cartas secretas de Benedicto XVI, firmado por el periodista italiano Gianluigi Nuzzi El libro reproduce un total de 23 documentos privados del Vaticano sobre diferentes asuntos, algunos de ellos muy candentes. A lo largo de 352 páginas muestra cartas confidenciales al Papa y al secretario de Estado del Vaticano, así como varios documentos reservados, entre otros, de monseñor Georg Ganswein, secretario particular del papa.
Ahí se encuentran documentos sobre los Legionarios de Cristo, como una nota del padre Álvaro Corcuera que entregó personalmente al Papa durante un encuentro privado que sostuvieron el 17 de junio de 2010 en el Vaticano; una tarjeta con apuntes en alemán, confeccionada por Georg Gaenswein, luego de entrevistarse el 19 de octubre de 2011 con el sacerdote Rafael Moreno, ex asistente personal de Marcial Maciel, y un informe que consta de nueve puntos y 10 páginas redactado por el mismo delegado pontificio para la reforma de los Legionarios de Cristo, Velasio De Paolis, un año después de haber asumido sus funciones, donde da a conocer la difícil situación de la congregación fundada por Marcial Maciel.
La reacción del Vaticano fue inmediata. Calificó las filtraciones como un acto criminal y dijo que tomaría acciones legales por la publicación del libro con vatileaks.
Dos días después, el domingo 20 de mayo, la sala de prensa de la Santa Sede difundió un texto fechado el viernes, que dice: “La nueva publicación de documentos de la Santa Sede y de documentos privados del Santo Padre no son una discutible —y objetivamente difamatoria— iniciativa periodística, sino que asume claramente las características de un acto criminal. El Santo Padre, así como varios de sus colaboradores y de los remitentes de los mensajes a él dirigidos, han visto violados sus derechos personales de reserva y de libertad en la correspondencia.
Días después —la tarde del 24 de mayo— Domenico Giani, el comandante en jefe de la Gendarmería vaticana, detuvo a Paolo Paoletto Gabriele, el mayordomo de Benedicto XVI, acusado de ser la “garganta profunda” que difundió correspondencia privada de Benedicto XVI. El mayordomo fue acusado de “robo de la correspondencia de un jefe de Estado”, un delito equivalente al de “atentado contra la seguridad del Estado”, penado hasta con 30 años de cárcel.
Y como sabemos la mañana del sábado 6 de octubre de 2012 Paolo Gabriele fue declarado culpable. El veredicto de los jueces, Fuiseppe della Torre, Papanti pelletier y Venrando Marano fue:
"En nombre de Su Santidad Benedicto XVI, gloriosamente reinante, invocada la Santísima Trinidad, en base a los artículos 402, 403.1 y 4040.1, declaramos al acusado, Paolo Gabriele, culpable". La sanción impuesta es de un año y seis meses de prisión y de pagar los costos procesales.
Semanas después el papa lo perdona. La mañana del sábado 22 de diciembre –en víspera de navidad- Benedicto XVI visitó en la celda del vaticano, a su ex mayordomo para comunicarle la gracia de perdón. De inmediato Paolo Gabriele, casado, padre de tres hijos, vio abiertas las puertas de la cárcel y volvió a su hogar. Empero, sabiendo que no podrá retomar su antiguo trabajo ni seguir viviendo en el Vaticano, al parecer con posibilidades laborales, según se deduce del comunicado del Vaticano que indica: “La Santa Sede, confiando en la sinceridad manifestada, entiende ofrecerle la posibilidad de retomar con serenidad la vida junto a su familia”.
Sin embargo, el golpe para Benedicto XVI fue durísimo. Paolo era uno de los mismos de su “familia”.
Seewald le pregunto sobre el casos del mayordomo. Y el papa le respondió “No me dejo llevar por una especie de desesperación o de dolor universal”, “simplemente me parece incomprensible. Incluso teniendo en cuenta la persona, no entiendo lo que espera. No consigo entender su psicología”, dijo Benedicto XVI.
• Cambios en el banco vaticano
En mayo de 2012 el Consejo de Supervisión del Instituto para las Obras de Religión (IOR) destituyó a su presidente, Ettore Gotti Tedeschi, “por no haber desempeñado varias funciones de importancia primaria para su cargo”, según un comunicado difundido. No se precisaron las razones de la destitución del economista italiano, otrora a cargo de las operaciones italianas del Banco Santander y profesor de ética financiera en la Universidad Católica del Sagrado Corazón en Milán. El comunicado del Consejo Supervisor del IOR señala que ahora inician un "proceso de búsqueda de un nuevo y excelente Presidente, que ayudará al Instituto a restablecer relaciones amplias y eficaces entre el Instituto y la comunidad financiera, basadas en el mutuo respeto de los estándares bancarios internacionalmente aceptados". En tanto, la presidencia será asumida por el vicepresidente del IOR, Ronaldo Hermann Schmitz
Y apenas el 15 de febrero de 2013, cuatro días de darse a conocer la renuncia de Benedicto XVI, se nombró después de un riguroso selección, como nuevo director del IOR al alemán, Erns von Freyberg, fundador de la Daiwa Corporate Advisory GmgH, líder de la Asociación para los Peregrinos de Lourdes de la arquidiócesis de Berlín, y miembro de la Soberana Orden Militar de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta. Hubo varias reacciones.
¿Qué es el Instituto para las Obras de Religión (IOR)?
Es conocido comúnmente como el Banco del Vaticano, en otros tiempos se le denomino el Banco del Papa. Tiene su sede en la Ciudad del Vaticano; fue fundado por Pío XII en 1942 y tiene personalidad jurídica propia.
El IOR se vio manchado a principios de la década de los ochenta por el escándalo de la quiebra del Banco Ambrosiano de Roberto Calvi, encontrado ahorcado bajo un puente de Londres en 1982. La bancarrota entonces, originó la quiebra de una treintena de empresas, y aunque el Vaticano siempre rechazó cualquier responsabilidad sí admitió su "implicación moral" y decidió pagar 241 millones de dólares de la época a los acreedores de la entidad.
Hubo un personaje siniestro en esa institución de nombre Paúl Casimir Marcinkus, con el cargo de arzobispo; muchos lo conocieron como el banquero de Dios. Manejó durante casi veinte años -desde 1972 hasta su retirada en 1989- el IOR. La autonomía e independencia de que gozaba desde 1942 esta institución permitió al arzobispo Marcinkus una gran libertad de movimientos. Esta autonomía se tradujo en los oscuros contactos que mantuvo con los banqueros italianos Michele Sindona (asesor financiero de Pablo VI) y Roberto Calvi, cuyas aventuras financieras internacionales culminaron con la quiebra de sus bancos, en especial el Ambrosiano de Milán. El fraude dejó un agujero de 1,400 millones de dólares de entonces y muchos muertos.
Marcinkus estuvo implicado en la bancarrota del Ambrosiano que aparece reflejado en el filme El Padrino III. Varios libros e investigaciones periodísticas sostienen que además estuvo implicado en la muerte de Albino Luciani (el papa Juan Pablo I) teoría que nunca ha sido demostrada.
Monseñor Marcinkus murió en 2006 en Sun City, Arizona, EU a la edad de 84 años.
Empero, por los escándalos de entonces, el IOR fue reformado en 1989 por Juan Pablo II y actualmente cuenta con un patrimonio de cinco mil millones de euros y 33 mil titulares de depósitos, en su mayoría italianos, polacos, franceses, españoles y alemanes.
Por cierto, el 30 de diciembre de 2010, Benedicto XVI aprobó una ley para luchar contra el blanqueo de dinero en la instituciones financieras del Vaticano, con el objetivo de entrar en la llamada "lista blanca" o la lista de Estados que respetan las normas para la lucha contra el lavado de dinero.
Esas y otras situaciones difíciles estuvieron en la agenda de Benedicto XVI en los ´últimos meses de su papado.
Y regresando a lo anterior. Digamos que haciéndole caso a sus críticos, si ha Benedicto XVI lo hubieran doblegado los lobos de la curia y hubiera dimitido en plena crisis, entonces si hubiéramos hablado de un escape, de una huida por la puerta fácil.
No ha sido el caso. El papa alemán eligió un momento tranquilo de su pontificado y se dio tiempo. Curiosamente parecería que ha preparado todo. En lo personal considero que si.
¿Una coincidencia o es deliberado?
Hay coincidencias entre las fechas de renuncia de Benedicto XVI con la muerte de su predecesor Juan Pablo II. Karol Wojtyla nació el 18 de mayo de 1920 y murió el 2 de abril de 2005, a un mes y dieciséis días de cumplir sus 85 años. Benedicto XVI hará efectiva su renuncia el 28 de febrero de 2013, antes de cumplir 86 años el próximo 16 de abril, justo a un mes y dieciséis días.
“No se trata de agobiarnos mucho por la numerología u otras cábalas, lo cierto es que como poco es curioso. A uno le da por preguntarse si habrá elegido Benedicto XVI a propósito esa fecha, tan precisa, como un homenaje a su predecesor el beato Juan Pablo II”, escribió Luis Javier Moxó para la agencia de noticias Zenit.
¿ Qué pasará a partir de las 20.00 horas del 28 de febrero?
La respuestas está contenida en la norma que regula el proceso de elección de un nuevo papa: Constitución Universi Dominici gregis (abajo)
Benedicto XVI será siendo papa hasta las 20 horas del día 28 de febrero, con todos los poderes que le da el pontificado. Empero, justo a las 20 horas con un segundo dejará de ser Papa. En ese momento se declarará la Sede Vacante. Horas antes, el todavía papa se trasladará a la residencia en Castelgandolfo. Lo acompañarán su “familia” que ha tenido durante estos casi ocho años; sus secretarios Georg Ganswein y Alfred Xuereb, y sus asistentes; Carmela, Loredana, Cristina y Rossella, laicas miembros de la comunidad Memores Domini del Movimiento Comunión y Liberación.
Ahí esperará la decisión del cónclave y una vez elegido el nuevo papa, el ciudadano Joseph Ratzinger tiene previsto pasar el resto de sus días en el monasterio de monjas de clausura Mater Ecclesiae. Dicho monasterio está ubicado hacia el oeste de la Basílica de San Pedro y tiene además de los lugares habituales como una capilla y cuartos; un salón del coro, una biblioteca, un semisótano, una terraza y un salón para visitas.
En ese momento Benedicto XVI pasará a ser un hombre y ya no se llamará "Benedicto XVI". No está claro hoy cual será su cargo, la legislación no lo contempla. Creo que lo correcto será nombrarlo "Obispo Emérito de Roma". Ah y tendrá una pensión decorosa de 2500 euros, suficiente para vivir y escribir libros.
No creo que cambie su disciplina. Se levanta todos los días a las 5 de la mañana y termina la jornada a las 11 de la noche. Se informa de aquello que sucede en todo el mundo y lee los periódicos del mundo en diversos idiomas: alemán, italiano, inglés, francés y español. Es sobretodo un escritor "extremadamente cuidadoso, le gusta retirarse en el estudio y escribir con calma, controlando las fuentes personalmente y consultado su vasta biblioteca personal". Además no usa computadora sino que escribe a mano y después sus textos son transcritos y traducidos.
Quizá a partir del nuevo papado se instaure en la legislación canónica se incluya el retiro del Obispo de Roma a determinada edad, igual que lo deben hacer los casi cinco mil obispos que hay en el Mundo, finalmente el papa es un obispo más.
Que le vaya bien, y en lo personal no creo que vaya quedar "oculto para el mundo", se sentirá su presencia y seguramente escribirá varios libros más.
¿Y quién será el sucesor?
Benedicto XVI tiene todo previsto.
En cinco consistorios creó varios cardenales, hoy existen 117 electores, sesenta y siete electores fueron creados por Benedicto XVI, y los cincuenta restantes por Juan Pablo II. De Europa son 61, 19 latinoamericanos, 14 norteamericanos, 11 africanos, 11 asiáticos y 1 procedente de Oceanía. A diferencia de Juan Pablo II que creo varios cardenales mexicanos, Benedicto XVI sólo a uno: José Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara.
PD: Pietro da Morrone, Celestino V hoy es venerado como santo pero fue condenado por Dante en la Divina Comedia al infierno de los pusilánimes como “el que por cobardía hizo aquella gran renuncia”. Seguramente Benedicto XVI años después de su muerte será considerado sant, por el sólo hecho de haber tenido la valentía de hacer lo que casi nadie había hecho, renunciar en vida.
Lo vamos a extrañar.
La Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis
(El pastor de todo el rebaño del Señor), documento de 60 páginas promulgada por Juan Pablo II, por Juan Pablo II el 22 de febrero de 1996, , mediante la cual se regulan la vacante y la elección del pontífice romano.
Puntos más importantes hoy
¿Cuándo se celebra un cónclave?
Los cónclaves son convocados para elegir a un nuevo Papa entre el decimoquinto y veintésimo día desde el momento en que la sede apostólica es oficialmente vacante, sea por muerte como por renuncia, según establece el Código de Derecho Canónico.
¿Quiénes son los electores?
Los electores legítimos son los cardenales reunidos en el Colegio cardenalicio. Máximo 120. Estarán 117 electores. Sesenta y siete electores fueron creados por Benedicto XVI, y los cincuenta restantes por Juan Pablo II. De Europa son 61, 19 latinoamericanos, 14 norteamericanos, 11 africanos, 11 asiáticos y 1 procedente de Oceanía. Estas cifras no varían, como alguien dijo por ahí, aunque hay cardenales que en los próximos días cumplirán 80 años como el caso de Walter Kasper, Severino Poletto y el mexicano Juan Sandoval, todos estará en el cónclave, a menos que existan motivos de salud. De México estarán tres: Norberto Rivera Carrera; Juan Sandoval y José Francisco Robles Ortega, único cardenal nombrado por Benedicto XVI.
Lugar de las votaciones:
Las votaciones se realizarán en la Capilla Sixtina. La nueva modalidad es que ahora los cardenales se quedarán en una residencia moderna llamado “Domus Sanctae”, al cual no tendrá acceso ninguna persona ajena al cónclave. Desde allí serán trasladados a la capilla para cada jornada de votación.
Exhortos a los electores:
Se recomienda la práctica de encomendar a dos eclesiásticos la tarea de dirigir a los cardenales electores, dos exhortaciones antes del inicio del cónclave, sobre la importancia del acto que van a realizar.
