EN
LA GRILLA/FRANCISCO CHIQUETE
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Vie,
10/18/2013
*La
carretera y sus expectativas
*Una
exclusión muy democrática
*Alcaldes
en situación incómoda
Es
el día siguiente a la inauguración de la autopista Mazatlán-Durango. Es viernes
y además muy cercano a la quincena. A pesar de ello, no hay colas en las
casetas de la vía recién estrenada. No están llegando los miles de visitantes
que muchos preveían una vez puesta en operación la súper ruta.
Los
espectaculares paisajes que hoy muestran barrancas abismales y un poco más
adelante farallones que parecen cortados a cuchillo y se prolongan más allá de
nuestros convencionalismos acerca de los cerros. Al fondo un enorme cúmulus se
arrastra, rasgado por los picos más altos de esta parte de la Sierra Madre
Occidental, están solos o casi.
Muy
pocos aprecian la majestuosidad del puente Baluarte, con sus tirantes
gigantescos, sus torres que aún enormes, apenas compiten con la majestuosidad
de un precipicio de casi medio kilómetro; ni le humo se acumula aún en el túnel
el sinaloense, cuyos casi tres kilómetros hablan de la gran capacidad de los
ingenieros que horadaron este largo cerro para acortar las distancias.
El
túnel está perfectamente iluminado, aunque el día de la inauguración le faltaba
aún el equipo de ventilación y algunos señalamientos inteligentes de los que
presumió mucho el secretario de Comunicaciones y Transportes, pero es una
maravilla, como lo es el puente Baluarte, que es de cuatro carriles.
Todo
el que la cruza incurre en el lugar común de nuestros prototipos culturales:
esta carretera es como de película. En efecto: por estos túneles bien podría
escenificarse una persecución de rápido y furioso y Mel Gibson podría intentar
el aterrizaje de un Mig 27 sobre las plataformas del puente Baluarte, a cuyo
costado hay una pequeña plataforma de trabajo donde Julia Roberts bien podría
hacerse arrumacos y hasta fajar con Hugh Grant, aunque no tengamos el flemático
paisaje urbano de Notting Hill.
Por
supuesto, ya hay tráfico, pero el de siempre. Antes de abrirse el último tramo,
ya muchos camioneros se subían, bajaban y volvían a subir para aprovechar la
buena velocidad que ahí obtienen, a pesar de las interrupciones de los tramos
que no estaban terminados.
Pero
las avalanchas de turistas, inversionistas y personalidades que nos habrán de
cambiar la vida, la economía y la demografía, no llegaron en el primer día. No
es para preocuparse. Dicen los especialistas que indefectiblemente nos
alcanzará el progreso y que en un plazo de dos años empezará a notarse.
El primer efecto advertible es que a querer y
no, el gobierno tendrás que invertir mucho dinero en la reconstrucción del
puerto, para generarle las condiciones de competencia internacional que se
requieren para darle sentido a una carretera como ésta, cuya inversión de
veintiocho mil seiscientos millones de pesos adquiere sentido con un
complemento como ese puerto tan proyectado.
Y
mire usted cómo hay interés en esa modernización, que en el acto inaugural de
la carretera fue el gobernador de Durango, Jorge Herrera Caldera, el que tocó
el tema pidiendo al presidente las inversiones que se requieren para ponerlo en
condiciones de competitividad y de utilidad frente a las enormes demandas
actuales.
La
puesta en operación de esta carretera será un acontecimiento de gran impacto.
El presidente Enrique Peña Nieto encomió la capacidad de los ingenieros
mexicanos, de los camineros que trabajaron en su construcción y que ese mismo
día festejaban su día, así como la importancia que tendrá para la economía de
la región y del país.
(Por
cierto que el día del caminero es ya más un anacronismo que el festejo
justificado de una conmemoración. Los camineros era todo un gremio que iba por
la República abriendo nuevas carreteras, como la libre entre Mazatlán y Durango
que hace 53 años fue a su vez, fue considerada todo un prodigio de ingeniería
porque entonces sí que casi a mano limpia, sin la tecnología que hoy se tiene,
le arrancaron a la sierra un camino formal, serio, más allá de las trochas de
mulas que inspiraron la ruta. Hoy las carreteras son construidas por obreros de
empresas que van cambiando de personal conforme a la región que visitan.)
UNA
EXCLUSIÓN DEMOCRÁTICA
Para
el acto inaugural, los gobiernos de Sinaloa y Durango, con este último llevan
do la voz cantante, por ser el anfitrión, acordaron repartirse por mitades la
responsabilidad de convocar y garantizar la presencia de siete mil invitados
que demostraran ante el presidente el impacto que la carretera tiene para ambas
entidades, aunque su importancia a fin de cuentas, alcanza a siete entidades,
cuyos gobernadores estuvieron presentes (los de Zacatecas, Chihuahua, Coahuila,
Nuevo León y Tamaulipas, amén de Sinaloa y Durango, por supuesto.
Pero
luego vino un recorte y a Sinaloa le quedaron dos mil quinientos, que en un
segundo ajuste bajaron a mil quinientos, pero cuando llegó la segunda mitad de
los sinaloenses, ya los durangueños habían acaparado los espacios, y el Estado
Mayor Presidencial decidió que no pasaba nadie más, porque la carpa ya estaba
muy llena.
Desde
fuera de las rigurosas rejas la comitiva de mazatlecos escuchó incrédula que
los altavoces de las patrullas conminaban: “la gente de Sinaloa, favor de
acercarse a sus camiones para que puedan regresar de inmediato”. El único
consuelo que les quedó fue para los estacionados en las partes más altas, que
pudieron ver de lejos cómo el presidente bajaba de su helicóptero, le gritaron
y lo saludaron. Peña Nieto les correspondió el saludo. Fue todo.
Cualquier
discriminación, como discriminación fue este caso, es antidemocrática, pero
aquí al menos fue pareja.
Para
atrás se fueron colonos, líderes colonos, alguno que otro periodista, los
líderes empresariales de Mazatlán, diputados electos como Fernando Pucheta
Sánchez, alcaldes no electos como Ernesto García Cota, recién derrotado en Los
Mochis pero que aún es diputado local, el alcalde sí electo Carlos Eduardo
Felton González, el coordinador de delegaciones del ISSSTE, Alfredo Villegas
Arreola, y hasta secretarios de despacho como el de Desarrollo Social y Humano,
Juan Ernesto Millán Piestch, o como el mismísimo Frank Córdova Celaya, quien
había anunciado que los sinaloenses iríamos a la carretera en bola, que
haríamos un escándalo y sí, casi fue así porque muchos estaban indignados por
haber venido desde tan lejos sólo para ser regresados sin consideración.
A
veces es cierto que los últimos serán los primeros. Mucha gente de abajo e fue
tempranito enlo que podría llamarse “corridas ordinarias”, mientras los
invitados viaipí fueron citados en el Centro de Convenciones y recibieron
sofisticados desayunos para viajeros, privilegio que pagaron llegando tarde y
quedando fuera. Algunos, además, como los electos, sufrieron la descompostura
del camión, de modo que debieron trasbordar. EL colmo fue que al regreso
volvieron a terminar en un camión descompuesto y sus augustas majestades
terminaron de raite en patrullas hasta el Mazatlan International Center, a
recoger sus coches.
Por
supuesto, la gente de Durango tenía razón. Estaban en su tierra y la cortesía
no implica perderse ese momento sólo por ser buenos anfitriones. El Estado
Mayor Presidencial en cambio ha abandonado ya las aspiraciones de la campaña,
en que se trataba de reunir a la mayor cantidad posibles de personas en cada
evento, y ahora prefieren limitar la asistencia para tener mayor facilidad en
el control de la seguridad.
En
momentos como éste se hacen evidentes las vocaciones personales. Director de
Carreteras de la SCT, Clemente Poon Hung habló en nombre del Colegio de
Ingenieros Civiles del país. Estuvo en Sinaloa por un espacio muy prolongado
como director del Centro SCT, un área eminentemente técnica que se convirtió en
valladar político cuando el estado era gobernado por el PRI y la federación por
el PAN. Poon fue un contrincante y hasta un abierto opositor de los
gobernadores Juan Sigfrido Millán Lizárraga y Jesús Alberto Aguilar Padilla,
defendiendo las posturas del PAN. Este jueves en cambio se dio el lujo de citar
los compromisos adquiridos en campaña (la campaña del PRI, por supuesto) por el
presidente Enrique Peña Nieto, y su cabal cumplimiento, no faltaba más.
Hubo
por ahí quien destacó que al alcalde mazatleco Alejandro Higuera Osuna lo trataron
mal. En realidad no hubo nada extraordinario, independientemente de que no lo
hubiesen mencionado. No tenían por qué. El acto era en Durango, sin que hubiese
más relación con Mazatlán que el fin un extremo de la autopista, lo que
funciona como referencia, pero no tiene influencia en los asuntos del
protocolo, sin que influya el que sea un militante panista visitando un estado
priísta en un periodo federal priísta.
Fregado
estuvo el asunto durante la ceremonia en que Felipe Calderón se dio el gusto de
inaugurar algo de la carretera, aunque sólo fuese el tramo Mesillas-Santa
Lucía. Ahí los encargados sinaloenses del protocolo ignoraron al alcalde
anfitrión, Eligio Medina, priísta que no ha tenido una buena relación con el
gobernador Mario López Valdez ni se ha granjeado su simpatía personal. Inédito
en el evento, Medina tenía al menos una silla en la primera fila, donde
permaneció sentado e ignorado hasta que el propio Felipe Calderón cayó en cuenta e hizo evidente el desprecio
para corregirlo. “Y el presidente municipal, el presidente anfitrión ¿dónde
está? Para agradecerle que nos reciba y nos acompañe”, dijo risueño como si
estuviera soltando uno de sus inopinados chistes en medio del discurso.
Los
viajes ilustran, y éste a Durango nos enseñó entre otras cosas que el fuego se
combate con fuego. Si el Estado Mayor Presidencial no quería dejarnos entrar
porque había órdenes de que nadie pasara, hubo que buscar a alguien del Estado
Mayor Presidencial que nos franqueara el paso, y lo encontramos gracias a
Edmundo Apodaca, de prensa del estado y a Ulises, del equipo de David López.
Y
también que en todos lados se cuecen habas. Si durante la campaña hubo una
“Werita de Guasave” que levantó un cartelón proponiéndole matrimonio, si al
salir de la reunión de la Conago se escuchó un grito de “Peña Nieto, el Chenel
(no quería casarse con él) apoya tu propuesta energética”, en Durango el
discurso presidencia fue interrumpido con un “Peña Nieto, te saluda la Guille”.
Y luego la Guille volvió a la carga ofreciéndole también una relación seria y
estable. Eso sí;: la porra duranguense anda retrasada de noticias, pues
insistía mucho en el coro “Peña Nieto Presidente/Peña Nieto Presidente”. ¿No
sabrán que la elección ya pasó, que Peña Nieto ganó y ya hasta está ejerciendo
el cargo?
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