El
misterio del Heaven After
Columna
ESTRICTAMENTE PERSONAL DE RAYMUNDO RIVA PALACIO/
24
Horas, 24 de junio de 2013;
El
bar Heaven After no era como cualquier otro afterhours, como se conoce a los
lugares que abren cuando todos los demás cierran. Ahí sólo se entraba con un
código, como un club privado, y convivían personas que, o se ganaban la vida
con negocios fuera de la ley, o se encontraban en la línea tenue de lo que es
legal y lo que es ilegal. Era un refugio discreto y desconocido para la
mayoría, hasta que se denunció que el 26 de mayo desaparecieron de ahí 12
jóvenes que vivían en Tepito. Desde entonces no se sabe qué sucedió con ellos,
aunque las autoridades informaron a los familiares de los jóvenes que nadie
encuentra, que tienen una idea de lo que pasó.
Los familiares se reunieron el viernes pasado
con el procurador del Distrito Federal, Rodolfo Ríos, y tras el encuentro
declararon a la prensa que había sido un problema delincuencial y que sí habían
sido secuestrados. Qué fue lo que platicaron realmente en privado con el
procurador, no se sabe, pero algunas de sus informaciones son ligeramente
distintas a lo que han arrojado las investigaciones. La fotografía de qué
sucedió en el Heaven After desestima que, como dijeron las autoridades desde un
principio, haya existido un secuestro colectivo, pero ratifica que se trata de
un asunto entre delincuentes.
No
es tampoco, de acuerdo con las pesquisas, un ajuste de cuentas contra los hijos
de Jorge Ortiz, El Tanque, y Alejandro Sánchez Zamora, El Papis, quienes en la
primera parte de la década pasada manejaron el narcomenudeo y la extorsión en
Tepito, y sus hijos se encuentran en la lista de desaparecidos. De hecho, no
hay todavía una confirmación de que sus hijos, Jerzy Ortiz y Said Sánchez,
hayan estado realmente en el bar esa noche y parte de la mañana del domingo 26.
Quien aseguró que sí estaban fue una persona que sus familiares llevaron como
“testigo”.
La
información de ese testigo no ha sido corroborada por nadie. Ni siquiera por
una joven que se acogió al programa de testigos protegidos, de la cual las
autoridades han guardado riguroso hermetismo. Los familiares declararon a la
prensa que había tres mujeres como testigos protegidos, pero en realidad sólo
es una, y no es Zoe, cuyas declaraciones dos días después de que desaparecieran
los jóvenes y filtradas a la prensa, generaron desinformación y confusión, al
no corresponder lo que dijo que sucedió, con lo que mostraron los videos.
Zoe
habló de un operativo donde participó un comando. Los videos y la
reconstrucción de hechos desechan esa versión. La investigación apunta que no
fue una acción planeada ni premeditada, sino lo que originó la desaparición de
los jóvenes fue producto de un hecho que sucedió ese mismo día en el bar. Una
línea de investigación refiere a declaraciones que señalan que algunos de los
jóvenes -no se sabe quiénes- asaltaron a una persona que llegó al lugar y mostró
un enorme fajo de billetes. Esa persona aún no está identificada plenamente.
Lo
que sí se tiene confirmado es que el diferendo se dio entre dos grupos que
solían visitar el Heaven After, que se desprenden de la gran pandilla “La
Unión” que nació en Tepito y se fue fracturando al ir a la cárcel los dos
líderes que la cohesionaban. Según las investigaciones, los jóvenes, a quienes
han identificado en la prensa como miembros de la banda “Los Tepitos”, en
realidad pertenecen a la pandilla “La Unión Insurgentes”, que en su nombre
delimita su territorio y el área de actividad delictiva, principalmente el
narcomenudeo. La persona a la que le robaron el dinero en el bar pertenece a la
banda de “La Unión Condesa”, que distribuye droga en las calles de esa zona de
moda en la Ciudad de México.
Con
esta información de las investigaciones, se puede tener, como primera
conclusión: 1) es un pleito entre delincuentes; 2) el conflicto fue espontáneo,
no resultado de una venganza; y 3) el pasado de los padres de dos de los jóvenes
desaparecidos, no está relacionado con el caso. Lo que la investigación aún no
puede demostrar es: 1) qué sucedió con los jóvenes. Los familiares de los
desaparecidos tardaron 48 horas en denunciar el hecho en las redes sociales,
por lo que la búsqueda de ellos comenzó tardíamente; 2) quiénes de esos 12
jóvenes estuvieron efectivamente en el Heaven After; y sobre todo, 3) qué es de
ellos. Las dos grandes posibilidades no pueden verificarse. No hay ningún dato
que permita suponer que fueron asesinados o se encuentran en poder de la “Unión
Condesa” o de otro grupo afín. Tampoco se puede descartar que, al percatarse
del problema en el que se habían metido al robar a un aparentemente prominente
miembro de la otra pandilla, se hayan asustado, huyeran.
La
procuraduría ofreció 10 millones de recompensa a quien aporte información, un
monto muy atractivo que sugiere, sin embargo, que la autoridad piensa
seriamente que los jóvenes viven y se encuentran escondidos. Esta es otra
hipótesis que se maneja, aunque nada cobrará sentido y sentará verdad hasta que
se esclarezca el misterio del Heaven After, y aparezcan, vivos o muertos.
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