"MADURO;
BUFO Y PATÉTICO": TOVAR ARROYO/Ricardo Alemán
Entrevistó
a Gustavo Tovar Arroyo, en La Otra Opinión. 90.5 de fm
En
entrevista para la Otra Opinión Radio, Gustavo Tovar Arroyo, uno de los líderes
de la oposición venezolana, habló de las exiguas credenciales y talento
político del nuevo presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
Y
es que, luego de la campaña electoral más breve de la historia –y quizá una de
las más sucias de los tiempos modernos–; después de una crisis post electoral
que costó la vida a ocho personas; y en medio de un proceso de recuento de
votos, el "hijo de Chávez" –como se hizo llamar–, asumió esta tarde,
el mandato de Venezuela.
Durante
la ceremonia, a la que acudieron representantes de buena parte de los países de
América Latina, se registraron hechos francamente ridículos. Por ejemplo,
adornar el recinto con una fotografía de Hugo Chávez –de igual tamaño y a la
misma altura que una imagen de Simón Bolivar–; escuchar el Himno Nacional de
Venezuela en voz del mismo Chávez y permitir que una de las hijas del finado
mandatario –María Gabriela–, colocara la banda presidencial al nuevo
presidente.
Y
eso no es todo, en una risible –y difícil de creer– falla de seguridad, un
hombre habría arrebatado el micrófono a Nicolás Maduro en medio de su discurso
de aceptación.
¿Qué
significa todo esto?
Probablemente,
como apuntó Gustavo Tovar, es consecuencia al hecho de estar ante un líder chiquito.
Alguien que pasó de chofer a maletero y guardaespaldas de Chávez, para ahora
despachar desde el Palacio de Miraflores. Pero, ¿cómo es que Maduro llegó ahí?
Y, más importante, ¿por qué..?
sas
respuestas seguramente se perdieron junto con Chávez. Sin embargo, es evidente
que en lugar del polémico líder quedó un hombre que carece del carisma, la
inteligencia, el tacto y colmillo político que distinguieron a Hugo Chávez.
Y
lo que es peor, en su intento por imitar los desplantes de Chávez –que le
dieron fama internacional y, en algunos sectores, terminaron de consolidar su
mito–, Maduro termina siendo una versión diluida de su antecesor. Es, si se
quiere, la faceta ridícula de Chávez sin la astucia que convirtió al Comandante
en uno de los hombres más influyentes en el mundo.
Acaso
por eso, el líder opositor Gustavo Tovar declaró que su país se encuentra en
proceso de reivindicación. Y él, como Capriles, confía en que la presidencia de
Maduro sea, más que una burla, la transición entre el abusivo mando de Chávez y
una Venezuela más moderna, incluyente y democrática.
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Gustavo
Tovar-Arroyo: Capriles en el laberinto electoral…
Abril
20, 2013 10:08 am
I
No
será una lectura fácil, lo advierto. Como la tragedia histórica que vive
Venezuela, este suelto está cargado de extravagancias, alegorías y mitos.
Pienso
que una nación sumida en un monumental absurdo como Venezuela necesita
imaginación para interpretarse a sí misma. Además, no puedo desenvainar mi
hacha para abrir camino a mis ideas en cada entrega. A veces hace falta la
pausa, detenerse al borde del inmenso abismo y ver el ancho horizonte para
soñar.
Este
escrito es eso: un sueño y, en cierta medida, una figuración mitológica.
Me
disculpo de antemano si alguien se sintiere ofendido u ofendida. Mi excusa es
sencilla: uno no controla sus sueños, mucho menos sus pesadillas.
II
Venezuela
necesita aire, se asfixia. Absurdamente, el minúsculo Cuba -y sus tiranos
Castro- la han secuestrado. Han levantado un laberinto lleno de caminos ciegos,
tergiversaciones y espejismos para impedirnos el hondo aliento que da la
democracia y libertad.
Al
laberinto lo llaman Consejo Nacional Electoral y es un sistema repleto de
recovecos, vacíos y trampas. No tiene aparente salida.
El
laberinto tiene su minotaura: Tibisay Lucena -por su horripilante aspecto
moral-, quien intenta encarcelar a sus víctimas (los opositores) en él para
devorarlas y saciar su insatisfecha hambre de belleza y decencia.
(Tiene un domador que la pica y estimula a
morder y tragar, sobre ese monstruo de siete cabezas no hablaré en esta
ocasión. Cuestión de estilo.)
Mitad
mujer mitad toro, uno tras otro, la bestia se ha tragado a los inocentes
candidatos de la oposición que han intentado penetrar y sortear los secretos
pasadizos del laberíntico sistema electoral. Unos se han desvanecido de
cansancio a mitad de camino; otros de tanto andar los recovecos oscuros y
pestilentes del sistema caen mareados y se convierten en presa fácil del
fabuloso e insaciable monstruo de la postmodernidad: la minotaura.
III
Sólo
dos legendarios personajes han logrado evadir el laberinto y a la bestia
engañosa.
El
movimiento estudiantil fue el primero. Su grito de libertad retumbó de tal
manera en los pasillos internos del laberinto que la minotaura prefirió
esconderse de pavor y señaló a la juventud el camino de salida. No los quería
dentro ni mucho menos cerca. Le causaban un pánico frío porque reconocía en su
mirada un brillo vigoroso y rebelde de libertad. Las bestias “automáticas” le
temen a la rebeldía y fue por esa causa: el pánico, por lo que la minotaura
prefirió darles una victoria, replegarse y huir al centro de su propia
oscuridad.
El segundo fue
Henrique Capriles.
¿Teseo guiado por el hilo inspirador de su amada Ariadna Venezuela? Su voluntad
inquebrantable y probablemente ese amor intenso por el país que suda en cada
acto, le abrieron el camino. Henrique rompió la larga cadena de fracasos
opositores y figuró la luz.
Nadie
entiende cómo lo hizo, pero lo logró. Además, nos condujo a ciegas -por pura
intuición- junto a él en su travesía, consiguió sacudirnos del extravío e
inspiró entre nosotros un ardor inusitado para salir del laberinto.
“Hay un camino” nos dijo y rescató nuestra fe.
Sabemos que la fe es capaz de mover montañas, mucho más fácilmente movería el
intrincado sistema electoral.
Los
heridos, los desilusionados, los arruinados y los iracundos del laberinto se
levantaron, también volvieron a creer en el futuro de país y anduvieron, junto
a Capriles, por los caminos electorales. Rompieron muros y superaron
espejismos, más gente se sumó y formaron entre todos siete millones y medio de
esperanzas curadas.
Capriles las
sanó y ganó la elección, es el Presidente legítimo de la República Bolivariana
de Venezuela.
Victoria
que hay que reivindicar.
IV
La
Venezuela secuestrada y herida por la farsa socialista despertó de su trance y
en su despertar resquebrajó el laberinto electoral. Cientos de miles de fisuras
se hicieron obvias en el sistema y logramos descubrir el fraude en su verdadera
dimensión.
La
luz que nos anuncia el final del laberíntico túnel está ahí, muy cerca, al
alcance de todos los venezolanos. La vemos, la sentimos, la conocemos, pero la
minotaura Lucena vuelve a aparecer. Intenta devorarnos pese a que estamos más
vivos que nunca. Nos señala de nuevo su laberinto y nos jura que es
inquebrantable, nos amenaza con que no lograremos salir de él jamás.
Se
equivoca. La luz se escurre por todos lados, las fisuras se hacen más grandes y
el aire se empieza a sentir más puro, más fresco, más vital en toda Venezuela.
Respiremos,
venezolanos, respiremos hondo. El laberinto electoral se derrumba, ya no es
sólo un camino de salida. Son muchos.
Henrique
Capriles, nuestro Presidente de la República, el líder que nos trajo a este
punto se percató del colapso total del sistema y nos pide paciencia. Hay que
tenerla, además Capriles se merece nuestro voto de confianza, si se quiere
condicionada a que continúe firme y no intente reconstruir el laberinto
electoral, pero confianza aunque sea crítica, tampoco nos podemos dar el lujo
de la pasividad ni del silencio.
Nos
falta poco, la resistencia pacífica se debe revitalizar, al menos hemos
recuperado el aire y la convicción. Estamos más fuertes y además somos
indudable mayoría. El primer paso que nos enseñó Gandhi fue desobedecer de
manera activa y no violenta la dictadura. No podemos replegarnos. Debemos
seguir con inteligencia, pero seguir.
Esperemos
la señal del Presidente Capriles y andemos otra vez, no volvamos las caras,
¡carajo!, arrostremos con intensidad la libertad, la democracia y la paz.
El
sueño se ha hecho realidad.
@tovarr
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