Texto
del Santo Padre en el estadio coreano de Daejon, en el World Cup Stadium
Poco
antes de la oración dirigió en inglés las siguientes palabras:
"Queridos
hermanos y hermanas:
Al
final de la Misa, nos dirigimos de nuevo a María, Reina del Cielo. Le ofrecemos
nuestras alegrías, sufrimientos y esperanzas.
Le
confiamos de modo especial a cuantos han perdido la vida en el naufragio del
ferry “Se Wol”, así como a los que todavía hoy sufren las consecuencias de esta
gran desgracia nacional. El Señor acoja a los difuntos en su paz, consuele a
los que lloran, y siga sosteniendo a quienes han acudido generosamente en
auxilio de sus hermanos y hermanas. Que este trágico suceso, que ha unido a los
coreanos en el dolor, refuerce también su voluntad de colaborar solidariamente
en el bien común.
Pidamos
también a la Virgen María que vuelva sus ojos misericordiosos sobre cuantos
sufren, en especial los enfermos, los pobres y los que carecen de un trabajo
digno.
Finalmente,
en este día que Corea celebra su liberación, pedimos a la Virgen María que
proteja a esta noble nación y a sus ciudadanos. Ponemos bajo su amparo a los
jóvenes que, venidos de toda Asia, se han reunido en estos días. Que se
conviertan en heraldos gozosos del alba de un mundo de paz, según el designio
bendito de Dios".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario