Factura
en mano, Grupo Prisa apoya a Peña Nieto/ Reportaje de
ALEJANDRO
GUTIÉRREZ
Revista Proceso # 1969, 26 de julio de 2014
En
declarada alianza con el gobierno de Enrique Peña Nieto, el Grupo Prisa acogió
con los brazos abiertos la llegada del priista y empresario mexiquense Roberto
Alcántara como su principal socio individual. Y, según Antonio Caño, director
de El País –el principal medio del conglomerado español–, después de apoyar
editorialmente las reformas del presidente mexicano el diario se apresta a
incrementar su presencia en este mercado.
MADRID.-
El nuevo director del diario El País, Antonio Caño, se pronuncia sin rodeos a
favor del gobierno de Enrique Peña Nieto y de sus reformas estructurales en
México. “Nosotros apoyamos editorialmente las reformas de Peña Nieto, las hemos
apoyado desde el primer día, no tengo por qué ocultarlo, nos parecen bien”,
dijo el viernes 18 en entrevista con un grupo de corresponsales extranjeros,
entre ellos el de Proceso.
Lo
confirma el editorial del diario el jueves 24: “México se abre. El final de los
monopolios petrolífero y eléctrico representa un hito reformista”, que plantea
su posición ante la aprobación en el Senado de la reforma energética, que El
País califica como “la joya de la ambiciosa agenda presidencial”. Y lo
ratifican también las notas informativas referidas a un “vendaval reformista”
del mandatario mexicano.
No
obstante el martes 22, cuatro días después de la entrevista con Caño, Prisa
hizo un par de importantes anuncios relacionados con sus finanzas y sus planes
de expansión en América Latina.
Primero
informó que Fernando Abril-Martorell abandonará en octubre su posición como
consejero delegado del grupo. Lo sustituirá José Luis Sainz, hombre fuerte del
grupo en la Cadena Ser y en El País. El anuncio se hizo a la Comisión Nacional
del Mercado de Valores (CNMV) de España y tiene gran relevancia porque
Abril-Martorell fue el artífice en la renegociación de la deuda del grupo con
los bancos acreedores.
Procedente
de Credit Suisse y de JP Morgan, Abril-Martorell asumió en 2011 la misión de
sanear las atribuladas finanzas de Prisa, cuando la compañía rozaba el estado
de quiebra. Luego de varios movimientos financieros y la desincorporación de
activos de la compañía, el ejecutivo consiguió en 2012 la refinanciación, cuyos
bonos se traducirán estos días en la conversión obligatoria por acciones, con
lo cual Telefónica, CaixaBank, HSBC y Santander entran en el accionariado de
Prisa, para extender los plazos de pago de la deuda.
El
mismo martes 22 el grupo de medios anunció que el empresario mexicano Roberto
Alcántara Rojas, presidente del Grupo Toluca, invertirá 100 millones de euros a
través de una ampliación de capital de Prisa, en la que suscribirá más de 188
millones de acciones a un precio de 0.53 euros por título.
Esta
inyección millonaria le dará a Alcántara 9.4% del capital de la compañía,
convirtiéndose en el accionista de referencia de Prisa. Para la prensa española
el mexicano sigue siendo un desconocido y la pregunta recurrente es cuál es la
razón para que legue con esa millonaria suma a un grupo con tantas debilidades
financieras y una inmanejable deuda que aún se mantiene en alrededor de 3 mil
millones de euros.
Alcántara
es originario de Acambay, Estado de México, tierra natal de la familia del
presidente Peña Nieto. Pero además el empresario y su familia son priistas y
mantienen fuertes nexos con el Grupo Atlacomulco, del cual surgió el
mandatario. También preside la aerolínea de bajo costo Viva Aerobus y el Grupo
de Inversionistas en Autotransportes Mexicanos, que controla empresas de autobuses
foráneos.
En
1991 Alcántara encabezó un núcleo de inversionistas que tomó las riendas de
Bancrecer, la quinta institución en aquel tiempo, cuando fue privatizado por el
gobierno de Carlos Salinas de Gortari. En 1999 el gobierno de Ernesto Zedillo
–con quien ahora el empresario se encuentra en el consejo de administración de
Prisa– rescató el banco de la quiebra y el Instituto de Protección al Ahorro
Bancario le inyectó 102 mil millones de pesos, una notable pérdida para el
erario porque sólo pudo recuperar 7 mil millones (Proceso 1281, 1282, 1291).
