Wall Street detiene la cotización 15 minutos para frenar el pánico tras caer un 7% en la apertura; La bolsa de Nueva York abrió la sesión con fuertes caídas por el brote del coronavirus y la guerra del petróleo...
Lejos de cortar las pérdidas, en la reapertura los índices perdieron aún más, superando el 7%, para luego recuperarse levemente. La cotización volverá a detenerse si la caída del S&P500, que refleja la cotización de las 500 grandes empresas del parqué estadounidense, llega al 13%. Algo que, a tenor de lo sucedido en el tramo inicial de la jornada, no puede descartarse.
“Arabia Saudí y Rusia están discutiendo sobre el precio y el flujo de petróleo. ¡Esa, y las noticias falsas, es la razón de la caída de los mercados!”, ha tuiteado Donald Trump.
La Reserva Federal ha anunciado este lunes un incremento de 50.000 millones de dólares en los montos del dinero que inyecta diariamente a los mercados financieros, hasta llegar a los 150.000 millones. (El País).
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@Reuters
EXCLUSIVO: Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y seis naciones europeas se reúnen para discutir la preocupación sobre la política energética de México, mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador impulsa un papel más importante para el estado en el sector
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El gobierno de AMLO desprecia las políticas públicas con perspectiva de género, ni entiende que su obligación es garantizar el derecho a la vida de las mujeres libre de violencia, de acuerdo con el discurso pronunciado en el Zócalo por la Asamblea Feminista Juntas y Organizadas 8M.
En este pronunciamiento, leído este domingo al iniciar el mitin en el marco de la marcha por el Día Internacional de la Mujer, mujeres exigieron un Estado más laico, más ejercicio de derechos, más autonomía de las mujeres y más cumplimiento a mandatos internacionales.
"No se entiende que el deber del Estado no es vender billetes de lotería o cuidar las puertas de Palacio Nacional. Su deber, su obligación es garantizar el derecho humano a la vida de las mujeres...libre de violencia. Eso dice la ley, pero también lo dicta la ética y la razón."
En México se registran 10 feminicidios y 51 violaciones al día. El 63 por ciento de las mujeres mayores de 15 años han sufrido algún tipo de violencia a lo largo de su vida.
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Laboran con normalidad funcionarias federales
A pesar de la convocatoria al paro de mujeres, funcionarias federales acudieron esta mañana a la sesión del Gabinete de Seguridad Nacional.
Olga Sánchez Cordero, arribó a Palacio Nacional, desde donde explicó que decidió laborar para cumplir con su responsabilidad.
-¿Finalmente no paró, Secretaria?, se le preguntó.
"Bueno finalmente tengo la responsabilidad de ser la Secretaria de Gobernación", respondió.
El C. Presidente de México nos vuelve a decir que su gobierno - la 4T-, es feminista y porque hay muchas mujeres en el gabinete...; además hoy fueron a trabajar...
Mmm.
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Las columnas políticas, hoy lunes 9 de marzo de 2020....
Suspicacias sobre el “espionaje” en el Senado
Bajo Reserva/ El Universal
Muchas suspicacias ha levantado el anuncio de que el Partido Acción Nacional contratará sus propios servicios de investigación para esclarecer el caso del presunto espionaje en las instalaciones de su bancada en el Senado. En la fracción de Morena consideran que esta acción pretende minar la credibilidad de la Fiscalía General de la República, que es la institución que de manera oficial lleva a cabo las investigaciones. Aseguran que también les genera suspicacia que la denuncia de los micrófonos ocultos en las oficinas panistas se hayan dado en momentos en los que se discutían temas polémicos como el de interrumpir la subcontratación y el cannabis. Sin embargo, al final del día la última palabra la tendrá la FGR, encabezada por el fiscal Alejandro Gertz Manero, cuyos peritajes e investigaciones serán las únicas que, si es el caso, tengan validez ante los tribunales.
En el 9M tribunal manda a los hombres a la “escuela”
Nos dicen que, en medio de los actos y marchas por el Día Internacional de la Mujer, hoy los hombres que trabajan en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación pasarán una gran parte del día recibiendo un curso. Nos dicen que funcionarios del Tribunal que van desde los secretarios de Estudio y Cuenta de las siete ponencias que integran la Sala Superior, están convocados para participar en un conversatorio donde se hablará de la igualdad de género. Así que ellas al paro de protesta, y los hombres a la escuela para aprender a respetar los derechos de las mujeres.
Morena, la guerra continúa
La guerra interna en el partido que gobierna sigue y no da tregua. Incluso la conmemoración del Día Internacional de la Mujer ha sido motivo de choques dentro del partido. Hace unos días el dirigente nacional de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, y lideresas morenistas llamaron a participar en el 8M y el 9M, pero excluyeron a la secretaria general Yeidckol Polevnsky y a la secretaria de la Mujer del Comité Ejecutivo Nacional, Carol Arriaga. Pero ayer estas dos morenistas realizaron en un lugar cerrado y previo a la toma de calles por parte de las mujeres, su propia conmemoración del Día Internacional. Ahí acusaron “con rabia e indignación” dijo Arriaga, que son víctimas de violencia política de género, son minimizadas y marginadas por la otra parte del CEN de Morena. “Después de todo lo que estoy viviendo lo tengo más que ratificado: dejarles el partido es un peligro”, sentenció Polevnsky.
AMLO pasa el 8M en territorio morenista
El presidente Andrés Manuel López Obrador decidió conmemorar el Día Internacional de la Mujer en Fresnillo, Zacatecas, a más de 650 kilómetros de la Ciudad de México donde se desarrolló una manifestación masiva que en inmensa mayoría fue totalmente pacífica, aunque con los ya recurrentes ataques y pintas al Palacio Nacional. Nos hacen ver que el mandatario decidió conmemorar el Día de la Mujer en Fresnillo, uno de los municipios dominados por Morena y la familia del líder senatorial Ricardo Monreal Ávila, que le permitían un blindaje ante protestas y provocaciones.
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El hartazgo fue la chispa | Editorial El Universal
Este domingo 8 de marzo las mujeres mexicanas alzaron la voz y el puño en decenas de ciudades a lo largo y ancho del país.
Tuvieron más de una razón para salir y protestar:Están hartas de ser acosadas en la calle, en el transporte público o en el trabajo. Están hartas de no utilizar esta falda o aquel vestido porque “así no se puede salir de la casa”. Hay un hartazgo de escuchar comentarios ofensivos a su condición de mujer. Hay hartazgo hacia una cultura machista y misógina que a muchas las frenó para estudiar una carrera profesional “solo para hombres”. Hartazgo hacia una cultura machista que les regatea un salario igual al que obtienen los hombres por la misma tarea.
Hay rabia por la indolencia de la autoridad que siempre pide esperar 72 horas antes de actuar en una denuncia de desaparición de una mujer. Hay furia porque son violadas o asesinadas sin que la gran mayoría de los responsables paguen por sus acciones.
Esta indignación acumulada reunió a mujeres de todos los sectores sociales y de todas las edades.
El Estado ha sido omiso. No ha escuchado. Ha fallado. Esta vez no puede ignorar el grito que las mujeres produjeron en las calles del país.
Las acciones tomadas en los últimos años por la autoridad no han logrado detener las agresiones y los abusos en contra de quienes conforman la mitad de la población del país. No se pueden negar avances en algunas áreas, pero son insuficientes. El índice de feminicidios se incrementa en lugar de disminuir.
Las respuestas deben venir de los tres niveles de gobierno: municipal, estatal y federal. Los municipios no tienen por qué esperar a las instancias estatales o federales para emprender las primeras acciones de cambio. Ni los estados a la Federación. Pero siempre habrá mejores resultados si desde la Federación se coordina la atención a un problema que se extiende por todo el país.
Es un fenómeno cuya erradicación requiere políticas públicas enfocadas a terminar con la desigualdad de género. Es un fenómeno que por encontrarse “normalizado” tendrá que pasar por reeducar a la población para enterrar una cultura machista y derrumbar los roles que por décadas se han asignado a la mujer.
Ayer se dio un paso importante, que continuará hoy 9 de marzo. La ruta está trazada. Algo debe cambiar en el país.
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Trascendió/ Milenio
Que desde tiempos inmemoriales anclados en el siglo pasado los mexicanos saben que cuando la Plaza de la Constitución está llena es que hay por lo menos 100 mil personas, aunque el gobierno capitalino en turno, cuando no Gobernación federal, gustara de manejar el dato a su antojo dependiendo del color de la manifestación. Con la gestión en curso, si hay concierto organizado por ellos hablamos de 100 mil asistentes, pero si es la marcha femenil, aunque desbordara el Zócalo como la de ayer, dicen que no pasaron de 80 mil. Con eso de que cada quien tiene sus números…
Que en el contexto de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, diputadas federales de la 4T se enfrentarán el próximo miércoles en el Palacio de San Lázaro con estudiantes de la FES-Aragón de la UNAM… pero en un duelo amistoso de futbol. A propuesta de la morenista Reyna Celeste Ascencio, presidenta de la Comisión de Juventud de la Cámara de Diputados, ambas selecciones pedirán a los espectadores asistir con vestimenta morada o verde en apoyo a la lucha de las mujeres contra la violencia de género en el país.
Que hoy los peritos de la Fiscalía General de la República, que encabeza Alejandro Gertz Manero, entregarán a la bancada de Acción Nacional las oficinas que fueron revisadas desde el jueves, y lo único cierto es que el hecho ahondó más las diferencias con Morena. No es la primera vez que se habla de espionaje, pues hay que recordar que el mismo Santiago Creel dijo en su momento que era vigilado como presidente de la Cámara, pero esta vez hay reformas de fondo en juego, tipo la relativa a la mariguana.
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Frentes Políticos/ Excesior
1. Machismo caduco. Generaciones atrás, así se forjó el México que hoy tenemos, pero la violencia hacia las mujeres y las actitudes de superioridad ya no van con la época. Si aspiramos como nación a ser una de respeto, debemos comenzar por respetarnos los unos a los otros. La violencia de género, un término reciente, ha crecido exponencialmente en todo el territorio, a quizás sólo sea más difundido que antes, y eso es una preocupación mayor. Para todos. En Fresnillo, Zacatecas, el presidente Andrés Manuel López Obrador recalcó que la violencia de género va en contra de la 4T, e invitó a los presentes a sumarse: “Estamos en contra del machismo, todos tenemos que ayudar. ¡Todos en contra de la discriminación, en contra del racismo, del clasismo y del machismo!”. No queda sino cambiar.
2. Fuertes declaraciones. La secretaria general de Morena, Yeidckol Polevnsky, acusó que “algunos militantes” traicionan al presidente Andrés Manuel López Obrador, al intentar formar nuevos partidos políticos, “colgados” de la fuerza Morena. Señaló que se han puesto a trabajar para hacer dos nuevos partidos y engañan a la gente al asegurarles que van de parte de López Obrador, “cosa que es absolutamente falsa”. Llamó a la militancia para que difunda que Morena sí es un partido con registro, al tiempo de calificar a los detractores como “embusteros, arribistas, sinvergüenzas, oportunistas y farsantes”. Polevnsky se limitó a decir que es gente cercana a diputados y senadores adheridos al partido y que cobran sueldo en Morena. Una denuncia en las instancias correspondientes no estaría nada mal.
3. Están viendo. Sólo tres ejemplos. En Pedro Escobedo, Querétaro, por violencia familiar y de género, un sujeto fue detenido por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Pedro Escobedo, luego de que agredió a su esposa, que resultó con una fractura en la mano; en Veracruz, una joven de 16 años de edad, que estaba embarazada, fue asesinada en el municipio de Boca del Río, donde unos sujetos abrieron fuego en contra de la joven. Se encontraba con otros familiares, cuando sujetos a bordo de una motocicleta abrieron fuego a corta distancia en su contra. En Torreón, Coahuila, el cuerpo de una persona del sexo femenino fue localizado en la colonia Mayrán. No se tienen datos de la víctima. Todo, en 8 de marzo. No es cuestión de política. Se rebasaron todos los límites.
4. A cumplir. Nadine Gasman Zylbermann, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, aseguró que quienes participaron en las movilizaciones en todo el país no están solas. La funcionaria señaló que con el cambio de régimen que plantea el gobierno del presidente López Obrador se derriban estructuras políticas donde antes se había normalizado la corrupción y la desigualdad. “El gobierno está con las mujeres, con quienes han sido rezagadas y se han quedado fuera y atrás. Hay compromiso por cerrar las brechas”, dijo Gasman. Indicó que es momento de que la mujer sea tomada en cuenta en las decisiones políticas y no olvidar el sacrificio de mujeres que han salido a la lucha por mejores condiciones sociales. Todos los discursos suenan ideales. Háganlos realidad. Ni una muerta más.
5. Etiquetas. La secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, aseguró en su cuenta de Twitter que “el feminismo será antineoliberal o no será”. En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, aseguró que el origen de esta fecha es socialista y de lucha contra la explotación y violencia del capitalismo patriarcal, clasista y racista. Por la mañana de ayer, no obstante, la Secretaría de la Función Pública informó en un comunicado sobre los trabajos que se realizan en la dependencia para garantizar los derechos de las mujeres. Tal es el caso del lanzamiento del primer concurso de ingreso a la Administración Pública Federal exclusivo para las mujeres, en el que se ofrecen más de mil 700 plazas en todos los sectores del gobierno federal. Por poquito y dice que el machismo es culpa del neoliberalismo. Uff..
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¡Enojo femenil y Gobierno inútil!
ITINERARIO POLÍTICO/RICARDO ALEMÁN
El Debate,
¿Es o no contra el Gobierno de López Obrador la protesta de miles de mujeres que hoy no salieron a cumplir sus tareas habituales?
¿Es o no una protesta contra el propio presidente mexicano, en tanto jefe de las instituciones del Estado?
Los anteriores son dos puntos álgidos del debate en torno al llamado “#UnDíaSinMujeres”; protesta que rechaza la creciente violencia contra las mujeres y las niñas en México, pero que, según las “miembras” del gabinete presidencial y de acuerdo con mujeres aplaudidoras del actual régimen, no va dirigido contra López Obrador y menos contra su Gobierno.
Y es que “el paro de mujeres” metió en un severo conflicto de conciencia y hasta de identidad a no pocas señoras que --por convicción o por mantener su empleo--, se vieron obligadas a defender a su presidente, antes que el interés colectivo de las mujeres.
Y las contradicciones aparecieron no solo entre mujeres periodistas que se asumen como “soldadas” del presidente, sino entre las “miembras” del propio gabinete presidencial.
Por ejemplo, las señoras Carmen Aristegui y Azucena Uresti –entre otras reputadas conductoras de radio y televisión--, se encargaron de machacar, hasta el cansancio, que la protesta femenil de Un Día Sin Mujeres no era contra el Gobierno de López y menos contra el presidente.
Toda esa perorata para tratar de conciliar su postura a favor del reclamo de las mujeres, pero en defensa “del macho” de Palacio.
A su vez, la titular de Gobernación, la exministra Olga Sánchez Cordero encabezó a las “mujeres del gabinete” presidencial quienes, la tarde del pasado jueves, ofrecieron conferencia de prensa para mostrar su solidaridad “con las mujeres”, para hacer acto de fe “feminista” pero, sobre todo, para defender al vapuleado presidente Obrador.
Ahí, y luego que todas se dijeron “feministas” y que alardearon que AMLO es el “presidente más feminista”, Olga Sánchez Cordero dijo que, en efecto, las mujeres están “muy enojadas por las distintas violencias”, pero de inmediato aclaró a gritos que tal enojo no es contra el Gobierno y tampoco contra el presidente Obrador.
Por eso, de inmediato aparecieron las preguntas obligadas.
¿Entonces, contra quien es el enojo de las mujeres, si no es contra el ineficaz Gobierno de AMLO?
¿Es un enojo solo contra los criminales y feminicidas; solo contra los abusadores de mujeres y niñas?
¿O es un enojo contra los criminales y, al mismo tiempo, contra las instituciones del Estado y del Gobierno que no son capaces de acabar con la impunidad que protege a esos criminales; instituciones incapaces de castigar a los abusadores de mujeres y niñas?
¿De qué diablos sirve un gabinete paritario, con más mujeres en la historia, si las instituciones que encabezan esas mujeres son incapaces de brindar protección y seguridad a las mujeres?
Por eso volvemos a la pregunta inicial: ¿es o no una protesta contra el Gobierno de López Obrador?
La respuesta resulta un “sí” contundente, a la luz de la llamada “Gobernabilidad democrática”.
¿Por qué?
Porque, como muchas y muchos saben, la legitimidad de un Gobierno no es sinónimo de eficacia. Y un Gobierno ineficaz, como el de López Obrador, es un Gobierno que avanza a pasos agigantados a la “ingobernabilidad”.
¿Y qué es la “ingobernabilidad”?
Precisamente la incapacidad del Gobierno para mantener el equilibrio del sistema; equilibrio entre las obligaciones de las instituciones del Estado, electas de manera legítima –como es el caso del Gobierno de Obrador--, y la aplicación eficiente de la vocación de servicio y de la ley.
