Admite
Sandoval Íñiguez que protegieron a sacerdotes pederastas
Mariana
González/agencia EFE, June 9, 2016 2:21 am
La
casa Alberione, ubicada en Tlaquepaque, Jalisco, fue un hogar de acogida para
sacerdotes involucrados en casos de pederastia, confirmó el cardenal emérito
Juan Sandoval Íñiguez.
En
una entrevista con Efe, a propósito de la publicación de su libro de memorias,
“Con mi propia voz”, asegura que ese recinto fue un centro de rehabilitación de
religiosos hasta que Juan Pablo II envió en 2001 una carta a los obispos para
pedirles que no encubrieran estos casos.
“Desde
que estaba yo en el cargo, antes sí, pero cuando en el 2001 el papa Juan Pablo
II dijo que los pederastas tenían que salir del ministerio, entonces di la
disposición a la casa Alberione que no admitieran ningún sacerdote pederasta”,
afirmó.
Desde
entonces, un grupo de médicos, psicólogos y psiquiatras atienden en esa casa a
sacerdotes que sufren alcoholismo, depresión o que tienen “problemas de
autoridad”, señala el prelado de 83 años.
“Un
pederasta no (es aceptado), primero porque nos va a dañar la obra y segundo
porque de todas maneras tiene que dejar el sacerdocio, ¿para qué estamos ya
gastando en él?”, pregunta.
Sandoval
recuerda que luego del escándalo del encubrimiento de sacerdotes pederastas en
la Arquidiócesis de Boston, Juan Pablo II mandó a los obispos, en mayo de 2001,
un documento que clasificaba a la pedofilia como un pecado y desde entonces
puso en marcha reformas “que se han ido endureciendo cada vez”.
Con
ellas, los obispos tienen la obligación de investigar “inmediatamente” y “a
fondo” si saben de un caso de pederastia clerical, para enviar un expediente
que es valorado en Roma.
Además,
deben informar a las autoridades civiles para que investiguen al sacerdote.
“Tiene
que hacerse, debe hacerse porque está mandado que se haga”, respondió el
cardenal emérito a la pregunta de si los obispos cumplen con estas
obligaciones.
El
4 de junio pasado el papa Francisco decretó el reforzamiento de las normas
contra los casos de pederastia, por las que los obispos podrán ser destituidos
de su cargo si han actuado de modo negligente o han omitido acciones al
respecto.
La
santa sede publicó el “motu propio” (documento papal) “Como una madre amorosa”,
con el que se concretan los artículos del Código de Derecho Canónico en los que
se estipula la posibilidad de expulsar a un eclesiástico por “causas graves”.
En
la entrevista realizada en su casa situada en el centro de Tlaquepaque, en el
occidental estado de Jalisco, el cardenal retirado desde 2011 señala que
durante su mandato de 17 años al frente de la Arquidiócesis de Guadalajara
afrontó “un solo caso” de pederastia clerical.
“Fue
a dar en la cárcel, ahí lo dejé y después por edad lo soltaron porque ya estaba
viejo, lo echaron para afuera. Pero yo no lo defendí, no se portó como
sacerdote”, dice sin dar más detalles Sandoval, uno de los cardenales cercanos
a Juan Pablo II y conocido por sus polémicas declaraciones contra el matrimonio
homosexual y el aborto.
Sobre
la iniciativa presentada en mayo por el presidente Enrique Peña Nieto para
reconocer el matrimonio entre personas del mismo sexo en la Carta Magna, el
prelado sostiene que el Gobierno no puede equiparar una unión de esta
naturaleza con el concepto “natural” de matrimonio.
“Si
les hacen un estatuto jurídico a estas personas, cualquiera que sea: una
sociedad de convivencia, con bienes mancomunados o separados, con herencia o
sin herencia, que se las hagan; lo que no se acepta es que sea matrimonio, es
lo único que no aceptamos”, enfatiza.
Peña
Nieto anunció en mayo pasado un proyecto para modificar el primer párrafo del
artículo 4 de la Constitución mexicana, según el cual “el varón y la mujer son
iguales ante la ley. Esta protegerá la organización y el desarrollo de la
familia”.
“No
estamos de acuerdo en que se arroguen los derechos que no les corresponden. El
matrimonio, desde el punto de vista del orden natural, es hombre y mujer para
dar la vida, entonces que no sea matrimonio, cualquiera otra figura legal que
se las den y todos contentos”, comenta.
En
su libro, el cardenal emérito se refiere a la reciente visita de Francisco a
México y la polémica suscitada por la participación de Peña Nieto en la misa
celebrada en la Basílica de Guadalupe, y señala que “el Estado laico no debe
prohibir a mandatarios y burócratas de cualquier nivel profesar una religión y
practicarla”.
Sandoval
sostiene en el entrevista que la laicidad no debe entenderse como “estar
fregando (molestando) a la Iglesia”.
“Eso
es un Estado confesional al revés, (es) un Estado persecutorio, que lo ha sido
siempre aquí (en México)”, remata.
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