El Papa Francisco
hizo un llamado este lunes16 de junio a que la ética reencuentre “su espacio en las
financias”, en un discurso dirigido al congreso ''Impact Investing for the
Poor'', en el que calificó de “escándalo” las especulaciones en el precio de
los alimentos y criticó que “los mercados financieros gobiernen las suertes de
los pueblos”.
Este congreso,
promovido por el Pontificio Consejo Justicia y Paz, se desarrolla estos días en
Roma (Italia).
Según indicó la Santa
Sede, el “Impact Investing” es “una forma de inversión que se propone
beneficiar a las comunidades locales y al medio ambiente y conseguir además un
rendimiento equitativo”.
Así, en su discurso,
el Papa explicó que el inversor que sigue este método es ''consciente de la
existencia de graves situaciones de inequidad, de profundas desigualdades
sociales y de las penosas condiciones de desventaja que afectan a poblaciones
enteras''.
En ese sentido, llamó
a las instituciones financieras a utilizar recursos para ''promover el
desarrollo económico y social de las poblaciones pobres, con fondos de
inversión destinados a satisfacer sus necesidades básicas ligadas a la
agricultura, al acceso al agua, a la posibilidad de contar con viviendas
decentes a precios asequibles, así como a servicios primarios para la salud y
la educación''.
En su discurso
–informó la Santa Sede-, Francisco señaló que esas inversiones quieren tener
una repercusión social positiva en las poblaciones locales, lo que se traduce
en la creación de puestos de trabajo, en el acceso a la energía, a la
instrucción y al incremento de la producción agropecuaria mientras el inversor
recibe beneficios más limitados respecto a otras formas de inversión.
“La lógica de estas
formas innovadoras de intervención es la que reconoce el lazo original entre
beneficio y solidaridad y la existencia de un círculo fecundo entre ganancia y
don. La tarea de los cristianos es volver a descubrir, vivir y anunciar a todos
esa unidad, inapreciable y original entre beneficio y solidaridad”, explicó.
En ese sentido, dijo
que “es importante que la ética reencuentre su espacio en las financias y que
los mercados se pongan al servicio de los intereses de los pueblos y del bien
común de la humanidad”.
“No podemos tolerar
más que los mercados financieros gobiernen las suertes de los pueblos en vez de
satisfacer sus necesidades o que unos pocos prosperen recurriendo a la
especulación financiera mientras muchos padecen las consecuencias”, expresó.
“La innovación
tecnológica –señaló-, ha aumentado la rapidez de las transacciones financieras,
pero ese aumento tiene sentido si se demuestra capaz de mejorar la capacidad de
servir al bien común”.
“En particular, la
especulación sobre los precios de los alimentos es un escándalo que acarrea
graves consecuencias en el acceso a la comida de los más pobres. Es urgente que
los gobiernos del mundo entero se comprometan a poner a punto un marco
internacional capaz de fomentar el mercado de la inversión con alta repercusión
social, para poder contrarrestar así la economía de la exclusión y del
descarte”.
El Papa recordó que
este lunes se celebra la festividad de los santos Quirico y Julita, hijo y
madre, mártires bajo Diocleciano después de haber dejado sus bienes a los
pobres, por lo que pidió a Cristo que nos enseñe a ''no olvidar jamás la
fugacidad de los bienes terrenales y a comprometernos en el bien común, con un
amor preferente por los más pobres y débiles''.
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