La
explosión en la Torre B2, “por gas acumulado y obras”
El saldo final de la explosión, de acuerdo con los reportes oficiales, fue de 37 personas muertas y 101 heridas.
Fuentes
de la PGR afirman que está casi listo el dictamen y en cuestión de días será
presentado
David
Vicenteño
Excélsior, 03/06/2013;
CIUDAD
DE MÉXICO, 3 de junio.-Una prolongada acumulación de gas, combinada con los
trabajos de mantenimiento que se estaban realizando en el lugar, se perfilan
como las principales causas que provocaron la explosión en la Torre B2 del
complejo administrativo de Petróleos Mexicanos (Pemex), el pasado 31 de enero
del presente año.
Fuentes
de la Procuraduría General de la República (PGR) explicaron que el dictamen se
encuentra prácticamente concluido y sólo es cuestión de días para que sean
presentadas las conclusiones a la opinión pública.
En
la fase final de las investigaciones periciales trabajaron peritos de la PGR,
de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), de Pemex, de la Universidad
Nacional Autónoma de México y especialistas de un instituto con sede en
Chicago, Illinois, Estados Unidos.
La
fuente de la fuga de gas es una vieja
tubería que surtía a máquinas de servicio del complejo de Pemex; la porosidad que
se encontró en la zona del sótano del inmueble y posibles filtraciones del
sistema de drenaje del lugar.
Para
evitar posteriores acumulaciones de gas en el sótano de la Torre B2, Pemex
instaló un sistema de equipos de ventilación.
Por
otra parte, como detonante está identificada la intervención de empleados de
una empresa privada que hacían labores de mantenimiento, por lo que se trabajó
para identificar si una falla en algún conector eléctrico o una chispa por otra
causa haya provocado la explosión.
Trabajos
de mantenimiento
El
día de la explosión en el sótano de la Torre B2 de Pemex, se estaban realizando
trabajos de mantenimiento en el lugar por parte de empleados de la empresa
Conservación de Pilotes de Control, Sociedad Anónima (Copicosa).
Entre
las primeras causas se dijo que un corto circuito originado en una extensión
eléctrica o una chispa al encender un cigarro pudieron detonar la combustión
del gas.
En
el lugar fallecieron tres trabajadores de Copicosa, Enrique Bartolomé
Hernández, Gregorio Vite Valderrama y Luis Ojeda Olguín.
El
saldo final de la explosión, de acuerdo con los reportes oficiales, fue de 37
personas muertas y 101 heridas.
El
jueves pasado, luego de inaugurar la 29 Conferencia Nacional de Procuración de
Justicia en la Ciudad de México, el procurador general de la República, Jesús
Murillo Karam, indicó que posiblemente esta semana que inicia se presentarán
las conclusiones del peritaje.
Voceros
de la dependencia explicaron que, hasta la tarde ayer, no se tenía una fecha
programada, pero señalaron que la presentación se podría coordinar con la
Secretaría de Gobernación.
El
día de la tragedia
El
hecho ocurrió a las 15:45 horas del 31 de enero de 2013 en el momento en el que
cientos de empleados realizaban el registro de salida y entrada de sus labores.
El
día de la tragedia, Miguel Osorio Chong, secretario de Gobernación y encargado
por el Presidente de la República para coordinar las labores de rescate e
investigación, dijo que “los resultados de los peritajes los daremos a conocer
con transparencia”.
Hasta
el lugar se trasladaron efectivos de Protección Civil, Secretaría de la Defensa
Nacional, Marina, PGR y de la Policía Federal con sus respectivos titulares al
frente.
La
Sedena desplegó cerca de 200 elementos e instrumentó el Plan DN-IIIE.
El
estallido causó daños en el sótano, planta baja y el primer piso del anexo,
además de afectar algunas partes de la Torre de 53 pisos, aledaña al complejo
administrativo.
Al
menos tres mil 500 personas fueron desalojadas del complejo, ubicado en la
colonia Verónica Anzures.
Dos
días después de la tragedia, Excelsiór publicó que PGR informó que no encontró
rastros de fuego en el edificio B2 anexo a la Torre de Pemex, así como tampoco
en los heridos ni en los cuerpos de los fallecidos tras la explosión.
Peritajes
En
conferencia de prensa, realizada el 2 de febrero en el patio central de la sede
de la paraestatal, Murillo Karam, titular de la PGR, informó que comenzaron de
lleno los peritajes —después de trabajar en el rescate de heridos y cuerpos—
para conocer las causas de la tragedia.
“El
gobierno de la República está determinado a encontrar la verdad de los hechos,
sea cual sea, si se trata de un accidente, si se trata de una imprudencia, si
se trata de un atentado”, dijo el procurador.
Expuso
que dos mil 500 rescatistas, peritos y personal multidisciplinario de las
Fuerzas Armadas, Protección Civil, Policía Federal, PGR, UNAM y de dos empresas
estadunidenses operaron en la zona del desastre para conocer las causas de la
tragedia.
Murillo
Karam insistió en que “queremos hacer de ésta una investigación totalmente
transparente” e invitó al Congreso de la Unión a enviar observadores para que
atestigüen paso por paso los trabajos de la autoridad.
En
su oportunidad, tanto el presidente Enrique Peña Nieto como el jefe de Gobierno
del DF, Miguel Ángel Mancera, declararon tres días de duelo.
“Ésta
es una tragedia que nos ha llenado de tristeza como país y por ello México está
de luto (...) En alcance a las atribuciones que me concede la ley en la
materia, he decidido decretar tres días de duelo nacional”, dijo el mandatario
federal en la ceremonia de la toma de protesta del nuevo presidente de la
Coparmex.
En
tanto, el director general de Pemex, Emilio Lozoya, garantizó las operaciones de
producción, pese a la tragedia.
Descarta
explosivos
El
4 de febrero, Murillo Karam descartó que el estallido ocurrido en el edificio
B2 del Complejo Administrativo de Pemex fuera provocado por un artefacto
explosivo.
Afirmó
que “hubo una explosión difusa, lenta y definida, causada por la acumulación de
un gas metano”.
En
conferencia de prensa sobre los primeros peritajes en dicho lugar, el
funcionario indicó que no se encontraron huellas de fuego ni residuos de
explosivo alguno, lo que se confirmó con las pruebas de laboratorio hasta ahora
realizadas.
Los
peritos determinaron que la explosión fue difusa, es decir, lenta, horizontal y
perfectamente definida, lo que es una característica de las explosiones de gas.
El
estallido propició que la estructura de las losas de los pisos fuera impulsada
hacia arriba y que después cayeran, lo que provocó lesiones por aplastamiento a
la mayoría de las víctimas.
Explicó
que cuando detona un artefacto, se puede encontrar un cráter en la base o punto
de explosión, lo que en este caso no se produjo, así como tampoco se
fracturaron las vigas de acero.
Luego
de la tragedia, los peritajes se agilizaron, con lo cual se espera que en los
próximos días se den a conocer los resultados finales en una de las primeras
grandes tragedias sucedidas durante la actual administración federal.
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