El Mundo
“Tucho” Fernández rechazó las críticas al documento del Vaticano sobre las bendiciones a parejas homosexuales: “No leyeron el texto o tienen mala leche”
El cardenal cordobés, autor del documento que despertó resistencia en el sector conservador, reafirmó que si un cura bendice a una pareja gay “no es un hereje, no está ratificando nada, ni está negando la doctrina católica sobre el matrimonio”
LA NACION, 27 de diciembre de 2023;
Elisabetta Piqué, CORRESPONSAL EN ITALIA
Foto de Riccardo De Luca - AP
ROMA.- A una semana de la publicación de la declaración “Fiducia supplicans, sobre el sentido pastoral de las bendiciones”, que le dio luz verde a las bendiciones de parejas homosexuales e irregulares -divorciados vueltos a casar- siempre y cuando esto no sea confundido con un matrimonio, su autor, el cardenal argentino Víctor Manuel “Tucho” Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, salió a poner los puntos sobre las íes.
Aunque el documento fue considerado por los episcopados progresistas -que lo esperaban- como histórico y un paso adelante, también causó gran rechazo entre los sectores más conservadores. La reacción más ruidosa fue la del cardenal alemán Gerhard Muller, ex prefecto de la entonces llamada Congregación para la Doctrina de la Fe, que en declaraciones al diario La Repubblica tildó “una blasfemia” a esta evolución de la comprensión de las bendiciones. Mientras que episcopados del continente africano directamente salieron a prohibir la implementación del documento, al igual que obispos polacos y ucranianos; otros, como el cardenal uruguayo Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo, plantearan sus reparos.
Fue así que Fernández, mano derecha del papa Francisco, volvió a explicar de qué se trata e incluso consideró que quien interpretó “Fiducia supplicans” como una legitimización del divorcio o del matrimonio homosexual, “no ha leído el documento o tiene mala leche”. “Es totalmente incorrecta esa percepción, y quien lo dice o no ha leído el texto o tiene ‘mala leche’, permítame la expresión. La declaración afirma claramente y hasta el cansancio que se trata de bendiciones no ritualizadas, de manera que no se interpreten como un matrimonio”, dijo el cardenal cordobés, en una entrevista con el diario español ABC en la que reivindicó “Fiducia supplicans, sobre el sentido pastoral de las bendiciones”, documento que lleva su firma y fue aprobado el 18 de diciembre pasado por el Pontífice.
“Si el texto se lee serenamente, puede advertirse que sostiene con mucha claridad y sencillez la enseñanza católica de siempre sobre el matrimonio y la sexualidad. Evidentemente, esas conferencias u obispos no podrán estar en desacuerdo con esa doctrina”, dijo Fernández, al contestar una pregunta sobre las reacciones que suscitó en el mundo.
El cardenal admitió que, de acuerdo a ciertos contextos regionales, las bendiciones pueden fácilmente confundirse con una legitimizacion de una unión irregular. “A esto se agrega que en África hay legislaciones que penalizan con la cárcel el solo hecho de declararse gay, imagine usted una bendición”, comentó. Y aclaró que “en realidad, es propio de cada obispo local hacer ese discernimiento en su diócesis o en todo caso dar ulteriores orientaciones”.
Fernández -la primera persona de confianza que el papa Francisco ha traído de la Argentina para estar al frente de uno de los “ministerios” más importantes de la curia romana, decisión que hizo mucho ruido en julio pasado-, también subrayó que si ha habido oposición al documento es probablemente porque “no se advierte que el tema central del documento es el valor de las bendiciones ‘no litúrgicas’, ‘no ritualizadas’, que no son un casamiento, ni siquiera son un “visto bueno” ni una ratificación de nada”, dijo. “Son solo la respuesta de un pastor a dos personas que piden la ayuda de Dios. Y en ese caso el pastor no pone condiciones”, agregó.
En este marco, puso un ejemplo: “imagine usted que, en medio de una gran peregrinación, una pareja de divorciados en nueva unión le dice al cura: ‘Por favor, bendíganos. No conseguimos empleo y él está muy enfermo, la vida se nos vuelve muy pesada, que Dios nos ayude’. ¿Usted negaría esa bendición? ¿Y si fueran gays, la negaría?”, preguntó. “Como ve, bendecirlos no es aceptar un matrimonio, ni es una ratificación de la vida que llevan, ni tampoco es una absolución. Es un simple gesto de cercanía pastoral que no tiene las mismas exigencias de un sacramento”, explicó. “Tendremos que acostumbrarnos a entender que si un cura da este tipo de sencillas bendiciones no es un hereje, no está ratificando nada, ni está negando la doctrina católica sobre el matrimonio”, agregó. Y concluyó: “la declaración afirma sin vueltas que solo existe un matrimonio (entre varón y mujer, indisoluble, exclusivo, etc.) y que solo en ese contexto son aceptables las relaciones sexuales. Un enfoque más clásico que eso no hay”.
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Con una rebelión de obispos africanos, crece el rechazo al documento del Papa que abrió las puertas a las bendiciones de parejas gay
Si bien fue recibida con satisfacción por el ala progresista, la declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe fue rechazada por varios episcopados del continente africano, que advirtieron que prohibirán ese gesto pastoral
LA NACION, 22 de diciembre de 2023;
Elisabetta Piqué, CORRESPONSAL EN ITALIA;
ROMA.- Como era de esperar, la declaración del Vaticano “Fiducia supplicans, sobre el sentido pastoral de las bendiciones”, que el lunes pasado por primera vez les abrió las puertas a las bendiciones a parejas irregulares y del mismo sexo, siempre y cuando quede claro que no se trata de un matrimonio, así como causó satisfacción en sectores progresistas, también generó una rebelión y rechazo en los episcopados más conservadores.
Aunque el documento avalado por el Papa y emitido por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que conduce su teólogo de confianza, el cardenal cordobés Víctor Manuel “Tucho” Fernández, aclara en todo momento que no hay ningún cambio en la doctrina de la Iglesia sino una evolución de la comprensión pastoral de las bendiciones, en el continente africano, donde en al menos 30 países la homosexualidad es ilegal -castigada en casos incluso con pena de muerte-, algunos pusieron el grito en el cielo.
En sendos documentos emitidos en los últimos días, las conferencias episcopales de países como Camerún, Malawi, Nigeria y Zambia, al margen de criticar duramente el nuevo documento, directamente hicieron saber que las bendiciones de parejas del mismo sexo de parte de sacerdotes iban a ser prohibidas.
“En sentido literal, bendecir es hablar bien de algo. Y hablar bien de una pareja homosexual a partir de un acto de bendición significaría alentar una elección y un estilo de vida que no puede ser reconocido como objetivamente ordenado a los objetivos de Dios”, escribieron los obispos de Camerún. “Fieles a la enseñanza eclesial tradicional, que declara que los actos de homosexualidad son intrínsecamente desordenados y contrarios a la ley natural (Catecismo de la Iglesia católica número 2357), nosotros, los obispos de Camerún, reiteramos nuestro rechazo a la homosexualidad y a las uniones homosexuales”, agregaron. “Y, en consecuencia, prohibimos formalmente todas las bendiciones de parejas homosexuales en la Iglesia de Camerún”, sentenciaron.
Los obispos de Zambia, donde la homosexualidad es ilegal, difundieron un documento similar. Y dijeron que “para evitar confusión pastoral y para no violar la ley de nuestro país”, la declaración del Vaticano iba a ser objeto de mayor reflexión y de “no implementación en Zambia”.
Pero el rechazo podría ser mucho mayor y hasta podría convertirse en un “no” de todo el continente africano. El cardenal Fridolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinshasa, república Democrática del Congo, presidente de todos los obispos africanos, en efecto, en una carta les pidió a todos los episcopados del continente que se expidieran sobre el documento antes de la segunda quincena de enero próximo. El objetivo es poder luego tomar una posición común en bloque.
“La ambigüedad de esa declaración, que se presta a numerosas interpretaciones y manipulaciones, suscita mucha perplejidad entre los fieles y creo que, en tanto pastores de la Iglesia en África, tenemos que expresarnos claramente sobre esta cuestión para darle una orientación clara a nuestros cristianos”, escribió el cardenal Ambongo, que es miembro del C-9, el consejo de cardenales de todo el mundo que asesora al Papa. En su misiva a sus colegas de los demás episcopados africanos, Ambongo incluso mencionó el documento de síntesis que se aprobó al final del reciente sínodo sobre sinodalidad, que habla del “papel determinante de las Conferencias Episcopales” y de la importancia de “evitar el riesgo de uniformidad y de centralismo en el gobierno de la Iglesia”.
En Europa, mientras obispos de Alemania — donde desde hace años algunos curas daban una bendición a parejas homosexuales-, Suiza y Bélgica recibieron con satisfacción el nuevo documento, el episcopado polaco, desde siempre más conservador, en un comunicado en el que destacó que la nueva declaración del Vaticano “no cambia en modo alguno la enseñanza actual de la Iglesia”, no ocultó su postura contraria.
Nueva explicación
Consciente de que la declaración “Fiducia supplicans, sobre el sentido pastoral de las bendiciones”, ha provocado un virtual terremoto en la Iglesia católica, el portal del Vaticano, Vatican News, publicó un artículo del teólogo argentino Enrique Ciro Bianchi, sacerdote muy estimado por el papa Francisco, que volvió a explicar el significado de la declaración, que considera a las bendiciones no solo en el marco de la ritualidad litúrgica sino como un “gesto de gran valor en la piedad popular”.
“El hecho de que una pareja del mismo sexo reciba una bendición no tiene por qué significar que se está reconociendo que esa unión sea equiparable al sacramento del matrimonio. En ese punto Fiducia supplicans -y todo el magisterio de Francisco- son muy claros. La bendición de una pareja de este tipo tiene como primer significado que se los reconoce como hijos de Dios -y de la Iglesia- necesitados del amor misericordioso de Dios en sus vidas. No se trata de bendecir/aprobar la homosexualidad, sino de pedirle a Dios que ponga especialmente su mano de Padre en las vidas de estos hijos que vienen a suplicar su ayuda”, explicó.
“Quien tiene una mirada de misericordia sobre los cristianos que viven en pareja con personas del mismo sexo, no puede ser indiferente ante las situaciones dolorosas que muchas veces han vivido. Más aún cuando sus vidas pasaron por procesos físicos y culturales traumáticos como lo que denominan cambio de sexo. Si piden una bendición a la Iglesia es porque buscan que la ternura del amor de Dios restañe sus heridas. Un rechazo basado en principios abstractos fácilmente podría ser interpretado como que se cierra el acceso a las fuentes de la misericordia, esto es: como una maldición”, agregó.
“Cabe preguntarnos: ¿hasta qué punto corresponde que haya que considerar la vida sexual de una persona para decidir si se le da o no la bendición de Dios? ¿Acaso cuando se pide la bendición de una escuela se indaga sobre si la educación que allí se brinda es acorde con la doctrina de la Iglesia? ¿O cuando se bendice un club se están aprobando las actividades que allí se realizan? ¿Responde al espíritu del Evangelio realizar un examen moral de la persona antes de conceder una bendición?”, se preguntó. “Las respuestas a estas preguntas y otras similares debemos buscarlas en la contemplación de Jesucristo, que es el rostro de la misericordia del Padre, y que instituyó la Iglesia deseando que cada persona encuentre en ella un oasis de misericordia”, concluyó.
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