El
amor no duele/Sylvia Teresa Manríquez.
Este
es sólo uno de los ejemplos de feminicidios en México, un país en el que más de
34 mil mujeres han sido víctimas de homicidios en los últimos 25 años, según
datos contenidos en un estudio elaborado por la Comisión de Feminicidios de la
Cámara de Diputados, ONU mujeres, INMUJERES y COLMEX, con cifras de 2013.
El
70% de las mujeres asesinadas en el mundo lo son a manos de sus parejas o ex
parejas. Al menos una de cada tres ha sido golpeada, obligada a mantener
relaciones sexuales o ha sufrido otra clase de abusos en su vida por parte de
alguien que prometió amarla y protegerla.
Beatriz
tenía 12 años cuando se enamoró de un hombre mayor que ella. El primer año fue
idílico, la hacía sentir como una reina, y al ser tan pequeña no le exigió
tener relaciones sexuales, hasta que estuvo próxima a cumplir 13 años. Él le
prometió regalarle las hermosas zapatillas que ella tanto deseaba a cambio de
tener sexo, pues consideraba que después de un año de novios era tiempo de
intimar. A pesar de su miedo ella aceptó pues la convenció de que esa era la
demostración máxima del amor que se tenían. La llevó al campo y la obligó a
tener sexo. Dio inicio una relación tormentosa, en la que la constante fueron
los celos y maltrato, tanto para Beatriz como para su familia y amistades.
La
manipulación y control sobre la víctima es tal, que afecta la percepción que la
mujer tiene de sí misma, hasta que la hace creer sólo en lo que él dice.
Beatriz se alejó de sus seres queridos. Se fue con él para ser víctima de
golpes y maltrato de todo tipo.
Si
la mujer no sabe cómo salir de ese círculo de violencia ¡Podemos hacer algo
quienes estamos cerca? ¿Cómo? Si no sabemos identificar las señales cuando una
mujer cercana se encuentra atrapada en una situación de violencia.
Generalmente,
familiares y amistades no saben por lo que la mujer está pasando; no sabemos
detectar las señales de riesgo para las mujeres, o nos hacemos de la vista
gorda.
La
violencia de género hace que la mujer esté sometida a inseguridad constante,
presenta actitudes que no puede ocultar. Por ejemplo, la movilidad nerviosa del
cuerpo, la expresión de la mirada, o las manos temblorosas; hay confusión en la
expresión del rostro, y denota ansiedad excesiva.
Otros
indicadores de violencia son el aislamiento y la necesidad de dar siempre
explicaciones al marido o pareja, aun de las cosas más nimias. Los vecinos
pueden detectar ruidos y gritos, que muchas veces son de la mujer, porque el
maltratador la insulta en tonos muy bajos para descontrolarla y que sea ella la
que grite. O por el contrario él le da una golpiza y a la mujer no se le oye. A
veces, ni ellas mismas se oyen pues su mente olvida o anula el maltrato; aún
más
grave,
lo vuelven parte de su vida cotidiana. Además, la vergüenza al reconocer lo que
se ha llegado a tolerar no permite encontrar salidas a su situación.
Cada
vez que leemos o escuchamos del asesinato de una mujer a manos de su pareja o
ex pareja nos preguntamos por qué no denunció, algo a veces difícil de
comprender por quien no vive en situación de violencia de género. Pero una
mujer maltratada, humillada, atemorizada y con la autoestima deshecha solo
tendrá miedo por respuesta. Miedo a la venganza del maltratador y miedo a ser
juzgada y estigmatizada por quienes tienen la obligación de atenderla cuando se
decide a denunciar.
El
amor es velar por el bienestar de quien alguna vez nos confió su integridad,
física, emocional y mental. Tanto la pareja como autoridades e instituciones
responsables de ayudar y solucionar los círculos violentos por los que pasan
muchas mujeres de este país.
Porque
cada mujer tiene derecho a refugiarse en los brazos comprensivos y no
represivos de quien ha merecido su entrega y confianza, y tiene derecho a que
cuando no sea así se le ayude a salir del círculo que la violenta con el menor
daño posible.
Amor
es evitar el dolor y la angustia, pasando la voz de como detectar los signos
que indican que una mujer cercana a nosotros está siendo violentada. Quizá le
salvemos la vida.
Amor
es amar, no temer.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario