Parolin:
no se está estudiando la reforma del celibato
Según
el Secretario de Estado vaticano, la disminución de las vocaciones sacerdotales
se debe considerar en relación con la disminución demográfica a nivel mundial.
«Por lo demás, me parece que entre los anglicanos se registra el mismo
problema»
Vatican Insider, 06/02/2016/
DOMENICO
AGASSO JR.
Papa
Francisco por el momento no está estudiando una reforma del celibato sacerdotal
«que yo sepa». Además, «¿cómo se puede reformar el celibato?». Lo indicó el
Secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin al margen del
congreso «El celibato sacerdotal, un camino de libertad», organizado por la
Pontificia Universidad Gregoriana.
Parolin
observó que el problema de las vocaciones sacerdotales debe ser considerado en
relación con la disminución demográfica a nivel mundial. «Por lo demás —añadió—
me parece que también entre los anglicanos se registra el mismo problema de la
falta de vocaciones».
Durante
el Congreso, el cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación de los
Obispos, en su relación teológica del jueves pasado, había expresado una tesis
particular: «El sacerdote, ministro de la Palabra, representa a Cristo-Esposo,
en cuanto es la Palabra definitiva de Dios a la humanidad: esta Palabra culmina
en la Eucaristía, el acto supremo de ofrenda sacrificio del Gran Padre de la
Nueva Alianza. Este acto del Esposo divino es absolutamente trinitario, puesto
que involucra a las tres personas divinas en su unidad de Amor, que trasciende
el tiempo, pero se da en participación sacramental mediante la mediación de
sacerdote, que para esto ha sido ordenado. Estando unido sacramentalmente al
Cristo-Esposo, el sacerdote comunicalo comunica no solo como miembro de la
comunidad eclesial, sino, en primer lugar, como ministro de Cristo mismo que se
dona corporal y virginalmente a su Esposa la Iglesia». A pesar de ello,
reconoció Ouellet, «la Iglesia nunca a vinculado el sacerdocio y el celibato a
nivel dogmático, sino que siempre ha mantenido el propio juicio de valor
pastoral sobre este vinculo que expresa en el ministro la decisión exclusiva,
perenne y total del único y sumo amor de Cristo», una decisión principalmente
«esponsalicia», como precisaron Juan Pablo II y Benedicto XVI. Según Ouellet,
«se podría concebir, también para la Iglesia latina, que otra forma de vida, el
matrimonio, se asocia con el ministerio pastoral», pero el «discernimiento
final sobre esta posibilidad le toca a la autoridad suprema de la Iglesia, que
ha preferido hasta ahora, por serias razones», respetar la ley del celibato eclesiástico
obligatorio.
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