Independencia
editorial
Alcántara
se incorporó al núcleo duro de Prisa en febrero pasado y en la junta de
accionistas de mayo fue nombrado miembro del Consejo de Administración y de la
Comisión Ejecutiva (Proceso 1960).
Su
entrada fue tímida. En el comunicado que Prisa envió al CNMV el 26 de febrero,
se señala que Alcántara primero adquirió 233 mil 50 acciones clase A del grupo.
Lo hizo por medio del Consorcio Transportista Occher S.A. de C.V., filial del Grupo
Herradura Occidente, S.A. de C.V.
Aunque
sólo significaba 0.01% de las acciones, los principales ejecutivos dieron una
enorme importancia a la llegada del nuevo socio. Pero el martes 22 éste
adquirió más de 188 millones de acciones adicionales.
El
comunicado de la sesión del consejo de administración de ese día señala: “Esta
operación refuerza la apuesta del grupo con Latinoamérica como principal foco
de sus actividades y confirma el compromiso de Roberto Alcántara con la empresa
como su principal accionista individual”.
El
grupo también anunció que los fondos obtenidos en esta ampliación de capital
“se destinarán a la recompra de deuda de diversas entidades financieras
acreedoras del grupo con un descuento mínimo de 25%”. Los bancos acreedores
(CaixaBank, HSBC y Santander) no tienen mucho interés en permanecer en Grupo
Prisa, según fuentes financieras, con lo cual se abre la posibilidad que vendan
sus acciones este año, ruta que también dejó entrever el propio corporativo.
En
dicha junta Juan Luis Cebrián, presidente ejecutivo de Prisa, dijo que la
entrada de Alcántara coincide “con una nueva etapa en la compañía que podrá
centrarse en un futuro próximo en proyectos de crecimiento y expansión”.
Cebrián ya ha definido que, por su fuerte implantación en Latinoamérica, “Prisa
es un grupo más iberoamericano que español”.
A
su vez Alcántara mostró su beneplácito por formar parte de la compañía, pues
“junto a las brillantes perspectivas de negocio que ofrece, resaltan sus
perfiles institucionales y su contribución a los valores sociales y
democráticos en Latinoamérica”.
En
la entrevista, Caño sostiene que El País –buque insignia de Prisa– tiene nuevos
planes de expansión en México y el resto de América Latina. Y coincide con
Cebrián: “Hoy yo puedo decir que el periódico es español y americano, y
particularmente español y mexicano”.
Además
de su edición española, El País imprime una en México y otra en Argentina, de
las cuales vende 60 mil ejemplares en papel –según datos del entrevistado– y se
registra un ascenso en las consultas en el portal en internet del diario, que
oscila alrededor de 1 millón de lectores. Recientemente se fundó una edición
impresa en Brasil.
Más
de la mitad de esas ventas en papel se realizan en México “y es el único país
donde vamos a tratar de aumentar la edición impresa, porque vender más de 30
mil ejemplares de un diario extranjero en un país en el que pocos medios pasan
los 100 mil ejemplares y otros están en 40 o 60 mil, es una cifra bastante
buena. Yo voy en septiembre a México para explicar nuestro proyecto”, adelanta.
A
pesar del respiro que la inversión de Alcántara traerá al grupo español, éste
carga todavía la pesada losa del rescate de los bancos CaixaBank, Santander y
HSBC, así como Telefónica, que en 2012 inyectaron 434 millones de euros a
través de bonos que se convertirán en acciones. El diario digital El
Confidencial informó, el viernes 25, que Telefónica y CaixaBank ya anunciaron
al CNMV que adquirieron 10.6% de Prisa y otro tanto harán HSBC y Santander,
para sumar 23%, es decir el doble de lo que ahora posee la familia Polanco,
heredera de Jesús de Polanco, el fallecido accionista principal, y la cual
llegó a ostentar 70%. En fuentes del sector se dice que algunos de estos
acreedores están considerando vender su participación.
Al
peso de los bancos en el accionariado, se suma que hasta ahora 75% del consejo
de administración de Prisa tiene vínculos con el sector financiero o proviene
de él.
