Carta
de Francisco a futuros cardenales, en la que les dijo que el Cardenalato no es una promoción, ni un honor ni una
condecoración; sino un servicio que exige agrandar el corazón.
La carta:
“Querido
hermano,
En
el día en el que se hace pública tu elección de formar parte del Colegio de
Cardenales, te mando un cordial saludo, y te aseguro mi cercanía y mi oración.
Espero que, al formar parte de la Iglesia de Roma ‘vestido con las virtudes y
los sentimientos del Señor Jesús’ (cf.Rom 13,14 ), puedas ayudarme con fraterna
eficacia en mi servicio a la Iglesia universal.
El
cardenalato no significa una promoción, ni un honor, ni una condecoración; es
simplemente un servicio que exige ampliar la vista y agrandar el corazón. Y,
aunque parezca una paradoja, este poder observar más lejos y amar más
universalmente con mayor intensidad, se pueden obtener sólo siguiendo el camino
del Señor: el camino de la humildad, convirtiéndose en siervo (cfrFil 2,5 - 8).
Así
que te pido , por favor, que recibas esta designación, con un corazón sencillo
y humilde. Y, aunque lo hagas con alegría y con gozo, intenta que este
sentimiento se aleje de cualquier expresión mundana, de cualquier celebración
ajena al espíritu evangélico de austeridad, sobriedad y pobreza.
Adiós
y hasta el próximo 20 de febrero, cuando comenzaremos los dos días de reflexión
sobre la familia. Quedo a tu disposición y, por favor, te pido que reces y
pidas que recen por mí.
Que
Jesús te bendiga y la Virgen Santa te proteja".
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