Excélsior, 8 de junio de 2012
Ante el próximo retiro de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Guillermo Ortiz Mayagoitia y Sergio Salvador Aguirre Anguiano —quienes dejan sus cargos el 30 de noviembre—, el Presidente de la República tendrá la tarea de elegir a los candidatos que habrán de formar las dos ternas que enviará a la Cámara de Senadores para su análisis y aprobación de dos nuevos ministros.
Las condiciones que hoy enfrenta nuestro país en la lucha contra la delincuencia organizada, la batalla contra el narcotráfico y el restablecimiento de la seguridad pública obliga a gobernados y gobernantes a redoblar los esfuerzos desde la trinchera que le corresponde a cada uno. A la SCJN, columna del Poder Judicial, llevar a cabo la función jurisdiccional, tutelar los derechos fundamentales y los principios básicos del Estado de derecho de acuerdo a nuestra Ley Suprema.
Ante la urgente necesidad de cumplir cabalmente con estos postulados, de adecuar las reformas constitucionales recientes y la llegada de nuevas normas jurídicas en materia de derecho internacional, seguridad nacional, justicia militar y derecho penal, resulta impostergable la incorporación a la SCJN de destacados juristas con experiencia en el fuero de guerra.
En la historia reciente de la SCJN encontramos la labor destacada de ministros con formación militar, como los generales y juristas Luis G. Caballero Escobar, Alberto Jiménez Castro, Tarsicio Márquez Padilla, Carlos García Vázquez y Agustín Mercado Alarcón.
Resulta de la mayor importancia que el Presidente de la República considere para las ternas que propondrá a juristas emanados de las Fuerzas Armadas, de intachable trayectoria, que se han desempeñado en tareas de procuración y administración de justicia tanto en el campo de la jurisdicción militar como de la civil, así como profesores e investigadores en estos temas.
Es importante fortalecer a la SCJN con expertos en la disciplina castrense y enriquecerla con la experiencia de destacados defensores de los derechos humanos y, en este quehacer específico del derecho, encontramos abogados de gran capacidad y prestigio que se han desempeñado en el ámbito de la justicia militar.
De igual forma, existen en el país destacados jóvenes jurisconsultos, maestros y doctores con especialidades, en México y en el extranjero, en derecho militar y derechos humanos, graduados en universidades de reconocido prestigio y que podrían ser tomados en cuenta.
Al respecto, citando al coronel de Justicia Militar y doctor en derecho, Aníbal Trujillo Sánchez, quien en su libro La Corte Penal Internacional: La cuestión humana versus razón soberana, destaca que “El origen del Derecho Internacional y de los Derechos Humanos radica en la libre expresión de la voluntad de los estados soberanos y en el desarrollo y consolidación de la credibilidad en torno a sus órganos”.
México enfrenta grandes retos ante el derecho y la justicia, en el servicio de justicia militar desarrollan sus capacidades hombres y mujeres, destacados juristas, capaces de aportar su vasta experiencia en el ámbito del derecho militar, lo que habría de considerarse en el próximo relevo de ministros para hacer aún más eficiente y robusta la labor jurisdiccional de nuestro máximo tribunal.
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