Es decir, un Gobierno incapaz para estimular el crecimiento económico, incapaz de contener la violencia, incapaz de crear empleos, incapaz de sancionar a las bandas criminales, incapaz de acabar con la impunidad, es un Gobierno que irremediablemente avanza, a pasos agigantados, en dirección a la ingobernabilidad.
Y esa ingobernabilidad es la madre de la violencia contra las mujeres, las niñas y contra los ciudadanos en general.
Y el principal responsable de la ingobernabilidad que se vive en México es el presidente López Obrador, jefe del Gobierno y del Estado y, al mismo tiempo, el jefe de las señoras “miembras” del gabinete, quienes tampoco hacen su tarea de manera eficaz y quienes también contribuyen a la ingobernabilidad y son culpables de la violencia contra las mujeres.
En pocas palabras, la protesta que hoy llevan a cabo millones de mujeres es contra el inútil Gobierno de López Obrador; Gobierno que ha moldeado la peor ingobernabilidad en décadas.
Y solo los ciegos, sordos y fanáticos no lo quieren ver.
Al tiempo.
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Qué pena el Presidente, no entiende el 68 femenino/Pablo Hiriart
Uso de Razón
El Financiero, 9 de marzo de 2020
Emocionante e impresionante fue ver a miles y miles de mujeres tomar las calles de distintas ciudades del país en una de las manifestaciones más genuinas de hartazgo y exigencia de cambio desde el movimiento estudiantil del 68.
México no está postrado ante sus problemas y un gobierno incompetente. La fuerza femenina mostrada ayer refleja un país vibrante y en pie. Hay futuro.
Ninguno de los agravios contra las mujeres nació en este gobierno –como en el 68 los problemas no empezaron con Díaz Ordaz.
Pero la antipatía que ha enseñado el Presidente hacia el movimiento femenino detonó una reacción nacional de mujeres, humildes, clase media y acomodadas, que codo a codo enseñaron pancartas y gritaron y lloraron por un alto a la violencia feminicida.
Díaz Ordaz y sus voceros en los medios señalaron a infiltrados extranjeros y al comunismo como los manipuladores de estudiantes.
López Obrador y sus más obtusos seguidores acusaron, todavía ayer, a la derecha infiltrada y al neoliberalismo como los manipuladores de las manifestaciones de mujeres en diversos puntos de la república.
AMLO no ha entendido nada del problema, como en su momento tampoco lo entendió Gustavo Díaz Ordaz.
Sucede, y el Presidente no comprende, que cada día matan a diez mujeres en el país. Y que el responsable de garantizarles su seguridad es el gobierno que él encabeza.
Antes también asesinaban mujeres por el hecho de serlo, sin embargo esas cifras y esa saña que vemos en casi todo el país superan todo lo que hemos vivido.
Por eso es a él a quien le gritan “ya basta”, no en abstracto, no al viento ni al neoliberalismo ni a los conservadores, porque él prometió acabar con la violencia hacia las mujeres y el delito se ha disparado.
Le molesta a López Obrador que le recuerden que la crueldad de la violencia de género en su gobierno alcanza picos inhumanos y corta a quien se atreve a mencionarlo: “No quiero que el tema sea nada más feminicidios, ya está muy claro que se ha manipulado mucho sobre este asunto en los medios”, dijo en la conferencia matutina en Palacio hace dos semanas y solicitó que se le preguntara sobre la rifa del avión presidencial.
¿Manipulación de los medios? Nadie manipuló ayer a las mujeres para que salieran a gritar su enojo y exigir un cambio.
No es un complot ni lo quieren tumbar, como supone el Presidente en su infinito egocentrismo, sino una manifestación espontánea ante una emergencia feminicida, que demanda acción para frenar la violencia contra la mujer.
Esa violencia, hay que repetirlo, no la inventó AMLO. Pero en lugar de combatirla como prometió, desdeña el tema y ofende con historias de manipulación de los neoliberales en la causa feminista, igual que hizo Díaz Ordaz con el cuento de comunistas extranjeros que movían a los estudiantes en el 68.
Su enojo también deriva de que las mujeres le ganaron la calle, y no hubo aparato gubernamental ni financiamiento partidista a la movilización.
Le ganaron la calle a él, que había sido el dueño de banquetas y avenidas.
Por tanto, todo el que las tome y no sea incondicional suyo, seguro está movido por esa mano invisible que lo quiere desestabilizar. Egocentrismo puro. No hay tal mano oculta, sino un grito de enojo y desesperación que el Presidente no digiere.
El feminicidio creció casi diez por ciento en 2019 respecto a 2018, lo que es una barbaridad contra el aumento de 2.5 por ciento en homicidios dolosos. Cuatro veces más.
Cortó al apoyo a las estancias infantiles para beneficiar a madres trabajadoras, porque al Presidente le gusta que el recurso para la mujer salga directamente de su mano, sin la intermediación de la sociedad ni de personas especializadas en el cuidado de infantes.
Se acabó el dinero para refugios de mujeres golpeadas, porque es él quien reparte.
Respondió ayer que la mayoría del dinero destinado a programas de bienestar, es para mujeres. ¿Y? Las están matando, ¿no se entiende eso?
Dice que su gobierno es feminista porque hay muchas mujeres en el gabinete.
Sinceridad, por favor. Todos hemos visto cómo utiliza de florero a una mujer brillante, Olga Sánchez Cordero, nada menos que secretaria de Gobernación, a la que le quitó el control de sus tres principales funciones: seguridad, migración y relación con los partidos políticos (no conocía ni el texto que se iba a presentar como proyecto de nuevo Código Penal Federal).
El Presidente no ha entendido la profundidad del movimiento que se manifestó ayer y seguirá hoy. Lo tendrá que comprender, por el bien del país y de su propio cargo.
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La digna rabia/Raymundo Riva Palacio
Estrictamente Personal
El Financiero,
rivapa
Nada las frenó. Ni la intensa campaña en redes sociales para amenazar con ataques de ácido, ni las redes pro Andrés Manuel López Obrador para neutralizar su impacto, ni intentonas como interrumpir el servicio público a media mañana del domingo en el centro de la Ciudad de México, ni las miserables plumas del régimen que quisieron acallar a todas y a quienes decidieron junto con ellas, que las cosas llegaron a la frontera de lo inaceptable. La concientización que hizo combustión acelerada en miles por la ola de feminicidios, galvanizó las demandas largamente desoídas por la igualdad de género. “Digna rabia en las calles”, escribió Moony Moon en Twitter. Las mujeres, la insurgencia civil en las calles del país.
La gran marcha de las mujeres mexicanas, la que más presencia ha tenido en la historia nacional del Día Internacional que conmemora su lucha y, detonada por el feminicidio, fue horizontal y transitará al paro de mujeres este lunes, que marcarán las 48 horas que culminan la primera fase de esa larga batalla que ahora es completamente visible. Refrendaron de esa manera lo que ya habían conquistado, cambiar el metabolismo social y político de una nación pasiva y sin compromisos con lo fundamental. Nos los recordaron los llamados a acción este domingo.
Tu indiferencia también mata.
Vivas nos queremos.
Tú me dejaste caer, pero ellas me levantaron.
La revolución es feminista o no lo es.
Nunca más tendrán la comodidad de nuestro silencio.
Presidente, disculpe si desviamos la atención de la rifa.
No pedimos, exigimos.
Marcho hoy para no morir asesinada mañana.
La marcha fue contra la violencia de género, y ese fue el grito central. Pero no dejó de tener una arista, la crítica al presidente López Obrador, que al minimizar un fenómeno de violencia que no era de él y empaparlo de ideología, lo convirtió en su problema. Las mantas y las consignas le respondieron.
¿A cómo el cachito de empatía?
267 feminicidios en lo que va de 2020, ¿y te espanta el coronavirus?
No es el neoliberalismo, es el sistema patriarcal.
El Presidente no entendió, ni ha entendido la esencia del reclamo. Le inyectó más coraje a las mujeres cuando valoró la farsa de la no rifa del avión presidencial por encima de los asesinatos contra mujeres por razones de género, y cuando llamó “groseras” a quienes le reclamaron la afrenta, y cuando obligó a su esposa a apoyarlo en lugar de apoyar la marcha y el paro como en un principio hizo, y cuando forzó a las mujeres de su gabinete a salir en su defensa de manera colectiva, aunque carecen de peso absoluto dentro de su gobierno, donde mandan los subsecretarios –hombres todos–, y el triunvirato alrededor de él –también todos hombres. López Obrador es indolente con las mujeres, y también indiferente: la disminución presupuestal para programas de apoyo a las mujeres es la prueba de que la retórica dura hasta que la realidad la ataja.
Por eso gritaron en las calles del país.
Destruye lo que está destruyendo.
Quiero tener certeza de que mis hijas regresarán.
Yo quiero vivir, no sobrevivir.
El machismo mató a la justicia.
No nací mujer para no serlo.
Tu indiferencia también mata.
Vivas nos queremos.
Debajo de la piel presidencial, su equipo buscó neutralizar la marcha en las redes sociales el sábado, y fracasó. Intentó hacerlo el domingo, y también fracasó. Envió a sus plumas a sueldo a buscar minimizarla con comparativos con marchas en el mundo y con comentarios clasistas, pero no lo lograron. La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, detectó el costo que le iba a causar cerrar el transporte público, y revirtió la instrucción. Las mujeres en el gabinete, que son en su mayoría un cero a la izquierda en incidencia dentro del gobierno, fueron enviadas a dar recuentos de lo que ha hecho este gobierno por las mujeres. Y el Presidente afirmó: la violencia contra mujeres y niñas no es compatible con la 4T. Hasta ahora, lo que ha mostrado es que es incompatible. Sigue sin entender la esencia del movimiento masivo de las mujeres.
La consigna fue muy clara.
Si creen que somos malas, podemos ser peores.
Si creen que exigimos, protestamos, reclamamos, criticamos, quemamos.
¡Podemos ser peores!
Si no hay justicia, no daremos tregua.
No nos van a callar.
La marcha y el paro no corren sólo por líneas ideológicas o partidistas. No son por demografía ni clase social. No nos equivoquemos los hombres. Una de las muchas colegas que se sumaron a la marcha y hoy al paro, Jannet López, sintetizó en Twitter por lo que muchas que nunca habían marchado, lo hicieron ayer: “Marcho por mis sobrinas, por mi mamá, hermanas, tías, primas, amigas. Por mi abuela. Marcho por aquellas de quienes he tenido que contar una historia desgarradora. Y marcho por mí. Por todo lo que he tenido que afrontar por ser mujer y seguro no habría padecido si fuera hombre”.
La marcha y el paro son el principio de la segunda fase de este movimiento que se desató. Falta ahora la acción política y la ruta de navegación para que lo logrado no sea neutralizado..
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Graciela no estuvo en la marcha
Razones/JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ
Excelsior
Graciela no estuvo en la marcha
• Los regímenes políticos todos, aun los que hablan de la igualdad de todos los hombres, han colocado a las mujeres en el último lugar en las reparticiones de bienes y posiciones.
Entre las mujeres que marcharon, protestaron y exigieron este 8 de marzo faltó una, mi hermana Graciela. Se fue el jueves dejando atrás una vida de luchas, alegrías, aciertos y errores que la hicieron una mujer única, pero marcada, sobre todo, por una infinita bondad.
Fue buena y solidaria siempre, en los mejores y en los peores días. Nunca buscó el protagonismo, ni siquiera el familiar en esa familia ampliada de la que era sostén. Fue víctima de un matrimonio infame, al que finalmente logró derrotar con casi todo en contra.
Estuvo tres semanas desaparecida, agredida por la dictadura, y llegó a decir que no quería hacer la denuncia, que otros la habían pasado mucho peor que ella, y vaya que la había pasado mal.
Estudió y trabajó 40 años en un hospital público donde era la que todos los días revisaba que a sus paciente no les faltara nada en un mundo de carencias, que tuvieran, aunque fuera, una palabra de apoyo.
Participó en las causas más progresistas sin ser nunca militante, quizás porque también trabajaba todos los días, atendía y mantenía a sus hijas, a su madre, estudiaba en la universidad nuevas licenciaturas.
Muy joven fue abuela y al final se jubiló. Joven aún y el mismo día que me dijo que por fin comenzaría a hacer su vida, a arreglar la que sería, también, por primera vez su casa, un espacio exclusivamente suyo que no tendría que compartir con nadie, le dijeron que unos estudios habían salido mal, que sus pulmones de fumadora ya no daban para más, que la vida se le acortaba dramáticamente.
Ni en esos días perdió la fuerza y la alegría que transmitían siempre sus ojos, el espacio por donde se expresaba su alma. La alegría le alcanzó para ir, en silla de ruedas, ella junto a mi mamá, acompañadas por mi hermana Silvia, a un concierto de su admirado Andrés Calamaro.
El jueves se fue, se apagó poco a poco como esas llamas arrebatadoras que van perdiendo fuerza y oxígeno.
Alcancé a despedirme de ella simplemente con un guiño, mutuo, último gesto de una complicidad que había durado toda la vida y que ni la distancia ni el tiempo borrarán jamás.
Habrá que cantarle con Calamaro que todo esto es simplemente un sacrificio ritual, que quiero hacerla mi estrella, sin principio ni final, que no puedo vivir sin ella.
Adiós, Graciela, hermanita, que nunca la tristeza sea unida a tu nombre.
Hay mujeres que bailan desnudas en cárceles de oro,
Hay mujeres que buscan deseo y encuentran piedad,
Hay mujeres atadas de manos y pies al olvido,
Hay mujeres que huyen perseguidas por su soledad.
Hay mujeres veneno, mujeres imán,
Hay mujeres de fuego y helado metal. J. Sabina
Lo que le hacemos los hombres, desde el pasado remoto a la actualidad, a nuestras mujeres es terrible, brutal, estúpido. Los feminicidios son sólo el capítulo final de una larga lista de agresiones, discriminación y abusos que van desde las más abyectas mutilaciones hasta la discriminación laboral: las religiones, todas, de una u otra forma, las han relegado e ignorado, las han tratado como seres inferiores. Los regímenes políticos todos, aun los que hablan de la igualdad de todos los hombres, las colocaron en el último lugar en las reparticiones de bienes y posiciones. En los gobiernos democráticos aún son una minoría en la toma de decisiones, sobre todo en los espacios ejecutivos. En las calles son hostigadas, abusadas, castigadas. En sus hogares muchas veces más que en las calles. En algunos países no pueden ni salir solas ni mucho menos estudiar. En nuestros países claro que pueden hacerlo, pero es casi a su propio riesgo. Nuestras mujeres trabajan más, trabajan mejor, son mejores porque entienden más.
¿Cómo no solidarizarse con ellas este 9 de marzo? ¿Cómo no gritar con ellas que ni una menos?. ¿Qué le pasa a unas autoridades que dicen ser defensores de la igualdad pero no pueden más que descalificar el principal movimiento social de nuestra época?. Porque no nos equivoquemos: en esta época el verdadero cambio global, el principal, el que puede modificar las cosas es el de la definitiva igualdad de las mujeres, en lo social, en lo laboral, en lo familiar.
Es hora de que nuestras madres, parejas, hijas, nuestras mujeres puedan vivir sin agresiones, con derechos, con justicia y con oportunidad, por lo menos iguales a los hombres. No es tampoco un movimiento local, de ciertos grupos políticos o sociales, mucho menos es una conspiración conservadora como se ha dicho sin entender absolutamente nada. Nada es más conservador, reaccionario e injusto que no apoyar este movimiento. Es el movimiento social más importante, más trascendente y de mayores repercusiones para nuestro futuro. Es, debe ser, también, nuestro movimiento.
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Como hombre | Alejandro Hope
Plata o Plomo
El Universa
“Pobre hombre, es horrible lo que le ha pasado, pero ¿qué hacía a esas horas de la noche en compañía de una mujer?” (http://bit.ly/2VRttAS)
“¿Para qué querrías un aumento de sueldo si estás casado y tu mujer trabaja?” (http://bit.ly/2IvV6HM)
“¿Por qué quieres ser cirujano si eres hombre? Ese siempre ha sido ambiente de mujeres. Los hombres tienen que hacer una especialidad no tan demandante que les permita criar a los hijos y atender a su esposa.” (http://bit.ly/2VV3XKY)
Pregunta para mis lectores de sexo masculino: ¿les parecen ofensivas las tres frases previas? ¿Ridículas? ¿Sexistas? ¿Discriminadoras? ¿Violentas?
Muy bien: ahora donde dice hombre, escriban mujer y viceversa ¿Qué opinan entonces? ¿Esas expresiones siguen siendo ridículas, sexistas, discriminadoras y violentas? En este momento, tal vez me respondan que sí, pero ¿no será que tal vez han dicho eso o algo similar? ¿O lo han pensado? ¿O lo han escuchado o leído sin que se les prendiera alguna alerta? Y si es el caso, ¿por qué algo que les parece inaceptable si se refiere a un hombre, les resulta perfectamente normal cuando está dirigido a una mujer?
Esa es la reflexión a la que invita una dinámica en Twitter, usando las etiquetas #comohombre o #comohombres. Lanzada originalmente por Ana María Mesa, una académica y activista colombiana, el ejercicio busca visibilizar las múltiples formas de machismo cotidiano, invirtiendo el género en muchas frases que tenemos normalizadas en nuestro lenguaje diario. Y ha sido un éxito rotundo: en 48 horas, se sumaron 43 mil tuits con esas etiquetas (de ese universo, tomé las tres frases iniciales).
Como hombre, leo esa avalancha de tuits y no puedo dejar de reconocerme. En diversos momentos de mi vida, he dicho varias de las frases que allí son satirizadas. Otras las he pensado. Y he escuchado casi todas. En la voz de amigos, conocidos, colegas y compañeros de trabajo. Las he leído en periódicos, revistas, libros y redes sociales. Las he oído en la radio, la televisión y el cine.
Y en la gran mayoría de los casos, me quedé callado. A veces, ante expresiones particularmente grotescas, me guardé la indignación. En otras ocasiones, me reí o asentí en silencio. Y en buena parte de esas situaciones, probablemente ni siquiera registré la agresión: el comentario me pareció normal o hasta razonable.
En todos esos casos, me equivoqué. Hice mal al proferir comentarios sexistas. Hice mal al pensarlos y racionalizarlos. Hice mal al reírme de chistes degradantes. Hice mal al no decir nada ante acciones y expresiones ofensivas de muchos hombres en mi entorno. Hice mal en no caer en cuenta de que estaba actuando mal.
Podría tratar de justificarme alegando mi edad (49 años) y el hecho de que soy hijo de mi tiempo. O podría aventar como excusa que disentir de la cultura machista dominante lleva al ostracismo en un país como México. O tal vez podría esconderme detrás de alguna teoría sociológica sobre el peso de la presión de los pares en las decisiones individuales. Pero la realidad es que nada de eso es justificación. Sin importar las circunstancias, no está bien insultar, herir, sobajar, humillar o discriminar a las mujeres. Punto.
No está bien intrínsecamente y no está bien porque le abre la puerta a todo lo demás: a la discriminación laboral, la exclusión política, la violencia sexual, las agresiones físicas, la impunidad sistémica y el miedo permanente. No es solo un chiste, no es solo un comentario: las palabras cuentan.
Entonces, como hombre, no me queda más que ofrecer disculpas a las mujeres por mis palabras y mis silencios, por lo que dije, por lo que pensé y por lo que me callé.
Perdón.
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Por Durazo, Guevara en la mira…
De naturaleza política/ENRIQUE ARANDA
Excelsior
De consumarse en las próximas semanas, como presumiblemente deberá ocurrir, la formal imputación de la titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, Ana Gabriela Guevara, por el supuesto desvío y/o malversación de recursos públicos por, al menos, 50 millones de pesos, Andrés Manuel López Obrador y Morena, su partido, habrán dado un primer paso hacia el eventual relevo de Alfonso Durazo Montaño en el gabinete para iniciar el “abordaje electoral” por la gubernatura de Sonora.
A cargo de la funcional Irma Eréndira Sandoval, en efecto, el proceso que sigue en contra de la exvelocista la Función Pública y respecto de cuyo eventual resultado —¡cuando están en marcha aún las indagatorias del caso!— realizó ya un “adelanto” ella misma, avanza al ritmo presuntamente determinado “por instancias superiores” con miras a empatar el eventual relevo del sonorense —“por parte de algún militar o alguien más avezado y con experiencia en el manejo de asuntos de seguridad…”— con el arranque de la puja por la posición que ocupa ahora la priista Claudia Pavlovich.
Y esto, no sólo para favorecer el posicionamiento de Durazo Montaño, expriista y expanista por cierto, ante quienes pudieran ser nominados por Acción Nacional y el Revolucionario Institucional para disputarle el gobierno estatal sino, esencialmente, para dejar claro que “será él, y nadie más, quien con el absoluto respaldo del lopezobradorismo sea ungido candidato por parte de Morena y (comparsas) afines” y no, como en algún momento se previó y no pocos en la norteña entidad asumieron con simpatía, la ex medallista olímpica.
Todo, pues, parece estar enfilado al más alto nivel del gobierno de la 4T y su partido para avanzar en la definición y eventual posicionamiento de quienes, en 2021, intentarán acrecentar el número de gubernaturas estatales bajo control del oficialismo. Sonora es apenas un primer ejemplo, pero, a decir de quienes participan en el “operativo electoral” de YSQ, lo mismo ocurre en el resto de las entidades donde el Palacio de Gobierno estará en juego…
ASTERISCOS
* El alcalde panista de la capital potosina, Xavier Nava, entregó a Andrés Manuel López Obrador constancia de once denuncias interpuestas por el supuesto quebrando de más de mil millones de pesos contra su antecesor y actual aspirante a gobernador por Morena, el (¿ex?) perredista Ricardo Gallardo Juárez y le exigió que el combate contra la corrupción e impunidad se extienda a nivel nacional y alcance a todos…
* Multitudinaria como se previó e igual, plagada de actos vandálicos realizados —ante la ausencia y/o complacencia del gobierno capitalino— contra instalaciones oficiales, templos, museos y/o teatros, la marcha conmemorativa del Día Internacional de la Mujer se constituyó en el más significativo reclamo realizado en el país en contra de la incontrolable violencia contra mujeres...
* Acostumbrados a denunciar la violencia intransigente en su contra, activistas de la comunidad lésbico-gay bajacaliforniana, apoyados por diputados morenos, denunciaron a una decena de líderes religiosos, el obispo de Mexicali, Isidro Guerrero Macías, entre ellos, por rechazar se equipare a las uniones homosexuales con el matrimonio heterosexual. ¡Intolerancia pura, pues!...
Veámonos el miércoles con otro asunto De naturaleza política.
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Una historia de extorsión
Juegos de poder/LEO ZUCKERMANN
Excelsior
Una historia de extorsión
• El viernes asistí a un concierto en el Foro Sol de la Ciudad de México. Como suele suceder en estos eventos, los llamados franeleros se apropiaron de los espacios de las calles aledañas para estacionar los coches.
Felicito a las mujeres por la manifestación de ayer y el paro de hoy. Gracias a esta movilización, en la agenda pública dominan los temas de la discriminación, violencia y abusos cotidianos que sufren las mujeres en México, el derecho que tienen a interrumpir un embarazo y el vergonzoso fenómeno de los feminicidios.
No opinaré más de la marcha y paro porque creo que a los hombres nos corresponde escuchar y cambiar. Así que, sin más preámbulos, paso a mi artículo de hoy relacionado con una historia personal en la creciente industria de la extorsión en México. El viernes asistí a un concierto en el Foro Sol de la Ciudad de México. Como suele suceder en estos eventos, los llamados franeleros se apropiaron de los espacios de las calles aledañas para estacionar los coches. Los vendían a cambio de una cuota en efectivo. Huelga decir que esto ya es parte de la realidad capitalina. Nadie los castiga por apropiarse del espacio público y sospecho que, incluso, la policía de la zona recibe algún tipo de moche por dejarlos operar.
Hasta acá nada nuevo. Sin embargo, a la salida del concierto, algunos de estos franeleros ya encontraron un nuevo negocio.
En una de las calles para salir de la colonia rumbo al Viaducto, obstruyeron el paso con un barril de plástico color azul de los que utiliza la policía para cerrar las vialidades.
El negociador de la banda se acerca y le explica al conductor: “Jefe, es que vino la policía a cerrar la calle, pero nosotros lo dejamos pasar a cambio de una propinita”. Para evitar más contratiempos, los tres automóviles que estaban frente de mí desembolsaron su dinero. Un gordo fortachón removía el barril azul y los dejaba pasar. Desconozco cuánto les dieron. Llegó mi turno y me informaron lo mismo. “Pero ustedes no son la policía”, les dije. “No, pero ellos fueron los que lo pusieron”, me respondieron. “Entonces no dejen pasar a nadie”, repliqué.
Mientras tanto, el gordo fortachón nos veía con cara de pocos amigos. “Mire, si usted y sus amigos no se quitan, voy a llamar a la policía”, les advertí. Los coches de atrás, desesperados, tocaban su claxon para que nos moviéramos. “Pues hábleles, pero aquí no va a pasar”. Marqué al 911 y él escuchó en el altavoz cómo me contestó la operadora. “Mire, aunque sea deme un peso para pasar”, masculló.
Claramente quería que los coches de atrás vieran que todos se mochaban para salir del retén. “No le voy a dar ni un centavo”, le espeté, mientras le decía a la operadora del 911 que estaba en una calle donde unos señores impedían el paso y sólo dejaban circular si les dábamos dinero. Mi llamada funcionó. “Ya déjalos pasar”, le ordenó el negociador al gordo fortachón, quien retiró el barril y nos permitió franquear el obstáculo. Detrás nuestro ya había una gigante cola de automóviles desesperados. No dudo que muchos sí les hayan dado una propinita.
Lejos de celebrar mi minitriunfo cívico, me quedé alterado. Me entró la idea de que había actuado irresponsablemente. Qué tal si el gordo fortachón se hubiera lanzado a los golpes o, peor aún, sacado un arma.
Estos malnacidos eran unos amateurs que querían ganarse una lana extorsionando a los asistentes al concierto. En México, los profesionales extorsionan con armas. En muchas ciudades, incluidas la capital, cobran el “derecho de piso” a los comerciantes para que puedan operar. No dude que, en un futuro, los franeleros amateurs sofistiquen su negocio, pongan retenes en la vía pública y les saquen dinero a los automovilistas amenazándolos con armas.
Otra vez, la debilidad de nuestro Estado. Aquí ya cada quien hace lo que se le pega la gana. La ley no sirve de nada.
En la historia que cuento, hay dos posibilidades. Que un policía haya dejado efectivamente el barril para impedir la circulación por esa calle y se haya ido. Lo dudo porque, cuando eso sucede, el policía generalmente se queda ahí a cuidar que los conductores no quiten el obstáculo.
En países donde sí hay Estado de derecho, la policía pone los conos y se retira sabiendo que los automovilistas respetarán la restricción. Aquí no porque hay muchos conductores gandallas que, efectivamente, retiran el obstáculo policiaco.
La otra posibilidad (la correcta, creo) es que la policía nunca puso el barril, sino que fueron los “franeleros” que ya encontraron un nuevo negocio.
No sólo se apropian de las banquetas para estacionar los coches, sino que, también, de las calles para circular. Menudo negocio.
Y, a todo esto, ¿dónde están las autoridades? Papando moscas o, peor aún, extorsionando a los extorsionadores para llevarse una jugosa tajada.
Twitter: @leozuckermann
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Es la revolución del siglo | Ricardo Raphael
El Universa
Política Zoom
Dice Sabina Berman que se trata del 68 del siglo XXI.
Ayer marcharon, vestidas en su mayoría de morado. Solo en la Ciudad de México sumaron más de 80 mil personas.
No las distinguió la clase social, el color de la piel, la edad o la geografía. Las mujeres estaban conscientes del significado que cada una está aportando a la historia: nada puede volver a ser lo de antes después de este movimiento.
La violencia les unió y están decididas a poner un alto al mandato que la provoca. Han mostrado lo que puede lograrse si la sororidad gana fuerza sobre las fracturas.
Caminaron juntas: iban en los extremos las más jóvenes, las que se cubrieron el rostro para estallar cristales y colorear de violeta los monumentos grises; también las mujeres de los perfumes caros y las activistas que pronunciaban consignas contra la violencia.
Asistieron las trabajadoras del hogar y las mujeres mayores, que han dedicado su vida a planchar lo propio y lo ajeno. Durante la tarde de ayer domingo una marea color jacaranda confundió las diferencias con el propósito deliberado de ahuyentar la muerte, la desaparición, la violación, el acoso, el hostigamiento y todas esas sinrazones que el machismo ha impuesto durante mucho tiempo.
Muy pocos hombres asistieron a la marcha porque hay otras formas de apoyar sin caer en nuestro protagonismo de siempre. El contingente fue femenino, casi en su totalidad, y tuvo sentido porque ninguna de las frases habría podido corearse en masculino: “Con ropa o sin ropa mi cuerpo no se toca,” “Nos quitaron tanto que nos quitaron el miedo,” “Respeta mi existencia o espera resistencia,” “Ni flojitas, ni cooperando,” “No quiero sentirme valiente cuando salga a la calle, quiero sentirme libre,” “Lo que no tuve para mí, que sea para ellas,” “No sea indiferente se mata a las mujeres en la cara de la gente.”
El movimiento es de ellas porque ellas son las víctimas y también porque llegó la hora para que los hombres nos callemos, porque solo el silencio nos permitirá escuchar.
Llegó la hora de la abnegación masculina, el momento para que los hombres contribuyamos a la causa de la paz, desaprendiendo todo aquello que nos arroja a la violencia.
Hoy no tomarán las calles, ni se vestirán de morado, hoy serán mucho más de 80 mil mujeres en paro. Hoy harán historia porque nada puede volver a ser lo de antes.
A los hombres nos han dejado solos en las calles, en el transporte, en las oficinas, en las escuelas, en el mercado. A diferencia de ayer, cuando su presencia fue masiva, hoy nos han impuesto la sonoridad de su ausencia. Hoy la inmensa legitimidad de su reclamo se percibe de otra manera, acaso más poderosa.
Después de ayer y después de hoy las reglas de la casa tendrán que revisarse, lo mismo que los modos de comportamiento en el salón de clase y en las avenidas, en el transporte, en la pareja, en el gobierno y hasta en Palacio Nacional.
Los hombres tendremos que reaprender cómo comportarnos. A partir de ahora habríamos de hacer como el extranjero que visita una cultura diferente o la casa de una familia a la que se desconoce.
En tales circunstancias están fuera de lugar las bromas cargadas de sexismo, las referencias lascivas y soeces, el trato vejatorio, el abuso y el privilegio contra las mujeres.
Al lugar donde nos dirigimos lo vienen construyendo las mujeres desde hace mucho tiempo: a los hombres nos urge comprender sus reglas, límites y significados.
No nos hemos preparado para vivir en paz con las mujeres. Nadie nos enseñó y sin embargo pertenecemos a la generación de varones que tiene la oportunidad de sumarse al disenso.
Ayer marcharon y hoy han parado, mañana el movimiento no se detendrá porque puede cambiar la historia.
El propósito es uno solo: derrumbar el mandato violento que sostiene al régimen patriarcal y autoritario.
Eso va a suceder con nosotros o sobre nosotros. Que el último privilegio masculino sea haber sido parte sincera de esta disidencia que es social y política, pero sobre todo es mental.
ZOOM:
La caída del régimen patriarcal podría ser la mayor revolución que el siglo XXI le aporte a la historia de la humanidad.
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La Biblia vs. las brujas del mal | José Antonio Crespo/
El Universal
El patriarcalismo y la misoginia son ancestrales y tienen diversas fuentes. Pero en la cultura occidental una muy influyente ha sido la Biblia. A raíz del mito de Eva, prevaleció en el Antiguo Testamento la misoginia de varias formas. Dice San Agustín que en el Edén, el demonio en forma de serpiente “cautelosamente comenzó a platicar con la mujer… la parte inferior de aquella humana compañía… juzgando que el varón no era tan crédulo y que no podía ser engañado sino cediendo y dejándose llevar del error del otro”. Y agrega que “Adán no fue engañado, la mujer fue la engañada”. Si Adán después siguió el consejo de su mujer fue porque “no quiso apartarse de su única consorte ni en la participación del pecado”. Es decir, fue leal con su pareja, una virtud más que un defecto. Pero no fue tan fiel a la hora de asumir responsabilidades frente a Jehová, con quien se quejó cobardemente: “La mujer que me diste por compañera, ella me dio y yo comí”. Y de ahí que el castigo de Eva fuese la subordinación al hombre: “Tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti”.
Por su parte San Pablo, en una carta a Timoteo, mostraba igualmente esa misoginia bíblica: “Que la mujer aprenda en silencio con toda sumisión, no permito a la mujer enseñar ni ejercer dominio sobre el hombre; ella debe mantener silencio”. Así, en virtud de la inferioridad de las mujeres, éstas no pueden ejercer el sacerdocio, que quedó exclusivamente como privilegio de los varones (al menos en el catolicismo). En el siglo II, San Clemente escribió: “Toda mujer debería estar llena de vergüenza por la sola idea de ser mujer”. Ante tal misoginia, no extraña que San Agustín concluyera que “un esposo está destinado a gobernar sobre su esposa así como el espíritu gobierna sobre la carne”. Todas las mujeres habrían de pagar el pecado de Eva. ¿Quién les manda nacer mujeres? El pastor John Salked (s. XVII) afirmaba que “Existen dos tipos de sumisión de la mujer a su marido; una proviene de la naturaleza, la otra del pecado”. Es decir, aún antes de haber pecado Eva no se salvaba de estar sometida a su esposo, pues “su naturaleza, a pesar de todo, habría requerido seguramente la sumisión a su marido”, eso sí, “agradable… voluntaria y no violenta, natural y no forzada, y por tanto libre y exenta de los rechazos que hoy en día incluso las mejores descendientes de Eva experimentan respecto de su marido”.
Y los inquisidores Heinrich Kramer y Jacob Sprenger decían en su Malleus Maleficarum (El Martillo de las brujas, 1487), que la mujer es más propensa a la brujería que los hombres porque ellas “están más relacionadas con las cosas de la carne que los hombres; porque estando formadas de la costilla de un hombre, son sólo animales imperfectos y torcidos mientras que el hombre pertenece a un sexo privilegiado de cuyo centro surgió Cristo”. El hecho de que el Redentor fuera varón, no era casual. En efecto, la lógica masculino-femenino (Padre y Madre) = creación, que prevalece en otras religiones, se cambió por Padre, Espíritu Santo e Hijo. ¿De dónde saca el cardenal Juan Sandoval que “la única religión que ha dignificado a la mujer es el cristianismo”? Hoy en día, el reformista Papa Francisco propone superar dicha misoginia. Dice en la Encíclica Alegría del Amor: “Destaco la vergonzosa violencia que a veces se ejerce sobre las mujeres, el maltrato familiar y distintas formas de esclavitud que no constituyen una muestra de fuerza masculina sino una cobarde degradación”. Lo malo es que las concepciones, prejuicios y valores arraigados durante siglos —sobre todo si presuntamente son avalados por Dios— tardan mucho en modificarse.
Profesor afiliado del CIDE.
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¿Cuándo se tiene un conflicto de interés? | Carlos M. Urzúa
El Universal
A juzgar por el movimiento social que el día de ayer se externó profusamente con la presencia de muchas mujeres en las calles del país, y que el día de hoy se sigue manifestando aún con una mayor fuerza, pero ahora propiciado por la ausencia misma de las propias mujeres en sus lugares de trabajo, este año representará seguramente un parteaguas en la historia política de México. No cabe duda, el año 2020, tan redondo y tan memorable como suena, será recordado como justo el preciso momento cuando la democracia participativa, no solamente representativa, comenzó a ganar fuerza en un país donde por muchas, muchas décadas la palabra democracia sonaba a casi un anatema.
Pero a pesar de tales primeros pasos, no hay que engañarse, queda a la ciudadanía muchísimo camino por recorrer. Han sido tantos los años durante los que la sociedad civil mexicana fue tan poco escuchada que hay muchas maneras inéditas en las que el poder ciudadano puede constituir hoy, para bien del país, el fiel de la balanza. A continuación presento, como ejemplo, un asunto que hasta el momento ha sido mencionado innumerables veces, aunque un tanto sin conocimiento de causa, y que juzgo puede jugar un papel determinante en la corrección del rumbo que está tomando nuestro país. Hablo de la “declaración patrimonial y de intereses” que estarán obligados a hacer, a fines del próximo mes de mayo de 2020, los funcionarios públicos de todos los órdenes y niveles de gobierno en México.
Conforme a la fracción sexta del artículo tercero de la Ley General de Responsabilidades Administrativas, todo funcionario público debe saber que se considera conflicto de interés a la “posible afectación del desempeño imparcial y objetivo de las funciones de los servidores públicos en razón de intereses personales, familiares o de negocios”. Es muy, pero muy importante clarificar en la definición anterior las palabras “posible afectación”. El que un funcionario tenga un conflicto de interés, de ninguna manera implica que haya cometido, o esté por cometer, un ilícito. Lo único que implicaría es que podría inferirse una potencial afectación a su desempeño como funcionario público “en razón de intereses personales, familiares o de negocios”.
Ahora bien, creo que es claro lo que se debe entender por intereses personales o de negocios, pero, quizás se pregunte, ¿qué se debe entender por intereses familiares? Esta pregunta tiene también, por fortuna, una respuesta legal. La definición más precisa respecto a lo que se entiende por “intereses familiares” se encuentra en el artículo 21 de la Ley Federal de Procedimiento Administrativo, el cual señala que un servidor público estará impedido para intervenir en un procedimiento administrativo cuando “tengan interés su cónyuge, sus parientes consanguíneos en línea recta sin limitación de grados, colaterales dentro del cuarto grado o los afines dentro del segundo”.
Lo que está atrás de esa ley es, al final del día, el hecho de que un funcionario público está siempre obligado a respetar las máximas constitucionales de igualdad y no discriminación. No puede beneficiar ilegítimamente a nadie en perjuicio de terceros y debe tener siempre en mente el interés público. Quizás suene un tanto extremo a los oídos de algunos, pero una condición para avanzar verdaderamente en la lucha contra la corrupción es pedirle a todos los funcionarios del país que hagan pública su declaración patrimonial y de intereses.
Así pues, a finales del próximo mayo la sociedad civil debe estar muy al pendiente de las declaraciones por escrito que hagan todos los funcionarios públicos. Como se mencionó con anterioridad, a la declaración patrimonial y de intereses están obligados todos aquellos que desempeñan un cargo público ya sea en el orden municipal, de alcaldía, estatal y federal, así como también en los organismos autónomos y los poderes legislativo y judicial.
Profesor del Tecnológico de Monterrey
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Mujeres, mujeres
JAQUE MATE / Sergio Sarmiento
REFORMA, 9 Mar. 2020
"No se nace mujer, se convierte una en mujer".
Simone de Beauvoir, El segundo sexo
Ayer miles de mujeres marcharon en la Ciudad de México y en otros lugares del país. Hoy muchas han decidido no presentarse a trabajar. Buscan mandar un mensaje, no solo a los hombres sino a toda la sociedad.
Otras, sin embargo, no fueron a marchar ni tampoco se ausentaron de sus trabajos. No es que no pudieran hacerlo, no quisieron. Algunas rechazan lo que ven como la politización de las causas de la mujer. Otras, simplemente no piensan que la mejor forma de luchar por los derechos de las mujeres sea manifestarse en las calles o participar en un paro. Algunas que fueron a la marcha de ayer prefirieron retirarse cuando empezaron a registrarse actos de violencia y vandalismo. No todas consideran que la mejor forma de erradicar la violencia es realizar actos de violencia.
Lo primero que debemos entender es que todas las mujeres son diferentes. Sus posiciones son muy distintas, no todas hablan con la misma voz. Esto es positivo. La unanimidad de pensamiento solo puede venir de la imposición.
Todas cuestionan, sin embargo, la violencia contra las mujeres. A todas les ha tocado ser agredidas o acosadas en la calle, en la escuela, en el trabajo, en el transporte público o en el hogar a través de insultos, expresiones groseras de deseo sexual, descalificaciones, toques indeseados, aproximaciones molestas o violentas agresiones. Una de las experiencias más desagradables, y que une a todas las mujeres, es la agresión masculina.
Yo no sé si las marchas y el día sin mujeres ayudarán a reducir la violencia contra las mujeres. Lo dudo. La experiencia sugiere que es mejor tener buenas leyes que obliguen a las autoridades a proteger a las mujeres que denuncian actos de violencia, a desplegar refugios para mujeres golpeadas, guarderías y estancias infantiles para dejar a los hijos mientras las mujeres salen a trabajar. Pero las manifestaciones, y los actos de vandalismo, tienen al parecer una fuerza de catarsis que algunas prefieren.
El presidente López Obrador prefirió ayer no estar en Palacio Nacional. Se quedó en Zacatecas para celebrar ahí el Día Internacional de la Mujer. Lo entiendo. La situación en la Ciudad de México pudo haberse salido de control. Barreras de mujeres policías tuvieron que aguantar los golpes y proyectiles que les arrojaban los grupos que trataban de vandalizar las puertas y los muros de Palacio. Al final, la puerta Mariana quedó manchada de pintura roja y los muros del edificio grafiteados. Un grupo buscó derribar violentamente las protecciones en torno al Palacio de Bellas Artes. Su argumento es que las autoridades no deben proteger los monumentos porque no protegen a las mujeres de la violencia. Los comercios en torno al Zócalo y en la ruta de la marcha cerraron las puertas y las cortinas de seguridad. El miedo prevalecía entre dueños y empleados. Extraño para una marcha contra la violencia.
Hoy se realizará el día sin mujeres. Muchas han decidido no trabajar ni ir a clases. Numerosas escuelas y sucursales bancarias han decidido no abrir sus puertas hoy. Pero muchas mujeres se han negado a aceptar la convocatoria. Consideran que trabajar manda un mensaje más importante que quedarse en casa.
El punto positivo es que se está discutiendo más que nunca la violencia contra las mujeres. Las convocantes de las marchas y del paro han logrado colocar los temas de mujeres en el centro de la agenda nacional. Este es el gran logro de la doble jornada. Esperemos que no se quede en un simple movimiento de grupos políticos que buscan visibilizarse y adquirir privilegios.
· SIN SEPARACIÓN
"Yo estoy a favor de las causas de las mujeres -dijo ayer en Zacatecas el presidente López Obrador-, pero no quiero la separación de mujeres y hombres. Es la lucha de mujeres y hombres".
@SergioSarmiento
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El estruendo de las ausentes
Jesús Silva-Herzog Márquez
REFORMA, 9 Mar. 2020
8y 9 de marzo. Momentos para escuchar y para repensar nuestro papel en el país de la crueldad impune. Oportunidad o, más bien deber, de incomodar nuestra consciencia satisfecha. Hoy corresponde escuchar el estruendo de las ausentes.
Leo "Cálculos del feminicidio", de Mayra Portillo en Confabulario, el suplemento cultural de El Universal. Registra las previsiones que ha de tomar una mujer en México. Desde muy niña, se ve obligada hacer cálculos "injustos, dolorosos, encabronantes". La barbarie machista obliga a anticipar la agresión: "Cuando veas, en una calle solitaria, un grupo de hombres, calcularás qué opciones tienes para no pasar por ahí; cuando vayas sola en un taxi, calcularás la manera de salir si éste toma un rumbo diferente al que debería seguir; si alguien te sigue en una calle oscura, calcularás qué tan rápido puedes correr con los zapatos que llevas puestos; calcularás qué sitio tomar en el metro donde tu cuerpo esté menos expuesto a abusivos toqueteos; si te quedas tarde en el trabajo y notas que tu compañero te observa de manera insistente y sospechosa, calcularás su peso y estatura en relación a la tuya y si eres capaz de darle un golpe suficientemente fuerte para ganar unos minutos que te permitan dejarlo atrás; aprenderás a calcular cómo defenderte con lo que lleves encima, con las llaves de tu casa entre los dedos, con la esquina de tu bolsa o tu portafolios, con el tacón de tu bota, con tu spray del pelo, con lo que sea. Calcularás qué ropa ponerte dependiendo de lo que otros pudieran percibir, de si alguien podría creer que lo estás provocando por el simple hecho de sentirte bonita".
Leo a Alma Delia Murillo preguntarse cómo serían las cosas si estuviéramos nosotros, del otro lado. "Que en México violan diario a 50 hombres. Que en México cada día 9 hombres son asesinados por sus parejas. Que en México los hombres ganan 30% menos de salario que las mujeres realizando el mismo trabajo. Que en México el 60% de las madres abandonan a sus hijos y los padres tienen que criarlos solos. Que en el mundo sólo 10 de 193 países son gobernados por hombres, el resto lo tienen tomado las mujeres". Y leo ese relato a mil voces que en tuiter ha desarrollado esa misma línea. La etiqueta de #ComoHombres le da la vuelta a las conversaciones ordinarias, obligándonos a encarar lo que decimos, lo que escuchamos sin protesta, lo que desata nuestra risa cómplice, lo aberrante que hacemos normal.
Leo el extraordinario número que la Revista de la Universidad dedicó a los feminismos y encuentro ahí un poema de Jimena González. Copio unas líneas
Pienso:
No tenemos noche,
sólo miedo.
No tenemos día,
sólo obligación.
Estamos aquí:
donde los puercos.
Entre Jesucristo
y el despeñadero
involuntariamente
endemoniadas,
fecundadas de mal.
Gestamos culpa,
saltamos.
Es una orden:
Abrir las piernas.
Cerrar la boca.
Ser almacén.
Aguantar.
Abrir las piernas.
Parir más hambre.
Aguantar.
Leo los hallazgos de Lorena Becerra en su encuesta más reciente para Reforma. Una mayoría clara apoya las protestas y el paro de las mujeres. La casa es vista (eso dice la gente) como espacio de colaboración entre hombres y mujeres, pero dos de cada 10 personas cree que la política es sólo asunto de ellos. Casi la mitad de los encuestados cree que la ropa que visten las mujeres es una provocación para que les falten el respeto y que la igualdad de género ya ha ido "demasiado lejos".
Leo la denuncia de Sabina Berman al pacto de silencio de los hombres y la hipocresía de académicos liberales que se sienten héroes. "De su indiferencia, de su abstención, de su dar un paso atrás ante el tema de las mujeres; de su adhesión verbal y completamente ignorante de la causa feminista; de su participar en las ceremonias de exclusión de las mujeres sin separar los labios; de su tomar los privilegios de haber nacido hombre sin parpadear: de ahí nace la prostituta esclavizada, la trata de blancas, la esposa golpeada, las diez asesinadas diarias del país".
http://www.reforma.com/blogs/silvaherzog/
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El saldo
TOLVANERA / Roberto Zamarripa
en REFORMA, 9 Mar. 2020
Ha cristalizado un movimiento de muchos rostros, plural, diverso, que entrevera generaciones y estamentos; sin liderazgos únicos o visibles (en términos de dirigentes) pero con una fuerza extraordinaria.
En las marchas de ayer y el paro de hoy el movimiento muestra la cosecha tras algunos años de persistencia donde las jóvenes habían topado con muros de desprecio. Germina la batalla de una generación nacida con el siglo, atenazada por el miedo y decidida a rebelarse contra ataduras y violencias.
En el momento simbólico del Día de la Mujer las muchachas sumaron a madres y abuelas, muchas de las cuales cuando jóvenes nunca se atrevieron a marchar y sufrieron en silencio atrocidades iguales o peores que las que hijas y nietas decidieron denunciar y combatir.
Remecieron y tocaron. Advirtieron y estrujaron. El movimiento ha encaramado y apenas comienza.
Ciertamente muchas mujeres no acompañaron las marchas e incluso se abstendrán de ir hoy a paro; no porque se opongan a las demandas de alto a la violencia y castigo a feminicidios sino porque discrepan de las formas y el sentido que ha adquirido el movimiento convocante.
Se ha colocado la preocupación sobre la impunidad ante la violencia tanto para aquellas que se movilizan como las que observan y cuestionan. Lo que se ha abierto es un camino que no debe admitir retorno.
El saldo para los gobiernos, particularmente el federal, es evidentemente negativo. La desconexión del gobierno de la 4T de este movimiento feminista es altamente costosa antes que por intereses electorales por factores de gobernabilidad.
Porque el tema no será necesariamente si pierden la próxima elección. Incluso, el partido gobernante puede ganar la mayoría parlamentaria en 2021. Justo ése es el problema: suponer que el movimiento tiene un propósito desestabilizador que pasa por la arena de la política tradicional, empezando por lo electoral. Tendrá un efecto sin duda. Pero la marea está en otro lado.
La fractura principal está dada en el yerro de una identificación abstracta y dogmática de los adversarios del gobierno actual; en esa lógica de liberales y conservadores, excluye a demandantes de intereses que la 4T dice representar -feministas, ecologistas, defensores de derechos de migrantes- y traza una distancia que puede ser infranqueable.
Un cartel hecho con retazos de una caja de cartón y colocado ayer en un pedazo de la plancha del Zócalo decía en su rótulo dibujado con un plumón: "el neoliberalismo no mata, tu indiferencia sí".
La causa feminista tradicionalmente atada a la lucha de la izquierda, ahora no toma una forma de impugnación anticapitalista sino una confrontación contra el grupo en el poder, contra las burocracias que demoran la procuración de justicia, contra el gobierno que no consuma detenciones y mantiene la impunidad.
En palabras de Chantal Mouffe, el gobierno de la 4T no conecta con "cómo está la gente", sino trata de ofrecer "cómo debería estar". No vincula con el presente sino alienta la visión de un futuro muy distante de la realidad, de los sentimientos, de las pasiones y de los afectos de sectores lastimados por desigualdades y arbitrariedades.
El despojo de la bandera feminista a los tradicionales liderazgos de la izquierda tiene en mucho que ver con la imposibilidad del gobierno de la 4T para empatizar con sectores golpeados por el neoliberalismo pero despreciados a la vez por quienes dicen combatirlo.
El presidente Andrés Manuel López Obrador debería ofrecer una sincera disculpa y asumir un firme compromiso. Una disculpa como punto de partida para corregir. Y más que un decálogo feminista podría establecer compromisos específicos para aclarar feminicidios, disponer de medidas que mejoren la procuración de justicia, abrir una revisión semanal -como en la salud o en los precios de las gasolinas- para atender el tema de las violencias contra las mujeres, incorporar a las jóvenes de los movimientos en el diseño de políticas de protección.
Mínimas señales frente a las magnas manifestaciones.
Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
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