La
Conferencia Episcopal Venezolana dio a conocer este miércoles 2 de abril un duro
comunicado de 12 puntos que condena al gobierno de Nicolás Maduro por la forma
cómo ha manejado la crisis política que desde principios de febrero mantiene en
vilo a Venezuela.
Si
bien de la lectura del documento se concluye que el mensaje clave de los
obispos es el del diálogo franco entre las partes “para construir nuevas
relaciones basadas en el mutuo reconocimiento”, el razonamiento que los lleva
hasta ese punto deja claro que ha sido el régimen de Nicolás Maduro el
principal culpable de que la violencia se haya desatado.
Comunicado
de la CEV: Responsables de la paz y el destino democrático de Venezuela
RESPONSABLES
DE LA PAZ Y EL DESTINO DEMOCRÁTICO DE VENEZUELA
Caracas,
02 de Abril 2014
1.
La crisis que desde el pasado 12 de Febrero vive Venezuela es sumamente grave
tanto por su magnitud, ya que abarca dimensiones diversas de la vida nacional,
como por su duración, violencia y nefastas consecuencias para nuestro presente
y nuestro futuro. Por tal motivo, los Obispos de la Presidencia de la
Conferencia Episcopal Venezolana queremos dirigirnos de nuevo a todos los
venezolanos, cualquiera sea su simpatía política.
2.
Causa fundamental de la actual crisis es la pretensión del partido oficial y
autoridades de la República de implantar el llamado “Plan de la Patria”, detrás
del cual se esconde la promoción de un sistema de gobierno de corte
totalitario, que pone en duda su perfil democrático; las restricciones a las
libertades ciudadanas, en particular, la de información y opinión; la falta de
políticas públicas adecuadas para enfrentar la inseguridad jurídica y
ciudadana; los ataques a la producción nacional, que ha conducido a que en
nuestro país hoy se haga necesaria la importación de toda clase de productos;
la brutal represión de la disidencia política; el intento de “pacificación” o
apaciguamiento por medio de la amenaza, la violencia verbal y la represión
física.
3.
Los estudiantes y otros manifestantes pacíficos, ejercen su legítimo derecho,
previsto en la Constitución, y merecen, por tanto, todo respeto. Las
manifestaciones se han visto a veces empañadas por actos de violencia que han
dejado muertos, heridos y destrozos en instituciones y propiedades. Es difícil
señalar el origen de todos ellos, pero es evidente que muchas acciones
delictivas son originadas por personas o grupos infiltrados con el objeto de
tergiversar o desacreditar las protestas y provocar su condena. El empleo de
barricadas y el ataque hacia personas e
instituciones, así como la quema de vehículos particulares y de servicio
público, situación que no se debe aceptar ni aplaudir.
4.
Reiteramos nuestra firme exigencia de que el Gobierno desarme a los grupos
civiles armados. Su actuación coordinada, siguiendo unos patrones determinados,
demuestra que no se trata de grupos aislados o espontáneos, sino entrenados
para intervenir violentamente. En muchos casos han actuado impunemente bajo la
mirada indiferente de las fuerzas del orden público, por lo cual la actuación
de éstas ha quedado seriamente cuestionada.
5.
Lamentamos los asesinatos de civiles y de Guardias Nacionales ocurridos en las
manifestaciones. Queremos recordar que el valor de la vida es absoluto y Dios
lo protege con el quinto mandamiento. De igual modo rechazamos la
criminalización de la protesta ciudadana y la negación práctica de los derechos
humanos en el trato a los manifestantes. Denunciamos la abusiva y desmedida
represión contra ellos, las torturas de que han sido objeto muchas de las
personas detenidas y la persecución judicial a los Alcaldes y Diputados
contrarios al oficialismo.
6.
La restricción de la información tanto en la prensa como en los medios
radioeléctricos atenta contra el derecho del pueblo a estar bien informado y
también contra la posibilidad de que se conozca la verdad de los hechos y se
sancione a los culpables. Sin determinar la verdad será imposible lograr la
paz. Una "Comisión de la Verdad" que sea plural y que genere
confianza en los ciudadanos, puede ser una gran ayuda.
7.
