Oh
mar, enorme mar, corazón fiero
De
ritmo desigual, corazón malo,
Yo
soy más blanda que ese pobre palo
Que
se pudre en tus ondas prisionero.
Oh
mar, dame tu cólera tremenda,
Yo
me pasé la vida perdonando,
Porque
entendía, mar, yo me fui dando:
"Piedad,
piedad para el que más ofenda".
Vulgaridad,
vulgaridad me acosa.
Ah,
me han comprado la ciudad y el hombre.
Hazme
tener tu cólera sin nombre:
¿Ves
al vulgar? Ese vulgar me apena,
Me
falta el aire y donde falta quedo,
Quisiera
no entender, pero no puedo:
Es
la vulgaridad que me envenena.
Me
empobrecí porque entender abruma,
Me
empobrecí porque entender sofoca,
¡Bendecida
la fuerza de la roca!
Yo
tengo el corazón como la espuma.
Mar,
yo soñaba ser como tú eres,
Allá
en las tardes que la vida mía
Bajo
las horas cálidas se abría...
Ah,
yo soñaba ser como tú eres.
Mírame
aquí, pequeña, miserable,
Todo
dolor me vence, todo sueño;
Mar,
dame, dame el inefable empeño
De
tornarme soberbia, inalcanzable.
Dame
tu sal, tu yodo, tu fiereza,
¡Aire
de mar!... ¡Oh tempestad, oh enojo!
Desdichada
de mí, soy un abrojo,
Y
muero, mar, sucumbo en mi pobreza.
Y
el alma mía es como el mar, es eso,
Ah,
la ciudad la pudre y equivoca
Pequeña
vida que dolor provoca,
¡Que
pueda libertarme de su peso!
Vuele
mi empeño, mi esperanza vuele...
La
vida mía debió ser horrible,
Debió
ser una arteria incontenible
Y
apenas es cicatriz que siempre duele.
Alfonsina
Storni (1892-1938).
Nació
en Capriasca, Suiza, en 1892, pero desde
los cuatro años fue llevada a Argentina, país que la acogió con su
nacionalidad. Desde muy niña empezó a trabajar como maestra, haciendo sus
primeros pinos como poetisa bajo el pseudónimo de TaoLao.
Obtuvo
importantes premios literarios que la hicieron conocer ampliamente en todos los
países latinoamericanos, destacándose entre sus obras, «Languidez», «El dulce
daño» y «La inquietud del rosal». Se quitó la vida en 1938.
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