La
visita ‘secreta’ de Tomás Zerón a Cocula
El
responsable de la Policía Federal Ministerial, ocultó su “acto de investigación
policial” por 18 meses a pesar de
Reportaje de PARIS
ALEJANDRO SALAZAR |
LSR | 2016-05-01 21:52:00
CIUDAD
DE MÉXICO (La Silla Rota).- Lejos de abonar al esclarecimiento de la
desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, la “visita secreta” a Cocula
de Tomas Zerón de Lucio, director de la Agencia de Investigación Criminal
(AIC), pone en riesgo la “verdad histórica” y los 19 meses de investigación de
la Procuraduría General de la República (PGR), al evidenciar posibles fallas al
debido proceso, el ocultamiento de evidencias, tortura a un detenido y
manipulación de una probable escena del crimen.
Tomás
Zerón de Lucio, autorizó el traslado de la Ciudad de México a Cocula de Agustín
García Reyes “El Cheje” o “El Chereje" -presunto integrante de Guerreros
Unidos- sin que lo acompañara su abogado defensor, y permitió que se
descartarán restos óseos sin un peritaje, actuaciones que no reportó ni integró
a la averiguación previa.
El
responsable de la Policía Federal Ministerial, ocultó su “acto de investigación
policial” por 18 meses a pesar de ser “legal”, sin embargo, lo tuvo que
reconocer públicamente tras la difusión de un video que documentó su presencia
en el municipio guerrerense.
La
actuación de Zerón de Lucio ese 28 de octubre de 2014 en Cocula genera dudas,
ya que al día siguiente, se hizo el hallazgo en el río San Juan de una bolsa
con restos que presuntamente pertenecían a los estudiantes desparecidos,
después de haber sido incinerados en el basurero de Cocula.
El
Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) señaló que de
acuerdo a los informes médicos, existen indicios de que “El Chereje" fue
víctima de tortura tras antes y después de hacer el viaje a Cocula.
Las
anomalías, irregularidades y omisiones de Tomás Zerón de Lucio, representan un
fuerte golpe a la credibilidad de la “verdad histórica” de la PGR.
¿Tortura
a ‘El Chereje’?
Elementos
de la Secretaría de Marina detuvieron a Agustín García Reyes “El Chereje"
el 27 de octubre de 2014 a las 18:00 horas. Un médico naval registró que tenía
una equimosis en hipocondrio izquierdo -lesión subcutánea o moretón en la parte
superior del abdomen-, la evaluación realizó dentro de instalaciones de la
Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada
(SEIDO).
Sin
motivo aparente y estando bajo la custodia de las autoridades ministeriales “El
Chereje" presentó más de 30 lesiones en las horas siguientes, horas antes
de viajar junto con Tomás Zerón a Cocula.
Un
acta ministerial señala que fue ingresado a la SEIDO a las 23:00 horas de ese
mismo día. El informe médico del 28 de octubre de 2014 a las 00:50 horas –casi
dos horas después de su ingreso y siete horas después del primer informe
médico- refiere la existencia de 30 lesiones que no tenía al momento de ser
revisado por el médico naval.
A
las 3:00 horas del 28 de octubre de 2014, “El Chereje” firmó su declaración
ministerial, en la que señaló que las lesiones se las ocasionó antes de la
detención haciendo trabajos pesados.
El
informe médico naval y el de la PGR sobre “El Chereje” se contradicen.
En
la evaluación psicológica del 28 de octubre, el detenido le informó al psicólogo
de la PGR que fue torturado, que le pusieron una bolsa en la cabeza, que lo
golpearon y le dieron toques con la “chicharra”.
El
28 de octubre, “El Chereje” fue trasladado a Cocula por Tomás Zerón de Lucio.
El
29 se realizó una diligencia oficial en los márgenes del río San Juan en la
cual participó “El Chereje”, y por la noche se le practicaron dos nuevas
revisiones médicas – a las 19:00 y 20:30 horas-, con las mismas palabras y
signos de puntuación que la realizada el 28 de octubre.
Días
después presentaría más lesiones. En el informe médico del 31 de octubre de
2014 practicado a las 23:21 horas se incluyen siete nuevas lesiones (incluyendo
eritemas –enrojecimiento de la piel por inflamación en ambas muñecas). El 3 de noviembre de 2014
a las 20:00 h se le practicó otra evaluación médica y se le detectaron nuevas
de lesiones en una pierna.
Para
ocultar los posibles indicios de tortura, la PGR realizó un informe de mecánica
de lesiones a “El Chereje” el 31 de diciembre de 2014, en el que se concluyó
que las lesiones corresponden a actos de sometimiento, inmovilización y
traslado de personas con forcejeo y resistencia, aplicándose la fuerza, no de
tortura.
El
informe de mecánica de lesiones podría descartarse, ya que en la evaluación
médica hecha por la Secretaría de Marina no registró ninguna lesión después de
que fue detenido.
El
GIEI reveló que Tomás Zerón de Lucio, llevó Agustín Reyes García “El Chereje”
al río San Juan el 28 de octubre de 2014 como parte de “un acto de
investigación policial”, del cual no informó y no dejó registro en la
averiguación previa. Al día siguiente, en ese sitio fueron encontradas bolsas
con restos óseos que derivaron en la identificación del normalista Alexander
Mora Venancio.
A
las 3:00 de la mañana del 28 de octubre Agustín García Reyes “El Chereje,
presentó su declaración ante el Ministerio Público de la Federación en donde
manifestó haber participado en incineración de los cuerpos de los estudiantes y
reveló que las cenizas fueron echadas en bolsas negras al Rio San Juan.
Fue
entregado para su Guarda y Custodia al Titular de Policía Federal Ministerial
de la Agencia de Investigación Criminal las 5:53 horas. , cuyo documento obra
en el expediente de la versión pública y además se mostrará.
Tomás
Zerón de Lucio voló a las 13:35 horas de ese día en helicóptero de la Ciudad de
México a Cocula, junto con el detenido para que identificara “en campo los
lugares señalados” en su declaración.
Alrededor
de las 15:00 horas Tomás Zerón de Lucio y “El Chereje” llegaron a Cocula, y se
dirigieron al río San Juan, al punto donde habrían arrojado ocho bolsas con
restos de los normalistas.
Zerón
de Lucio realizó una llamada telefónica para que personal de servicios
periciales acudiera al lugar a realizar actividades. Después recorrió la orilla
del río San Juan acompañado por personal de la PGR.
Acudieron
al lugar peritos y agentes de investigación de la PGR que trabajaban en el
basurero de Cocula, con la intención de confirmar o descartar la información
que proporcionó el detenido.
Tomás
Zerón volvió a la Ciudad de México por la noche
Al
día siguiente, el 29 de octubre de 2014, sólo 18 horas de la primera visita de
Zerón de Lucio a Cocula, a las 8:50 horas buzos de la Secretaría de Marina
hicieron el hallazgo en el río Cocula de una bolsa negra que presuntamente
contenía restos humanos.
Se
le notificó al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) que realizaba un
peritaje en el basurero de Cocula a petición de los padres de los 43
normalistas, quienes se trasladaron a río san Juan.
No
se le mostró video ni fotografía del hallazgo de la bolsa con restos óseos,
tampoco la cadena de custodia, sólo se le mostraron los huesos en una bandeja,
del cual destacaba uno por su tamaño y conservación.
El
7 de noviembre de 2014, el entonces procurador, Jesús Murillo Karam, en
conferencia comenzó a perfilar la “verdad histórica” a partir de los
testimonios de tres presuntos integrantes de “uerreros Unidos, entre ellos, el
de “El Chereje”.
Murillo
Karam dijo que los 43 estudiantes habrían sido asesinados, incinerados,
triturados sus restos y arrojados al río San Juan, ya anunció que se
analizarían los huesos encontrados el 29 de octubre de 2014.
Una
semana después, la PGR y el EAAF, enviaron algunas muestras seleccionadas de la
bolsa de río San Juan a la Universidad de Innbruck, en Austria, para que fueran
analizados y comparados con el ADN de los familiares de los estudiantes
desaparecidos.
El
5 de diciembre de 2014, el resto óseo que destacaba del resto, dio positivo
para la identificación de Alexander Mora Venancio, uno de los 43 normalistas de
Ayotzinapa.
Tomás
Zerón de Lucio y Jesús Murillo Karam, el 27 de enero de 2015, donde aseguraron
que los normalistas fueron incinerados en el basurero de Cocula y sus restos
arrojados al río San Juan, dijeron que era la “verdad histórica” de los hechos.
Cuestionamientos
GIEI
El
24 de abril de 2016, el GIEI, quien brindó asistencia técnica a la PGR en la
investigación de la desaparición reveló en su segundo informe que Tomás Zerón
de Lucio, no dejó constancia de sus actividades ministeriales el 28 de octubre
de 2014 en la averiguación previa, y pusieron en duda una parte de la “verdad
histórica”,
Mostraron
fotografías y videos de la actividad del día 28 de octubre de 2014 en el río
San Juan, de actividades periciales, ministeriales y evidencias, que no tenían
sustento ni registró en el expediente.
Una
de las irregularidades que señaló el GIEI ella fue a presencia en el río del
detenido Agustín García Reyes “El Chereje”, custodiado por la Agencia de
Investigación Criminal y sin la presencia de su abogado, justo en el lugar
donde al día siguiente se habría encontrado la bolsa con restos
Además
de actividad de personal de los servicios periciales en dicha zona, y la
recogida de evidencia en dicha zona; entre ellas un resto óseos largo, que no
consta en el expediente. Los peritos descartaron posible evidencia tan sólo con
mirar.
El
GIEI mostró una fotografía de una bolsa negra con la fecha 28 de octubre de
2014, aunque la PGR dijo que había sido encontrada el día 29.
Ninguna
actividad del 28 de octubre de 2014 en el río San Juan quedó registrada, ni
documentada. La AIC y Tomás Zerón de Lucio habían actuado en sigilo y si
reportar nada en el expediente.
Ante
la revelación de GIEI, Tomás Zerón de Lucio tuvo que salir el 27 de abril a dar
un mensaje a medios para justificar su actuación del día 28 de octubre y que no
constaba en el expediente.
Dijo
que 72 horas antes de volar a Cocula recibió “un mandamiento Ministerial de
investigación exhaustiva”, a través acuerdo del 25 de octubre de 2014, que le
permitía “realizar actos de investigación en auxilio del Ministerio Público”.
Mostró
un video del traslado en helicóptero de la Ciudad de México a Cocula, así como
la bitácora del vuelo.
Sobre
la bolsa que el GIEI señaló que contenía evidencia y que estaba en posesión de
peritos de la PGR el día 28 de octubre de 2014, indicó que “contenía material
usado por él mismo, tales como guantes de látex, bolsas y envases, una buena
práctica en investigación forense es que el personal debe recoger cualquier
material que haya sido utilizado para no contaminar el lugar”.
Y
siguió con las explicaciones, “con relación a una de las bolsas halladas por
buzos de las fuerzas armadas en el río San Juan, los expertos del GIEI hicieron
notar que la fotografía de ese indicio muestra una etiqueta de fecha 28 de
octubre, cuando en el expediente consta que fue recabada el 29, día en que tuvo
lugar la diligencia ministerial. La perito responsable marco la etiqueta con
fecha 28 de octubre cuando debió hacerlo con fecha del 29, esta circunstancia
será revisada por los órganos internos de supervisión y control de la PGR”.
Faltaba
una más, sobre el resto óseo encontrado en la orilla del río San Juan, “ese
indicio se entregó a un especialista en antropología forense, quien desde ese
momento descartó que se tratase de un hueso humano, por lo que no tuvo ningún
valor criminalístico que ameritara incorporarlo a la averiguación previa”.
Los
videos, documentos y evidencias que presentó Tomás Zerón de Lucio en su defensa
no constan en el expediente del Caso Ayotzinapa, tampoco sus actuaciones, los
que despierta la duda de que si actuó con transparencia y con un fundamento
legal no lo reportó en la averiguación previa.
Tomás
Zerón de Lucio tuvo que dar cuenta de sus actividades que había escondido por
18 meses, y dijo que “el acto previo de una diligencia ministerial” del 28 de
octubre de 2014, no tenía que ser reportado en el expediente.
Las
actuaciones de Tomás Zerón de Lucio ponen en un velo de duda más a la “verdad
histórica”, y la cual podría tener repercusiones negativas en la investigación
de la PGR.
El
traslado de un inculpado que ya había rendido declaración debió hacerse bajo un
protocolo, en compañía de su abogado y registrado en el expediente, y al no
hacerse, representaría una violación al debido proceso.
Zerón
de Lucio señaló en una entrevista radiofónica el 29 de abril de 2014, que por
“decisión propia” el inculpado Agustín García Reyes “El Chereje”, no se llevó
al abogado defensor, sin embargo, está decisión, no consta en el expediente
como un acta.
“El
Chereje” según el GIEI, presentó indicios de tortura, ya que en las revisiones
médicas posteriores a su detención, se le detectaron más de 30 lesiones nuevas.
De
comprobarse tortura de tortura en contra del detenido, las declaraciones son
inválidas, no pueden ser usadas en ningún juicio. “El Chereje” podría recuperar
su libertad.
El
resto óseo encontrado en el río San Juan, y que Tomás Zerón de Lucio indicó que
era de un ave tras la revisión visual de un perito en el lugar, debió ser un
perito en laboratorio quien debió desecharlo, y en caso de descartarlo como
evidencia debió asentarlo en un acta. Lo cual, también representaría una
El
titular de la AIC, al no integrar en el video, los indicios y la información
del “el acto previo de una diligencia ministerial” del día 28 de octubre de
2014 a la averiguación previa, pudo haber incurrido en el delito de obstrucción
a la justicia.
Una
actuación que presuntamente legal, sin fundamento fue escondida u omitida, lo
que suma más dudas a “verdad histórica” de la PGR sobre la desaparición de los
43 normalistas de Ayotzinapa.
maaz
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