El
Cártel de Sinaloa, listo para el relevo/PATRICIA
DÁVILA
REvista Proceso # 1963, 14 de junio de 2014
Ismael
El Mayo Zambada es el hombre más importante en el organigrama del Cártel de
Sinaloa. El presunto deceso de Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, no ha
sido confirmado oficialmente, pero la versión, sumada a la reciente detención
de Joaquín Guzmán Loera El Chapo, sacudió nuevamente a la aún poderosa
organización delictiva.
El
anuncio evidenció a otra pieza clave del también llamado Cártel del Pacífico,
quien mantuvo un perfil aún más bajo que el acostumbrado por Esparragoza
Moreno. Se trata de Héctor Román, quien maneja la franja serrana que inicia
antes de llegar al poblado de La Tuna –que fuera dominio de Guzmán Loera–, en
el municipio de Badiraguato, Sinaloa, y llega hasta la colindancia con
Guadalupe y Calvo, en Chihuahua.
Román
pertenece a la misma generación y goza de un poder comparable con el de El
Azul, El Chapo y El Mayo. No se mete con nadie y nadie se mete con él.
Tras
la detención de Guzmán Loera, la madrugada del 22 febrero, la DEA señaló como
su probable sucesor en el mando de la organización a Dámaso López Jr. El Mini
Lic, líder del grupo de sicarios Los Ántrax. Sólo que en Sinaloa se manejaba
que el relevo era el padre del nominado por la agencia estadunidense: Dámaso
López, El Licenciado, quien en 2001 renunció a su cargo como jefe de seguridad
del penal de Puente Grande, tras dejar éste en condiciones favorables para la
fuga del Chapo. El Licenciado se convirtió en operador y compadre de Guzmán
Loera.
Tras
el señalamiento de la DEA, Iván Archivaldo, el mayor de los hijos de Guzmán
Loera, escribió en su cuenta de Twitter: “Aquí no hay sucesores de mi padre,
pero de una cosa sí estoy seguro, los Guzmán seguirán en el trono, (Jesús)
Alfredo y yo tomamos las riendas del cártel”.
No
fue sino hasta el 19 de marzo cuando Ovidio Guzmán López, de 23 años e hijo de
Griselda López, la segunda mujer del Chapo, confirmó en entrevista para el blog
argentino Servicio Privado de Informaciones y Noticias (Seprin), que sus medios
hermanos Jesús Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán Salazar asumieron como los
nuevos “gerentes” del cártel y advirtió que la guerra continuaría: no hay
“tregua con ratas mugrosas”, dijo.
Jesús
Alfredo, Iván Archivaldo y César fueron procreados en la unión que en 1977 contrajo
Joaquín Guzmán con Alejandrina María Salazar Hernández.
Después
de esta declaración cesó, al menos mediáticamente, la turbulencia por la
sucesión del Chapo Guzmán. Sin embargo, el pasado domingo 8 el semanario
Ríodoce, de Culiacán, Sinaloa, dio a conocer que El Azul falleció la tarde del
sábado por un infarto mientras convalecía de un accidente automovilístico.
En
Badiraguato las relaciones familiares y de amistad son centrales. Aquí nacieron
los narcos más importantes de las últimas décadas: a finales de los setenta
despuntó Rafael Caro Quintero, quien junto a Miguel Ángel Félix Gallardo y
Ernesto Fonseca Carrillo fundó el Cártel de Guadalajara. Pronto empezaron a
llegar los discípulos: Juan José Esparragoza Moreno, Joaquín Guzmán Loera,
Emilio Quintero, Balta Díaz, José Gil Caro, Emilio Cazares, Ovidio Limón, Amado
Carrillo Fuentes, Pedro Avilés, Mario Aguirre y los hermanos Beltrán Leyva.
A
sus 61 años, en estas tierras se afirma que desde el 10 de agosto de 2013,
cuando fue liberado, Rafael Caro Quintero se incorporó al Cártel de Sinaloa
como una especie de “líder moral”.
Caro
Quintero habría mantenido el liderazgo gracias a que, desde los años setenta,
fue uno de los iniciadores del cultivo y comercio de la mariguana y conservó
una excelente relación con El Mayo Zambada, El Chapo Guzmán y El Azul
Esparragoza. Hoy sólo está activo Zambada.
De
los cuatro, coinciden todas las fuentes, quien siempre se mantuvo en un
estratégico segundo plano fue El Azul. Aunque gozaba de fama de buen
negociador, no se tentaba el corazón para aniquilar a sus rivales y era capaz
de corromper policías, militares y gobernadores. Tras la captura de Joaquín El
Chapo Guzmán y la muerte del Azul, la pieza clave del Cártel de Sinaloa es El
Mayo.
Pero
todavía está por descubrirse la importancia real de Héctor Román, que no sólo
ha acumulado una gran fortuna, sino que en el organigrama del cártel tiene el
mismo nivel que Guzmán Loera.
Tierra
de capos
En
Badiraguato nacieron la mayoría de los narcotraficantes que se encumbraron: El
Chapo, en La Tuna; los hermanos Marcos Arturo, Alfredo, Héctor y Carlos Beltrán
Leyva, en La Palma; Caro Quintero, en La Noria; Ernesto Fonseca, en Santiago de
Los Caballeros; Emilio Quintero, en Babunica; Baltazar Díaz, en Babopa.
