- Zarpazo panista al TEPJF/Jorge Carrasco Araizaga
Retrospectiva
Tomado de la revista Proceso, No. 1607,
19/08/2007
Los recientes escándalos
protagonizados por integrantes del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación no sólo anulan la confianza que requiere la máxima instancia
jurisdiccional del país en esa materia, sino que evidencian cómo, con su insana
trama de vínculos familiares y partidistas, el Poder Judicial se volvió un coto
político en disputa, como cualquier otro.Una vasta red que involucra a
ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y a la
Presidencia de la República, que alcanza a un magistrado del Consejo de la
Judicatura Federal, y la disputa por el control del Tribunal Electoral del
Poder Judicial de la Federación (TEPJF), llevó a María del Carmen Alanís
Figueroa a la presidencia del máximo organismo jurisdiccional en la materia.
Arropada desde Los Pinos por
Margarita Zavala, la esposa del presidente Felipe Calderón, Alanís se quedó con
el máximo cargo del TEPJF en una disputa interna que, por el momento, no sólo
relegó y desacreditó al magistrado Flavio Galván Rivera, sino que puso en
evidencia que cargos clave del Poder Judicial de México se concentran en unas
cuantas manos.
Por lo menos cuatro
ministros de la SCJN (Fernando Franco González Salas, Sergio Valls Hernández,
Juan Silva Meza y Margarita Luna Ramos) tienen presencia directa o indirecta en
la estructura administrativa o jurisdiccional del TEPJF. Es el mismo caso del
magistrado Luis María Aguilar Morales, miembro del Consejo de la Judicatura
Federal (CJF), el organismo que se encarga de vigilar la actuación de los
jueces federales y magistrados del país.
Fragmentado por los
enfrentamientos entre sus magistrados y los diferentes intereses políticos de
su entorno en el que predomina el PAN, el TEPJF enfrenta la peor crisis desde
su creación en 1996, cuando sustituyó al Tribunal Federal Electoral (Trife).
Entre octubre de 1990 y octubre de 1996, el presidente del Trife fue el ahora
ministro Franco, quien desde entonces apoyó la carrera de María del Carmen
Alanís, hija de Agustín Alanís Fuentes, procurador de justicia del Distrito
Federal en el gobierno de José López Portillo.
Con el gobierno federal aún
en manos del PRI, Franco y Alanís iniciaron su carrera judicial y
administrativa en el viejo régimen, pero ambos se adaptaron a los nuevos
tiempos políticos. Franco llegó a la SCJN de la mano del expresidente Vicente
Fox después de haber sido su subsecretario del Trabajo, y Alanís representa la
presencia de Calderón y el PAN en el TEPJF; desde que se convirtió en
magistrada es una asidua visitante de Los Pinos.
Por el control del tribunal
se desató un duro enfrentamiento entre los siete magistrados que integran la
Sala Superior del TEPJF, seis de los cuales asumieron su cargo apenas en
noviembre pasado. Propuestos por la Suprema Corte y negociados sus
nombramientos en el Senado para ocupar esos cargos durante 10 años, Flavio
Galván, Alanís, Salvador Olimpo Nava Gomar, Constancio Carrasco Daza, Manuel
González Oropeza y Pedro Esteban Penagos, a partir de noviembre del año pasado
sustituyeron por mandato constitucional a los magistrados que casi tres meses
antes emitieron el polémico dictamen para validar la elección de Felipe
Calderón.Por acuerdo mayoritario de los nuevos magistrados, Galván Rivera fue
designado presidente del TEPJF en consideración a sus casi dos décadas de
trabajo en los órganos jurisdiccionales electorales, y tomando en cuenta que en
la anterior integración de la Sala Superior ocupó la Secretaría General de
Acuerdos, instancia de la presidencia del tribunal que se encarga del
funcionamiento de la propia sala.
