Cada cardenal tiene un sueldo mensual de 5000 euros
IOR:
Recorte a los «sueldos» de los cardenales
Después
de los empleados vaticanos, la «spending review» de Francisco toca a los cinco
administradores que controlan el Banco del Vaticano y que cuestan 25,000 euros
por año
Nota de GIACOMO
GALEAZZI
Vatican Insider, CIUDAD
DEL VATICANO, 20 de abril de 2013
Basta
de bonus para los cardenales que controlan el Banco del Vaticano. Cada cardenal
ya tiene un «sueldo» de 5000 euros mensuales. En una época se llamaba «plato
cardenalicio»; ahora, el nombre fue modernizado y pasó a llamarse «asignación
cardenalicia». Las asignaciones de los cardenales de la curia son todas
iguales, mientras que los demás purpurados perciben su retribución de las
diócesis de las que son obispos. Pero hay una excepción. Los cinco
administradores del IOR han gozado hasta ahora del beneficio de una entrada
adicional de 2100 euros mensuales.
La
«spending review» del papa Bergoglio también toca al Sagrado Colegio. Después
del recorte a las asignaciones de los 4000 empleados de Oltretevere por la
elección pontificia, sigue la línea de la austeridad la nueva decisión de
«ruptura» de Francisco en el campo de la gestión de los recursos económicos. El
pontífice decidió eliminar la retribución que normalmente les corresponde a los
cinco cardenales que forman la comisión de control del IOR. La decisión fue
tomada en concomitancia con la reunión de la comisión para la aprobación del
balance 2012. El «recorte» asciende a 25.000 euros por cada purpurado, que se
pagaban anualmente. La Santa Sede,
también como consecuencia de la situación financiera mundial, está poniendo en
práctica una estrategia de «spending review» y de gestión parsimoniosa de los
recursos para evitar que los balances continúen en tendencia negativa. Hablando
de las cuentas del 2012, el presidente de la APSA, Calcagno, admite: «El año
pasado salimos ilesos, nos podría haber ido mucho peor».
Mientras
tanto, en la carta dirigida a sus exhermanos argentinos, reunidos en asamblea
plenaria en el santuario de Pilar, Francisco pidió disculpas «por la ausencia
debida a compromisos asumidos recientemente, que me retienen». En el refectorio
se sienta siempre en un lugar distinto; al final de la misa reza sentado en el
fondo de la capilla; se prepara solo el café y lo ofrece a los guardias suizos
que vigilan su habitación.
Ayer,
el papa Francisco había decidido que, con ocasión de su elección, en lugar de
la tradicional paga extra a los empleados vaticanos, «se realice una donación
para algunas entidades asistenciales y de caridad con los fondos disponibles
para la caridad del papa, como signo de la atención que la Iglesia pone en las
personas en dificultad», ha destacado el portavoz de la Santa Sede, padre
Federico Lombardi. «En el pasado —recordó el religioso—, con ocasión del
comienzo de un pontificado, se había acordado una paga extra para los empleados
vaticanos», pero, agregó, «en el caso actual, dada la difícil situación
económica general, no resultó posible ni oportuno gravar los balances de las entidades
vaticanas con un considerable gasto extraordinario no previsto». Los empleados
vaticanos son aproximadamente 4000. En 2005, por la elección de Benedicto XVI,
recibieron casi 1500 euros cada uno. Decisiones en línea con el estilo sobrio
del pontificado. Más que papa, Francisco se autodefinió enseguida como obispo
de Roma y, como tal, celebró la misa de toma de posesión en la basílica de San
Juan de Letrán (San Giovanni in Laterano), catedral de Roma y del mundo. Una
definición que puede asumir un peso positivo incluso en sentido ecuménico y de
diálogo interreligioso. Humildes para servir a los últimos. «No olvidemos jamás
de que el verdadero poder es el servicio y que también el papa, para ejercer el
poder, debe entrar cada vez más en ese servicio, que encuentra su vértice
luminoso en la cruz», recuerda Francisco.
«No
temed a la bondad, no temed a la ternura», exhortó Francisco en la homilía de
la misa de inauguración del pontificado. Y es precisamente esta ternura de
ánimo que inspiran sus gestos una característica señalada por todos los fieles
que han tenido la oportunidad de acercarse a él.
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4/18/2013
Austeridad
vaticana
EL
VATICANO EN OBRAS
Los
empleados vaticanos no recibirán paga extra por la elección del nuevo Papa.
Papa Francisco habría decidido destinar la la suma prevista a una obra de
caridad
ANTOINE-MARIE
IZOARD
CIUDAD
DEL VATICANO
El
Papa Francisco decidió romper la tradición… Efectivamente, esta vez no
destinará una paga extra a los casi 4000 empleados vaticanos que normalmente se
daba después de la elección de un nuevo Pontífice. En ocasión de la renuncia de
Benedicto XVI se había decidido no dar la paga extra de la sede vacante, pues
se dio sin la muerte de un Papa.
En
abril de 2005, a pocos días de la muerte de Juan Pablo II, el Camarlengo aprobó
que se depositara una tantum de 1000 euros a cada unos de los empleados del
Vaticano. En cambio, tras ser elegido, Benedicto XVI decidió reducir a la mitad
esta suma para cada uno de los empleados.
Ahora,
incluso debido a la situación finacieria del Vaticano, el nuevo Papa no
ofrecerá al personal este tradicional aporte económico. Seguramente esta
decisión causará algunos malos humores, sobre todo entre los laicos que
trabajan en el Vaticano y que deben ocuparse de las propias familias.
En
el pasado, los empleados recibían cada vez dos estipendios extra: uno por la
sede vacante y el otro por la elección del nuevo Pontífice. El año de los tres
Papas (1978), Juan Pablo II pensó, sabiamente, depositar una paga extra un poco
menos consistente.
En
el Vaticano se dice que el Papa Francisco habría decidido destinar una parte de
la suma prevista para el personal a una obra de beneficiencia. Dentro de poco,
como sea, el Vaticano podría expresarse oficialmente al respecto.
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