- Televisa transfirió (lo regaló?) a Angélica Rivera la casa de Paseo de las Palmas el 14 de diciembre de 2010
Si esto no es un escándalo/Jesús Silva-Herzog Márquez
Reforma, 17 Nov. 2014
Ayudaría eliminar los nombres
propios para encontrar la proporción de los hechos y despojarnos por un momento
de las adhesiones y antipatías. Imaginemos una historia de amor entre una profesional
con éxito y un político ambicioso que desemboca en matrimonio. Tras el
casamiento, la profesionista decide suspender su carrera y entregarse de lleno
a su nueva familia. Después de 20 años de trabajo, la empresaria no se va con
las manos vacías. La esposa del político recibe en donación, una casa a todo
lujo que le transfiere la empresa con la que trabajó. ¿Es la compensación de la
empresa un obsequio por el trabajo de las dos décadas o es un regalo de bodas?
¿Un pago por los servicios de la profesionista o una inversión con el personaje
del poder? La casa pronto resulta pequeña para la pareja y su familia. Buscando
la ampliación de la residencia, adquiere la propiedad vecina. Pero la esposa
-siempre es la esposa la que aparece en estas transacciones- no adquiere la
casa pagando al contado o pidiendo un préstamo al banco. Se la va pagando poco
a poco a los dueños que son, casualmente, los contratistas bendecidos por la
obra pública de su marido. ¡El político vive ahí: en una casa cuyo dueño es un contratista
de su gobierno!
Esa es la historia de la casa
de la esposa del presidente de México, tal como lo ha exhibido Aristegui
Noticias en un estupendo reportaje. Televisa transfirió a Angélica Rivera la
casa de Paseo de las Palmas el 14 de diciembre de 2010, 17 días después de que
se había casado con Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de México y
precandidato a la Presidencia. Rivera ya no era actriz de Televisa. Cuatro
meses antes había rescindido su contrato con la televisora, lo cual no fue obstáculo
para recibir esa valiosa prestación. La casa pudo ampliarse por los favores de
una empresa que recibió contratos de obra pública del gobierno del Estado de
México y del gobierno federal. La casa en la que vivió Enrique Peña Nieto antes
de mudarse a Los Pinos, la casa a la que piensa regresar en 2018, está a nombre
de un contratista del gobierno federal que antes fue consentido del gobierno
mexiquense. El Grupo Higa construyó el hospital de Zumpango, construyó las
autopistas de Toluca a Naucalpan y a Atlacomulco, el distribuidor vial
Naucalpan-Metepec. Otra de sus filiales ganó contratos de la Secretaría del
Agua y Obra Pública del Estado de México. El candidato Peña Nieto viajaba en
helicópteros propiedad del Grupo Higa. De acuerdo a la investigación de
Aristegui Noticias, los contratos que ganaron las filiales de Higa sumaron más
de 8 mil millones de pesos. Esa empresa es la dueña de la casa de la pareja
presidencial. Enrique Peña Nieto durmió ahí la noche del 30 de noviembre de
2012. Ahí amaneció el 1o. de diciembre antes de tomar protesta como presidente
de México.
En cualquier lugar del mundo
esto sería un escándalo gigantesco. ¿Qué sucedería en Estados Unidos si se
descubriera que la casa de Michelle Obama está a nombre de un contratista que
ha sido beneficiado por la obra del gobierno federal? Desde tiempos de José
López Portillo no ha habido en México un escándalo de ese tamaño. El mismo
presidente de la República involucrado en un serio escándalo de corrupción.
Quisiera ser claro: el problema no es el costo de la helada mansión sino la
revelación de un inaceptable conflicto de interés que toca al Ejecutivo mismo.
Los negocios privados de la esposa del presidente de México (que naturalmente
no puede ignorar el Presidente) se enredan con la obra pública. Los negocios
privados mezclados visiblemente con las decisiones públicas. No encuentro otra
salida a este escándalo que el nombramiento de un fiscal especial que examine
esta probable trama de corrupción presidencial cuya culminación fue la licitación
del tren de alta velocidad México-Querétaro. Tan opaca fue la decisión de
entregarle al Grupo Higa y sus socios chinos aquella obra, que el gobierno se
vio obligado a cancelarla.
Cuando el presidente Peña
Nieto presentó su declaración patrimonial nos informó que, como gobernador
recibió terrenos y casas en "donación". ¿Quién se los regaló? ¿Qué
recibió a cambio? Tal parece que el hecho de que un servidor público reciba
casas y terrenos como regalito es parte de la cultura a la que Peña Nieto
aludía hace un par de meses. La cultura de la corrupción que el presidente
considera normal y que cree que la sociedad mexicana consiente. Si esto no es
un escándalo, tendrá razón.
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