20 oct 2015

La PGR negó durante meses la presencia del Ejército mexicano en las calles de Iguala

La PGR negó durante meses la presencia del Ejército mexicano en las calles de Iguala
PARIS ALEJANDRO SALAZAR | ESPECIALES LSR | 2015-10-19 21:22:00
CIUDAD DE MÉXICO (La Silla Rota).- La Procuraduría General de la República (PGR) negó durante meses la presencia del Ejército Mexicano en las calles de Iguala, Guerrero, la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014, pero documentos oficiales revelan que el Batallón 27 de Infantería presenció los ataques a los normalistas de Ayotzinapa y la desaparición forzada de 43 de ellos.
Agentes de inteligencia, un convoy de militares y una “Fuerza de Reacción” salieron a las calles de Iguala, además, durante horas personal del Ejército tuvo el mando total del Centro Estatal de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo (C-4).
Desde el principio de la investigación de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el ex procurador Jesús Murillo Karam negó la presencia del Ejército en las calles de Iguala, Guerrero, y la nueva titular, Arely Gómez, no se ha pronunciado al respecto de la actuación u omisión del Ejército mexicano.
La primera solicitud de información sobre la actuación del Ejército la noche de los ataques a los normalistas la hizo la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, un mes antes que la PGR.
Incluso el ex gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, responsabilizó al Ejército mexicano de no responder al auxilio solicitado durante los ataques en Iguala a los normalistas de Ayotzinapa.
Documentos del Batallón 27 de Infantería a los cuales tuvo acceso LA SILLA ROTA y las declaraciones de testigos contenidas en la versión pública del expediente de Caso Iguala de la PGR muestran que el ejército estuvo en cinco puntos de la ciudad a distintas horas, y en uno de ellos, presenció cómo policías municipales de Iguala y Cocula levantaron al menos 14 normalistas que hoy están en calidad de desaparecidos.

 Comandancia (Barandillas)
 Jesús Murillo Karam defendió ante cualquier cuestionamiento que no existían elementos en la investigación para presumir la participación o la omisión de elementos del Batallón 27 de Infantería en la desaparición de los 43 normalistas. Aseguró que esa noche los soldados no salieron del cuartel.
“El Ejército, como todos los ejércitos del mundo se mueve sólo con órdenes, y que bueno, nada más le quiero hacer una pregunta –le dijo a una reportera-: ¿qué hubiera pasado si el Ejército hubiera salido en ese momento?, ¿a quién hubiera apoyado? Obviamente a la autoridad constituida, hubiera sido un problema mucho mayor, que bueno que no salieron, y la Policía Federal tenía un pequeño destacamento que estaba fundamentalmente donde está la caseta (de la autopista)”, afirmó el 7 de noviembre de 2014.
Sin embargo, existen testimonios que señalan que el Ejército impuso marcaje personal a los normalistas de Ayotzinapa, lo hizo a través del C-4 y con un agente de inteligencia militar vestido de civil y en una motoneta.
“Estando allí en esos dos lugares, llega efectivamente la información de que se encuentran presentes Policía Federal, están y tienen conocimiento el ejército, el Batallón 27 con hombres de inteligencia desplazados en esos sitios, y además se conocía por el C-4, que es un comando de comunicaciones donde están todas las fuerzas públicas, que ellos (los normalistas) se desplazaban de Chilpancingo hacia Iguala, está información le llega a todas las autoridades a las 5:59 de la tarde”, relató Ángela Buitrago, especialista del GIEI.
La comunicación entre el C-4 y los militares en las calles fue permanente.
A las 19:30 horas del día 26 recibí una llamada proveniente del C-4 específicamente del sargento Cano; me informó que dos autobuses con estudiantes específicamente normalistas de Ayotzinapa provenientes de Chilpancingo, Guerrero, habían arribado a esta ciudad, uno de los dos autobuses se encontraba en el cruce de carreteras conocido como Rancho del Cura que se encuentra a 15 minutos de este municipio, el segundo autobús estaba en la caseta de cobros número tres del tramo carretero Puente de Ixtla. De inmediato, como todas las llamadas, informo a mi superior, el coronel JRP (José Rodríguez Pérez) y al cuartel general de la 35 zona militar a la cual le mencioné los hechos reportados por el sargento Cano (FGC) quien se encontraba en el C-4”, relató el militar EM ante la PGR en diciembre de 2014.
Después de tomar cinco autobuses y salir de la Central Camionera de Iguala, los normalistas fueron atacados a balazos por policías de Iguala.
Testigos de la calle Juan N. Álvarez esquina con Periférico Norte, señalan que los normalistas del autobús Estrella de Oro 1568 fueron detenidos y subidos a patrullas municipales, luego este grupo de jóvenes sería visto en la barandilla.
La detención de los normalistas fue reconocida por el jefe de la policía de Iguala, Felipe Flores Velásquez, quien se encuentra prófugo, y declaró ante la Procuraduría General de Justicia de Guerrero que “en el transcurso de esas horas de la madrugada tuve conocimiento que habían sido detenidos un grupo de jóvenes, por lo que siendo las dos de la mañana le pregunté al C. José Ulises Bernabé García, quien es el oficial de barandillas, respecto de la veracidad de esa información, contestándome que, efectivamente, le habían llevado a unos jóvenes, pero que esos se habían ido, que de hecho no habían entrado a barandillas, sin darme más datos”.
José Ulises Bernabé García, quien es el oficial de barandillas, declaró que 23:30 horas del 26 de septiembre de 2 014, llegó personal del B27, al mando del capitán Crespo, preguntando por “una moto blanca” y le pidió revisar la comandancia de policía.
“… hasta las 23:30 que un tal Maximiliano le avisa que hay personal del 27 batallón en la comandancia. Quien se entrevista con él es el capitán Crespo le pregunta por una moto blanca, le dice que no la ha visto, mientras le pide revisar la Comandancia. Señala que la revisan los militares, ven los seis detenidos, y que a las 23h 45 se fueron”, señala el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI).
En ninguno de los partes militares y los oficios que envió el Batallón 27 de Infantería a la CNDH como parte de la investigación CNDH/1/2014/6432/Q se menciona esta visita de los soldados a la comandancia.
El oficial de barandillas, José Ulises Bernabé García, posteriormente declaró que “recibí amenazas, posteriormente, mi casa fue allanada por personas vestidas de civil que se presentaron como policías y tuvo más visitas de la policía y presencia de patrullas militares en la calle. Me entero por parte de mi familia que los militares iban mucho, constantemente se estacionaban frente a la casa, tomaban fotos de la casa y le preguntaban a vecinos por mí, que si sabían dónde estaba yo, que si sabían qué hacía yo, dónde estaba. Cuando yo declaro en el Ministerio Público Federal, en noviembre, se hizo más constante la presencia de los militares en mi domicilio”.
 En los hospitales
 Después del primer ataque a los normalistas los soldados salieron a las 23:00 horas del cuartel para buscar información sobre personas heridas con arma de fuego al Hospital General “Dr. José Soberón Acevedo”.
“Con 14 de tropa, dos camionetas tipo Cheyenne, una estación de radio y un botiquín de primeros auxilios al Hospital General de esta ciudad con el fin de verificar la información relacionada con personas heridas con armas de fuego, incorporándonos a las 23:20 aproximadamente, informando el resultado de su indagatoria al ciudadano teniente de infantería **** (borrado) segundo comandante del batallón”.
El médico de guardia le informó que había tres personas heridas con las características que buscaban.
Omar García, normalista de Ayotzinapa, aseguró en una entrevista que el Ejército estaba en la calles de Iguala e incluso los amedrentaron en el Hospital Cristina.
Narró a la cadena Telemundo el 9 de octubre de 2014: “de la carretera proveniente de Teloloapan y de todos ese lugar hacía Iguala, estaba una parte oscura, cuando escuchamos el ‘tableteo’ de los disparos, aproveche un momento, un rato en el que supuse que estaban cambiando de parque o los cargadores de sus armas y es cuando brinqué hacía la calle (Juan) N. Álvarez que va al centro donde estaban mis demás compañeros. Cuando llegamos a dos tres cuadras el Ejército ya estaba patrullando el lugar y nos decían: cállense, cállense, ustedes se lo buscaron, querían ponerse con hombrecitos pues ahora éntrenle y aguántense”.
Un grupo de normalistas llegó al Hospital María Cristina para que atendieran a su compañero Aldo, quien había recibido un balazo en el rostro. Hasta ese lugar también llegaron los militares, donde interrogaron a los estudiantes y les tomaron fotografías.
“Ya ellos (los militares) llamaron a una ambulancia entre comillas, tomaron fotografías de todos, nos tomaron fotos a todos, incluso al compañero que estaba herido, dijeron ‘le vamos a tomar fotografías para que la ambulancia ya más o menos vaya tanteándole a qué viene, la gravedad del asunto’, la ambulancia nunca llegó, entonces de ahí los compañeros se dispersaron y me dejaron a mí y a otro maestro a cargo del compañero a riesgo de que nos mataran por las calles”, contó el joven normalista.
En un parte militar confirma que estuvieron presentes en el Hospital María Cristina, información a la cual tuvo acceso la PGR en noviembre de 2014, incluso vieron los cuerpos sin vida de dos estudiantes:
“VII. 01:07 HRS 27 SEP 2014 Al transitar a inmediaciones de la tienda comercial Soriana el soldado perteneciente al pelotón de información de esta unidad recibe una llamada telefónica el teniente ****(borrado) comandante del pelotón de información para indicar que en la clínica María Cristina ubicada en la calle Juan N. Álvarez de la ciudad de Iguala Guerrero se encontraban personas portando armamento emitiendo la orden para que se verifican la información antes mencionada por el suscrito con personal animando procedimos a desplazarnos sobre anillo Periférico ‘Benito Juárez’ y entroncar con la calle Juan N. Álvarez me percaté que en la esquina de la calle antes mencionada habían dos cuerpos sin vida sobre la cinta asfáltica continuando mi recorrido hacia la clínica María Cristina en virtud de haber recibido la orden de corroborar la información en el interior de la citada clínica había gente armada”.
Las enfermeras que estaban de guardia salieron del Hospital María Cristina, y los estudiantes se quedaron a esperar la llegada de algún médico.
“VIII. 01:15 HRS 27 SEP 2014 a. Al arribar a la clínica María Cristina se encontraban las luces del edificio apagadas el subteniente **** (borrado) tocó la puerta principal en forma enérgica por lo que le ordené que tocará más despacio y en ese momento se aproximó interior una persona del sexo masculino para observar nos percatarse de la presencia de personal militar levantando las manos le indicamos que éramos personal del ejército mexicano.
“b. La persona que vestía de civil procedió a abrir la puerta se le Indicó que prendieron las luces de la recepción invitándolos a que se sentara en la sala que se encuentra en la entrada de la clínica haciendo mención que eran estudiantes de la normal de Ayotzinapa, Guerrero, y que había más de sus compañeros en la parte superior del edificio”, señala el parte militar.
El médico del Hospital María Cristina recibió la llamada de las enfermeras y se trasladó al nosocomio para saber lo que sucedía, en su declaración señala que ya había militares en las calles.
“Me percato que siguen en el asfalto los dos muertos y se me hizo extraño ya que había transcurrido más de hora y media. Igualmente sigo por la lateral que antes me había ido, antes de llegar observo torretas pero estás eran de vehículos militares eran dos camionetas y un aproximado de 10 oficiales del ejército, al bajarme de mi vehículo observó que ya están en diversos puntos de la calle y que había personal militar entrando **** (borrado) al caminar hacia el acceso como medio metro se me acerca un militar que me no podía pasar, ya que había un operativo le contesté que pero me impidió el paso”, relató.
Los soldados también estaban en el interior del inmueble de salud, así lo contó el médico, declaración que coinciden con el testimonio del normalista Omar García.
“(Observé) perfectamente un aproximado de 20 o 30 jóvenes, algunos se encontraban sentados en la sala y en la sillas que están en la sala de espera del pasillo. Camino unos pasos hacia la puerta de acceso, acercándose un oficial que se identifica como él que venía al mando del personal militar, me dijo que se encontraba debido a un reporte sin decirme más. Me pregunto qué hacía ahí, le contesté que yo trabajaba (como médico)… observo que el demás personal militar baja a otros jóvenes que se encontraban en la planta alta, al parecer eran tres jóvenes, los militares les dijeron que se sentaran”.