Pero esa designación dejó
inconformes a algunos. Uno de ellos fue Alejandro Luna Ramos, hermano de la
ministra de la corte. Él también dio su aval al triunfo de Calderón y apenas
por un voto en el Senado se salvó de ser relevado en el tribunal durante la
designación de los nuevos magistrados. Quería ser presidente del TEPJF con el
argumento de que era el magistrado con más antigüedad. Con la salida de los
magistrados anteriores, se había convertido en el decano, pues en abril de
2005, con el apoyo de su hermana desde la corte, llegó al TEPJF para reemplazar
al fallecido magistrado José Luis de la Peza. Lo que sí logró, pese a la
oposición de los nuevos integrantes del tribunal, fue quedarse con las mejores
oficinas, que incluyen una sala de descanso. Esas instalaciones se las dejó el
magistrado Eloy Fuentes, quien fue presidente del TEPJF entre 2004 y septiembre
de 2005, cuando dejó el cargo en condiciones nunca aclaradas.
Luna Ramos tiene otra
herencia de Fuentes. Uno de sus secretarios de estudio y cuenta –quienes se
encargan de elaborar los proyectos de resolución- de los juicios– es Iván
Ernesto Fuentes Garrido, hijo del exmagistrado.
Trabazón familiar y política
El hermano de Margarita Luna
no es el único con privilegios. En sus escasos nueves meses como presidente del
TEPJF, Flavio Galván apoyó las exigencias de sus colegas para que les cambiaran
mobiliario o les dieran teléfonos celular y siete camionetas Suburban para
reemplazar a las Windstar que tenían. Esa renovación no incluyó los vehículos
blindados que pretendía Alanís, ahora presidenta del tribunal. El propio Galván
ordenó cambiar los muebles y accesorios de los baños de mármol pulido de la
presidencia del TEPJF. También mantuvo los privilegios del quinto piso del
edificio principal del tribunal, donde está el comedor para los ministros y sus
invitados, un salón para juegos de mesa, una sala de juntas para la Comisión de
Administración –en la que participan tres consejeros del CJF– y dos salas más
para juntas de los ministros. Para su servicio de comedor, los magistrados
cuentan con dos chefs y se les provee de vinos importados.
El ejecutor de esos y otros
gastos como responsable de los recursos fue Daniel Tapia Izquierdo, secretario
administrativo del tribunal hasta el pasado 29 de junio, fecha en que salió de
la institución en medio de las disputas de los magistrados. Cuatro días antes
de la renuncia de Galván, Tapia tuvo que comparecer ante la contraloría interna
para explicar las erogaciones y la adquisición de un inmueble para la Sala
Regional de la Cuarta Circunscripción, que desató el escándalo.
El secretario administrativo
del tribunal es el cargo de más importancia después de los magistrados de la
Sala Superior y de las cinco salas regionales. Ahora el cargo es ocupado por
Diego Gutiérrez Morales, yerno del ministro de la corte Juan Silva Meza. El
ministro asegura que su familiar tiene una larga carrera en el Poder Judicial y
que él no ha tenido que ver en los cargos que ha ocupado, incluido su reciente
nombramiento.Gutiérrez Morales no es el único funcionario con fuertes lazos en
la corte. También es el caso de Mario Rodríguez Santos, el contralor interno
del tribunal, cargo al que llegó de la mano de Sergio Valls Hernández. Este
ministro lo promovió desde el Consejo de la Judicatura Federal, del que formó
parte antes de llegar a la SCJN. Valls niega que él haya influido y aduce que
sólo formó parte del consejo que lo designó contralor.
Rodríguez Santos, quien en
los últimos años se ha encargado de vigilar el gasto del tribunal, es ahora
personaje clave en las investigaciones sobre la gestión de Galván. De sus
indagatorias depende que el caso pase a la Comisión de Administración del
TEPJF, instancia encargada del ejercicio del presupuesto del tribunal –que para
este año es de casi mil 129 millones de pesos– y de imponer las sanciones a los
funcionarios por irregularidades o faltas.
El CJF tiene injerencia
directa en la Comisión de Administración, que es presidida por Alanís en su
calidad de presidenta del tribunal. También participa en ella el magistrado
Constancio Carrasco Daza, primo de Diódoro Carrasco Altamirano, actual diputado
del PAN, exsecretario de Gobernación y exgobernador de Oaxaca, donde Carrasco
Daza fue procurador. El secretario técnico de la comisión es Diego Gutiérrez
Morales.
En la Comisión de
Administración también participan tres magistrados consejeros del CJF, María
Teresa Herrera Tello, designada en el órgano de vigilancia de los jueces
federales y magistrados por Vicente Fox; Elvia Díaz de León, nombrada por el
Poder Judicial, y Miguel Ángel Quirós, quien fue propuesto por el Senado.
La presencia del CJF en el
tribunal va más allá de lo establecido en la Ley Orgánica del Poder Judicial de
la Federación. El magistrado Luis María Aguilar, presidente de las comisiones
de Administración y de Disciplina del CJF, tiene un hermano en el tribunal:
José Alfredo Aguilar Morales, jefe de la unidad de Control de Obras y
Conservación, que depende de Gutiérrez Morales.
Dentro del TEPJF hay otro
funcionario importante para el futuro de Galván y sus colaboradores: Rodolfo
Terrazas Salgado, director del Centro de Capacitación Judicial Electoral y
representante de la Sala Superior en la Comisión Sustanciadora del propio
tribunal, encargada de conducir los casos relativos a la imposición de
sanciones de los servidores del tribunal por irregularidades o faltas
administrativas.
Magistrado del Tribunal
Electoral del Distrito Federal (TEDF) entre 1999 y 2006, Terrazas fue designado
en esos cargos en una sesión privada de la Sala Superior que se llevó a cabo el
14 de mayo de 2007. Al igual que Alanís, Terrazas trabajó en el Trife con el
ministro Franco, pero éste dice que el trato de mucho tiempo que tiene con
ambos no significa que haya sido su impulsor. Asegura que nunca he hablado con ningún
magistrado para recomendar a nadie. Propuesto por Vicente Fox para llegar a la
corte, Franco fue subsecretario del Trabajo, Seguridad y Previsión Social entre
diciembre de 2000 y enero de 2006, cuando el secretario del Trabajo era Carlos
Abascal Carranza. Ya en su cargo actual de secretario general adjunto del PAN,
Abascal estuvo presente en la sesión solemne del 14 de diciembre pasado, cuando
Franco asumió como ministro de la SCJN.Terrazas Salgado está identificado con
los intereses del PAN. Incluso, como magistrado electoral de la capital del
país fue acusado formalmente por el entonces representante de Convergencia por
la Democracia, el actual diputado federal Elías Cárdenas Márquez, de haber
asesorado a Acción Nacional antes de que los asuntos se trataran en el pleno
del tribunal local. Más aún, el nombre de Terrazas ha sido señalado en una
auditoría realizada por la adquisición, en 2005, del actual edificio que ocupa
el TEDF en Río Magdalena 21, colonia Del Valle. En el TEDF, el secretario de
Acuerdos es Gregorio Galván Rivera (el hermano de Flavio Galván) y como tal se
encarga de la operación jurisdiccional del tribunal local.Confianza
vulneradaAdemás de la disputa por el control del máximo órgano electoral, la
salida de Galván de la presidencia del TEPJF el pasado 6 de agosto fue
determinada por sus decisiones en torno a la administración de los recursos del
tribunal. La adquisición de un edificio para la Sala Regional de la Cuarta
Circunscripción del TEPJF, con cabecera en el Distrito Federal, detonó su
salida.
El miércoles 8, el periódico
Reforma publicó una nota sin firma según la cual la adquisición del inmueble
estaba a cargo de Norma Inés Aguilar León, entonces coordinadora de asesores
del presidente del tribunal y quien, de acuerdo con esa versión, le solicitó a
una inmobiliaria 5 millones de pesos a cambio del contrato de compraventa del
inmueble.Aguilar León fue una muy cercana colaboradora de Galván por más de una
década en el TEPJF, al que llegó como estudiante para hacer su servicio social.
Pronto pasó a trabajar al lado de Galván y empezó a ocupar importantes espacios
de poder. No sólo se convirtió en la coordinadora de asesores del secretario
general de Acuerdos, sino que fue nombrada representante del tribunal ante los
organismos electorales.La influencia de Aguilar León en las decisiones
administrativas de la Secretaría General le causaron problemas a Galván, quien
se debilitó en el tribunal cuando cuestionó públicamente a sus predecesores por
el millonario fideicomiso que integraron para su retiro. No sólo acordó con el
resto del pleno de la Sala Superior la disolución de ese fideicomiso, sino que
despidió a parte del personal de los anteriores magistrados. Su coordinadora de
asesores se convirtió en el punto más vulnerable de Galván. De acuerdo con la
versión de prensa, durante la búsqueda del nuevo edificio para el tribunal,
Aguilar intentó corromper a una empresa de bienes raíces en la que participa
Olga Gomar, tía de Salvador Olimpo Nava Gomar. Documentación en poder de
Proceso señala que desde mayo pasado el propio Nava mostró un reiterado interés
en torno al “uso” que tendría el nuevo edificio. Desatado el escándalo y luego
de la elección de Alanís, Nava Gomar desapareció de escena. Cuando se le
requirió información, en su oficina se dijo que estará de vacaciones hasta los
últimos días de agosto.Nava Gomar fue un activo promotor de la Ley Federal de
Acceso a la Información Pública Gubernamental antes de ser magistrado, y junto
con el ministro Penagos fue uno de los principales opositores a conceder el
acceso a las boletas de la elección presidencial solicitado por este semanario;
incluso comparó la petición con la intención de contar los billetes del Banco
de México. Penagos se refirió a las boletas como “papeles inservibles” (Proceso
1591).
En cambio, Nava logró la
creación de la Comisión de Supervisión y Resolución en materia de transparencia
y acceso a la información del TEPJF. Como secretario técnico de la misma llevó
a Francisco Javier Acuña Llamas, con quien trabajó en el Departamento de
Derecho de la Universidad Anáhuac del Sur, fundada por los Legionarios de
Cristo.
Hijo de Salvador Nava
Castellanos, actual director de Vialidad de la Secretaría de Transportes y
Vialidad del Distrito Federal, Nava Gomar llegó al tribunal, igual que Alanís,
con el respaldo de los senadores del PAN. Durante la pasada campaña
presidencial, el ahora magistrado mostró su apoyo a Calderón. En una
colaboración periodística en el diario la Crónica de Hoy, en enero de 2006,
definió a Calderón como “un tipo congruente, interlocutor válido incluso para
sus opositores y hombre de una sola trayectoria”.
Al entonces candidato Andrés
Manuel López Obrador lo describió como representante de la más tradicional de
las izquierdas, y del PRI dijo que no todos los militantes de ese partido deben
ser considerados pillos como su entonces candidato, Roberto Madrazo.
Más evidente aún es la
cercanía de Alanís con Calderón y Los Pinos. En los días más intensos de la
elección presidencial, tuvo una intensa comunicación, de cientos de llamadas
telefónicas, con el equipo de Calderón, según informó el diario El Centro en
su edición del pasado lunes 13 de agosto.
Pragmática, Alanís Figueroa
ha tejido una amplia red de alianzas en la que entrecruza al PAN, al PRI y al
Partido Alternativa Socialdemócrata. No ha estado exenta del escándalo y llegó
a la presidencia del TEPJF con una votación dividida.
En septiembre de 2005
renunció con una carta pública a la Secretaría Ejecutiva del Instituto Federal
Electoral (IFE) y acusó a su presidente, Luis Carlos Ugalde, de falta de apoyo
e injerencia en su trabajo. El desencuentro ocurrió luego del divorcio de
Ugalde con Pía Limón, con quien Alanís, como Margarita Zavala, mantiene una
amistad de casi tres décadas.
Los escándalos en el TEPJF
no cesan. El viernes 17, Reforma publicó en otra nota sin firma que el general
retirado Valentín Romano López, coordinador de Seguridad y Protección Civil, ha
sido investigado por la Procuraduría General de la República debido a presuntos
vínculos con el narcotráfico y por la procuraduría de Veracruz en relación con
un presunto fraude en la compra de chalecos antibalas para la policía del
estado. El general había sido ratificado por la presidenta María del Carmen
Alanís
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