Tres
capos eran de Huixiopa: Amado Carrillo, de Revolcadero; Pedro Avilés, de La
Vainilla, y Esparragoza Moreno, de la comunidad que lleva el mismo nombre de
Huixiopa.
Por
lo pronto se sabe que El Mayo, cerebro del cártel, asumió también actividades
operativas y logísticas, mientras que El Licenciado se quedó en la plaza del
Chapo, sólo que bajo las órdenes de Jesús Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán.
A
pesar de las bajas recientes, el Cártel de Sinaloa parece estar controlado. El
Chapo Isidro conserva la hegemonía en Guasave y El Mayo mueve a la organización
desde El Dorado.
Sin
embargo, quien se mantiene fuera de los reflectores es Héctor Román, de San
Javier. Su rancho ganadero, llamado El Saucito, está en El Potrerillo de San
Javier, pertenece a la sindicatura de San Javier, y aunque domina todas las
actividades del narcotráfico, opera hacia afuera de Sinaloa, principalmente
Guadalajara.
En
las comunidades cercanas a San Javier se habla poco de él, aunque todos saben
algo sobre su personalidad o sus actividades, al igual que las del Chapo y El
Mayo.
Cuando
un desconocido viaje de la cabecera municipal de Badiraguato rumbo a San Javier
o a La Tuna, los vigilantes de los caminos son notificados de inmediato. Para
llegar al primero hay que cruzar Los Naranjos, Santiago de los Caballeros,
Guanajuato, El Saucito y La Pitaya. En este punto, el camino se divide en dos:
el de la derecha va a Los Amoles y Soyatita, el de la izquierda se dirige a La
Cuesta de la Mula y continúa a El Llano. De Ahí el camino nuevamente se parte
en dos: uno lleva a La Tuna y otro a San Javier, El Sauz y La Cieneguilla.
–¿Qué
saben por aquí de Héctor Román? –se le pregunta a algunos pobladores.
–Podemos
decir que tiene la misma categoría que El Chapo Guzmán, con la diferencia de
que éste era conocido por su espectacular fuga del penal de Puente Grande.
Desde allí se quemó –dice uno de ellos, refiriéndose a que se volvió demasiado
visible.
Por
el contrario, sobre Héctor Román sólo una vez habló de él, en su noticiario de
Televisa, Joaquín López-Dóriga. Mostró una residencia mientras decía: “¿De
quién creen que es esta casa, una de las casas más ricas de México? Del
narcotraficante Héctor Román”. Nunca lo volvió a mencionar.
Sin
embargo, en Badiraguato se sabe que Román tiene propiedades repartidas en toda
la República, igual que El Chapo, y que es operador del Cártel de Sinaloa.
Cuando
dicen que domina “allá, más arriba”, los lugareños se refieren a que controla
San Javier, El Potrero de Bejarano, La Calera, El Sauz y Los Guayabos. Domina
igualmente San Javier de Arriba y San Javier de Abajo, El Ojito, El Trigo y La
Caña, colindante con el municipio chihuahuense de Guadalupe y Calvo, y es por
este rumbo que llega a sus dominios.
Según
los habitantes de esta zona, cuando hay problemas entre bandas rivales, a lo
más que han llegado es a matar a los “contactos” (traidores): “Vienen y se los
tiran al rancho, antes les cuelgan un letrero con algún mensaje. Pasan en
avioneta, sobrevuelan y lo dejan caer. El mensaje dice: ‘Esto te va a pasar a
ti si andas quitándome el terreno del lado de Chihuahua’”.
Un
hombre de edad avanzada dice: “Él (Román) viaja seguido a su rancho, llega en
su avión. Es como todo: hay gente a la que no le conviene estar al frente del
negocio porque luego le van a caer los reflectores. Hay gente que prefiere ver
la película desde atrás que enfrente, porque si están enfrente son los primeros
por los que van a ir”.
Entre
las anécdotas transmitidas de boca en boca está una, ocurrida en 2001: “Un
primo de Héctor Román llegó a comprar, vender y mover todo el comercio. Héctor
le mandó decir que se calmara, que ese era su territorio y que se buscara otra
plaza. El primo le contestó que eran parientes y le pidió su apoyo para seguir
ahí. Además, para entonces ya tenía amigos en la comunidad y no se fue”.
Entonces
llegaron los hombres de Román, detuvieron al primo y a su gente en un arroyo,
los rafaguearon y voltearon la Cherokee: “Trajeron un trascabo, abrieron un
hoyo y allí dejaron la camioneta. A ellos los enterraron vivos. Eran parientes
pero el primo no respetó la ley. Aquí, sea quien sea, se atiene a las
consecuencias”, sentencia el hombre que lo cuenta.
–¿Héctor
Román disputará el control del cártel cuando no esté El Azul?
–No.
Entre ellos respetan sus territorios.
Se
entiende que hablen así de Román. Consideran que ha sido caritativo con la
gente del pueblo y dicen que aporta dinero para que los ayuntamientos realicen
obras.
De
todas formas, la gente manifiesta la certeza de que, vivan o mueran Ismael
Zambada, Caro Quintero, Guzmán Loera y Esparragoza Moreno, aquí mismo hay
muchos preparados para tomar el mando
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