El 10 de octubre de 1958, cuando falleció el papa Pio XII, Toaf afirmó: "Hemos tenido la oportunidad de sentir la gran compasión y la gran generosidad de este Papa durante los años de la persecución y del terror, cuando parecía que no hubiera más esperanza para nosotros".
Juan Pablo II expresó su deseo de visitar la sinagoga de Roma y la invitación fue acogida el 13 de abril de 1986. Toaff fue protagonista del histórico encuentro. Tuvo una amistad estrecha con Juan Pablo II que en su testamento espiritual lo nombro junto al del secretario Stanislaw Dziwisz y a Joseph Ratzinger, su sucesor.
A continuación el texto del telegrama enviado por la Santa Sede:
“Le expreso mi sentida participación en el luto de los familiares y de la entera Comunidad Judía de la capital por el fallecimiento del Rabino Elio Toaff, que fue durante mucho tiempo guía espiritual de los hebreos de Roma. Protagonista de la historia hebrea y civil italiana de las últimas décadas, supo conquistar la estima y el aprecio de todos por su autoridad moral unida a su profunda humanidad”.
“Recuerdo con agradecimiento su compromiso generoso y su sincera disponibilidad por la promoción del diálogo y de las relaciones fraternales entre judíos y católicos que tuvieron un momento significativo en su memorable encuentro con san Juan Pablo II en la sinagoga de Roma. Elevo oraciones al Altísimo, rico de amor y fidelidad para que lo acoja en su reino de paz”.
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