Alí Chumacero, a sus 90 años

"La mujer es el único testimonio de que Dios existe, lo demás son puras mentiras. Cuando él tomó el cuchillo y le abrió la costilla a Adán y la echó al mundo, ahí demostró que era Dios, antes no y después menos". A Chumacero.

Este lunes 23 de junio a las 19 horas el Palacio de Bellas Artes será testigo del homenaje que por sus 90 años se le harán al poeta nayarita Alí Chumacero Lora.
Hablarán sobre su obra Jaime Labastida, Dolores Castro, Carlos Montemayor, Eduardo Lizalde, ah y el propio Chumacero. Pero no mucho, ya que dice en una entrevista a Reforma que "toda reunión que dure más de una hora y media es mienta madres.
Agrega que él no se considera un intelectual, sino tan sólo un albañil; "yo trabajo como un albañil, viendo papeles y anotando. Nunca dejaré de ser un obrero del libro".
Se considera amigo de todos los partidos; del PAN, del PRD y del PRI.
Dice en una reciente entrevista-. Sigo creyendo que lo que debe hacerse en el arte es arte (...). Escribir poemas a la revolución, no digo que no deban escribirse pues es un tema más, pero yo no lo haría. Aunque sea un hombre de izquierda no tengo derecho a inventarme pretextos. Prefiero hacerle un poema a una mirada o a la caída de una flor".
Es originario de Acaponeta, Nayarit, donde nació hace 90 años. Fue enviado por sus padres a estudiar a Guadalajara para complementar sus estudios de primaria, y permaneció ahí hasta concluir la preparatoria; de hecho fue expusado por sus ideas políticas; en 1937 a la edad de 25 años se trasladó a la ciudad de México, donde reside desde entonces; ese mis o año ingresa a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

Perteneció al grupo de escritores que fundó la revista Tierra Nueva y dirigió la publicación entre 1940 y 1942. Fue redactor de la revista El Hijo Pródigo y de México en la cultura, suplemento del extunto periódico Novedades.
Es desde 1964 miembro de la Academia Mexicana de la Lengua;
Ha sido merecedor de varios premios, entre ellos;
El Xavier Villaurrutia (1984), el Alfonso Reyes (1986) y el Nacional de Ciencias y Artes (1987); el "Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines-Gatine Lapointe" en 2003; en 1996 recibió por el Senado de la República la medalla Belisario Domínguez; pero -según el poeta- lo que más ha gozado en sus casi 90 años es el trabajo detrás de su escritorio en el Fondo de Cultura Económica (FCE), donde ha sido editor, corrector y tipógrafo por casi 60 años.
Es famoso por haber corregido para el FCE, entre cientos de obras, el Pedro Páramo de Juan Rulfo, aunque él niega siempre haber mejorado drásticamente la obra con su corrección.

Chumacero sólo ha publicado tres colecciones de poesía, un disco donde los recita, y un compendio de ensayos críticos:
1940 - Páramo de sueños
1948 - Imágenes desterradas
1956 - Palabras en reposo
1987 - Los momentos críticos (ensayos)
1997 - En la orilla del silencio y otros poemas en la voz del autor
Entre sus poemas se destaca:

Poema de amorosa raíz, que dice:
"Antes que el viento fuera mar volcado,
que la noche se unciera su vestido de luto
y que estrellas y luna fincaran sobre el cielo
la albura de sus cuerpos.
Antes que luz, que sombra y que montaña
miraran levantarse las almas de sus cúspides;
primero que algo fuera flotando bajo el aire;
tiempo antes que el principio.
***
Cuando aún no nacía la esperanza
ni vagaban los ángeles en su firme blancura;
cuando el agua no estaba ni en la ciencia de Dios;
antes, antes, muy antes.
***
Cuando aún no había flores en las sendas
porque las sendas no eran ni las flores estaban;
cuando azul no era el cielo ni rojas las hormigas,
ya éramos tú y yo."
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¡Maravilloso!

¡Felicidades maestro, ojala -que significa quiera Dios-, que viva 90 años más!