Fecha: 2011-10-24/ nota de Manuel Zavala...
Foto: Secretaría de Cultura del GDF
Al cumplirse un año del fallecimiento del
En el homenaje realizado en el marco de la XI Feria Internacional del libro en el Zócalo (FILZ) estuvieron presentes Carlos Martínez Plata, Fred Álvarez, Queta Navagómez, Sergio Hernández, Luis García Íñiquez y Robert López Moreno, integrantes de la Barra Literaria.
Entre anécdotas y convivencias sobre el escritor nacido en Acaponeta, los integrantes de la comunidad nayarita, relataron la forma en que el maestro realizaba su trabajo al momento de escribir sus poemas, normalmente escritos de madrugada, ya que, “era más fácil tener tiempo y dejar de lado las distracciones”, sostuvo Carlos Martínez Plata, integrante de la Comunidad Nayarita Radicada en el Valle de Anáhuac.
Recordó que Alí figuró como autor, editor, redactor y corrector, fue una de las figuras claves en la historia del Fondo de Cultura Económica —casa editorial para la cual laboró por más de medio siglo de trabajo intermitente— alcanzó la fama por haber corregidoPedro Páramo de Juan Rulfo. Explicó además que Chumacero negó en repetidas ocasiones haber mejorado drásticamente la obra con su corrección, pero el rumor de que lo hizo persiste.
El pensamiento del maestro Alí fue de la mano con su sentido del humor, muchas veces fue cuestionado para que definiera su labor como poeta, a lo cual respondía que más que escritor era un tipógrafo, un amante de los libros, un hombre de imprenta de trabajo intelectual. Jamás se consideró intelectual, explicó durante su intervención la escritora Queta Navagómez.
“Mi trabajo es como el de un albañil, viendo papeles y anotando, no acarreo ladrillos pero sí tomo la pluma para hacer trabajo menor, nunca dejaré de ser un obrero del libro”, definición que explicó la integrante de la comunidad nayarita.
Chumacero decía que “el poeta es un hechicero, un chamán, un brujo, agarra las fuerzas de la naturaleza y las maneja, no intercede ante nadie, por sí mismo habla a Dios. Cuando se refiere a un caballo, lo mete —al texto—de una manera que pareciera que camina cual libre hoja; si habla de un perro tiene la verdad en un sentido que lo proyecta como un ente pensante. El poeta hace llover, el hace que se seque el mundo, hace que las galaxias paren, por ello, el poeta es un brujo que hace que desaparezca el sol. Por eso la poesía no es una religión, es una brujería”.
Por su trayectoria como poeta recibió muchos premios, entre los que destacan el Premio Xavier Villaurrutia en 1984, Premio Internacional Alfonso Reyes en 1986, Premio Nacional de Lingüística y Literatura en 1987, Premio Estatal de Literatura Amado Nervo en 1993 y la Medalla Belisario Domínguez del Senado de la República en 1996. El 24 de junio de 2008 recibió un homenaje, con motivo de su 90 cumpleaños, en el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México.
Hoy repiten mucho la frase de Alí: “Quiero que a la hora de la hora, cuando me vaya con la música a otra parte, me recuerden como un hombre venido de un pueblecito pequeño que se llama Acaponeta, de un estado pequeño que se llama Nayarit, buscando un sitio propio”.
Alí Chumacero fue víctima de neumonía, falleció a los 92 años el viernes 22 de octubre de 2010.
Autor/Redactor: Secretaría de Cultura del GDF
Editor Fundador:Manuel Zavala y Alonso †
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