Juan
Pablo II sabía de la investigación vaticana contra Maciel
NOta de ANDRES
BELTRAMO ÁLVAREZ
CIUDAD
DEL VATICANO
Para Vatican Insider, 25 de abril de 2014;
El
caso de Marcial Maciel Degollado es, quizás, la única mancha en el pontificado
de Juan Pablo II. Este día Joaquín Navarro-Valls aportó una nueva pieza en el
delicado rompecabezas que significó el escándalo protagonizado por el iniciador
de los Legionarios de Cristo. El ex portavoz papal reveló que Karol Wojtyla fue
informado de las investigaciones vaticanas conducidas contra el inmoral
fundador, que iniciaron durante su pontificado.
Casi
ocho años después de haber concluido su servicio como director de la Sala de
Prensa del Vaticano, Navarro regresó al mismo auditorio donde presidió cientos
de conferencias informativas. Durante un encuentro con periodistas para
recordar a Juan Pablo, apareció un tema obligado, sobre el cual él mismo
reconoció que ha sido consultado en diversas ocasiones.
Aclaró
que hacia finales de su pontificado, Wojtyla supo que se habían iniciado
pesquisas contra Maciel pero que a su fallecimiento, en abril de 2005, el
proceso no había sido terminado, al menos en cuanto a la determinación final de
la Doctrina de la Fe.
“El
primer paso fue mandar a (Charles) Scicluna, (promotor de justicia de la
Doctrina de la Fe), a hablar con todas las personas. Esto ocurrió durante el
pontificado de Juan Pablo II y el Papa fue informado de este proceso. Comprobar
un caso de estas dimensiones tomó tiempo, aunque estaba referido a una sola
persona tenía muchos involucrados. Cuando todo el material recopilado por
Scicluna fue traído aquí y se llegaron a las conclusiones, ya el Papa había
fallecido”, señaló.
Aseguró
que, al inicio del pontificado de Benedicto XVI, él mismo habló con el Papa y
le señaló que, pese a tratarse de un caso triste, debía ser comunicado a la
opinión pública. Entonces el pontífice no reflexionó mucho, le hizo un par de
preguntas y decidió: “informe mañana”. Entonces Navarro precisó: “Al otro día
yo lo hice”.
“Juan
Pablo II no tuvo en la mano el resultado de esta investigación pero sabía que
había comenzado el proceso, para ir a fondo en ese caso”, insistió.
El
caso de Marcial Maciel Degollado, culpable no sólo de abusos contra menores
sino también de otros actos inmorales (como por ejemplo el haber procreado
varios hijos con diversas mujeres), ha sido una de las principales críticas de
los detractores de la canonización de Juan Pablo II.
La
explicación de Navarro fue sumaria y no explicó la tardanza de las estructuras
de la Santa Sede en analizar el caso, qué ocurrió entre 1998 cuando se hicieron
públicas las primeras denuncias hasta 2004, cuando inició el proceso. Pero,
sobre todo, no explicó por qué en esos años, incluso algunos meses antes del
vía libre a la investigación, los colaboradores de Juan Pablo II permitieron
que el Papa continuase alabando en público a la persona y a la obra de Maciel.
En
la misma conferencia de prensa Navarro se refirió también a la reacción de
Wojtyla ante los primeros casos de abusos sexuales contra menores que
comenzaron a llegar al Vaticano después del año 2000. Reconoció que Wojtyla no
se dio cuenta inmediatamente de la magnitud del flagelo, porque “ nadie lo
había comprendido en ese momento”.
“Este
cáncer comenzó en una zona geográfica concreta, en los Estados Unidos, y con
casos aislados. Por otra parte esos casos aislados que habían aparecido en ese
tiempo, se referían a episodios de mucho tiempo antes, unos 30 años antes. Esto
no hacía el problema menos grave, pero era así. Poco a poco esto fue creciendo,
el Papa se preocupó mucho. Para la pureza de su pensamiento aceptar esa
realidad era imposible, era increíble, pero la aceptó”, explicó.
Señaló
que la primera respuesta del pontífice fue tomar inmediatamente decisiones.
Entre otras cosas convocó a Roma a todos los cardenales de Estados Unidos, ante
la imposibilidad de llamar a la totalidad de los obispos, que era un número muy
alto. En su reunión con los cardenales se abordaron los casos que ya comenzaban
a salir a la luz y se establecieron determinaciones concretas, que eran de
naturaleza jurídica.
“Una
de las decisiones fue la de dar plenos poderes, de acuerdo con la ley
eclesiástica o fuera de la vigente ley eclesiástica, a la Congregación para la
Doctrina de la Fe, al cardenal Ratzinger. Así se inició un proceso de
aclaración y de saber qué hacer”, estableció.
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