El abogado de MVS, posicionamiento

La postura del abogado ante el caso de la 2.5/Fernando Gómez Mont, es ex secretario de Gobernación y socio del despacho Zinser, Esponda y Gómez Mont, Abogados S. C
Reforma, 18 de agosto de 2022
Como abogado del Grupo MVS en el ya famoso caso de la Banda de 2.5 GHz, comparto una reflexión. Lo hago convencido de que buen abogado no es sólo el que conduce con éxito el interés de sus clientes, sino aquel que lo logra sin traicionar jamás aquello que lo define: la honorabilidad, la lealtad y el amor por México.
Dado que los acontecimientos recientes se han vinculado con hechos ocurridos en febrero de 2011, afirmo que desde el primer momento la conducta de la periodista Carmen Aristegui me afrentó. Me afrenta hoy todavía su actitud, al buscar someter al Presidente de la República, al hombre, al padre de familia, al esposo, a un escrutinio injustificado e infamante. Al periodista de bien le corresponde desentrañar la verdad de los hechos. Le obliga la carga de la prueba. Le gobiernan, sobre todas las cosas, la ética y la responsabilidad de ejercer un oficio que a falta de entereza degenera en arbitrariedad o servilismo.
Doy testimonio de la calidad y la convicción con las que Felipe Calderón Hinojosa se ha entregado a la causa que protestó servir. Fui colaborador de su gobierno y sigo siendo hoy, desde el libre ejercicio de la profesión, un hombre que respeta en el Presidente las cualidades de entereza moral y visión de Estado.
Sólo la soberbia puede explicar que a Carmen Aristegui no le haya sido posible retractarse, ni ayer ni hoy, de una conducta absolutamente reprochable. No, por cierto, aquella que consiste en ejercer su libertad con valentía, sino aquella en la que una periodista pretende revertir la carga de la prueba al destinatario de sus afirmaciones. En el acto en que muchos reconocemos en Aristegui una voz libre y valiente, somos también muchos quienes vemos en ella lo que somos todos: un ser humano que yerra y acierta. No tengo duda de que su conducta periodística en febrero de 2011 pertenece al primero de los casos.
Mi participación en el asunto de la Banda de 2.5 GHz ha buscado construir un entendimiento entre el Gobierno y el concesionario, con bases legales y una apreciación de las políticas públicas que harían bien al país.
Aclaro que nunca he recibido ni fui conducto de amenaza alguna entre el gobierno y mis clientes. Hasta el último momento, buscamos caminos y alternativas con pleno respeto a la legalidad. Como abogado y político, soy respetuoso del principio de autoridad. Como demócrata, busco que esa autoridad se finque en el respeto de los derechos fundamentales y de las libertades públicas de los gobernados. Estoy convencido de que la decisión del gobierno de rescatar esta banda de frecuencias está fuera de tiempo y que carece, a la vista de los documentos exhibidos por la autoridad, de una motivación razonable. A México le hará bien esta discusión abierta sobre las políticas públicas. La disyuntiva entre competencia y recaudación no puede secuestrar la posibilidad de combatir monopolios y generar opciones reales para los consumidores.
Sostengo que además de vulnerar derechos fundamentales de MVS, el rescate cancela un proyecto que detonaría la competencia como ninguna otra opción de política pública. Por ello, me he comprometido junto con otros profesionistas, a la defensa de esta visión pro-competitiva ante las instancias administrativas y jurisdiccionales. En este camino, buscaremos evitar que el arrebato vulnere dignidades y libertades. Lucharé por esta causa con la vocación más propositiva y con la fe de que el respeto entre todos y para todos puede construir una opción civilizada en bien de los mexicanos. Y, por supuesto, en el entendido de que la última palabra, de no haber conciliación, la habrá de decir a quien en México le toca afirmar las libertades y los derechos de las personas frente a las potestades públicas, es decir, el Poder Judicial de la Federación.