La
asociación criminal 'N'drangheta' hace realizar a la procesión una 'reverencia'
al boss mafioso.
El miércoles 2 de julio en el pueblo Oppido Mamertina, en Italia, se realizó la procesión en
la cual una imagen de la Virgen María era llevada en andas. A un cierto momento
se desvió y pasó debajo de la casa de un jefe mafioso, y allí el anda hizo una
inclinación en honor del delincuente.
"Delante
de los malvivientes se inclinaron quienes llevaban a la imagen y no seguramente
la Virgen" declaró a la agencia ANSA el obispo de Cassano allo Jonio y secretario de
la Cei, mons. Nunzio Galantino, refiriéndose al hecho sucedido en Oppido
Mamertina.
Y añadió que "justamente lo que sucedió demuestra la gran
importancia de lo que dijo el papa Francisco en Slibari".
Peppe Mazzagatti, cumple una cadena perpetua por asesinato,
pero debido a su edad de 82 años, se encuentra en arresto domiciliario.
El ministro del Interior de Italia, Angelino Alfano denunció el hecho
como 'repugnante' y elogió a los policías que abandonaron la procesión. El
video tomado por los 'carabineri' está siendo analizado para identificar a
quienes participaron del acto y tomar las medidas judiciales pertinentes.
Sobre esto hoy Mons.
Bregantini indicó que "es sorprendente ver como las palabras del Papa
inciden en las conciencias". Y precisó que el capellán invitó hoy al
obispo local para explicarle a los presos el sentido profundo de esta frase.
La homilía del Papa en Calabria: Los mafiosos están excomulgados Roma, 21 de
junio de 2014
“En
la fiesta del Corpus Domini celebramos a Jesús 'pan vivo bajado del cielo',
alimento para nuestra hambre de vida eterna, fuerza para nuestro camino.
Agradezco al Señor que hoy me permite celebrar el Corpus Christi con ustedes,
hermanos y hermanas de esta Iglesia que está en Cassano all Jonio.
La
de hoy es la fiesta en la cual la Iglesia alaba al Señor por el don de la
Eucaristía. Mientras que el jueves santo recordamos su institución en la Última
Cena, hoy predomina la acción de gracias y la adoración. De hecho es
tradicional en este día la procesión con el Santísimo Sacramento. Adorar a
Jesús Eucaristía y caminar con Él. Estos son dos aspectos inseparables de la
fiesta de hoy, dos aspectos que dan fisonomía a toda la vida del pueblo
cristiano: un pueblo que adora a Dios y camina con Él, que no se queda quieto,
camina.
Primero
de todo nosotros somos un pueblo que adora a Dios. Nosotros adoramos a Dios que
es amor, que en Jesucristo se ha dado a sí mismo por nosotros, se ha ofrecido
en la cruz para expiar nuestros pecados y por la potencia de este amor ha
resucitado de la muerte y vive en su Iglesia. Nosotros no tenemos otro Dios
fuera de esto.
Cuando
a la adoración del Señor se sustituye la adoración del dinero, se abre el
camino al pecado, al interés personal y al abuso.. Cuando no se adora a Dios,
el Señor, uno se vuelve adoradore del mal, como los que viven de criminalidad y
violencia.
Vuestra
tierra tan hermosa conoce las heridas de este pecado, la N'drangheta es esto:
la adoración del mal y el desprecio del bien común. (aplausos) Este mal se
combate, se aleja, es necesario decirle No. La Iglesia que está tan empeñada en
educar a las conciencias tiene siempre que emplearse para que el bien pueda
prevalecer. Nos lo piden nuestros jóvenes, lo solicitan nuestros jóvenes
necesitados de esperanza. Para responder a estas exigencias la fe nos puede
ayudar. Los que han tomado este mal camino en su vida, como los mafiosos, no
están en comunión con Dios, están excomulgados.
Hoy
lo confesamos con la mirada dirigida a Corpus Crhisti, al sacramento del altar.
Y por esta fe nosotros renunciamos a Satanás y a todas sus seducciones, a los
ídolos, al dinero, a la vanidad del poder. Nosotros cristianos no queremos
adorar nada ni nadie en este mundo que no sea Jesucristo y que está presente en
la sagrada eucaristía.
Quizás
no siempre nos damos cuenta hasta el fondo de lo que significa esto, de las
consecuencias que tiene o debería tener esta nuestra profesión de fe.
Esta
fe en la presencia real de Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre en el
pan y vino consagrado, es auténtica si nos empeñamos a caminar detrás de Él y
con Él. Adorar y caminar. Un pueblo que adora y un pueblo que camina.
Caminar
con Él y detrás de Él, intentando poner en práctica su mandamiento, el que ha
dado a los discípulos justamente en la Última Cena. 'Como yo les he amado, así
ustedes ámense los unos a los otros'. El pueblo que adora a Dios en la
eucaristía es el pueblo que camina en la caridad. Adorar a Dios en la
eucaristía, caminar con Dios en la caridad fraterna.
Hoy
como obispo de Roma estoy aquí para confirmarlos no solamente en la fe pero
también para acompañarles y animarles en el camino con Jesús Caridad.
Quiero
expresar mi apoyo al obispo, a los presbíteros y diáconos de esta Iglesia, y
también a la Eparchia de Lungro, de rica tradición griego-bizantina. Y lo hago
extensivo a todos, los pastores y fieles de la Iglesia en Calabria, empeñada
con coraje en la evangelización y en favorecer estilos de vida e iniciativas
que pongan al centro las necesidades de los pobres y de los últimos. Y lo
extiendo también a las autoridades civiles que intentan vivir el empeño
político y administrativo para dar un servicio al bien común.
Les
animo a todos a dar testimonio de solidaridad concreta con los hermanos,
especialmente con los más necesitados de justicia, de esperanza, de ternura. La
ternura de Jesús, la ternura eucarística, este amor tan delicado, tan fraternal
y tan puro.
Gracias
a Dios hay tantas señales de esperanza en vuestras familias, en las parroquias,
en las asociaciones, en los movimientos eclesiales. El Señor Jesús no deja de
suscitar gestos de caridad en su pueblo en camino.
Un
signo concreto de esperanza es el Proyecto Policoro, para jóvenes que quieren
ponerse en juego y crear posibilidades de trabajar para si y para los otros.
Ustedes queridos jóvenes, no se dejen robar la esperanza. Lo he dicho tantas
veces y lo repito: no se dejen robar la esperanza.
Adorando
a Jesús en vuestros corazones y quedando unidos a Él sabrán oponerse al mal, a
las injusticias, a la violencia con la fuerza del bien, de la verdad y de la
belleza.
Queridos
hermanos y hermanas, la eucaristía nos ha reunido aquí. El Cuerpo del Señor
hace de nosotros una sola cosa, una sola familia. El Pueblo de Dios reunido en
torno a Jesús, pan de vida.
Lo
que he dicho a los jóvenes lo digo también a todos: si adorarán a Cristo y
caminarán atrás de Él, y con Él, vuestra Iglesia diocesana y estas parroquias
crecerán en la fe y en la caridad, en la alegría de evangelizar. Serán una
Iglesia en la cual padres, madres, sacerdotes, religiosos, catequistas, niños,
ancianos, jóvenes caminan uno al lado del otro, se apoyan, se ayudan, se aman
como hermanos, especialmente en los momentos de dificultad.
María
nuestra Madre, mujer eucarística, que se venera en tantos santuarios,
especialmente en el de Castrovillari, les precede en esta peregrinación de la
fe. Ella les ayude siempre a quedarse unidos para que, también a través de
vuestro testimonio, el Señor pueda continuar a dar la vida al mundo. Que así
sea”.
(Aplausos)
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