Reglas del Secreto: normas para evitar el espionaje.
Se reafirman las reglas establecidas en 1975 por el Papa Pablo VI, que prohíben a los cardenales ingresar a la reunión con equipo electrónico.
Se restablece la norma de que dos “técnicos confiables” deberán cerciorarse que no haya aparatos de transmisión instalados en la zona del cónclave.
Les está prohibido mantener comunicaciones telefónicas o correspondencia con el exterior salvo casos de excepción justificada.
Se mantiene el más estricto secreto con respecto a todo lo que concierne directamente al “proceso electoral”. En ese sentido, los cardenales y quienes les ayuden durante las cónclaves deben jurar secreto y evitar contacto con el exterior, salvo en casos de emergencia.
Los cardenales se trasladarán de la Domus Santa Martha hasta la capilla Sixtina en un camión especial, debiéndose cuidar especialmente que ningún extraño a la elección se acerque a ellos.
Métodos de elección: por escrutinio.
Con esta Constitución se suprimen dos formas de elección que Pablo VI estableció durante su pontificado. El método “por aclamación”: cuando los cardenales electores, “inspirados por el Espíritu Santo”, anunciaban unánimemente el nuevo Papa, y “por compromiso”, cuando los cardenales “por circunstancias especiales” confiaban a un grupo restringido la elección.
Ahora el único método es - gracias a Dios- por escrutinio-único que subsiste ahora-, es el de la votación regular: dos tercios de los votos más uno, calculados sobre la totalidad de los electores presentes: 120 cardenales máximo.
Además, éstos no deberán haber sobrepasado los 80 años (como había ordenado Pablo VI en 1975).
Después de tres días de escrutinio sin resultado positivo, “éstos se suspenden por un día para una pausa de oración y de libre coloquio entre los votantes” para luego reanudar las votaciones durante siete escrutinios y un intervalo de un día si no se llega a un resultado. Y así sucesivamente.
Las papeletas, previamente confeccionadas, serán escritas a mano por los cardenales “con una caligrafía lo más irreconocible posible”.
Las papeletas de elección deberán ser quemadas dos veces por día, de mañana y de tarde e indicarán, por el humo que sale de la chimenea de la capilla Sixtina, si el Papa ha sido o no elegido (negro si la respuesta es negativa, blanco si es positiva).
Los electores que traten de imponer programas al nuevo pontífice serán excomulgados, no siendo aceptados en consecuencia “pactos, promesas u otros compromisos” pre-eleccionarios.
Respecto a los Cardenales mayores de 80 años.
Podrán participar en las congregaciones generales preparatorias. Y durante la celebración del cónclave se les invita a “guiar la oración del Pueblo de Dios en las Basílicas Romanas y en las diócesis esparcidas por el mundo”.
El mayor consenso posible en el nombramiento del nuevo Papa
Un decisión de Benedicto XVI fue que en todas las votaciones exista una mayoría de los dos tercios de los cardenales electores, así lo decidió en un 'motu proprio' hecho público el 11 de junio de 2007 en el L’Osservatore Romano y que se llama “De aliquibus mutationibus in normis de electione Romani Pontificis”, en el que se deja, luego de los 34 famosos escrutinios, la posibilidad de que los cardenales puedan decidir otro tipo de votación. Este otro tipo de votación puede ser el hecho de que son votables solo los cardenales que han recibido el mayor número de votos en la elección precedente, pero no será quien tenga más votos quien sea elegido, sino quien tenga, en cualquier caso, los dos tercios de los votos".
Pero todo apunta que se adelantará el cónclave visto que no hay funerales.
Y es que Juan Pablo II no consideró una ruta establecida para el relevo del papa para una situación de renuncia, sólo en caso de muerte. Por lo que director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Federico Lombardi, dijo el pasado 20 de febrero que el Papa Benedicto XVI está considerando la posibilidad de publicar un motu proprio (decreto) para precisar algunos puntos sobre el cónclave en el que se elegirá al nuevo Pontífice. Lombardi dijo que "no sé si (el Papa) considerará necesario y oportuno precisar la cuestión del tiempo del inicio del cónclave". "Lo veremos sí y cuando el documento se publique".
El sacerdote indicó que el texto servirá para "poner a punto algún que otro detalle con el fin de una armonización plena con otro texto relativo al cónclave, es decir el ‘Ordo Rituum Conclavis’".
De cualquier forma, concluyó, "la cuestión depende de la evaluación del Papa y, en todo caso, se dará a conocer en el momento oportuno".
Motu proprio de Benedicto XVI
El lunes 25 de febrero de 2013 –a tres días de la renuncia- se ha publicado el Motu proprio de Benedicto XVI, en el que se establece una serie de modificaciones para la elección de su sucesor.
¡Que curioso que el motu proprio haya sido fechado el 22 de febrero, exactamente el mismo día –pero de 1996-, que su predecesor Juan Pablo II firmó la Constitución apostólica “Universi Dominici gregis”
Entre algunos cambio están:
· Se les concede a los cardenales facultad de adelantar el cónclave;
· En el texto, se precisa que bajo "ningún cardenal elector podrá ser excluido de la elección ya sea activa o pasivamente, por ningún motivo o pretexto, con lo que queda firme lo prescrito entre los números 40 al 75 de la Constitución Universis Dominici gregis" del Beato Juan Pablo II:
Sabemos que por lo menos dos cardenales no asistirán al cónclave por diferentes motivos: Keith O’Brien, arzobispo de San Andrés y Edimburgo y Julius Riyadi Darmaatmadja, arzobispo emérito de Yakarta, Indonesia, de 79 años: el cónclave se reduce a 115 cardenales.
· El documento señala además que "todo el territorio de la Ciudad del Vaticano e incluso la actividad ordinaria de las oficinas en su ámbito deberán ser reguladas, en dicho periodo, de modo de asegurar la reserva y el libre desarrollo de todas las operaciones relacionadas a la elección del Sumo Pontífice". "En particular se deberá proveer, también con la ayuda de los prelados clérigos de cámara, que los cardenales electores no tengan contacto con nadie durante este periodo en la Domus Sanctae Marthae en el Palacio Apostólico Vaticano".
El Papa señala que todas las personas que "por cualquier motivo y en cualquier momento conozcan lo que directa o indirectamente concierne a los actos propios de la elección y, en modo particular, de lo que respecta a los escrutinios relacionados a la elección misma, están obligadas al secreto estricto con cualquier persona extraña al Colegio de Cardenales electores: por tal motivo, antes del inicio de la elección, deberán prestar juramento".
Una infracción a esta disposición conllevará a la "pena de excomunión latae sententiae reservada a la Sede Apostólica".
· Otra indicación del documento papal es que si el número de cardenales es una cifra no divisible por tres, o sea múltiple de tres, se complica matemáticamente la división de los dos tercios de los votos para elegir el pontífice.
· Se precisa que la única forma válida de elección es la del escrutinio y señala que para ella "se requiere al menos los dos tercios de los votos, computados sobre la base de los electores presentes y votantes".