El desabastecimiento, la carestía de la vida, la inseguridad y las
restricciones en la venta de gasolina, más notables en el interior del país y
en las zonas fronterizas, se traduce en angustia y malestar creciente de la
población. A esto se añade que no pocas personas inescrupulosas, amparados en
la crisis que atraviesa la nación, se han dedicado a especular con los bienes y
servicios, que han subido a precios exorbitantes. Si no se toman los necesarios
correctivos a estas situaciones, ellas serán una chispa que seguirá encendiendo
la violencia.
8.
El Gobierno se equivoca al querer resolver la crisis por la fuerza. La
represión no es el camino. Con ella no ha podido evitar las manifestaciones de
protesta ni dar respuesta al descontento y la rebeldía de la gente. La salida
de la crisis es clara: el diálogo sincero del Gobierno con todos los sectores
del país, con una agenda previa y condiciones de igualdad, y con gestos
concretos, evaluables en el tiempo, como señales de la necesaria rectificación. Consideramos oportuna y de
gran valor la participación de la Santa Sede en el diálogo entre el Gobierno y
la oposición. El pueblo venezolano apreciará en sumo grado dicha participación
y sabrá reconocer el valioso aporte de la Iglesia.
9.
Hacemos un llamado a todos los venezolanos, especialmente a los dirigentes del
Gobierno y de la oposición, a considerar la extrema gravedad del momento
presente, y a evitar que el país se siga desangrando y se derrumbe por la
violencia. Más aún, los exhortamos al dialogo y a poner todo su esfuerzo por
construir nuevas relaciones basadas en el mutuo reconocimiento, la
reconciliación y la búsqueda de la normalización de la situación nacional.
10.
La fe cristiana bien entendida nos exige a todos los creyentes
responsabilizarnos del destino del país, no permanecer indiferentes sino más
bien involucrarnos en la defensa de la vida, de los derechos humanos, de la
libertad y la democracia. Nadie que viva en Venezuela debe decir que no le
interesa o preocupa la violencia y las muertes que están aconteciendo en
ciudades y pueblos. Todos, sin excepción, somos responsables de la libertad, la
paz y el destino democrático de nuestra Patria.
11.
Inspirados en la Palabra de Dios, todos los creyentes en Cristo tenemos que
asumir decididamente el servicio de la reconciliación. Aprovechando la Cuaresma
y la próxima Semana Santa, los sacerdotes, religiosas, laicos comprometidos en
acciones pastorales y los Obispos contribuiremos a edificar la paz desde la
verdad y la caridad, pues a la Iglesia le corresponde ser el ámbito de la
comunión donde todos podremos encontrarnos asumiendo razonablemente nuestras
diferencias. Como enseña San Pablo, nos toca derribar todo muro de división.
Cristo es nuestra paz (Ef 2,14)
12.
Nos solidarizamos con la población de las ciudades que más han sufrido la
violencia y los efectos de la militarización. Particularmente con los
habitantes de San Cristóbal. Invitamos a todos los católicos a ofrecer a Dios
el AYUNO del próximo VIERNES SANTO EN SOLIDARIDAD con todas las familias que
lloran a sus seres queridos, pidiendo para ellas consuelo, esperanza y
fortaleza espiritual.
13.
Invitamos a todos los ciudadanos, independientemente de su simpatía política, a
unirnos como venezolanos, a superar el odio y la violencia, a evitar falsos
rumores e informaciones que producen zozobra en la población y a comprometernos
con Dios a resolver nuestros conflictos de manera pacífica. Ponemos estas
intenciones en las manos amorosas de Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de
Venezuela.
Emmo.
Sr. Cardenal Jorge
Urosa Savino, Arzobispo
de Caracas y Presidente de Honor de la CEV
Diego
Rafael Padrón Sánchez, Arzobispo de Cumaná y Presidente de la CEV
José
Luis Azuaje Ayala, Obispo de Barinas y 1° Vicepresidente de la CEV
Mario
Moronta Rodríguez, Obispo
de San Cristóbal y 2° Vicepresidente de la CEV
Jesús
González de Zárate, Obispo Auxiliar de Caracas y Secretario General de la CEV.
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El Arzobispo de Caracas Jorge Urosa Savino, consideró oportuna e importante una posible participación de la Santa Sede en el diálogo entre el Gobierno y la oposición, pero aclaró que esto es algo que “le toca a las partes definirla”.
En un artículo publicado en El Guardián Católico, de Miranda, se informó que ayer, en conferencia de prensa, el Purpurado consideró de suma importancia “una posible participación de la Santa Sede en el intento de diálogo para la resolución de los problemas que tenemos actualmente en Venezuela”. La participación del Vaticano, indicó, es “muy importante, oportuna y de gran valor, pero le toca a las partes definirla”.
En ese sentido, en relación a los elementos que debe contener este posible diálogo, el Cardenal Urosa señaló que no es potestad de la Iglesia determinarlos sino de los sectores involucrados. “Debe haber un método, un programa. Existen elementos y condiciones que debe contener, pero la Iglesia no los determina”, indicó.
Estas declaraciones se dieron luego que la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), presentara el comunicado “Responsables de la paz y del destino democrático de Venezuela”, donde denunció que el origen de la crisis está en el intento del Gobierno de instaurar un sistema totalitario a través del “Plan de la Patria”.
El Arzobispo explicó que este comunicado “es un llamado a todos los actores políticos, y de manera especial al Gobierno que es quien marca el ritmo en el país, a la necesaria rectificación de políticas y conductas para que se conduzca a la normalización de la vida social y política de Venezuela”.
Recordó que “como Iglesia no nos alineamos con ninguna parcialidad política. Tenemos una independencia y autonomía propia, y actuamos como venezolanos y pastores del Pueblo de Dios”.
“Queremos defender los derechos, el bienestar y la vida de los venezolanos, por eso nuestra intención es llamar a la necesaria rectificación tanto de unos como de otros, y rechazamos la violencia, según se ha expresado en el comunicado”, añadió.
Dijo que el interés de los obispos es que Venezuela sea “un país de hermanos, donde todos nos respetemos independientemente de las maneras de pensar de cada uno. Estamos llamados y obligados a creer en un país donde se imponga la paz y la hermandad; donde nadie se considere enemigo del otro”.
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El Arzobispo de Caracas Jorge Urosa Savino, consideró oportuna e importante una posible participación de la Santa Sede en el diálogo entre el Gobierno y la oposición, pero aclaró que esto es algo que “le toca a las partes definirla”.
En un artículo publicado en El Guardián Católico, de Miranda, se informó que ayer, en conferencia de prensa, el Purpurado consideró de suma importancia “una posible participación de la Santa Sede en el intento de diálogo para la resolución de los problemas que tenemos actualmente en Venezuela”. La participación del Vaticano, indicó, es “muy importante, oportuna y de gran valor, pero le toca a las partes definirla”.
En ese sentido, en relación a los elementos que debe contener este posible diálogo, el Cardenal Urosa señaló que no es potestad de la Iglesia determinarlos sino de los sectores involucrados. “Debe haber un método, un programa. Existen elementos y condiciones que debe contener, pero la Iglesia no los determina”, indicó.
Estas declaraciones se dieron luego que la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), presentara el comunicado “Responsables de la paz y del destino democrático de Venezuela”, donde denunció que el origen de la crisis está en el intento del Gobierno de instaurar un sistema totalitario a través del “Plan de la Patria”.
El Arzobispo explicó que este comunicado “es un llamado a todos los actores políticos, y de manera especial al Gobierno que es quien marca el ritmo en el país, a la necesaria rectificación de políticas y conductas para que se conduzca a la normalización de la vida social y política de Venezuela”.
Recordó que “como Iglesia no nos alineamos con ninguna parcialidad política. Tenemos una independencia y autonomía propia, y actuamos como venezolanos y pastores del Pueblo de Dios”.
“Queremos defender los derechos, el bienestar y la vida de los venezolanos, por eso nuestra intención es llamar a la necesaria rectificación tanto de unos como de otros, y rechazamos la violencia, según se ha expresado en el comunicado”, añadió.
Dijo que el interés de los obispos es que Venezuela sea “un país de hermanos, donde todos nos respetemos independientemente de las maneras de pensar de cada uno. Estamos llamados y obligados a creer en un país donde se imponga la paz y la hermandad; donde nadie se considere enemigo del otro”.
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12
Cardenal Jorge Urosa (Foto El Guardián Católico)
CARACAS, 03 Abr. 14 / 01:09 pm (ACI).- El Arzobispo de Caracas (Venezuela), Cardenal Jorge Urosa Savino, consideró oportuna e importante una posible participación de la Santa Sede en el diálogo entre el Gobierno y la oposición, pero aclaró que esto es algo que “le toca a las partes definirla”.
En un artículo publicado en El Guardián Católico, de Miranda (Venezuela), se informó que ayer, en conferencia de prensa, el Purpurado consideró de suma importancia “una posible participación de la Santa Sede en el intento de diálogo para la resolución de los problemas que tenemos actualmente en Venezuela”. La participación del Vaticano, indicó, es “muy importante, oportuna y de gran valor, pero le toca a las partes definirla”.
En ese sentido, en relación a los elementos que debe contener este posible diálogo, el Cardenal Urosa señaló que no es potestad de la Iglesia determinarlos sino de los sectores involucrados. “Debe haber un método, un programa. Existen elementos y condiciones que debe contener, pero la Iglesia no los determina”, indicó.
Estas declaraciones se dieron luego que la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), presentara el comunicado “Responsables de la paz y del destino democrático de Venezuela”, donde denunció que el origen de la crisis está en el intento del Gobierno de instaurar un sistema totalitario a través del “Plan de la Patria”.
El Arzobispo explicó que este comunicado “es un llamado a todos los actores políticos, y de manera especial al Gobierno que es quien marca el ritmo en el país, a la necesaria rectificación de políticas y conductas para que se conduzca a la normalización de la vida social y política de Venezuela”.
Recordó que “como Iglesia no nos alineamos con ninguna parcialidad política. Tenemos una independencia y autonomía propia, y actuamos como venezolanos y pastores del Pueblo de Dios”.
“Queremos defender los derechos, el bienestar y la vida de los venezolanos, por eso nuestra intención es llamar a la necesaria rectificación tanto de unos como de otros, y rechazamos la violencia, según se ha expresado en el comunicado”, añadió.
Dijo que el interés de los obispos es que Venezuela sea “un país de hermanos, donde todos nos respetemos independientemente de las maneras de pensar de cada uno. Estamos llamados y obligados a creer en un país donde se imponga la paz y la hermandad; donde nadie se considere enemigo del otro”.
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Cardenal Jorge Urosa (Foto El Guardián Católico)
CARACAS, 03 Abr. 14 / 01:09 pm (ACI).- El Arzobispo de Caracas (Venezuela), Cardenal Jorge Urosa Savino, consideró oportuna e importante una posible participación de la Santa Sede en el diálogo entre el Gobierno y la oposición, pero aclaró que esto es algo que “le toca a las partes definirla”.
En un artículo publicado en El Guardián Católico, de Miranda (Venezuela), se informó que ayer, en conferencia de prensa, el Purpurado consideró de suma importancia “una posible participación de la Santa Sede en el intento de diálogo para la resolución de los problemas que tenemos actualmente en Venezuela”. La participación del Vaticano, indicó, es “muy importante, oportuna y de gran valor, pero le toca a las partes definirla”.
En ese sentido, en relación a los elementos que debe contener este posible diálogo, el Cardenal Urosa señaló que no es potestad de la Iglesia determinarlos sino de los sectores involucrados. “Debe haber un método, un programa. Existen elementos y condiciones que debe contener, pero la Iglesia no los determina”, indicó.
Estas declaraciones se dieron luego que la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), presentara el comunicado “Responsables de la paz y del destino democrático de Venezuela”, donde denunció que el origen de la crisis está en el intento del Gobierno de instaurar un sistema totalitario a través del “Plan de la Patria”.
El Arzobispo explicó que este comunicado “es un llamado a todos los actores políticos, y de manera especial al Gobierno que es quien marca el ritmo en el país, a la necesaria rectificación de políticas y conductas para que se conduzca a la normalización de la vida social y política de Venezuela”.
Recordó que “como Iglesia no nos alineamos con ninguna parcialidad política. Tenemos una independencia y autonomía propia, y actuamos como venezolanos y pastores del Pueblo de Dios”.
“Queremos defender los derechos, el bienestar y la vida de los venezolanos, por eso nuestra intención es llamar a la necesaria rectificación tanto de unos como de otros, y rechazamos la violencia, según se ha expresado en el comunicado”, añadió.
Dijo que el interés de los obispos es que Venezuela sea “un país de hermanos, donde todos nos respetemos independientemente de las maneras de pensar de cada uno. Estamos llamados y obligados a creer en un país donde se imponga la paz y la hermandad; donde nadie se considere enemigo del otro”.
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