Ponga
una tormenta en su vida/ GABRIEL GARCÍA DE ORO
Publicado en El País Semanal, 24 FEB 2013;
Diferentes
profesionales usan la técnica del ‘brainstorming’ para tener ideas
Las
ideas iluminan, brillan y alumbran nuevos caminos que permanecían en la
oscuridad. Estaban allí, pero no éramos capaces de verlos. Sin embargo, se
suele pensar que hay personas creativas y personas que no se iluminan ni debajo
de un foco. No es verdad. ¡El ser humano es un animal creativo! Lo que ocurre
es que la creatividad es un músculo que funciona mejor cuanto más se ejercita.
Si no se usa, pierde fuerza y elasticidad.
A
continuación aprenderemos la gimnasia preferida de la creatividad: el brainstorming,
una técnica infalible para planear una salida diferente con los amigos,
conseguir pasar una tarde de domingo sin gastar un solo euro o, por qué no,
poner un poco de creatividad en nuestra cama. Sus aplicaciones prácticas son
infinitas. Siempre hay una manera imaginativa y notoria de hacer las mismas
cosas de siempre.
¡Ideas
a discreción!
“Si
quieres trabajadores creativos, dales tiempo suficiente para jugar” (John
Cleese)
Definamos
el brainstorming como “un ejercicio en grupo que sirve para generar ideas
diferentes en un ambiente relajado”. Es todo lo que necesitamos para que
nuestra tormenta tenga éxito, así que antes de empezar debemos asegurarnos de
tres cosas:
1.
Seleccionar un grupo de personas que conecten entre ellas.
2.
Proponer el tema a resolver.
3.
Tener una libreta donde ir apuntando todo lo que se vaya diciendo.
Para
que cada uno pueda descargar todas las ideas que lleva dentro debemos seguir
estas sencillas reglas de juego:
Para
tener ideas es necesario liberarse y decir lo primero que se nos ocurra. No
pensar si es imposible, tonta o una estupidez”
No
pensar. Para tener ideas es necesario dejar de pensar que se está pensando,
liberarse y decir lo primero que se nos ocurra. Sin filtro. No podemos pararnos
a pensar en si esta idea es imposible, es tonta o una estupidez. La timidez, la
prudencia o el sentido del ridículo son los tres asesinos más famosos de la
creatividad.
No
juzgar. Si todos estamos haciendo el esfuerzo de no ponernos filtros ni
control, también debemos evitar cortar a los demás. Es imprescindible no juzgar
negativamente las ideas que vayan saliendo. En una tormenta de ideas
profesional está absolutamente prohibido decir no. También existen los tres
reyes magos de la creatividad, que son el disparate, el error y lo imposible.
Nunca hay una idea lo suficientemente disparatada, errónea o imposible como
para no ser la semilla de una genialidad.
Cada
idea es una oportunidad. Una idea nueva nace al combinar y conectar dos o más
ideas antiguas. Así funciona, y así es como toda idea lanzada por un compañero
es una posibilidad para que se encienda en nuestra cabeza una idea derivada.
Si
no funciona, no es buena
“Las
ideas se encienden unas con otras como chispas eléctricas” (Johann J. Engel)
Cuando
llega la calma es el momento de descartar, discutir y decidir en común”
Durante
aproximadamente una hora hemos descargado ideas a discreción. Sin pensar, sin
juzgar, sin evaluar ni valorar. Pero llega un momento en el que empieza a bajar
la intensidad de la lluvia. Es lo que siempre ocurre con las tormentas, que
acaba llegando la calma. Justo en ese momento es cuando debemos repasar lo que
se ha ido diciendo, y ahora sí, descartar, discutir y decidir en común.
Bienvenidos a la parte más racional del proceso y, sin duda, la más complicada,
porque tener una buena idea es relativamente sencillo, lo complicado es
reconocerla primero y convencer a los más escépticos después. Así que la
pregunta es: ¿cómo reconocer una buena idea? ¿Cuáles son sus características?
Lluís Bassat define los atributos de una buena idea de la siguiente manera:
Distinta.
Es decir, consigue hacer lo de siempre de una manera diferente y por eso mismo
es capaz de sorprender a los demás y a nosotros mismos.
Implica
riesgo. La cosa puede salir mal. ¡Por eso es creativa! Ahí está su magia. Salir
a cenar al mismo restaurante de cada sábado es confortable y seguro. Pero a la
larga será aburrido y rutinario. En esta vida tomamos un gran riesgo cuando
decidimos no arriesgar.
Funciona.
Si la idea que hemos tenido es distinta, implica cierto riesgo, pero después de
todo no funciona, no es una buena idea. Pero no pasa nada por equivocarse. El
error es una de las herramientas fundamentales de la creatividad.
El
proceso creativo
“Las
ideas no duran mucho. Hay que hacer algo con ellas” (Santiago Ramón y Cajal)
Es
muy posible que no siempre podamos organizar un brainstorming. Pero hay un
proceso para generar ideas y trabajar en nuestras habilidades creativas:
Información.
En la primera fase se trata simplemente de informarnos, sin pretender resolver
el problema aún, sin querer tener una idea genial. Y cuanta más información,
mejor. Esta es, sin duda, la parte más olvidada del proceso creativo y, sin
embargo, la más crucial.
Incubación.
Una vez tenemos información suficiente, debemos dejar de pensar, hacer otra
cosa y relajarnos para que nuestro cerebro vaya familiarizándose con la
información compilada. Un cerebro que piensa está ocupado en pensar y no deja
lugar a la creatividad.
Iluminación.
Esta es la parte más extraña y mágica del proceso. De repente, en el momento
menos pensado… ¡aparece la idea! ¡De repente tenemos una idea capaz de
iluminarlo todo!
Verificación.
Llega el momento más racional y frío de todo el proceso, pero necesario.
Debemos ser críticos y preguntarnos si esa idea funciona. Si es distinta. Si
implica cierto riesgo. Si tiene posibilidades de funcionar.
Implantación.
Si la verificación es positiva, solo queda poner en marcha la idea. Pero
debemos recordar que una idea que se queda en nuestra mente desaparece. La
hemos de soltar al mundo.
Pensar
es gratis
Libros
–
En ‘Piensa, es gratis’, de Joaquín Llorente (Planeta), descubriremos 84 ideas
brillantes para potenciar el talento que todos llevamos dentro.
–
El ya clásico ‘Ogilvy y la publicidad’, de David Ogilvy (Folio), es una lección
magistral de creatividad de la mano del gran genio de la publicidad.
Serie
–
‘30 Rock’ (Rockefeller Plaza en España). Ganadora de varios Emmy y Globos de
Oro, esta brillante serie de la NBC nos da la oportunidad de adentrarnos en las
alocadas sesiones de ‘brainstorming’ de un grupo de guionistas televisivos.
El
‘brainstorming’ más famoso de la historia
En
la página historiasdelaciencia.com, comentando el libro Kluge: la azarosa
construcción de la mente humana, de Gary Marcus, nos encontramos con la
siguiente anécdota:
“En
abril de 1970, cuando el Apolo 13 estaba en situación crítica, empezaron a
fallar los filtros de CO2. Pasados varios días sin filtro, la tripulación
estaba condenada a muerte. Había que encajar una pieza cuadrada en una redonda.
El ingeniero jefe de la misión, ED Smyle, informó a su equipo de la situación y
vino a decir: ‘He aquí lo que tenemos a mano en la cápsula espacial; a ver qué
se os ocurre’. Por suerte, el personal de tierra estuvo a la altura de
semejante desafío e improvisó un tosco recambio para el filtro que consistía en
una bolsa de plástico, una caja de cartón, cinta aislante y un calcetín. Con
ello consiguieron salvar la vida a los tres astronautas”.
Así
pues, la tormenta de ideas es una técnica que no solamente es capaz de producir
guiones o anuncios publicitarios; también es capaz de salvar vidas.
En
realidad, cuando hay presión, poco tiempo y mucho en juego, la tormenta de
ideas es la mejor manera de conectar la potencia de varios cerebros, generando
así una potencia mayor. Tan grande puede llegar a ser, que puede salvar, como
en el caso del Apolo 13, vidas a miles de kilómetros de distancia de la Tierra.
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