12 nov 2017

Marcial Maciel en el edén (fiscal)/RAÚL OLMOS

PROCESO # 2142, 12 de noviembre de 2017
Marcial Maciel en el edén (fiscal)/Raúl Olmos es integrante de la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).
Antes de ser denostado y obligado a retirarse del sacerdocio acusado de pederastia, Marcial Maciel, favorito preclaro del Papa Juan Pablo II, creó en sus tiempos de gloria –de la mano del despacho especializado Appleby– empresas fantasma en paraísos fiscales del Caribe, para depositar los millonarios ingresos de los Legionarios de Cristo y tenerlos bajo estricto control personal. Así, la congregación religiosa fundada por él, tan acaudalada como el propio Vaticano, gozaba de tasas cero de impuestos. Sus oscuras operaciones salen a la luz como parte de Paradise Papers, la amplia indagatoria realizada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, de la cual Proceso formó parte.

“Querido padre Maciel”, escribió afectuoso el Papa Juan Pablo II el 15 de noviembre de 1994 a quien en aquellos días era su cercano colaborador.
Marcial Maciel Degollado, fundador de los Legionarios de Cristo –una de las congregaciones religiosas más acaudaladas–, estaba a 11 días de cumplir 50 años de su ordenamiento como sacerdote y su amigo el Papa se anticipó a felicitarlo, en una carta en la que exaltó el trabajo pastoral y educativo que el sacerdote realizaba con niños y jóvenes. Lo llamó “guía eficaz de la juventud”.

Paradójicamente, por aquellos años las acusaciones contra Maciel se multiplicaban por parte de víctimas que en su niñez y juventud habían sido violadas en su paso por los seminarios de los Legionarios.
“Con ocasión de sus Bodas de Oro Sacerdotales, me uno espiritualmente a Usted en tan solemne celebración para dar cumplidas gracias al Padre celestial, de quien desciende todo don perfecto”, le escribió el Papa a Maciel en la misiva remitida desde el Vaticano el 15 de noviembre de 1994.
A tres días de tan emotivo mensaje del líder del mundo católico, Maciel estableció en el paraíso fiscal de Bermudas –de la mano de Appleby, un despacho especializado en servicios offshore– la sociedad International Volunteer Services, que le daría facilidades para llevar los millonarios ingresos que genera cada mes el cobro de las colegiaturas del imperio educativo operado por los Legionarios.
Y sin pagar impuestos: en Bermudas la tasa a las sociedades o empresas es de 0% sobre captación y dividendos, y los fideicomisos también están exentos.
La cuenta por la que fluía el dinero fue abierta en el banco Citibank de Nueva York y era manejada por rectores y administradores de la red de universidades de los Legionarios, una estructura educativa tan poderosa económicamente como el mismo Vaticano.
Dos años antes, el 28 de julio de 1992, Maciel había establecido, también en Bermudas, The Society for Better Education, la cual, junto con International Volunteer Services, alimentaba de recursos el fondo fiduciario Ecyph Limited, afincado en el paraíso fiscal de las Islas Vírgenes Británicas.
Todo el dinero que pasaba por esa estructura financiera era controlado por el jerarca de los Legionarios de Cristo a través de un esquema secreto, que sólo conocían sus colaboradores más cercanos, quienes integraban el primer círculo de poder en la congregación.
Cuando se crearon estas sociedades, México y Bermudas no contaban con acuerdos de intercambio de información fiscal.
Entre la creación de su primera y su segunda sociedad en Bermudas, Maciel y sus súbditos expandieron su imperio educativo, que actualmente genera ingresos superiores a 600 millones de dólares al año por concepto de colegiaturas, así como cobro por servicios y donativos, de acuerdo con los reportes financieros de instituciones ligadas a la congregación, obtenidas para esta investigación.
En agosto de 1993 los Legionarios iniciaron la expansión de la Universidad Anáhuac a otros puntos de México, con una sede en Xalapa; al mes siguiente fundaron en Madrid la Universidad Francisco de Vitoria, y en octubre del mismo año el Vaticano –a través de la Congregación para la Educación Religiosa– erigió en Roma el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum.
Actualmente, la estructura educativa de los Legionarios de Cristo atiende a 166 mil estudiantes en México, Argentina, Filipinas, Venezuela, Colombia, Brasil, Chile, Italia, España, Estados Unidos, Suiza e Irlanda, de los cuales 78 mil (equivalente a 47%) son de nivel universitario.
Sólo la red de universidades Anáhuac genera alrededor de 300 millones de dólares al año, una suma similar al presupuesto de la sede de la Iglesia católica.
De la cúspide al paraíso
En 1994 Maciel vivía en la cúspide: gozaba del apoyo y simpatía del Papa y expandía su imperio educativo, para lo cual requería tejer una estructura financiera sólida.
Tres años antes, Juan Pablo II lo había nombrado miembro de la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, encargado de analizar la formación de nuevos sacerdotes; en 1992 lo nombró integrante de la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, y en 1994 consultor permanente de la Congregación para el Clero, órgano del Vaticano responsable de supervisar todos los asuntos relacionados con los ministros religiosos.
“Eran días de celebración”, recuerda el sacerdote legionario Pablo Pérez Guajardo, quien colaboró como asistente de Maciel en Roma y fue testigo de las operaciones financieras que ordenaba a sus súbditos.
En noviembre de 1994 –recuerda Pérez– hubo festejos por los 50 años de sacerdocio de Maciel en el Vaticano, en su natal Cotija y en la Universidad Anáhuac (la principal fuente de ingresos de los Legionarios). Pero la mayor ceremonia en su honor fue en el Palacio de los Deportes, recinto de la capital mexicana, con capacidad para 20 mil personas, donde el nuncio del Vaticano en México, Girolamo Prigione, realizó una ordenación de 57 sacerdotes ante la mirada satisfecha del agasajado.
En la carta que el Papa le envió por aquellos días, dibujó el tamaño del imperio educativo que Maciel había logrado crear hasta esa fecha: el Pontificio Ateneo Regina Apostolorum y el Colegio Maria Mater Ecclesiae, en Roma, y decenas de escuelas y seminarios en 16 países de los cinco continentes.
Fue ese mismo año que Maciel creó International Volunteer Services en el paraíso fiscal de las Bermudas.
La sociedad de papel era parte de una estructura financiera más amplia, diseñada con el auxilio de Appleby y en la que participaban como operadores algunos de los colaboradores más cercanos a Maciel, entre ellos sacerdotes, laicos consagrados y rectores de las universidades vinculadas a la congregación religiosa, según expedientes consultados por miembros del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) como parte del proyecto Paradise Papers.
Desde que el Papa Juan Pablo II autorizó en junio de 1983 las constituciones de los Legionarios de Cristo, se estableció un riguroso centralismo de las finanzas de la congregación religiosa. Todo el flujo de capital era controlado por el director general desde la sede de los Legionarios en Roma. Lo anterior se confirma en los documentos recibidos por el diario alemán Süddeutsche Zeitung.
En los registros de Appleby, el domicilio de la red financiera offshore establecida en Bermudas e Islas Vírgenes es Vía Aurelia 677, en Roma, donde está la Vicaría General de los Legionarios, y quienes tenían el control eran el propio Maciel y su equipo más cercano de colaboradores.
En los protocolos de administración aprobados por Maciel antes de ser obligado a retirarse del sacerdocio, cada cuenta debía tener la firma mancomunada de mínimo tres personas, excepto las que manejaba él, quien podía tener manejo libre de los recursos. Esa disposición incluso la dio en las cuentas que transferían fondos al Banco Vaticano. Para garantizar un manejo discrecional del dinero, las cuentas eran controladas por las personas de más confianza de Maciel.
Así, por ejemplo, en una cuenta del Citibank en Nueva York a nombre de la sociedad International Volunteers Services –perteneciente a la red financiera de Bermudas– las firmas autorizadas eran las de tres personas fieles a Maciel.
Una de ellas era el sacerdote español Jesús Quirce Andrés, un personaje cercano al poder político, quien fungió como rector de la Universidad Anáhuac y ofició en 2012 la boda religiosa de Juan Cristóbal Salinas, hijo del expresidente de México Carlos Salinas de Gortari.
Los dos restantes eran los laicos consagrados Mario Olivieri Sangiacomo, miembro del equipo de directores de la Universidad Interamericana de Desarrollo y de la Universidad Europea de Roma, y Javier Vargas Díez Barroso, exrector de la Universidad Anáhuac del Sur y actual director de la red de colegios Mano Amiga.
En las últimas dos semanas, Proceso buscó a Quirce, Olivieri y Vargas a través de los Legionarios de Cristo, para preguntarles sobre su papel en la estructura financiera offshore de la congregación, pero no tuvo respuestas. Olivieri fue más claro: en un recado “agradeció mucho” la oportunidad de hablar con la prensa, pero añadió que “en estos momentos no tiene la intención de hacerlo”.
Sacerdocio, Inc.
Los documentos internos de Appleby revelan que Maciel colocó a su círculo más cercano de sacerdotes, mexicanos y extranjeros en puestos de directores y administradores de las dos sociedades de papel asentadas en Bermudas y del fondo fiduciario Ecyph Limited, en Islas Vírgenes.
Entre ellos destacan Luis Garza Medina, integrante de la acaudalada familia mexicana que fundó el Grupo Alfa, quien fue vicario general de los Legionarios de Cristo cuando Maciel creó la red de empresas offsho­re en paraísos fiscales y es considerado el cerebro financiero de los Legionarios.
Álvaro Corcuera Martínez del Río, quien sucedió a Maciel en la dirección general de los Legionarios de Cristo en 2006, cuando Benedicto XVI le ordenó retirarse del sacerdocio, también aparece en los archivos del despacho como operador de la estructura. Fungió como presidente del consejo de administración de la red de empresas que la congregación estableció en México.
Y hay más: los sacerdotes mexicanos Evaristo Sada Derby, quien durante una década fue el secretario general de la congregación; Octavio Acevedo Marín –involucrado en una red de empresas fachada establecidas en Panamá para controlar escuelas en España–; así como Juan Manuel Dueñas Rojas, exprocurador general de los Legionarios.
Maciel también instaló a religiosos extranjeros, como los irlandeses Anthony Bannon y Michael Ryan, el chileno Eduardo Vigneaux Pepper –otrora administrador general de la congregación religiosa y amigo íntimo de Maciel–, el español Francisco Mateos Gil, así como los estadunidenses Stephen Fitcher –exdirector financiero de los Legionarios–, Patrick Murphy, Paul Campbell y Charles Sikorsky.
Algunos laicos operaron en la estructura offshore, como fue el caso del abogado italiano Salvatore Trigila o el académico chileno Cristian Nazer.
Paradise Papers exhibe una estructura offshore hasta ahora desconocida de los Legionarios de Cristo y confirma que Maciel asentó gran parte de la estructura financiera de su organización en los paraísos fiscales, donde creó una extensa red de sociedades de papel en Panamá, la isla de Jersey, Suiza, Luxemburgo, Holanda, Delaware y Liechtenstein.
Una de ellas, Aventino LLC, fue incorporada en Delaware por Vigneaux con el único propósito de comprar una residencia en Jacksonville, Florida, donde Maciel vivió sus últimos días.
El propio Maciel, junto con Bannon y Mateos, estableció el 6 de diciembre de 1984 tres empresas offshore en Panamá: First Fountain, Dawn Development Company y Southwest International, Inc., con el auxilio del despacho International Legal Advisors, competidor con Mossack Fonseca en la creación de compañías fachada en paraísos fiscales.
En la isla de Jersey, en el Canal de la Mancha, creó en 1995 y 1996 las compañías Kerygma y Oak Management Limited, a las que se transfieren recursos de colegios ubicados en cuatro países.
Y en Suiza, Marcial Maciel controló durante algún tiempo la Fundación Guilé, que tenía como sede un palacio en la población de Boncourt, en el que operaba la sociedad mercantil LCJU, que posteriormente se transformó en LC Suisse.
En Zúrich los Legionarios tienen injerencia en la organización Stiftung Semper Altius y en Montreaux, en el Institut Le Chatelard Les Avants. Pictet & Cie, uno de los bancos suizos más importantes, administró hasta enero de 2017 más de 39 millones de dólares del fondo de inversión Integer, creado por los Legionarios en Luxemburgo.
En Ámsterdam los legionarios manejan la organización Stichting Foundation Regina Apostolorum, dedicada a administrar las millonarias subvenciones, donativos y regalos otorgados a la congregación por empresas y fieles católicos, así como los fondos que recibe de su filial en Delaware, estado que se considera el paraíso fiscal de Estados Unidos y donde los Legionarios han establecido decenas de compañías de papel.
Además de presidir la red de empresas que Maciel estableció en Panamá y México, Garza Medina creó en Luxemburgo el fondo de inversión Integer Ethical Funds, que hasta 2016 manejaba 40 millones de dólares; ese era uno de los brazos financieros más importantes de la congregación religiosa. En octubre de 2016 fue acusado en Connecticut de haber abusado sexualmente de un menor de edad en los noventa.
Intervención del Vaticano
La buena estrella de Maciel se apagó cuando falleció Juan Pablo II, en abril de 2005. El nuevo pontífice, Benedicto XVI, empezó casi de inmediato una investigación sobre los Legionarios de Cristo y en noviembre de 2006 ordenó a su fundador retirarse del sacerdocio, al comprobar la veracidad de las acusaciones de que había abusado sexualmente de decenas de novicios durante más de 50 años, además de haber asumido identidades falsas para seducir a dos mujeres, con las que tuvo tres hijos.
El 2 de febrero de 2006, nueve meses antes del retiro forzado de su jerarca, los Legionarios liquidaron la empresa The Society for Better Education, que habían creado en julio de 1992 en Bermudas. La disolución final se realizó el 6 de septiembre del mismo año, según consta en los expedientes de Appleby.
Aun después de la muerte de Maciel, ocurrida el 30 de enero de 2008, el Vaticano continuó su investigación en torno al sacerdote pederasta y la estructura financiera que había creado alrededor de su imperio educativo.
A finales de abril de 2010 una comisión de obispos entregó al Papa el informe final de su pesquisa: tras entrevistar a más de mil legionarios, visitar centros religiosos en 20 países y analizar cientos de testimonios de víctimas, llegaron a la conclusión de que Maciel había llevado una vida criminal, oculto tras una sotana.
Tras ese informe, Benedicto XVI ordenó la intervención de los Legionarios de Cristo. Mediante un decreto emitido el 9 de julio de 2010, otorgó al cardenal Velasio de Paolis la facultad para gobernar la congregación a nombre del Papa hasta concluir su proceso de limpieza y renovación, el cual se cumplió en febrero de 2014.
Como parte de esta intervención del Vaticano, fue liquidada el 27 de junio de 2013 la sociedad International Volunteer Services, que había sido establecida 19 años antes en Bermudas. Con su disolución, también se extinguió el fondo de inversión Ecyph Limited, en Islas Vírgenes.
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Tienen Legionarios tesoro en Bermudas
Exhiben empresas de papel de congregación religiosa. 'Paradise Papers' muestra a detalle la red que manejaba cuentas de Maciel
REFORMA / ESPECIAL MCCI, 12 de noviembre de 2017
"Querido padre Maciel", escribió afectuoso el Papa Juan Pablo II el 15 de noviembre de 1994 a quien en aquellos días era su cercano colaborador.
Marcial Maciel, fundador de la Legión de Cristo -una de las congregaciones religiosas más acaudaladas-, estaba a 11 días de cumplir 50 años de sacerdote, y el Papa se anticipó a felicitarlo, en una carta en la que exaltó el trabajo pastoral y educativo que realizaba con niños y jóvenes.
Paradójicamente, por aquellos años las acusaciones contra Maciel se multiplicaban por parte de víctimas que en su niñez y juventud habían sido abusadas sexualmente en su paso por los seminarios de la Legión.
A los tres días de tan emotivo mensaje del Papa, Marcial Maciel estableció en el paraíso fiscal de Bermudas -de la mano de Appleby- la sociedad "International Volunteer Services", que le daría facilidades para llevar los millonarios ingresos de su imperio educativo sin pagar impuestos. En Bermudas, la tasa a empresas es de cero por ciento sobre captación y dividendos, y los fideicomisos también están exentos.
La cuenta por la que fluía el dinero fue abierta en el Citibank, y era manejada por rectores y administradores de la red de universidades de la Legión, según revelan documentos encontrados en la investigación "Paradise Papers".
En 1994, además de gozar del apoyo del Papa, estaba en expansión su imperio educativo, para lo cual requería tejer una estructura financiera sólida.
"Eran días de celebración", recuerda el sacerdote legionario Pablo Pérez Guajardo, quien colaboró como asistente de Maciel en Roma y fue testigo de las operaciones financieras que ordenaba.
LA RED SECRETA
"International Volunteer Services" -la sociedad offshore creada en 1994 en Bermudas- era parte de una estructura financiera más amplia diseñada con el auxilio del despacho Appleby en la que participaban como operadores algunos de los colaboradores más cercanos a Maciel, entre sacerdotes, laicos consagrados y rectores de las universidades vinculadas a la congregación, según revelan los expedientes consultados.
El 28 de julio de 1992, el jerarca de la Legión de Cristo había establecido, también en Bermudas, 'The Society for Better Education' la cual, junto con "International Volunteer Services", alimentaba de recursos al fondo fiduciario Ecyph Limited, afincado en las Islas Vírgenes Británicas.
Todo el dinero que pasaba por esa estructura financiera era controlado por Maciel. Era un esquema secreto, que sólo conocían sus colaboradores más cercanos.
En los registros de Appleby, el domicilio de la red financiera establecida en Bermudas e Islas Vírgenes es Vía Aurelia 677, en Roma, donde está la Vicaría General de los legionarios, y quienes tenían el control eran el propio Maciel y su equipo de colaboradores más cercano.
En los protocolos de administración aprobados por Maciel, cada cuenta debía tener la firma mancomunada de mínimo tres personas -sus más cercanos colaboradores-, excepto las que manejaba él, quien podía tener manejo libre de los recursos. Esa disposición incluso la dio en las cuentas que transferían fondos al Banco Vaticano.
Así, por ejemplo, en una cuenta del Citibank en Nueva York a nombre de la organización International Volunteers Services -perteneciente a la red financiera de Bermudas- las firmas autorizadas eran las del sacerdote Jesús Quirce Andrés y los laicos consagrados Mario Olivieri Sangiacomo y Javier Vargas Díez Barroso.
INTERVENCIÓN
El establecimiento de una estructura financiera offshore en Bermudas e Islas Vírgenes, entre 1992 y 1994, coincide con la expansión del imperio educativo de los Legionarios.
Pero la buena estrella de Marcial Maciel se apagó cuando falleció Juan Pablo II, en abril de 2005. El nuevo Papa, Benedicto XVI, empezó casi de inmediato una investigación a la Legión de Cristo, y en mayo de 2006 ordenó a su fundador retirarse del sacerdocio al comprobar la veracidad de las acusaciones que señalaban que había abusado sexualmente de decenas de novicios durante más de 50 años, además de haber asumido identidades falsas para seducir a dos mujeres, con las que tuvo tres hijos.
¡El 2 de febrero de 2006, nueve meses antes de su retiro forzado, los Legionarios liquidaron la empresa The Society for Better Education.
El 27 de junio de 2013 también fue liquidada la sociedad International Volunteer Services, que había sido establecida el 18 de noviembre de 1994. Con su disolución, también se extinguió el fondo de inversión Ecyph Limited, en Islas Vírgenes.
OTROS PARAÍSOS
Además de Bermudas e Islas Vírgenes, la Legión de Cristo ha creado una extensa estructura en otros paraísos fiscales, entre ellos Panamá, isla de Jersey, Suiza, Luxemburgo, Holanda y Liechtenstein.
En Panamá, Maciel estableció en diciembre de 1984 tres offshore: First Fountain, Dawn Development Company y Southwest International, Inc., con apoyo del despacho International Legal Advisors, competidor con Mossack Fonseca en la creación de compañías fachada.
En la isla de Jersey, en el canal de la Mancha, creó en 1995 y 1996 las compañías Kerygma y Oak Management Limited, a las que se transfieren recursos de colegios ubicados en cuatro países.
Mientras que en Suiza, Maciel controló durante algún tiempo la Fundación Guilé, que tenía como sede un palacio en Boncourt, donde operaba la sociedad mercantil LCJU, que luego se transformó en LC Suisse. En Zurich los Legionarios tienen injerencia en la organización Stiftung Semper Altius y en Montreaux en el Institut Le Châtelard Les Avants. Pictet & Cie, uno de los bancos suizos más importantes, administró hasta enero de 2017 más de 39 millones de dólares del fondo de inversión Integer, creado en Luxemburgo.
En Amsterdam los legionarios manejan la organización "Stichting Foundation Regina Apostolorum", dedicada a administrar las millonarias subvenciones, donativos y regalos otorgados a la congregación por empresas y fieles católicos, así como los fondos que recibe de su filial en Delaware, estado norteamericano considerado el paraíso fiscal de Estados Unidos en el que los Legionarios han establecido decenas de compañías 'de papel'.
Impacto
Alcances de la red educativa que conformaron los Legionarios de Cristo:
600 mdd al año manejan las cuentas de la congregación
Colegiaturas
Cobro por servicios
Donaciones
Otros integrantes del esquema:
Universidad Francisco de Vitoria Madrid, España
Congregación para la Educación Religiosa El Vaticano
Ateneo Pontificio Regina Apostolorum Roma, Italia
Seminarios en 16 países de los cinco continentes.
47% son de nivel universitario
166,000 estudiantes en México, Argentina, Filipinas, Venezuela, Colombia, Brasil, Chile, Italia, España, Estados Unidos, Suiza e Irlanda
10 campus en México
Estructura
En esta planilla elaborada por el despacho Appleby en enero de 2012 se detalla a los jerarcas legionarios que en aquel entonces participaban en la compañía "International Volunteer Services".
Appleby fungía como secretario y administrador de la compañía legionaria.
Las firmas autorizadas para el manejo de la cuenta en el Citibank eran de tres rectores o directivos de la estructura educativa de la Legión.
La compañía estaba subordinada a Ecyph Limited, otra empresa de "papel" establecida en Islas Vírgenes, que reportaba sus ingresos a Roma.
Esquema de Appleby que muestra el esquema financiero de los Legionarios en paraísos fiscales, con el nombre de Marcial Maciel y algunos otros sacerdotes.
Involucrados
En las empresas asentadas en Bermudas, y en el fondo fiduciario Ecyph Limited en Islas Vírgenes, participaron como directivos algunos de los hombres que fueron más cercanos a Marcial Maciel, entre ellos:
Luis Garza Medina
Fue vicario general de la Legión de Cristo cuando Maciel creó la red de empresas. Es considerado el cerebro financiero de la congregación.
Álvaro Corcuera
Fue el sucesor de Maciel en la dirección general de la Legión de Cristo en 2006. Fungía como Presidente del Consejo de Administración de la red de empresas en México.
Evaristo Sada Derby
Auxilió a crear una red 'fachada' en Delaware a través de la que se transfirieron recursos a la organización Fidelis Educational Net. Inc, en Roma.
Anthony Bannon
Creó en diciembre de 1984 tres empresas offshore en Panamá: First Fountain, Dawn Development Company y Southwest International Inc.
Octavio Acevedo Marín
Fue vicario general de la Legión de Cristo y directivo fundador de la red de empresas 'fachada' establecidas en Panamá.
Juan Manuel Dueñas Rojas
Fue el Procurador general de la Legión y auxilió a Maciel a crear la red en Panamá, que controlan escuelas en España.
Eduardo Vigneaux Pepper
Fue administrador general de la Legión. Compró de la residencia en Florida, en la que Maciel vivió sus últimos días
Francisco Mateos Gil
Participó en la red en Panamá y en Delaware. Intervino en la compra de una residencia en Jacksonville, Florida, para el retiro de Maciel.
Michael Ryan
Sacerdote irlandés que defendió a Maciel hasta sus últimos días. Actualmente es profesor del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum de los Legionarios en Roma.
Stephen Fichter
Fue director financiero de la Legión en la década de los 90, cuando se creó la red de sociedades en Bermudas e Islas Vírgenes.
Jesús Quirce Andrés
Desde 1984 participa como directivo de la red de Universidades Anáhuac, de la cual actualmente es vicepresidente.
Charles Sikorsky
Presidente del Institute for the Psychological Sciences, una institución académica controlada por los legionarios en Virginia.
Patrick Murphy
Fue director de mercadotecnia y relaciones públicas de la Legión y director de la organización Regnum Christi.
Paul Campbell
Autor del libro 'Los rostros de Cristo', en colaboración con el actual Director general de la Legión, Eduardo Robles-Gil.
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Cómo sobornaba Maciel al Vaticano/Rodrigo Vera, reportero.
Revista Proceso # 1879, 4 de noviembre de 2012.
En su libro Las finanzas secretas de la Iglesia, que pronto estará en circulación, el periodista estadunidense Jason Berry detalla la manera en que Marcial Maciel gastaba sumas millonarias en regalos y dádivas a los jerarcas del Vaticano, empezando por el Papa Juan Pablo II. El propósito del fundador de los Legionarios de Cristo, según el autor, era acumular poder para el fortalecimiento de su orden, al tiempo que se blindaba para salir airoso de las acusaciones que se le hacían por pederastia. Al final todo se descubrió.
El sacerdote Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, gastaba mucho dinero para comprar favores de los altos jerarcas del Vaticano, incluido el Papa Juan Pablo II, así como para impedir que los tribunales eclesiásticos lo juzgaran por sus abusos sexuales cometidos contra menores de edad.
En 1995, por ejemplo, Maciel le entregó 1 millón de dólares a Juan Pablo II, quien además llegaba a oficiar misas privadas –en su capilla del Palacio Apostólico– para los acaudalados amigos de Maciel que solían recompensar al pontífice con donativos de hasta 50 mil dólares en efectivo.
Al ver el enorme poder que tenía Maciel durante el pontificado de Wojtyla, el actual Papa Benedicto XVI, entonces encargado de la Congregación para la Doctrina de la Fe, decía que no era “prudente” investigarlo por sus actos de pederastia, que para entonces ya eran conocidos en todo el mundo.
Un detalle pormenorizado de esos “donativos” –o “sobornos”, en opinión de algunos– que repartía Maciel en el Vaticano lo brinda el investigador estadunidense Jason Berry en su libro Las finanzas secretas de la Iglesia, que editorial Debate pondrá a circular en México en los próximos días.
En el capítulo “El padre Maciel, señor de la prosperidad”, se plantea que el sacerdote michoacano “quería comprar poder”, por lo que gastaba en Roma “grandes sumas de dinero para aislarse de la justicia”, pero también para obtener el aval del Vaticano a los centros de formación que iban abriendo los Legionarios de Cristo en distintos países.
Agrega Berry que el cardenal Angelo Sodano, entonces secretario de Estado del Vaticano, era “muy cercano” a Maciel; no obstante, su “defensor más importante” era, sin duda, “el mismo Papa Juan Pablo II”.
Y relata la siguiente anécdota que demuestra la cercanía entre Maciel y Wojtyla, que se prolongó durante todo su pontificado:
“En enero de 1979, en su primer viaje como pontífice, Juan Pablo visitó México. Maciel iba sentado en el avión con él, como recompensa por el extenso trabajo de avanzada. Gracias a un sacerdote legionario que decía misas para la primera dama, el presidente López Portillo decidió recibir a Juan Pablo en el aeropuerto… Seis meses después Juan Pablo mostró su aprecio con una visita a los Legionarios de Roma.”
Maciel le mandaba dinero a Juan Pablo II. El libro hace referencia a una de esas entregas:
“En 1995, según exintegrantes de la Legión, Maciel envió al Papa Juan Pablo 1 millón de dólares por medio de monseñor Stanislaw Dziwisz, cuando el Papa viajó a Polonia. Como secretario papal, Dziwisz, oriundo de Polonia, fue durante décadas el hombre más cercano a Juan Pablo. Manejar dinero era parte de su trabajo.”
El secretario del Papa –prosigue el libro– también se encargaba de recibir los donativos de las familias pudientes a las que Maciel llevaba a las misas privadas del pontífice, realizadas en la capilla de su Palacio Apostólico, con capacidad para 40 personas y adornada con frescos de Miguel Ángel, específicamente con La conversión de Saulo y La crucifixión de San Pedro.
Los acaudalados amigos de Maciel “solían encontrar al Papa de rodillas, absorto en oración, con los ojos cerrados, casi en un éxtasis, completamente ajeno a quien ingresaba a la capilla… para los laicos era una maravillosa experiencia espiritual”.
El libro recoge el testimonio de un exsacerdote legionario que asistía a esas misas exclusivas y quien revela: “Acompañé a una rica familia mexicana en una misa privada y al final la familia le entregó a Dziwisz 50 mil dólares”.
Favores mutuos
El secretario papal tenía “frecuentes comparecencias” con los allegados de Maciel, por las cuales también recibía donativos que se hacían “siempre en efectivo” y en dólares, pues “en liras se habrían necesitado demasiados billetes”.
Añade el libro: “En 1998 Maciel tiró la casa por la ventana para ofrecer una espléndida fiesta en honor de Dziwisz, con motivo de su proclamación como obispo, e incluyó festiva música de mariachis interpretada por una pequeña orquesta de los Legionarios”.
No sólo el Papa y su secretario recibían dinero en efectivo, pues también “los cardenales y los obispos que decían misas para los Legionarios recibían pagos de 2 mil 500 dólares y más, de acuerdo con la importancia del evento”.
¿Se trataba de donativos o de sobornos? En el libro se hace esta pregunta. Algunos exsacerdotes legionarios responden que se trataba de “una forma elegante de dar un soborno”. Otros, en cambio, señalan que era opere de charittá (obra de caridad), ya que la Iglesia bien pudo destinar ese dinero para ayudar a los pobres y necesitados, cosa que no se sabe a ciencia cierta, dada la opacidad de las finanzas vaticanas.
Pero Maciel –se dice en el texto– también era muy dado a hacer costosos regalos en especie a los jerarcas vaticanos o a agasajarlos con fiestas y comilonas que no podían ser obras de caridad y cuya intención era conseguir favores a cambio.
Plagada de esos favores mutuos fue la relación de Maciel con Angelo Sodano, desde que éste era nuncio apostólico en Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet, a la que apoyaba. Con el fin de “neutralizar a los defensores de la Teología de la Liberación que militaban en la izquierda”, Sodano impulsó en Chile las obras que realizaban los Legionarios de Cristo y que imponían “el estilo católico de la teología de la prosperidad, la lealtad papal y el capitalismo del mercado libre”.
A partir de entonces Maciel supo corresponder esos favores: “Puso al padre Raymond Cosgrave, un legionario irlandés, a disposición de Sodano prácticamente como ayuda de campo en la nunciatura de Santiago. En 1989, en el escalafón para ser nombrado secretario de Estado, Sodano tomó clases de inglés en Irlanda en el colegio de la Legión. Fue de vacaciones a una casa de recreo de la Legión en Sorrento”.
Cuando Sodano fue nombrado cardenal, Maciel le organizó en Roma una gran comida a la que asistió prácticamente toda la familia del nuevo purpurado; alrededor de 200 personas. Y volvió a agasajarlo cuando se le nombró secretario de Estado.
Por su parte el cardenal Sodano “ayudó a cambiar los requisitos de zonificación” para construir la universidad Regina Apostolorum que tienen los Legionarios en Roma. En esta construcción Maciel le dio empleo al ingeniero Andrea, sobrino del cardenal Sodano.
Se cuenta en el libro que “dos legionarios que estaban en el proyecto opinaban que el trabajo de Andrea era inadecuado. Cuando le sugirieron a Maciel que no debería pagársele la cuenta, éste gritó: ‘¡Paga la cuenta y págala ahora!’ Así lo hicieron”.
Maciel escogía muy bien los regalos que destinaba al cardenal Sodano –que fluctuaban entre 5 mil y 10 mil dólares–. Incluso mandó que pusieran la fotografía de Sodano en el centro que tiene en Roma el Regnum Christi, que es la organización de laicos de la Legión.
El fundador de la Legión también pagó la remodelación de la residencia del cardenal Eduardo Francisco Pironio, cuando éste era el encargado de la Congregación para Institutos Religiosos y Seculares, cargo en el que permaneció de 1976 a 1983. La remodelación “fue un recurso bastante grande, costoso, ampliamente conocido en los niveles superiores de la Legión”, se dice en el libro.
A cambio Pironio debía aprobar la constitución de la Legión, que incluía los llamados “votos privados”, consistentes en la obligatoriedad de no hablar nunca mal de Maciel y suprimir toda crítica interna en la congregación, lo cual le aseguraba obediencia ciega e impunidad para sus abusos sexuales. Pese a la reticencia de los cardenales consultores de esa congregación, Pironio y Juan Pablo II aprobaron la constitución porque estaban “financieramente en deuda con la Legión”.
“Engrasando las ruedas”
En Las finanzas secretas de la Iglesia Berry menciona otro soborno de Maciel: cuando Eduardo Martínez Somalo estaba a cargo de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, Maciel le pidió a uno de sus sacerdotes que fuera al domicilio de aquél a entregarle un sobre que contenía 90 mil dólares. Cuenta en el libro este sacerdote: “Ni me inmuté… subí a su apartamento, le entregué el sobre y le dije adiós… Era una forma de hacer amigos, asegurarse cierta ayuda si fuera necesaria, engrasando las ruedas, por así decir”.
Pero no todos aceptaban las dádivas de Maciel. El libro relata cuando le rechazaron agriamente un lujoso automóvil Mercedes Benz:
“Maciel quería la aprobación del Vaticano para Regina Apostolorum como academia pontificia, el más alto nivel de reconocimiento del Vaticano. Esto pondría a la reciente universidad en igualdad de condiciones con las universidades Laterana y Gregoriana, mucho más antiguas. Así que en 1999 los Legionarios ofrecieron un Mercedes a Pío Laghi, entonces prefecto de la Congregación para la Educación Católica (y anteriormente embajador papal en Estados Unidos).
“Laghi, quien ya falleció, quedó horrorizado y desdeñó el ofrecimiento, según el padre B, que presenció su furia. El sucesor de Laghi, el cardenal Zenón Grocholewski, rehusó conceder el estatus académico. A Regina Apostolorum le faltaban credenciales en investigación, profesorado y prestigio internacional.”
En épocas navideñas Maciel ponía a varios de sus seminaristas a preparar las canastas de regalos para los jerarcas de la Iglesia –era un “espectáculo de vinos finos, licores y jamones curados”–. Ya preparados los regalos, los mismos legionarios eran “enviados en automóviles a entregarlos a los cardenales y a otros aliados, siempre con un propósito: aumentar el poder de la Legión y de Maciel”.
En sus viajes por distintos países de Europa y América, el mismo Maciel llevaba una vida de lujos y derroche, según cuenta en el libro el sacerdote Stephen Fichter, quien coordinaba la oficina administrativa de la Legión en Roma y se encargaba de los gastos de Maciel.
“Cuando el padre Maciel viajaba desde Roma era mi deber proporcionarle 10 mil dólares en efectivo, 5 mil en dólares de Estados Unidos y la otra mitad en la moneda del país al que iba a viajar… Era parte de la rutina de mi trabajo. Él estaba tan completamente por encima de todo reproche que yo me sentía honrado de cumplir esa función. No entregaba ningún recibo y yo no habría osado pedírselo”, dice Fichter.
“Maciel se anotó otro punto en 2003, cuando el arzobispo Tarcisio Bertone, de Génova, escribió un insigne prefacio a Christ is my life, una larga entrevista en forma de libro en la que Maciel responde las preguntas del padre Jesús Colina, miembro del Regnum Christi”, se indica en el libro.
Con preguntas a modo, Christ is my life es una “autodefensa” de Maciel ante los cargos en su contra. Y el cardenal Bertone también se prestó a defender a Maciel al escribirle el prefacio del libro, en el que dice elogioso:
“Las respuestas que el padre Maciel da en la entrevista son profundas y sencillas y tienen la franqueza de aquel que vive su misión en el mundo y en la Iglesia, con la vista y el corazón puestos en Cristo Jesús. La clave de su éxito es, sin duda, la atractiva fuerza del amor de Cristo. Ello ha animado siempre al padre Maciel y a su instituto para no dejarse ganar por la controversia, que no ha sido poca en su historia.”
Bertone sucedió en el cargo a Sodano. Ahora es el secretario de Estado del Vaticano y, por lo tanto, el brazo derecho del Papa Benedicto XVI, quien también llegó a proteger a Maciel.
El libro menciona que como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe de Juan Pablo II, a Joseph Ratzinger le llegaban reportes sobre los actos de pederastia de Maciel, pero aquél llegó a comentarle a un obispo mexicano que no era “prudente” investigarlo, puesto que había atraído a muchos hombres al sacerdocio.
Cuando Juan Pablo II estaba moribundo, en 2004, Ratzinger ordenó que se investigara a Maciel, ya que el nuevo papado no debía iniciarse “bajo el peso del escándalo de un Maciel protegido”. El trono pontificio lo obtendría Ratzinger, quien ya como pontífice condenó a Maciel al ostracismo, pero sin llevarlo a juicio formal.
De 551 páginas, Las finanzas secretas de la Iglesia reconstruye los últimos días de Maciel, en enero de 2008, cuando estaba internado en un hospital de Miami y se negó a hacer una confesión final, como lo pide la fe católica. Tampoco quiso recibir los santos óleos, gritando enfurecido: “¡Dije que no!”, y renegando de Dios y de la Iglesia, al grado de que intentaron llevarle un exorcista. Sólo quería estar acompañado de su pareja sentimental, Norma Hilda Baños, y de la hija de ambos, Normita. “Quiero quedarme con ellas”, clamaba el agonizante.

Cuando murió, la Legión dijo que Maciel se había ido directo al cielo.

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