11/
8/2015
Las
casas del Vaticano; cuántas son y cómo son administradas
GIACOMO
GALEAZZI - ANDREA TORNIELLI
«Para
respirar esa atmósfera sensual típica de las viviendas de los altos prelados de
la fastuosa corte pontificia. Tres suites de esta morada en el corazón del
centro histórico renacentista a 100 metros de Plaza Navona…». Es el intrigante
mensaje publicitario que se encuentra en el sitio web de una de las «antiguas
moradas» del «Burcardo», residencias romanas de lujo. El Vaticano no tiene nada
que ver con su administración, pero es propietario de ellas. Se cuentan entre
los inmuebles de la Congregación Propaganda Fide, cuyo cardenal es también
llamado «el Papa rojo» por los bienes que administra para reunir dinero que
debería ser destinado a las misiones.
Uno
de los capítulos de «vatileaks 2», basado en los documentos de la cuidadosa
investigación interior impulsada por la misma Santa Sede, se relaciona con las
«casas del Vaticano». En esta denominación se engloban miles de departamentos
de la capital, que pertenecen a 26 diferentes instituciones (se lee en un informe
de la comisión Cosea), «relacionadas con la Santa Sede». Bienes inmuebles por
un valor total de mil millones de euros a finales de 2012, pero que en
realidad, según el mercado, podrían vales cuatro veces más y alcanzaron, en
2013, una renta total por 88 millones de euros. La crónica y las
investigaciones judiciales de los últimos años han sacado a la luz los nombres
de los inquilinos y ex inquilinos vio que obtuvieron (rentando o comprando) las
residencias más bellas y céntricas de Propaganda Fide, que posee unos 500
departamentos en unos sesenta edificios, administrados autónomamente con
respecto a la administración central de la Santa Sede. Departamentos en la
Plaza de España, en la Vía de la Vid y en la Vía Sixtina, en Vía Margutta y en
la del Babuino. Viven en ellas polacos, empresarios y periodistas, a veces
pagan impuestos más bajos con respecto a los del mercado, obtenidos en cambio
de reestructuraciones pagadas a cargo del inquilino, como en el caso del
periodista y conductor televisivo italiano Bruno Vespa.
Pero
el verdadero frente de las casas es el de la Apsa, la Administración del
Patrimonio de la Sede Apostólica, que tiene funciones de «banco central» del
Vaticano, que administra sus «assets» de bienes muebles e inmuebles (un
patrimonio por 2 mil 700 millones de euros) para «ofrecer los fondos necesarios
para las funciones de la Curia romana». Una parte consistente de los miles de
departamentos administrados por la Apsa se encuentra en los alrededores del
Vaticano.
«Las
casas de la Apsa -explica a «La Stampa» un prelado que trabajó mucho tiempo en
la ‘Banca central’- son asignadas, en un 70%, a los empleados de la Santa Sede
a un precio de alquiler reducido con respecto al valor del mercado de las
viviendas en la misma zona». Esta reducción del alquiler representa «una
integración del salario y un beneficio para los empleados vaticanos». El 30%
restante es alquilado a personas externas «que hacen una petición, a un precio
mensual 15% inferior al valor del mercado del departamento». Muy conveniente,
pero no exageradamente.
Tanto
para los empleados como para los aspirantes a inquilinos externos, las listas
de espera son muy largas. «Muchos de fuera -confía el monseñor- se hacen
recomendar por prelados y personalidades vaticanas para obtener la vivienda».
Conocidos y amistades representan un carril de beneficiados. Algunas de las
viviendas de la Vía de Puerta Angélica han sido alquilados a inquilinos que no
trabajan en el Vaticano y «se está evaluando hacer lo mismo con los departamentos
que se encuentran en otros palacios hoy ocupados exclusivamente por cardenales
y obispos en la Plaza de la Ciudad Leonina y del Santo Oficio, al lado de la
Plaza San Pedro». Están interesados en el alquiler estudios notariales, sedes
de representación de instituciones internacionales o embajadas. El
Gobernatorado y la Apsa encargaron a algunos arquitectos que obtengan nuevos
departamentos más pequeños, dividiendo ls viviendas de grandes dimensiones.
«La
tarea se ha revelado complicada -explicó el prelado-, porque en gran parte se
trata de casas viejas en las que es muy costoso intervenir en las tuberías y en
la red hídrica. Se logró hacer en pocos casos, como por ejemplo en un
departamento en el Palacio del Santo Oficio, en el que de una casa de 400
metros cuadrados se obtuvo una segunda vivienda más pequeña». El alquiler se
ajustó, y no sin las protestas de los inquilinos. Pero había hijos o nietos de
empleados vaticanos que seguían pagando 500 euros al mes por departamentos de
150 metros cuadrados en zonas céntricas de la capital. «En algunos casos, los
departamentos resultaban ocupados por personas diferentes de quienes tenían
títulos para obtener el alquiler a precio reducido».
Según
la Cosea, en la gestión de los inmuebles vaticanos «existen importantes fallos
estratégicos»: solamente con el ajuste de los precios de los alquileres al
mercado, incluso manteniendo el empeño de ofrecer casas con alquileres
favorables para los empleados, la comisión calculó un posible incremento de la
renta de por lo menos 25 o 30 millones. La reforma debería traer más
transparencia, menos privilegios a los amigos de los amigos, atención a las
situaciones de necesidad y mayor racionalidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario