Las
víctimas musulmanas del atentado de Niza
Varios
de los muertos eran de origen tunecino, igual que el atacante
ANA
TERUEL
El País, Niza
(Enviada especial) 20 JUL 2016 -
Ceremonia
por las víctimas en la mezquita Ar-Rahma, en Niza. CATHERINE MARCIANO AFP
Fatima
Charrihi, marroquí de 62 años con siete hijos, fue la primera víctima del
atentado perpetrado en la ciudad costera en nombre del autodenominado Estado
Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). A diferencia del autor de la
masacre, el tunecino residente en Francia Mohamed Lahouaiej Bouhlel, poco
religioso y que parece haberse radicalizado rápidamente, Fatima era un rostro
conocido y querido en la principal mezquita de la ciudad. “Siempre participaba
en las obras caritativas, era un modelo al que seguir”, resume el imán de la
mezquita ar-Rhama, Otmane Aissaoui. Como ella, son numerosas las víctimas de
confesión musulmana en el ataque. Suman en torno a una veintena, según el
religioso, sobre el total de 84 víctimas mortales.
La
mezquita ya ha rendido un último homenaje a siete de ellas. Entre ellas se
encuentra el pequeño Killian, de cuatro años, su madre, Olfa Bent Souyaha
Khlafallah, de 31 años, naturales de Túnez, donde sus cuerpos ya han sido
repatriados. De la misma nacionalidad era el joven de 29 años Bilal Labaoui,
originario de la ciudad de Kasserine, en el centro-oeste del país. “Era un
joven muy bueno, muy generoso”, señaló a la radio France Info su padre, y un
“apasionado de fútbol” al que le gustaba “salir de fiesta”. Mohamed Toukabri,
de unos cuarenta años y que murió según el imán salvando a su hija de la
masacre, trabajaba como mecánico en Niza y era originario de Béja, en el norte
de Túnez.
Entre
las víctimas figuran también musulmanes de origen marroquí, como Mehdi, de 12
años, hijo de un árbitro de Niza y cuya hermana gemela se encontraba en coma, y
su tía, fallecida junto a él en el ataque. De origen argelino eran otras
víctimas, como la abogada Myriam Bellazouz, la jubilada Zahia Rahmouni, quien
había acudido a la ciudad costera para visitar a su hija, y la madre de cuatro
hijos Aldijia Bouzaouit. Este jueves está también prevista una ceremonia
mortuaria por una mujer libanesa, cuyo nombre no ha trascendido.
La
mezquita ar-Rhama (La Misericordia) de Niza también rendirá otro homenaje
colectivo al conjunto de las víctimas, al que están invitados todos los
familiares y representantes de los equipos de rescate. Se espera la presencia
de representantes locales, como el exalcade y ahora presidente de la región
Provenza Alpes Costa Azul, Christian Estrosi, y el delegado del gobierno en la
región, Stéphane Bouillon, a los que el imán ha invitado a dar un pequeño
discurso.
“Es
importante estar todos juntos para honrar la memoria de las víctimas”, explica
Aissaoui, quien advierte contra toda recuperación política del atentado y
denuncia “aquellos que van a atizar el fuego y estigmatizar a una población que
sufre de la misma forma que el resto”. “Aunque no hubiera habido una sola
víctima musulmana, los imanes hubiéramos reaccionado igual. Tenemos que
defender el hecho de vivir juntos, como lo demuestran las víctimas: se
encontraban todos reunidos en el Paseo de los Ingleses en una noche festiva,
musulmanes y no musulmanes”, concluye.
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