· Si las votaciones "no tuvieran éxito" se establece "que se dedique un día a la oración, a la reflexión y al diálogo". En las siguientes votaciones "tendrán voz pasiva solo los dos nombres que en los escrutinios precedentes hayan tenido el mayor número de los sufragios, sin apartarse de la norma de que también en estas votaciones para la validez de la elección se requiere la mayoría cualificada de al menos dos tercios de los sufragios de los Cardenales presentes y votantes. En estas votaciones los dos nombres que tienen voz pasiva carecen de voz activa.”
· “Realizada la elección canónicamente, el último de los Cardenales Diáconos llama al aula de la elección al Secretario del Colegio de los Cardenales, al Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias y a dos Ceremonieros; después, el Cardenal Decano, o el primero de los Cardenales por orden y antigüedad, en nombre de todo el Colegio de los electores, pide el consentimiento del elegido con las siguientes palabras: ¿Aceptas tu elección canónica para Sumo Pontífice? Y, una vez recibido el consentimiento, le pregunta: ¿Cómo quieres ser llamado? Entonces el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, actuando como notario y teniendo como testigos a dos Ceremonieros, levanta acta de la aceptación del nuevo Pontífice y del nombre que ha tomado”.
Este documento entrará en vigor inmediatamente después de su publicación en “L'Osservatore Romano”.
Esto decido y establezco, no obstante cualquier disposición contraria.
Dado en Roma, al lado de San Pedro, el día 22 de febrero, en el año 2013, octavo de mi pontificado.
“Todo tiene su tiempo...”Eclesiastés.
Publicado en la revista Código Topo de Excélsior, 4 de marzo de 2013 (este texto es un poco más extenso que el publicado)
La mañana de lunes 11 de febrero de 2013 nos despertamos en México con una noticia de primera magnitud, Joseph Aloisius Ratzinger (1927-), papa número 265, más conocido como Benedicto XVI se atrevió a romper una tradición de siglos: retirarse en vida, lo que soñaron varios de sus predecesores y no pudieron concretar.
Nadie en La Stampa- la sala de prensa del Vaticano-, esperaba la noticia; había en ese momento apenas cuatro periodistas. El papa leyó su renuncia en latín, lo que resultaba difícil de entender. Y Giovanna Cirelli de la agencia de noticias ANSA, gracias a que sabía el idioma entendió lo que estaba pasando en el consistorio convocado. Y con sabia decisión periodística y sabiendo que si se equivocaba se jugaba el cargo, escribió pocas líneas que partieron a las 11,47 horas Urbi et orbi- a la Ciudad de Roma y todo el Mundo-, como un flash: "Il Papa lascia il pontificato dal 28 febbraio”.
Y como era de esperarse la noticia se viralizó de inmediato por todo los rincones del mundo. Andrés Beltramo corresponsal de la agencia Notimex, no teniendo el acceso directo, pasó la noticia a la redacción pero perdió la nota aunque él fue el primero en enviar el twitter. Los otros periodistas se “colgaron” de la nota y ampliaron su informe. En algunos minutos, la sala de prensa se fue llenando de periodistas de todo el mundo, incrédulos ante la impresionante noticia.
En México, por los cambios de horario nos despertamos con la gran noticia. Muy temprano el periodista Mario Campos del Instituto Mexicano de la Radio, me pidió a botepronto mi opinión al respecto. Le dije tranquilo que la renuncia anunciada esa mañana no era para mi una sorpresa sino que era algo esperado, y que muchos analistas veíamos esa posibilidad.
Le comenté a Mario al aire que eso lo había expresado un año antes en la revista Código Topo del 5 de marzo de 2012. Además que no había mucho que adivinar, ya el propio papa Benedicto XVI había declarado meses antes al periodista alemán Peter Seewald que entendía como derecho –y a veces deber- que el papa dimitiera cuando piense que no se encuentra capaz física, mental o espiritualmente para desarrollar sus obligaciones.
La renuncia fue una novedad de facto pero no de iure, históricamente los casos de renuncia al pontificado han sido escasos: cuando mucho tres en toda la historia: Benedicto IX (1032), Celestino V (1294) y Gregorio XII (en 1415). Pero es el segundo en hacerlo libremente.
El primero fue el austero monje eremita Pedro Angelari da Morrone, más conocido Celestino V, quien fue elegido papa en julio de 1294 y seis meses después renunció al darse cuenta de que el cargo superaba a sus cualidades. En diciembre de 1294 leyó una bula de renuncia y murió dos años más tarde. Fue canonizado en 1313. Su renuncia fue acompañada de polémica acerca de la facultad de un Papa para dimitir. El debate fue resuelto por su sucesor Bonifacio VIII que justificó la renuncia de su predecesor siempre que lo hubiera hecho libremente.
Esta decisión históricamente fue aceptada como precedente legal, de modo que el Canon 332, 2º dice: “Si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no se requiere que sea aceptada por nadie”. Es decir, la renuncia deber ser libre tal y como lo señala el canon 188, debidamente manifestada y no aceptada por alguien.
Punto.
Estos sencillos enunciados tiene un alto significado. Debemos precisar que la del papa no fue una abdicación propiamente dicha sino una renuncia. Ese es el término técnico en el derecho canónico, e indica que la misión canónica sin vencimiento recibida por una persona se pone en manos de la autoridad que se la ha confiado. Por ello, libremente, Benedicto XVI expresó ante el Colegio de los cardenales que el jueves 28 de febrero entrará la Sede Vacante.
¿Qué dijo textualmente Benedicto XVI?
Sus palabras en su carta fechada el 10 de febrero son breves y concisas, dijo en latín:
“Los he convocado a este Consistorio (:..) para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino.
Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado. Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.”
La respuesta vino de inmediato, el cardenal Ángelo Sodano, decano del colegio cardenalicio, respondió:
“Le hemos escuchado con sentimiento de perdida, casi incrédulos. En sus palabras hemos notado el gran afecto que siempre ha tenido por la Santa Iglesia de Dios, por esta Iglesia que tanto ha amado. Ahora permítame decirle, en nombre de este cenáculo apostólico –el Colegio Cardenalicio– en nombre de estos sus queridos colaboradores, permita que le diga que le estamos más que nunca cercanos, como lo hemos estado en estos ocho iluminados años de su pontificado.
El 19 de abril de 2005, si bien recuerdo, al terminar el Cónclave yo le pregunté, con voz también azorada, por mi parte: '¿Aceptas tu elección canónica a Sumo Pontífice?' Y usted no tardó –también con azoramiento– en contestar diciendo que aceptaba, confiando en la gracia del Señor y en la materna intercesión de María, Madre de la Iglesia. Como María, ese día dio su “sí”, e inició su luminoso pontificado en el surco de la continuidad, de esa continuidad de la que tanto nos ha hablado en la historia de la Iglesia, en el surco de la continuidad con sus 265 predecesores en la Cátedra de Pedro, en el curso de dos mil años de historia, desde el apóstol Pedro, el humilde pescador de Galilea, hasta los grandes papas del siglo pasado, desde san Pío X al beato Juan Pablo II… santo padre, antes del 28 de febrero, como usted ha dicho, día en que desea poner la palabra “fin” a este su servicio pontifical, hecho con tanto amor, con tanta humildad, antes del 28 de febrero, tendremos forma de expresarle mejor nuestros sentimientos; así harán tantos pastores y fieles dispersos por el mundo, así harán tantos hombres de buena voluntad junto a las autoridades de muchos países… Su misión, sin embargo, continuará: ha dicho que estará siempre cerca con su testimonio y con su oración. Cierto, las estrellas en el cielo continuarán siempre brillando y así brillará siempre en medio de nosotros la estrella de su pontificado. Estamos cerca de usted, Padre Santo y bendíganos.”
No hay sorpresas en el breve texto de Ángelo Sodano, él sabía de la renuncia al igual que varios de sus colaboradores, incluyendo su hermano, Georg Ratzinger.
Insisto, teológicamente todo está muy claro y canónicamente previsto.
“Un pastor rodeado por lobos”.
¿Fue una salida fácil, o una huida ante los problemas de la Curia, como muchos dicen?
Considero en lo personal que no, aunque tampoco debemos decir que no le afectaron el haber convivido entre lobos y los casos de los denominados vatileaks, de paidofalia, o la crisis crisis del denominado banco vaticano, entre muchos otras.
Peter Seewal, firmó un artículo el 9 de febrero en el diario italiano Il Corriere della Sera, y reitera que Benedicto XVI lo hizo a tiempo, y que las crisis en la curia no fueron motivo de la renuncia.
Señala que la última entrevista que mantuvo con el Pontífice, fue hace diez semanas en el Palacio Apostólico, con el propósito de proseguir la reconstrucción de su biografía. En esa ocasión hablaron, entre otras cosas, sobre la relación de Benedicto XVI con sus padres; de cuando disertó del ejército hitleriano; y de los discos que solía escuchar para aprender idiomas. Y precisa que durante el encuentro, notó al papa más cansado de lo habitual, “el oído había disminuido, ya no veía del ojo izquierdo, y el cuerpo se estaba adelgazando”, y “se volvió muy delicado, todavía más amable y humilde, totalmente reservado. No parecía enfermo, pero el cansancio que se había apoderado de su persona, cuerpo y alma, no podía ignorarse por más tiempo”, añade.
Hagamos un rápido recuento de las grandes crisis en el papado de Benedicto XVI
• El caso de Marcial Maciel Degollado
Mucho se ha escrito del tema. (Los pecados del padre Marcial Macie /Fred Alvarez, Código Topo, 1 de junio de 2009). Sólo decir que a poco más de un año de haber iniciado su pontificado el papa alemán los castigó severamente por sus actos de pederastia y lo condenó a una “vida reservada de oración y penitencia”, prohibiéndole “todo ministerio público”. De un golpe lo bajo de los altares. Claro que ese castigo no dejó satisfechas a las víctimas de Maciel, que venían pidiendo un juicio formal ante los tribunales vaticanos, cosa que no se hizo. De ahí en adelante el tema de la pederastia fue una constante en su pontificado. Salieron a relucir muchísimos abusos de este tipo, encubiertos por episcopados de varios países y por el propio Vaticano. Era un grave problema que ya se venía dando desde hacía años pero que le estalló a Benedicto XVI, quien se dedicó a pedir perdón y a reunirse con algunas de las víctimas. En el caso de los Legionarios puso al cardenal Cardenal Velasio De Paolis persona de su confianza en la administración de la congregación y del movimiento Regnum Christi. El delegado papal ha señalado que los últimos siete años fueron muy difíciles para la Legión de Cristo y estimó que el próximo Capítulo General tendrá lugar a finales de 2013 o inicios de 2014.
Hace unos meses De Paolis le concedió al P. Álvaro Corcuera un periodo de descanso por motivos de salud para recuperarse de cara al próximo Capítulo general. "No se trata de la dimisión de un oficio ni del nombramiento de un director general sustituto”, precisa la nota, sino de un “tiempo de descanso solicitado y concedido al director general, que permanece con su cargo pero cesa en sus funciones hasta que sea convocado el próximo Capítulo general.
El padre Corcuera se recupera de una intervención quirúrgica. No sabemos que vaya a suceder con la Congregación ahora que llegue el nuevo papa. Seguramente Benedicto XVI ha dejado todo en orden.
• Sobre el vatileaks
Fue un viernes 10 de febrero- un año antes de la renuncia papal-, cuando el periódico italiano Il Fatto Quotidiano publicó un documento escrito originalmente en alemán y dirigido al Papa, calificado como “estrictamente confidencial”, en el que un alto prelado - cardenal Paolo Romeo-, especula que existe una secreta conspiración para asesinar al Papa, suceso que se daría antes de que concluyera 2012. Este reporte, que parecía un buen guión hollywoodense, se percibe como grilla palaciega de sucesión, y donde supuestamente estaría ya decidida la tendencia a favor del cardenal Ángelo Scola; en ese caso, se incluiría la abdicación de Benedicto XVI. (como ya sucedió).
El documento está dividido en tres partes: una se titula “Viaje a Pekín”, refiriéndose al viaje que el arzobispo Romeo hizo a China; en la segunda, “El secretario de Estado Tarcisio Bertone”, el cardenal Romeo revela los frecuentes enfrentamientos entre Bertone y Joseph Ratzinger, y por último “La sucesión del papa Benedicto XVI”, donde augura que el sucesor será el actual arzobispo de Milán, Ángelo Scola, a quien el Papa tendría en mucha estima. La información sobre un posible complot para acabar con el Papa aparece al final del documento, donde Romeo asegura que Benedicto XVI morirá en los próximos 12 meses.
Es evidente que la difusión del documento al periódico italiano se inscribió en una disputa de poder de los miembros de la curia vaticana, que buscaban provocar la salida del cardenal Tarcisio Pietro Bertone y fortalecer al cardenal Ángelo Scola.
Ese mismo 10 de febrero, el portavoz papal, Federico Lombardi, aseguró que la información difundida se trata de “divagaciones que no deben tomarse en serio en ningún caso”. Empero, el escándalo de las filtraciones generó una fuerte crisis al interior de la curia vaticana, por lo que durante abril de 2012 Benedicto XVI creó una Comisión Cardenalicia para esclarecerlas, pues los documentos eran reservados.
Semanas después, el viernes 18 de mayo de 2012, salió a la venta en todas las librerías de Italia el libro titulado Su Santidad. Las cartas secretas de Benedicto XVI, firmado por el periodista italiano Gianluigi Nuzzi El libro reproduce un total de 23 documentos privados del Vaticano sobre diferentes asuntos, algunos de ellos muy candentes. A lo largo de 352 páginas muestra cartas confidenciales al Papa y al secretario de Estado del Vaticano, así como varios documentos reservados, entre otros, de monseñor Georg Ganswein, secretario particular del papa.
Ahí se encuentran documentos sobre los Legionarios de Cristo, como una nota del padre Álvaro Corcuera que entregó personalmente al Papa durante un encuentro privado que sostuvieron el 17 de junio de 2010 en el Vaticano; una tarjeta con apuntes en alemán, confeccionada por Georg Gaenswein, luego de entrevistarse el 19 de octubre de 2011 con el sacerdote Rafael Moreno, ex asistente personal de Marcial Maciel, y un informe que consta de nueve puntos y 10 páginas redactado por el mismo delegado pontificio para la reforma de los Legionarios de Cristo, Velasio De Paolis, un año después de haber asumido sus funciones, donde da a conocer la difícil situación de la congregación fundada por Marcial Maciel.
La reacción del Vaticano fue inmediata. Calificó las filtraciones como un acto criminal y dijo que tomaría acciones legales por la publicación del libro con vatileaks.
Dos días después, el domingo 20 de mayo, la sala de prensa de la Santa Sede difundió un texto fechado el viernes, que dice: “La nueva publicación de documentos de la Santa Sede y de documentos privados del Santo Padre no son una discutible —y objetivamente difamatoria— iniciativa periodística, sino que asume claramente las características de un acto criminal. El Santo Padre, así como varios de sus colaboradores y de los remitentes de los mensajes a él dirigidos, han visto violados sus derechos personales de reserva y de libertad en la correspondencia.
Días después —la tarde del 24 de mayo— Domenico Giani, el comandante en jefe de la Gendarmería vaticana, detuvo a Paolo Paoletto Gabriele, el mayordomo de Benedicto XVI, acusado de ser la “garganta profunda” que difundió correspondencia privada de Benedicto XVI. El mayordomo fue acusado de “robo de la correspondencia de un jefe de Estado”, un delito equivalente al de “atentado contra la seguridad del Estado”, penado hasta con 30 años de cárcel.
Y como sabemos la mañana del sábado 6 de octubre de 2012 Paolo Gabriele fue declarado culpable. El veredicto de los jueces, Fuiseppe della Torre, Papanti pelletier y Venrando Marano fue:
"En nombre de Su Santidad Benedicto XVI, gloriosamente reinante, invocada la Santísima Trinidad, en base a los artículos 402, 403.1 y 4040.1, declaramos al acusado, Paolo Gabriele, culpable". La sanción impuesta es de un año y seis meses de prisión y de pagar los costos procesales.
Semanas después el papa lo perdona. La mañana del sábado 22 de diciembre –en víspera de navidad- Benedicto XVI visitó en la celda del vaticano, a su ex mayordomo para comunicarle la gracia de perdón. De inmediato Paolo Gabriele, casado, padre de tres hijos, vio abiertas las puertas de la cárcel y volvió a su hogar. Empero, sabiendo que no podrá retomar su antiguo trabajo ni seguir viviendo en el Vaticano, al parecer con posibilidades laborales, según se deduce del comunicado del Vaticano que indica: “La Santa Sede, confiando en la sinceridad manifestada, entiende ofrecerle la posibilidad de retomar con serenidad la vida junto a su familia”.
Sin embargo, el golpe para Benedicto XVI fue durísimo. Paolo era uno de los mismos de su “familia”.
Seewald le pregunto sobre el casos del mayordomo. Y el papa le respondió “No me dejo llevar por una especie de desesperación o de dolor universal”, “simplemente me parece incomprensible. Incluso teniendo en cuenta la persona, no entiendo lo que espera. No consigo entender su psicología”, dijo Benedicto XVI.
• Cambios en el banco vaticano
En mayo de 2012 el Consejo de Supervisión del Instituto para las Obras de Religión (IOR) destituyó a su presidente, Ettore Gotti Tedeschi, “por no haber desempeñado varias funciones de importancia primaria para su cargo”, según un comunicado difundido. No se precisaron las razones de la destitución del economista italiano, otrora a cargo de las operaciones italianas del Banco Santander y profesor de ética financiera en la Universidad Católica del Sagrado Corazón en Milán. El comunicado del Consejo Supervisor del IOR señala que ahora inician un "proceso de búsqueda de un nuevo y excelente Presidente, que ayudará al Instituto a restablecer relaciones amplias y eficaces entre el Instituto y la comunidad financiera, basadas en el mutuo respeto de los estándares bancarios internacionalmente aceptados". En tanto, la presidencia será asumida por el vicepresidente del IOR, Ronaldo Hermann Schmitz
Y apenas el 15 de febrero de 2013, cuatro días de darse a conocer la renuncia de Benedicto XVI, se nombró después de un riguroso selección, como nuevo director del IOR al alemán, Erns von Freyberg, fundador de la Daiwa Corporate Advisory GmgH, líder de la Asociación para los Peregrinos de Lourdes de la arquidiócesis de Berlín, y miembro de la Soberana Orden Militar de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta. Hubo varias reacciones.
¿Qué es el Instituto para las Obras de Religión (IOR)?
Es conocido comúnmente como el Banco del Vaticano, en otros tiempos se le denomino el Banco del Papa. Tiene su sede en la Ciudad del Vaticano; fue fundado por Pío XII en 1942 y tiene personalidad jurídica propia.
El IOR se vio manchado a principios de la década de los ochenta por el escándalo de la quiebra del Banco Ambrosiano de Roberto Calvi, encontrado ahorcado bajo un puente de Londres en 1982. La bancarrota entonces, originó la quiebra de una treintena de empresas, y aunque el Vaticano siempre rechazó cualquier responsabilidad sí admitió su "implicación moral" y decidió pagar 241 millones de dólares de la época a los acreedores de la entidad.
Hubo un personaje siniestro en esa institución de nombre Paúl Casimir Marcinkus, con el cargo de arzobispo; muchos lo conocieron como el banquero de Dios. Manejó durante casi veinte años -desde 1972 hasta su retirada en 1989- el IOR. La autonomía e independencia de que gozaba desde 1942 esta institución permitió al arzobispo Marcinkus una gran libertad de movimientos. Esta autonomía se tradujo en los oscuros contactos que mantuvo con los banqueros italianos Michele Sindona (asesor financiero de Pablo VI) y Roberto Calvi, cuyas aventuras financieras internacionales culminaron con la quiebra de sus bancos, en especial el Ambrosiano de Milán. El fraude dejó un agujero de 1,400 millones de dólares de entonces y muchos muertos.
Marcinkus estuvo implicado en la bancarrota del Ambrosiano que aparece reflejado en el filme El Padrino III. Varios libros e investigaciones periodísticas sostienen que además estuvo implicado en la muerte de Albino Luciani (el papa Juan Pablo I) teoría que nunca ha sido demostrada.
Monseñor Marcinkus murió en 2006 en Sun City, Arizona, EU a la edad de 84 años.
Empero, por los escándalos de entonces, el IOR fue reformado en 1989 por Juan Pablo II y actualmente cuenta con un patrimonio de cinco mil millones de euros y 33 mil titulares de depósitos, en su mayoría italianos, polacos, franceses, españoles y alemanes.
Por cierto, el 30 de diciembre de 2010, Benedicto XVI aprobó una ley para luchar contra el blanqueo de dinero en la instituciones financieras del Vaticano, con el objetivo de entrar en la llamada "lista blanca" o la lista de Estados que respetan las normas para la lucha contra el lavado de dinero.
Esas y otras situaciones difíciles estuvieron en la agenda de Benedicto XVI en los ´últimos meses de su papado.
Y regresando a lo anterior. Digamos que haciéndole caso a sus críticos, si ha Benedicto XVI lo hubieran doblegado los lobos de la curia y hubiera dimitido en plena crisis, entonces si hubiéramos hablado de un escape, de una huida por la puerta fácil.
No ha sido el caso. El papa alemán eligió un momento tranquilo de su pontificado y se dio tiempo. Curiosamente parecería que ha preparado todo. En lo personal considero que si.
¿Una coincidencia o es deliberado?
Hay coincidencias entre las fechas de renuncia de Benedicto XVI con la muerte de su predecesor Juan Pablo II. Karol Wojtyla nació el 18 de mayo de 1920 y murió el 2 de abril de 2005, a un mes y dieciséis días de cumplir sus 85 años. Benedicto XVI hará efectiva su renuncia el 28 de febrero de 2013, antes de cumplir 86 años el próximo 16 de abril, justo a un mes y dieciséis días.
“No se trata de agobiarnos mucho por la numerología u otras cábalas, lo cierto es que como poco es curioso. A uno le da por preguntarse si habrá elegido Benedicto XVI a propósito esa fecha, tan precisa, como un homenaje a su predecesor el beato Juan Pablo II”, escribió Luis Javier Moxó para la agencia de noticias Zenit.
¿ Qué pasará a partir de las 20.00 horas del 28 de febrero?
La respuestas está contenida en la norma que regula el proceso de elección de un nuevo papa: Constitución Universi Dominici gregis (abajo)
Benedicto XVI será siendo papa hasta las 20 horas del día 28 de febrero, con todos los poderes que le da el pontificado. Empero, justo a las 20 horas con un segundo dejará de ser Papa. En ese momento se declarará la Sede Vacante. Horas antes, el todavía papa se trasladará a la residencia en Castelgandolfo. Lo acompañarán su “familia” que ha tenido durante estos casi ocho años; sus secretarios Georg Ganswein y Alfred Xuereb, y sus asistentes; Carmela, Loredana, Cristina y Rossella, laicas miembros de la comunidad Memores Domini del Movimiento Comunión y Liberación.
Ahí esperará la decisión del cónclave y una vez elegido el nuevo papa, el ciudadano Joseph Ratzinger tiene previsto pasar el resto de sus días en el monasterio de monjas de clausura Mater Ecclesiae. Dicho monasterio está ubicado hacia el oeste de la Basílica de San Pedro y tiene además de los lugares habituales como una capilla y cuartos; un salón del coro, una biblioteca, un semisótano, una terraza y un salón para visitas.
En ese momento Benedicto XVI pasará a ser un hombre y ya no se llamará "Benedicto XVI". No está claro hoy cual será su cargo, la legislación no lo contempla. Creo que lo correcto será nombrarlo "Obispo Emérito de Roma". Ah y tendrá una pensión decorosa de 2500 euros, suficiente para vivir y escribir libros.
No creo que cambie su disciplina. Se levanta todos los días a las 5 de la mañana y termina la jornada a las 11 de la noche. Se informa de aquello que sucede en todo el mundo y lee los periódicos del mundo en diversos idiomas: alemán, italiano, inglés, francés y español. Es sobretodo un escritor "extremadamente cuidadoso, le gusta retirarse en el estudio y escribir con calma, controlando las fuentes personalmente y consultado su vasta biblioteca personal". Además no usa computadora sino que escribe a mano y después sus textos son transcritos y traducidos.
Quizá a partir del nuevo papado se instaure en la legislación canónica se incluya el retiro del Obispo de Roma a determinada edad, igual que lo deben hacer los casi cinco mil obispos que hay en el Mundo, finalmente el papa es un obispo más.
Que le vaya bien, y en lo personal no creo que vaya quedar "oculto para el mundo", se sentirá su presencia y seguramente escribirá varios libros más.
¿Y quién será el sucesor?
Benedicto XVI tiene todo previsto.
En cinco consistorios creó varios cardenales, hoy existen 117 electores, sesenta y siete electores fueron creados por Benedicto XVI, y los cincuenta restantes por Juan Pablo II. De Europa son 61, 19 latinoamericanos, 14 norteamericanos, 11 africanos, 11 asiáticos y 1 procedente de Oceanía. A diferencia de Juan Pablo II que creo varios cardenales mexicanos, Benedicto XVI sólo a uno: José Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara.
PD: Pietro da Morrone, Celestino V hoy es venerado como santo pero fue condenado por Dante en la Divina Comedia al infierno de los pusilánimes como “el que por cobardía hizo aquella gran renuncia”. Seguramente Benedicto XVI años después de su muerte será considerado sant, por el sólo hecho de haber tenido la valentía de hacer lo que casi nadie había hecho, renunciar en vida.
Lo vamos a extrañar.
La Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis
(El pastor de todo el rebaño del Señor), documento de 60 páginas promulgada por Juan Pablo II, por Juan Pablo II el 22 de febrero de 1996, , mediante la cual se regulan la vacante y la elección del pontífice romano.
Puntos más importantes hoy
¿Cuándo se celebra un cónclave?
Los cónclaves son convocados para elegir a un nuevo Papa entre el decimoquinto y veintésimo día desde el momento en que la sede apostólica es oficialmente vacante, sea por muerte como por renuncia, según establece el Código de Derecho Canónico.
¿Quiénes son los electores?
Los electores legítimos son los cardenales reunidos en el Colegio cardenalicio. Máximo 120. Estarán 117 electores. Sesenta y siete electores fueron creados por Benedicto XVI, y los cincuenta restantes por Juan Pablo II. De Europa son 61, 19 latinoamericanos, 14 norteamericanos, 11 africanos, 11 asiáticos y 1 procedente de Oceanía. Estas cifras no varían, como alguien dijo por ahí, aunque hay cardenales que en los próximos días cumplirán 80 años como el caso de Walter Kasper, Severino Poletto y el mexicano Juan Sandoval, todos estará en el cónclave, a menos que existan motivos de salud. De México estarán tres: Norberto Rivera Carrera; Juan Sandoval y José Francisco Robles Ortega, único cardenal nombrado por Benedicto XVI.
Lugar de las votaciones:
Las votaciones se realizarán en la Capilla Sixtina. La nueva modalidad es que ahora los cardenales se quedarán en una residencia moderna llamado “Domus Sanctae”, al cual no tendrá acceso ninguna persona ajena al cónclave. Desde allí serán trasladados a la capilla para cada jornada de votación.
Exhortos a los electores:
Se recomienda la práctica de encomendar a dos eclesiásticos la tarea de dirigir a los cardenales electores, dos exhortaciones antes del inicio del cónclave, sobre la importancia del acto que van a realizar.
Reglas del Secreto: normas para evitar el espionaje.
Se reafirman las reglas establecidas en 1975 por el Papa Pablo VI, que prohíben a los cardenales ingresar a la reunión con equipo electrónico.
Se restablece la norma de que dos “técnicos confiables” deberán cerciorarse que no haya aparatos de transmisión instalados en la zona del cónclave.
Les está prohibido mantener comunicaciones telefónicas o correspondencia con el exterior salvo casos de excepción justificada.
Se mantiene el más estricto secreto con respecto a todo lo que concierne directamente al “proceso electoral”. En ese sentido, los cardenales y quienes les ayuden durante las cónclaves deben jurar secreto y evitar contacto con el exterior, salvo en casos de emergencia.
Los cardenales se trasladarán de la Domus Santa Martha hasta la capilla Sixtina en un camión especial, debiéndose cuidar especialmente que ningún extraño a la elección se acerque a ellos.
Métodos de elección: por escrutinio.
Con esta Constitución se suprimen dos formas de elección que Pablo VI estableció durante su pontificado. El método “por aclamación”: cuando los cardenales electores, “inspirados por el Espíritu Santo”, anunciaban unánimemente el nuevo Papa, y “por compromiso”, cuando los cardenales “por circunstancias especiales” confiaban a un grupo restringido la elección.
Ahora el único método es - gracias a Dios- por escrutinio-único que subsiste ahora-, es el de la votación regular: dos tercios de los votos más uno, calculados sobre la totalidad de los electores presentes: 120 cardenales máximo.
Además, éstos no deberán haber sobrepasado los 80 años (como había ordenado Pablo VI en 1975).
Después de tres días de escrutinio sin resultado positivo, “éstos se suspenden por un día para una pausa de oración y de libre coloquio entre los votantes” para luego reanudar las votaciones durante siete escrutinios y un intervalo de un día si no se llega a un resultado. Y así sucesivamente.
Las papeletas, previamente confeccionadas, serán escritas a mano por los cardenales “con una caligrafía lo más irreconocible posible”.
Las papeletas de elección deberán ser quemadas dos veces por día, de mañana y de tarde e indicarán, por el humo que sale de la chimenea de la capilla Sixtina, si el Papa ha sido o no elegido (negro si la respuesta es negativa, blanco si es positiva).
Los electores que traten de imponer programas al nuevo pontífice serán excomulgados, no siendo aceptados en consecuencia “pactos, promesas u otros compromisos” pre-eleccionarios.
Respecto a los Cardenales mayores de 80 años.
Podrán participar en las congregaciones generales preparatorias. Y durante la celebración del cónclave se les invita a “guiar la oración del Pueblo de Dios en las Basílicas Romanas y en las diócesis esparcidas por el mundo”.
El mayor consenso posible en el nombramiento del nuevo Papa
Un decisión de Benedicto XVI fue que en todas las votaciones exista una mayoría de los dos tercios de los cardenales electores, así lo decidió en un 'motu proprio' hecho público el 11 de junio de 2007 en el L’Osservatore Romano y que se llama “De aliquibus mutationibus in normis de electione Romani Pontificis”, en el que se deja, luego de los 34 famosos escrutinios, la posibilidad de que los cardenales puedan decidir otro tipo de votación. Este otro tipo de votación puede ser el hecho de que son votables solo los cardenales que han recibido el mayor número de votos en la elección precedente, pero no será quien tenga más votos quien sea elegido, sino quien tenga, en cualquier caso, los dos tercios de los votos".
Pero todo apunta que se adelantará el cónclave visto que no hay funerales.
Y es que Juan Pablo II no consideró una ruta establecida para el relevo del papa para una situación de renuncia, sólo en caso de muerte. Por lo que director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Federico Lombardi, dijo el pasado 20 de febrero que el Papa Benedicto XVI está considerando la posibilidad de publicar un motu proprio (decreto) para precisar algunos puntos sobre el cónclave en el que se elegirá al nuevo Pontífice. Lombardi dijo que "no sé si (el Papa) considerará necesario y oportuno precisar la cuestión del tiempo del inicio del cónclave". "Lo veremos sí y cuando el documento se publique".
El sacerdote indicó que el texto servirá para "poner a punto algún que otro detalle con el fin de una armonización plena con otro texto relativo al cónclave, es decir el ‘Ordo Rituum Conclavis’".
De cualquier forma, concluyó, "la cuestión depende de la evaluación del Papa y, en todo caso, se dará a conocer en el momento oportuno".
Motu proprio de Benedicto XVI
El lunes 25 de febrero de 2013 –a tres días de la renuncia- se ha publicado el Motu proprio de Benedicto XVI, en el que se establece una serie de modificaciones para la elección de su sucesor.
¡Que curioso que el motu proprio haya sido fechado el 22 de febrero, exactamente el mismo día –pero de 1996-, que su predecesor Juan Pablo II firmó la Constitución apostólica “Universi Dominici gregis”
Entre algunos cambio están:
· Se les concede a los cardenales facultad de adelantar el cónclave;
· En el texto, se precisa que bajo "ningún cardenal elector podrá ser excluido de la elección ya sea activa o pasivamente, por ningún motivo o pretexto, con lo que queda firme lo prescrito entre los números 40 al 75 de la Constitución Universis Dominici gregis" del Beato Juan Pablo II:
Sabemos que por lo menos dos cardenales no asistirán al cónclave por diferentes motivos: Keith O’Brien, arzobispo de San Andrés y Edimburgo y Julius Riyadi Darmaatmadja, arzobispo emérito de Yakarta, Indonesia, de 79 años: el cónclave se reduce a 115 cardenales.
· El documento señala además que "todo el territorio de la Ciudad del Vaticano e incluso la actividad ordinaria de las oficinas en su ámbito deberán ser reguladas, en dicho periodo, de modo de asegurar la reserva y el libre desarrollo de todas las operaciones relacionadas a la elección del Sumo Pontífice". "En particular se deberá proveer, también con la ayuda de los prelados clérigos de cámara, que los cardenales electores no tengan contacto con nadie durante este periodo en la Domus Sanctae Marthae en el Palacio Apostólico Vaticano".
El Papa señala que todas las personas que "por cualquier motivo y en cualquier momento conozcan lo que directa o indirectamente concierne a los actos propios de la elección y, en modo particular, de lo que respecta a los escrutinios relacionados a la elección misma, están obligadas al secreto estricto con cualquier persona extraña al Colegio de Cardenales electores: por tal motivo, antes del inicio de la elección, deberán prestar juramento".
Una infracción a esta disposición conllevará a la "pena de excomunión latae sententiae reservada a la Sede Apostólica".
· Otra indicación del documento papal es que si el número de cardenales es una cifra no divisible por tres, o sea múltiple de tres, se complica matemáticamente la división de los dos tercios de los votos para elegir el pontífice.
· Se precisa que la única forma válida de elección es la del escrutinio y señala que para ella "se requiere al menos los dos tercios de los votos, computados sobre la base de los electores presentes y votantes".
· Si las votaciones "no tuvieran éxito" se establece "que se dedique un día a la oración, a la reflexión y al diálogo". En las siguientes votaciones "tendrán voz pasiva solo los dos nombres que en los escrutinios precedentes hayan tenido el mayor número de los sufragios, sin apartarse de la norma de que también en estas votaciones para la validez de la elección se requiere la mayoría cualificada de al menos dos tercios de los sufragios de los Cardenales presentes y votantes. En estas votaciones los dos nombres que tienen voz pasiva carecen de voz activa.”
· “Realizada la elección canónicamente, el último de los Cardenales Diáconos llama al aula de la elección al Secretario del Colegio de los Cardenales, al Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias y a dos Ceremonieros; después, el Cardenal Decano, o el primero de los Cardenales por orden y antigüedad, en nombre de todo el Colegio de los electores, pide el consentimiento del elegido con las siguientes palabras: ¿Aceptas tu elección canónica para Sumo Pontífice? Y, una vez recibido el consentimiento, le pregunta: ¿Cómo quieres ser llamado? Entonces el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, actuando como notario y teniendo como testigos a dos Ceremonieros, levanta acta de la aceptación del nuevo Pontífice y del nombre que ha tomado”.
Este documento entrará en vigor inmediatamente después de su publicación en “L'Osservatore Romano”.
Esto decido y establezco, no obstante cualquier disposición contraria.
Dado en Roma, al lado de San Pedro, el día 22 de febrero, en el año 2013, octavo de mi pontificado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario