¿Realmente la Mafia asesinaría al Papa?/ John Dickie, es el autor de varios libros sobre la mafia, entre ellos "Cosa Nostra: A History of the Sicilian Mafia" (Cosa Nostra: Una historia de la mafia siciliana). Además, es profesor de estudios italianos en el University College de Londres.
CNN 15 de noviembre de 2013
"No sé si los criminales organizados pueden hacerle algo al Papa. Pero
ciertamente lo están considerando".
Estas
palabras, pronunciadas en una entrevista reciente por un fiscal italiano que
trabaja en contra de la Mafia, no justifican del todo los alarmantes titulares
que suscitaron alrededor del mundo, pero al mismo tiempo, sería precipitado
desecharlas del todo.
El
nuevo Papa representa una seria amenaza a algunos intereses criminales
establecidos, en un momento crítico en la extensa historia de la relación de la
Mafia con el catolicismo; un pasado marcado tanto por intimidad como violencia.
El
problema de la Mafia italiana es tan antiguo como el estado italiano. Las tres
principales Mafias -la Camorra, la 'Ndrangheta y Cosa Nostra- se iniciaron en
medio de la violencia política que llevó a la unificación de Italia en 1860.
Sin embargo, no fue sino hasta 1993 que un Papa explícitamente denunció a la
Mafia. Al pronunciarse en Sicilia, Juan Pablo II le advirtió a los gángsters
que el juicio de Dios era inminente. La respuesta de Cosa Nostra a las palabras del Papa llegó dos semanas
después, cuando colocó bombas que causaron serios daños a dos antiguas iglesias
en Roma.
Antes
de esa ruptura tan significativa, mafiosos y sacerdotes se habían llevado
bastante bien por razones políticas. La Iglesia aborrecía al nuevo estado
italiano porque su unificación le había privado al Pontífice de su reino
terrenal, dejándolo solamente con la Ciudad del Vaticano. Así que la Iglesia
buscó fuentes piadosas de autoridad en otros lugares. Y los jefes de la Mafia
siempre han logrado dar la imagen de ser devotos paladines del orden.
El
día del santo patrono, cuando una estatua es llevada por las calles en medio de
oraciones y cantos, es el evento principal del calendario en muchos pueblos y
aldeas italianas. Con bastante frecuencia, el capo local se colocaba al frente del
desfile. La 'Ndrangheta incluso encubría su reunión general anual detrás de un
festival religioso. Desde finales de la década de 1890, los jefes a lo largo de
Calabria se han reunido a principios de septiembre, en el Festival de la Virgen
de Polsi.
Durante
la Guerra Fría, la Iglesia permaneció firme en su posición en contra del
comunismo. Los jefes de la Mafia estaban sumamente interesados en posicionarse
como baluartes en contra de la amenaza roja, porque eso los ayudaba a estar en
buenos términos con los cristianos demócratas, el partido político católico que
tuvo el poder hasta 1994. En 1964, el cardenal arzobispo de Palermo denunció
cualquier comentario sobre la Mafia como una conspiración comunista para
manchar a Sicilia. En 1982, Juan Pablo II visitó Palermo en medio de una guerra
del bajo mundo en la que cientos perdieron la vida, y no utilizó la palabra
"Mafia" ni una sola vez.
Así
que la Iglesia permaneció, en el mejor de los casos, reprochablemente
silenciosa respecto a la permanente emergencia respecto a la Mafia de Italia.
Durante ese tiempo, los mafiosos aprendieron a hablar el lenguaje religioso, y
a tergiversarlo según sus propios intereses. La evidencia es abrumadora: la
mayoría de gángsters italianos son creyentes.
Durante
la producción de un documental reciente para la televisión italiana, visité
muchos de los bunkers fortificados que los jefes de la 'Ndrangheta han
construido para estar preparados en caso de que deban ocultarse. Ni un sólo
búnker estaba libre de crucifijos, estatuillas de santos y cuadros de la
Virgen.
Acompañé
a los carabinieri (policía militar) en una redada a la villa de uno de los
jefes, la cual había sido construida usando como modelo la casa que aparece en
la escena final de la película "Scarface". No sólo había una gran
imagen de la Virgen de Polsi cerca de la puerta principal; el interior también
estaba decorado con varios artículos religiosos que competían por el espacio
junto a espadas de samurái y réplicas de ametralladoras.
La
religión ofrece a las Mafias una manera
de unir sus organizaciones y les da la sensación de que están extorsionando y
asesinando en nombre de una causa más noble que su propia avaricia. La devoción
de la mayoría de afiliados a la Mafia es la prueba máxima del tópico de que la
religión puede utilizarse para justificar cualquier causa.
Entonces,
¿qué fue lo que cambió? ¿Por qué hizo Juan Pablo II su famosa denuncia de la
Mafia en 1993? Hay dos razones fundamentales. La primera es el final de la
Guerra Fría. La segunda es que en 1992 tuvieron lugar los terribles atentados
con explosivos para asesinar a Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, los dos
fiscales principales que trabajaban en contra de la Mafia de Italia.
Desde
entonces, el Vaticano ha afianzado su posición en contra de este grupo. Un importante
gesto simbólico se dio anteriormente este año, cuando el padre Pino Puglisi, un
sacerdote de Palermo asesinado por Cosa Nostra en 1993, fue beatificado.
Aún
hay mucho por hacer antes de que pueda decirse que la Iglesia Católica en su
totalidad se ha distanciado de la Mafia. Los sacerdotes no siempre están
dispuestos a hacer lo que se establezca en la plaza de San Pedro. Algunos
todavía presiden los espléndidos acontecimientos que unen a las dinastías del
bajo mundo. Los festivales religiosos siguen siendo sujetos a infiltraciones de
la Mafia.
El
Papa Francisco está seguro de que no habrá vuelta atrás. Utilizó la
beatificación del padre Pino Puglisi como su impulso para repetir la denuncia
que Juan Pablo II hizo de la Mafia hace veinte años. Sin embargo, el nuevo Papa
también está llevando la batalla contra el crimen más allá del ámbito de las
palabras y los símbolos. El terreno decisivo sobre el cual se peleará dicha
batalla es el de las finanzas.
La
Iglesia es rica. Sin embargo, sus finanzas también son bastante complejas, y
carecen por completo de transparencia. En el centro de este archipiélago de
instituciones financieras se encuentra el Instituto para las Obras de Religión
(IOR): el Banco del Vaticano. Maneja el dinero de muchas órdenes religiosas.
Sin embargo, también actúa como una pequeña porción de las Islas Caimán en el
lado occidental del Río Tíber; esto es lo que lo torna atractivo para las
personas que quieren mantener sus riquezas alejadas de los entrometidos ojos de
la ley.
El
IOR ya se ha visto envuelto en escándalos. En 1982, lo implicaron en el
fraudulento fracaso del Banco Ambrosiano, cuyo presidente, Roberto "el
banquero de Dios" Calvi apareció ahorcado bajo el puente Blackfriars en
Londres. Aunque su asesinato, o suicidio, permanece sin resolver, es bastante
probable que se dedicaba a lavar las ganancias que la Cosa Nostra obtenía del
tráfico de heroína.
Muchos
observadores piensan que los esfuerzos de la Iglesia por reformar sus finanzas
luego del escándalo del caso de Calvi fueron inconsistentes. Fue poco lo que
cambió. Sin embargo, ahora el Papa Francisco ha contratado expertos externos
para hacer que el IOR se ajuste a los estándares internacionales de
transparencia y probidad. Hace tan sólo algunos días fue particularmente franco
en condenar a los italianos que adoran a "la diosa del soborno", y
que donan a obras de caridad mientras evaden impuestos.
Nadie
sabe qué tanto ha sido afectado. Muchos sospechan que las Mafias y diversas
turbias conspiraciones han estado ocultando dinero bajo las narices de obispos
y cardinales. Si Francisco realmente está decidido a llevar a cabo esta
operación de limpieza, entonces probablemente habrá muchas personas que le
desearían el mal.
Entonces,
¿realmente la Mafia asesinaría al Papa? Es muy poco probable. Las Mafias rara
vez matan a alguien sin antes llevar a cabo un análisis de costo-beneficio.
Incluso una proyección rudimentaria de las posibles consecuencias de atentar
contra el líder de la Iglesia Católica demostraría que es un objetivo catastrófico.
Un escenario mucho más probable es que la Iglesia va a seguir reformando sus
finanzas, pero a paso lento, como es su costumbre. Mientras tanto, el dinero
sucio se diluirá misteriosamente.
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