Sobre
el riesgo que corre la independencia editorial de El País por la aplastante
presencia de la banca, Caño reconoce: “Te diría que la vida era más cómoda
cuando teníamos una cuenta de resultados boyante y positiva, y no teníamos como
accionistas a los bancos. Ahora la vida es más difícil para este periódico y
para otros muchos”.
Los
bancos “tienen un poder enorme” en España y en México, dice, por tanto “es un
factor con el que hay que contar; no te oculto que es un factor el hecho de que
los medios están atravesando por dificultades económicas y necesitan los
créditos de los bancos”.
Pero
cuestiona y se responde: “¿Mi actividad como director se ve influida por eso?
La verdad es que no. ¿Yo estoy pendiente para que no aparezcan los nombres de
los bancos en las informaciones de desahucios? No”. En efecto, El País ha
abordado ampliamente el drama que viven los afectados por los desahucios, pero
es común que eluda nombrar a los bancos que promueven esos juicios.
Caño
prosigue: “¿Estoy pendiente de los banqueros o me llaman porque algo no les
gusta? Honradamente no. Existe ese entorno en el que los medios en España en
este momento tienen que contar con el factor de que su financiación procede de
los bancos. ¿Vivo yo en ese entorno? Sí, es un asunto con el que hay que
convivir”.
Sin
embargo opina que El País mantiene “el poder de nuestra cabecera”, un
“prestigio alto”, lo que es “un valor”, y eso “es un poder que utilizamos en la
relación dialéctica con el poder de los bancos”.
“Sin
ideología”
El
nuevo director del diario español más influyente se define como un “periodista
sin ideología”. Se defiende así de los señalamientos que en la prensa española
lo vinculan ideológicamente con la derecha y de ser el artífice de un giro
editorial a favor del gobierno y la monarquía.
“Jamás
me he pronunciado ni he firmado un manifiesto, nunca he participado en ningún
acto político. He sido un periodista muy a la anglosajona; entiendo el
periodismo sin adjetivos. No creo en el periodismo comprometido ni en el
ciudadano”, afirma.
Caño,
de 57 años, licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid,
ingresó al periódico en 1982, donde ha sido corresponsal en México y
Centroamérica, así como delegado de la corresponsalía en Washington durante más
de 10 años.
Tomó
posesión el 4 de mayo pasado, en el 38 aniversario de la fundación del diario.
Sustituyó a Javier Moreno, que permaneció ocho años en el puesto.
La
llegada del nuevo director no fue tan sutil como él lo plantea. En la redacción
aún había vestigios de la convulsión que provocó el despido de 129
profesionales (27% de la plantilla) en la administración anterior, a finales de
2012. El malestar se reavivó con un demoledor informe interno que el propio
Caño elaboró para Juan Luis Cebrián, con sus ideas para recuperar la influencia
y credibilidad perdida. Por un “error informático”, Caño envió el correo
electrónico no sólo al presidente de Prisa sino a varias decenas de
trabajadores del diario.
En
él lanza una dura crítica a la anterior dirección, habla de una “renovación”
total de los cargos directivos, de la “pérdida de credibilidad” de El País y su
desconexión con la sociedad y sus lectores. También es crítico con la
redacción, de la que espera una “actitud revanchista, obstruccionista, casi
saboteadora” ante sus nuevos planes, según la carta, copia de la cual tiene
este semanario.
También
se refiere a la necesidad de buscar “nuevos públicos”, lo que en la redacción y
en otros medios se entendió como un giro editorial cada vez más cercano al del
gobierno de Mariano Rajoy, al que se le atribuye haber prestado sus buenos
oficios para lograr el rescate financiero de Prisa. El medio digital InfoLibre
definió el informe de Caño como “un programa electoral de derechas”.
De
acuerdo con el Estatuto de Redacción del diario, su designación fue comunicada
al Comité de Redacción y sometida a una votación consultiva de la plantilla,
donde obtuvo 78 votos favorables de los 200 redactores. Pese a todo, Caño dice
que el relevo fue “natural” y por la necesidad de que llegaran “caras nuevas”
ante los desafíos que constituyen internet, las nuevas tecnologías y la
necesidad de expandirse en América Latina, ya que “desde el nacimiento del
diario tenemos una vocación hacia esa región, que nunca hemos llegado a
consumar”.
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