“El
Chapo” y Los Zetas pierden proveedores/RAFAEL CRODA
Revista
Proceso # 1911, 16 de junio de 2013;
BOGOTÁ.-
Durante los últimos meses la estrategia antidrogas en este país ha golpeado de
manera muy significativa a la red de proveedores de cocaína del cártel mexicano
de Los Zetas, que perdió a tres abastecedores clave: Ericson Vargas Cardona,
alias Sebastián; Daniel El Loco Barrera, y Henry de Jesús López Londoño, Mi
Sangre, indica un informe de la Policía Nacional de Colombia (PNC).
De
acuerdo con el reporte, al que accedió Proceso, Mi Sangre, capturado en
Argentina el 30 de octubre pasado, “se constituyó en el principal proveedor de
estupefacientes del cártel de Los Zetas a través del Golfo de Urabá”,
localizado en la región caribeña-colombiana, en la frontera con Panamá.
En
el momento de ser capturado, en el exclusivo restaurante Fettuccine Mario de la
población bonaerense de Pilar, el narcotraficante colombiano y cabecilla de la
banda criminal Los Urabeños “preparaba una reunión con integrantes del cártel
de Los Zetas”, con quienes según la PNC mantenía una estrecha relación de
negocios que lo llevó a viajar a México en diversas ocasiones con un pasaporte
falso que lo ostentaba como ciudadano de ese país.
Los
golpes de la policía colombiana también han diezmado, aunque en menor medida, a
la red de abastecimiento de drogas de Joaquín El Chapo Guzmán, jefe del Cártel
de Sinaloa y archienemigo de Los Zetas, con quienes libra una feroz guerra que
ha dejado centenares de bajas en ambos bandos en varias regiones de México.
En
enero pasado, un “enlace” del Chapo en Colombia, Pedro Luis Zamora Caicedo, fue
capturado en Bogotá. Su extradición a Estados Unidos fue autorizada hace unos
días por la Corte Suprema de Justicia en una resolución que establece que el
delincuente “admitió trabajar para Joaquín Guzmán Loera, líder del cártel
mexicano de Sinaloa, y repartía cargamentos de cocaína a dicho cártel”. Sólo
falta la firma del presidente colombiano Juan Manuel Santos para que el
operador del Chapo sea extraditado y sometido a juicio en una corte federal en
Nueva York.
Antes
de la captura de Mi Sangre, Los Zetas habían perdido a otro de sus proveedores
colombianos de cocaína: Sebastián, jefe de la Oficina de Envigado, heredera de
la estructura criminal del desaparecido Cártel de Medellín. El capo, detenido
el 8 de agosto pasado en su natal departamento de Antioquia, “fue determinante
en el despliegue internacional para el tráfico de estupefacientes a organizaciones
criminales internacionales como Los Zetas en México”, indica el reporte.
El
18 de septiembre anterior, unas semanas después de la captura de Sebastián, fue
detenido en Venezuela El Loco Barrera, considerado el último gran capo
colombiano de la droga y quien durante años fue el principal enlace en este
país de los cárteles mexicanos.
De
acuerdo con la PNC, Barrera –cuya extradición a Estados Unidos ya fue
autorizada por el presidente Santos–, fue socio del Chapo, pero tuvieron
disputas por el liderazgo regional del narcotráfico y acabó aliado a Los Zetas,
a quienes suministraba cargamentos de cocaína.
En
noviembre de 2011 había caído, también en Venezuela, otro socio importante de
Los Zetas, Maximiliano Bonilla, Valenciano, antiguo jefe de la Oficina de
Envigado.
El
principal golpe que ha sufrido una organización criminal asociada al Chapo
Guzmán en Colombia se produjo el año pasado, cuando la PNC cerró el cerco al
clan Cifuentes Villa, una familia de narcotraficantes de Medellín.
En
agosto de 2012, Dolly Cifuentes Villa fue extraditada a Estados Unidos, y tres
meses después su hermano Jorge Milton fue capturado en Venezuela. El
Departamento del Tesoro de Estados Unidos los consideraba parte de la
estructura del Cártel de Sinaloa en Colombia.
Reacomodos
De
acuerdo con el informe de la PNC, la salida de capos representativos del
escenario criminal en Colombia que se ha registrado en los últimos meses
“generó un impacto en la articulación del tráfico internacional de drogas y un
periodo de reacomodamiento de las alianzas que modificó las tipologías de
tráfico y de negociación”.
“La
pérdida de contactos directos –agrega el documento– obligó a los
narcotraficantes mexicanos a ubicar países satélite, como Ecuador, Bolivia y
Venezuela, para enlazar rutas y coordinar negocios de tráfico.”
El
director general de la PNC, general José Roberto León Riaño, dice a Proceso que
Colombia siempre ha pugnado por un trabajo articulado a nivel regional e
internacional en contra del narcotráfico porque es la única manera de evitar
“el desplazamiento y el efecto globo del delito”.
Los
cultivos de coca destruidos en Colombia en la última década fueron repuestos en
gran parte en Bolivia y Perú, mientras que los laboratorios de procesamiento de
esa droga en el país fueron desplazados a zonas limítrofes con Venezuela y
Ecuador.
León
Riaño sostiene que sin una lucha regional antidrogas “más articulada y en red”
es imposible evitar el efecto globo. “Los narcotraficantes siempre buscan
alternativas –plantea–. Lo que nos preocupa ahorita, por ejemplo, es el tráfico
hacia el sur del continente para llevar la droga a países africanos y llegar
por esa vía a Europa. Inclusive están bajando la cocaína al sur del continente
y la vuelven a subir por el Caribe para llevarla a Estados Unidos. Ellos viven
explorando nuevas posibilidades para eludir los controles”.
Al
explicar la estrategia colombiana contra el narcotráfico, León Riaño menciona
al servicio de inteligencia como “el principal factor de desequilibrio en la
lucha contra el narcotráfico. Ha sido fundamental en el desmantelamiento de los
cárteles de la droga y en la captura de los cabecillas del narcotráfico”.
–¿Y
no le parece, general, que después de tantas muertes y del alto costo que ha
tenido la guerra contra el narcotráfico, incluso a la luz de los éxitos de
Colombia, ha llegado la hora de pensar en estrategias alternativas, como la
despenalización?
–Nosotros
estamos de acuerdo con lo que ha dicho nuestro presidente (Santos), que hay que
buscar alternativas para que la lucha contra el narcotráfico tenga mayor
contundencia y efectividad. Nos parece que el reciente estudio de la OEA
(presentado el pasado 17 de mayo en esta capital y el cual pide a los gobiernos
flexibilidad para evaluar opciones, como la despenalización de la mariguana) es
un buen insumo para discutir el tema a nivel de cada país y a nivel
internacional.
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