Tanto el normalista Omar García como el médico aseguraron que los soldados ya estaban en la esquina Periférico Norte y Juan N. Álvarez, pero el parte militar señala que acordonaron la zona después de acudir al Hospital María Cristina.
“IX. 01:35 HRS 27 SEP 2014 Arribo al anillo Periférico ‘Benito Juárez’ esquina con Juan N. Álvarez donde se localizaron dos cuerpos sin vida del sexo masculino con impactos proyectil de arma de fuego, así como tres autobuses el servicio público con múltiples impactos de proyectil informando a la comandancia del Batallón los hechos ocurridos, recibiendo órdenes de que me trasladara nuevamente a la clínica María Cristina (…) dividiendo la fuerza, dejando en la esquina Periférico ‘Benito Juárez’ y Juan N. Álvarez al subteniente **** (borrado) … me traslade a la clínica María Cristina aproximadamente a las 01:40 horas, pasaron de tránsito por anillo Periférico ‘Benito Juárez’ dos ambulancias de la Cruz Roja observando el **** (borrado) que las ambulancias en mención arribaron a la clínica María Cristina, procediendo a retirarse del lugar ya que no se encontraba la persona a la cual iban a prestar los primeros auxilios”.
 Periférico y Juan N. Álvarez
 A las 00:30 horas del 27 de septiembre de 2014 se registró el segundo ataque contra los estudiantes mientras daban una conferencia de prensa en la calle Juan N. Álvarez y Periférico Norte. Los disparos acabaron con la vida de los normalistas, Daniel Solís y Julio César Ramírez. En su paso rumbo al Hospital María Cristi.
De acuerdo con el parte militar, en el traslado de los soldados al Hospital María Cristina pudieron observar los cuerpos de los estudiantes pero no informaron, aunque testimonios indican que ellos acordonaron antes de lo que informaron en sus partes de novedades.
“02:00 HRS 27 DE SEP 2014 Arribo nuevamente a la calle Periférico esquina con Juan N Álvarez, donde se establece la seguridad con la totalidad del personal a mí mando para preservar y evitar contaminar el lugar de los hechos. Anexo fotos”.
Las fotografías no forman parte del expediente de Caso Iguala de la PGR. Horas después regresaron al cuartel.
“06:00 HRS 27 SEP 2014 El suscrito con personal a mí mando arribamos a las instalaciones del 27 Batallón de Infantería sin novedad”.
Agentes de inteligencia militar vestidos de civil seguían a los normalistas, quienes recibieron información desde el C-4 y ellos transmitían al Batallón 27 y a la 35 Zona Militar lo que veían en las calles de Iguala.
Hay dos periodos en los que no aparecen comunicaciones en el C-4 durante ciertas horas. Dichos periodos coinciden con el tiempo posterior al primer ataque a los normalistas en la calle Juan N. Álvarez y el segundo ataque cuando los estudiantes daban una conferencia de prensa.
Una situación rara, pero hoy se sabe que hubo un manejo controlado de la información en el C-4 por parte del ejército.
Un documento oficial de Protección Civil de la coordinación de Chilpancingo evidenció que no tuvieron acceso a información del C-4 en ciertos momentos de esa noche porque la comunicación está intervenida por Sedena (Secretaría de la Defensa Nacional).
El coordinador de Protección Civil del Estado de la Zona Norte, dirigió un reporte al subsecretario de Protección Civil del municipio de Iguala, en el que informó que esa noche Sedena manejó información de forma restringida en el C-4.
El reporte del 27 de septiembre de 2014 dice: Así mismo el despachador del C-4 sigue indagando sobre más información, pero existe información que se le restringe ya que dicha información es manejada por personal de la Sedena.
Horas después fue encontrado el cuerpo de Julio César Mondragón “El Chilango” en la zona industrial de Iguala, conocida como el Camino del Andariego, fue localizado por otro grupo de soldados del Batallón 27 entren las 6:00 y 7:00 horas del 27 de septiembre.

Cruce de Santa Teresa

Aproximadamente a las 23:30 horas del 26 de septiembre se registró el ataque al autobús del equipo de futbol “Los Avispones” de Chilpancingo, en la carretera a Chilpancingo, en el cruce de Santa Teresa, a unos 15 kilómetros del centro de Iguala. Resultan muertos un joven futbolista y una pasajera de un taxi que pasaba por el lugar, horas después murió el chófer del autobús que transportaba a los deportista.
El informe de balística señala que los disparos se dirigían al interior del autobús donde se encontraban los pasajeros.
Minutos después del ataque se organizó una “Fuerza de Reacción” con soldados que se encontraban en su día de descanso, de acuerdo al parte militar:
“En relación a estos hechos, el personal militar intervino hasta que en las instalaciones del C-4 Iguala, siendo aproximadamente las 23:40 horas del 26 de septiembre de 2014, se recibió el reporte de que hombres armados se encontraban realizando disparos a personal civil que transitaba a bordo de sus vehículos sobre la carretera federal Iguala-Chilpancingo a la altura del poblado de Santa Teresa, municipio de Iguala, Guerrero, por lo que esta unidad realizó las siguientes acciones:
“23:50 HRS 26 SEP 2014 Siendo las 23:50 horas salió el ciudadano teniente de infantería **** (Borrado) con 14 de tropa, dos camionetas tipo Cheyenne, una estación de radio y un botiquín de primeros auxilios para verificar la información de que en el crucero de Santa Teresa se encontraban personas con armas de fuego”.
Hasta después de las 3 de la mañana el ejército llegó a resguardar este sitio donde murieron dos personas.



Palacio de Justicia

El agente de inteligencia EM fue testigo de lo que sucedió frente al Palacio de Justicia entre las 22:00 y 23:00 horas: las agresiones y la detención de los normalistas, hechos de los que informó a sus superiores. Señaló en su declaración ante la PGR que de ese lugar volvió nuevamente al Batallón 27.
En su declaración, el agente de inteligencia militar EM, dijo que a las 22:00 horas se desplazó hacia la zona frente al Palacio de Justicia, donde se encontraba el autobús interceptado por la policía de Iguala, después de recibir el aviso del sargento C del C-4, minutos después de que el autobús fuera detenido.
Ante la PGR señaló que el autobús Estrella de Oro 1531 fue e interceptado por dos patrullas de la policía de Iguala, quienes trataban de bajar del autobús a los normalistas, quienes se resistían. El agente de inteligencia militar estuvo en el lugar de 45 minutos a una hora, lo que confirma que la acción de bajarlos y detenerlos se dio durante un tiempo largo en el que permaneció ahí. Lo cual documentó con fotografías, las que tampoco son parte de la investigación.
El miembro del Ejército también informó que aproximadamente media hora después de comunicar de los hechos a sus superiores, llegaron otras tres patrullas de Iguala. El militar observó cómo los policías arrojaron dos granadas de gas lacrimógeno al interior del autobús para bajar a los jóvenes.
El agente EM le informó que se trataba de policías encapuchados, por su parte su mando le indicó: “quédate por ahí otro rato, no te arriesgues ni te acerques mucho”, por lo que fue testigo de todo lo sucedido.

Declaró que los jóvenes estaban gritando: “Pinches policías, Ayotzi Vive”. Mientras que la policía gritaba: “bájense, hijos de la chingada, si no les va a ir peor”. Fue testigo de cómo unos 10 jóvenes eran bajados del autobús, esposados y tirados agresivamente al piso.
Dijo que tomó 4-5 fotografías de ese momento con su celular, y que entregó un reporte de los hechos y las fotografías al teniente TG y posteriormente informó al capitán C, aunque éste en su declaración no hace ninguna referencia a los hechos. Las fotografías no se encuentran en el expediente de la PGR.
La nota desclasificada del “parte de novedades” de esa noche, suscrita por el comandante del Batallón 27 y dirigida al comandante de la Zona Militar 35, refiere que una patrulla al mando de un teniente de infantería salió a las 23:50 horas y volvió a las 3:10 horas sin reportar ninguna novedad.
Sin embargo, en esas horas se dieron todavía ataques a los normalistas y el impacto de los hechos era evidente en las calles. No está claro si se trata de la misma patrulla antes referida o se trata de otra patrulla distinta, debido a que las horas no coinciden.
Un coronel de infantería del Batallón 27 ordenó organizar con el personal de turno de descanso “una fuerza de reacción” para salir en caso de que el teniente de infantería requiriera apoyo. Y salió el convoy de militares en los primeros minutos del 27 de septiembre de 2014, con rumbo al Palacio de Justicia.
“23:50h. El C.TT.INF. **** (borrado) con ** (borrado) perts. Esta unidad, con la finalidad de efectuar patrullamientos a inmediaciones de esta ciudad, reincorporándose 03.10h, sin novedad”.
El convoy de militares vio el autobús Estrella de Oro 1531, del cual fueron desaparecidos al menos 14 estudiantes: Adán Abrajan de la Cruz, Alexander Mora Venancio, Carlos Lorenzo Hernández Muñoz, Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, Israel Jacinto Lugardo, Jesús Jovany Rodríguez Tlatempa, Jorge Aníbal Cruz Mendoza, Jorge Antonio Tizapa Legideño, José Ángel Navarrete González, José Eduardo Bartolo Tlantempa, Julio César López Patolzín, Luis Ángel Francisco Arzola, Magdaleno Rubén Lauro Villegas y Martín Getsemany Sánchez García.
“V. 00:40 HRS 27 DE SEP 2014 Al presenciar los hechos que se desarrollaron por parte de los estudiantes de Ayotzinapa el general **** (borrado) indicó que en las inmediaciones del edificio del distrito judicial se encontraba un autobús del servicio público estropeado, por tal motivo iniciaron los patrullamientos (…) al arribar me percaté que efectivamente se encontraba un autobús de pasajeros con vestigios de haber sido apedreado, con las llantas ponchadas con las ventanas rotas, sin ninguna persona abordo y el servicio de grúas Nava realizando maniobras para remolcarlo, permaneciendo en el lugar hasta las 00: 55 horas de las misma fecha”, señala el parte.
El Ejército a pesar de tener conocimiento del ataque a los normalistas, no siguieron a los policías municipales para saber a dónde era trasladados los normalistas, ni tampoco resguardo el lugar para evitar su contaminación.
“VI. 01:00 HRS 27 SEP 2014 Una vez que el personal de grúas Nava terminó sus maniobras y que tiró el autobús continúa el patrullamiento hacía la caseta de peaje que se encuentra en la autopista Iguala-Cuernavaca continuando el recorrido por el Boulevard Heroico Colegio Militar a entroncar en la carretera federal Iguala-Taxco continuando por las calles (…) para continuar por la carretera federal Iguala-Taxco hasta entroncar anillo Periférico Benito Juárez”.
El chófer del autobús Estrella de Oro 1531 fue detenido en otra patrulla mientras era testigo de cómo los jóvenes eran bajados de la unidad y golpeados por los policías. También señaló que un policía habría disparado contra uno de los normalistas que se encontraba dentro del autobús.
El GIEI investigó y confirmó que existían grabaciones de las cámaras de seguridad del Palacio de Justicia en las que se veía la presencia del autobús y las agresiones contra los normalistas. Las grabaciones estaban en poder de la presidencia del Tribunal y la PGR tardó 10 meses en solicitar esa evidencia.
Los horarios del partes militares ni las declaraciones de los militares coinciden, quedan vacíos sobre algunas de la madrugada del 27 de septiembre en las que no sé sabe qué hizo el ejército, se ocultaron fotografías claves para la investigación y tampoco ha quedado claro porque restringieron información en el C-4.
A esto hay que sumarle que desde el principio de la investigación se trató de ocultar que el ejército salió a las calles de Iguala, y no habría razón para ello, si sólo realizaron patrullaje y apoyo en el acordonamiento de sitios donde se perpetraron ataques.
Las autoridades mexicanas no permitirán que los integrantes del GIEI entrevisten a los soldados a pesar de las múltiples solicitudes.
La declaración del médico del Hospital María Cristina -que fue llevado a testificar al Batallón 27 un mes antes que a la PGR- hizo una revelación que le confió un militar, dijo que "los jefes estaban preocupados por el conducir del personal militar" la noche en que fueron desaparecidos los 43 normalistas de Ayotzinapa, ya que "ya que dentro de la institución militar todo lo que pasaba abajo se sabe arriba, y que los altos mandos querían saber la versión de los hechos en relación a la conducta militar".
Abrir una línea de investigación sobre la participación u omisión del Ejército es necesaria para ayudar a esclarecer que ocurrió con los 43 normalistas de Ayotzinapa.


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